HISTORIA DE LAS POSESIONES ESPAÑOLAS EN LOS PAÍSES BAJOS: PÉRDIDAS CON RESTO DE AUSTRIAS Y PRIMER ANJOU ESPAÑOL. Parte 3

En 1555, Carlos V al testar, incluyó los Países Bajos en la herencia de la rama española de los Habsburgo. Su sucesor, Felipe II, llevó a cabo una política impositiva dura en la zona, negando a los oriundos la  participación en el gobierno, al contrario de como había venido sucediendo hasta entonces, en los Estados Provinciales y Estados Generales.

El rey Felipe II. Sofonisba Anguissola. 1573. Óleo sobre lienzo. 88 x 72 cm. Museo del Prado. Madrid.

También fue una de las regiones europeas en la que la Reforma luterana caló enseguida, con fuerza y sin vuelta atrás. Felipe quiso cortar de raíz esta adhesión y  mantener e imponer el catolicismo a toda costa. Envió al duque de Alba como gobernador de los Países Bajos, con órdenes de cortar de raíz, tanto el movimiento protestante calvinista , como las revueltas originadas por los altos impuestos exigidos por la corona española. El duque de Alba ejecutó a los  dos líderes más importantes del movimiento independentista e incrementó los impuestos, lo que dio lugar a las revueltas dirigidas por Guillermo de Orange.

Martín Lutero. Lucas Cranach El Viejo. 1529.  Óleo sobre tabla. Galería Uffizi. Florencia. Italia.

Durante estos enfrentamientos los independentistas usaron tácticas de guerrilla, como la inundación de las tierras bajas, para evitar el movimiento de las tropas españolas, que sin embargo llegaron en 1576 a Amberes, uno de los puertos más ricos de Europa.

Incendio del Ayuntamiento de Amberes durante el saqueo llevado a cabo por las tropas de la corona española.

La guerra de liberación –que duró 80 años– comenzó en 1568, bajo el mando de  Guillermo de Orange , que reclutó un pequeño ejército para enfrentarse a las tropas españolas enviadas por el rey Felipe y comandadas por el Duque de Alba inicialmente, y con posterioridad por Luís de Requeséns y Zúñiga y Alejandro Farnesio.

Durante la niñez y  hasta su muerte, Carlos I nombró  3 gobernadores para las 17 provincias  en casi 50 años : Margarita de Austria –hija de Maximiliano de Habsburgo y mujer de  Juan de Castilla-, 1507 a 1515 y 1517 a 1530, María de Hungría –hermana de Carlos I y mujer de Luís II de Hungría–, 1531 a 1555 y Manuel Filiberto de Saboya –hijo de Carlos III de Saboya y Beatriz de Portugal–, 1555 a 1559.

Con Felipe II fueron nombrados 9 gobernadores: Margarita de Parma –hija de Carlos I y Johanna María van der Gheynst–, 1559 a 1567, Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel –duque de Alba–, 1567 a 1573, Luis de Requeséns y Zúñiga, 1573 a  1576, Juan de Austria –hijo de Carlos I y Bárbara Bloomberg–, 1576 a 1578, Alejandro Farnesio –hijo de Margarita de Parma y Octavio Farnesio, duque de Parma–, 1578 a 1592, Pedro Ernesto de Mansfield,  1592 a 1594, Ernesto de Austria, 1594 a 1595, Pedro Enriquez de Acevedo –conde de Fuentes– 1595 a 1596 y Alberto de Austria,  –cardenal– 1596 a 1598. En la época de gobierno de Alejandro Farnesio, se terminaron de independizar las 7 provincias del norte, y es una realidad que Carlos I durante 44 años tuvo sólo a tres gobernadores, y Felipe II en 39 años a nueve, lo que parece que pudiera ser una señal de política errática de este último, que inexorablemente llevó al desastre.

Durante el siglo XVI  la dirección de los Países Bajos en nombre de la Corona Española fue llevada a cabp por  un Gobernador General que representaba los derechos feudales del monarca español,  y que además era Capitán General de los Países Bajos, con un Gobernador Delegado en el franco condado, nombrado normalmente  entre  la nobleza local.

Se sucedieron las revueltas y batallas, hasta que, en 1581, las siete provincias del norte – Groninga, Güeldres, Zelanda, Utrecht, Overijssel, Holanda y Frisia– agrupadas en la Unión de Utrecht desde 1579, declararon unilateralmente la independencia, deponiendo a Felipe II de España como su soberano, eligiendo a Felipe de Anjou. Constituyeron la República de los Siete Países Bajos Unidos o Provincias Unidas, hasta la ocupación francesa en 1795.

España reconoció implícitamente la existencia de la República de las Siete Provincias Unidas –que había sido aceptada por Inglaterra y Francia en 1596, además de proporcionarle ayuda militar– al tener que firmar en  tiempo de Felipe III, la tregua de los doce años (1609-1621),  en la paz de La Haya y de Westfalia en 1648, que ponía fin a esta guerra de 80 años, y supuso la pérdida para España de esa República.

En 1579 las diez provincias meridionales –católicas– constituyeron la Unión de Arras, manteniendo su fidelidad a la corona española. En estas provincias siguió gobernando un representante de la Corona española.

A la muerte de Felipe II en 1598, fueron nombrados la Archiduquesa Isabel Clara Eugenia –hija de Felipe II e Isabel de Valois– y su marido Alberto de Austria,  CO SOBERANOS del condado de Borgoña y de los Países Bajos, por acta de cesión de 6 de mayo de 1598, hasta 1621. Al morir Alberto sin descendencia, fue nombrada Isabel Clara Eugenia , gobernadora hasta 1633, ya con Felipe IV reinando en España.

Desde ese momento y durante los reinados de Felipe IV y Carlos II, pasaron 14 gobernadores más por las 10 provincias del sur de los Países Bajos. Cuando fue nombrado Felipe V –El Animoso– rey de España, comienza la Guerra de Sucesión Española, que terminó con la firma del tratado de Utrecht, también conocido como Paz de Utrecht o Tratado de Utrecht-Rastatt, que fue en realidad, un conjunto de tratados firmados por los estados que participaron de alguna manera  en esa guerra de los Países Bajos, y supuso la renuncia  de la Corona Española a esas diez provincias meridionales,en favor de la rama austríaca de los Habsburgo, pasando a denominarse Países Bajos austríacos. Desde 1711 a 1714 estuvo reinando Maximiliano III de Baviera por delegación de Felipe V,  y a partir de 1714 fue nombrado rey Carlos VI de Alemania. Fueron prácticamente doscientos años de presencia española, en los que nuestros Tercios hicieron historia como la mejor Infantería jamás habida.

En resumen, después de Carlos I, las políticas erráticas,  llevaron al  sumidero las posesiones españolas en los Países Bajos que no se debe olvidar fueron herencia. El fin de los Austrias   españoles con Carlos II, y la llegada  de los Borbones franceses a nuestra corona, hicieron cambiar las estrategias políticas, debiendo dedicar los esfuerzos a hacer un bloque con Francia contra el resto…