La acrasia y la procrastinación en la vida y en el golf.

ALGUNAS PERSONAS Y ESPECIALMENTE JUGADORES AMATEURS DE GOLF somos ACRÁSICOS, PROCRASTINADORES O AMBAS COSAS, O NINGUNA?

LA ACRASIA es la debilidad de la voluntad o incapacidad del individuo para realizar lo que la razón le indica como mejor para él. Es la actuación en contra -o al menos no a favor- de lo que creemos que es lo mejor para nosotros.

Los filósofos clásicos pensaban que ir en contra de nuestro propio beneficio sólo podía ser fruto de la ignorancia, dada la capacidad racional del hombre, pero esto puede no ser así, o al menos no sólo por esa razón.

La mayor parte de lo que hacemos habitualmente, es sin análisis previo: por hábito, por ser lo que se espera que hagamos, por dejarnos ir, por suponer que es lo que menos daño puede hacernos, por actitud general previa…

Lógicamente para cada una de las muchas decisiones que se toman a diario, no se hace un estudio de los factores intervinientes, porque si así se hiciera, no se haría nada, aunque sí es seguro que tendremos preparada una respuesta explicativa racionalizada, para contestar a quien pregunte por alguna de las decisiones tomadas sin analizar previamente, y es que el hombre es malo razonando pero bueno racionalizando.

No es lo mismo razonar -depende de los hechos empíricos comprobados y la lógica- que racionalizar -seleccionar de forma sesgada los argumentos que avalan nuestras ideas previas y prejuicios rechazando los que las refutan, para darnos la razón a nosotros mismos, o un mecanismo de defensa para justificar lo que hacemos, pensamos o decimos-. A menudo creemos razonar pero estamos racionalizando.

        

Se actúa por hábito, por convención social, por comodidad… pensando que tenemos el control de todos nuestros actos, y se racionaliza para nuestra conveniencia personal, o la del grupo -cuando se toma la deriva altruista grupal-,  pero no tenemos ese control.

En resumen, es acertado actuar en general por hábitos, costumbres, impulsos…, pero debemos saber en qué casos debemos pararnos y analizar los factores, para tomar la decisión más acertada.

Pero pudiera ocurrir que no  fuera por  debilidad de la voluntad o incapacidad del individuo para realizar lo que la razón le indica como mejor para él, sino porque deseara hacer lo que NO es mejor para él o lo regular o lo peor. Esa actitud no sería acrásica sino malevolente  con uno mismo,  posiblemente producto de  algún tipo de ofuscación, lo que puede ser posible.

En relación al golf, sabemos que necesitaríamos tomar clases y entrenar para mejorar nuestro juego, pero lo hacemos poco o no lo hacemos; simplemente mal-jugamos, porque hemos elegido HOY Y SIEMPRE el placer de ir al campo a jugar, aunque en cada golpe pensemos en la necesidad de aprender o entrenar, en vez de ir de cabeza al course, que hemos considerado más digno de nuestra elección diaria. Naturalmente esto es aplicable a  las  actividades que desarrollamos en la vida…en la mayor parte de ellas nos dejamos ir sin más…

La PROCRASTINACIÓN  consiste en posponer nuestras obligaciones y quehaceres, hasta el punto en que esa posposición se vuelve perjudicial para nosotros. No es lo de los reyes merovingios “holgazanes” que no les gustaba trabajar, sino es dedicarnos a lo secundario, posponiendo lo obligatorio, inmediatamente necesario o sustancial: tenemos que terminar obligatoriamente algo para mañana, pero se deja y hago lo que necesito para dentro de un mes o para el Paraíso…

Si fuéramos racionales, la procrastinación no existiría y categorizaríamos nuestras necesidades según su prioridad racional, para conseguir lo que necesitamos, programando nuestro tiempo de forma óptima. pero como no lo somos, nos dejamos llevar por los impulsos, apetitos, preferencias, deseos…porque  hay quehaceres que nos resultan poco agradables, mientras que otros son más apetecibles, pudiendo intentar eludirlos también por falta de motivación, por miedo al fracaso, o porque la tarea en sí misma sea desagradable.

Por ejemplo, hacer la declaración anual de Hacienda es poco estimulante; que es importante y necesario se entiende racionalmente, y que no hacerla tendría consecuencias malas también, pero es fácil encontrar motivos para no hacerla en este momento, en el que es preferible hacer cualquier otra cosa y además queda mucho para que termine el plazo y se hace en un segundo. El último día a correr…y cada vez que pasa, nos prometemos que será la última, pero en la siguiente ocasión ocurrirá igual y la historia se repetirá con cualquier otra cosa.

Al igual que en la acrasia, puede existir la posición del individuo que NO QUIERA priorizar, ni hacer lo obligatorio, sustancial o inmediato. Naturalmente el que adopta esta posición, no es procrastinador, simplemente rechaza las presiones exteriores, no importándole nada las consecuencias de su actitud y no trata de retrasar nada, ni aunque fuera sine die, rechaza lo que la mayoría considera necesario, es decir, pasa...

Aplicado al golf, varios golpes malos  en un día, nos llevan a decidir in situ que vamos a dar clase y entrenar, a partir de mañana, pero luego lo dejamos y al día siguiente lo mismo. El hoyo 19 nos ablanda o quizá un golpe bueno nos hace pensar que…ya está…lo tengo.

Somos acrásicos y procrastinadores, quizá, o no; pongamos empeño prioritario en mejorar nuestras realizaciones.

Naturalmente es aplicable a casi todas las cosas de la vida, pero empecemos por lo trascendental…nuestro caótico swing.

Pero realmente sería mejor intentar caminar hacia la perfección  siempre? A veces?  Nunca? O dejarnos llevar en general por  las apetencias, aunque no nos producan mejora? Las dos opciones  aplicadas con rigidez como filosofía de vida, pudieran ser aburridas…quizá…o no. Deberíamos hablar más a menudo con Némesis -diosa de la mesura-: ella pudiera darnos la clave.