GENERACIONES DE LOS SIGLOS XX Y XXI. GENERACIÓN Y “millennials”. Parte 4.

Dedicado a Carmen, que  hizo que me emocionara al decirme lo que disfrutaba con la lectura del blog. ¡Gracias!

Generación Y: NACIDOS entre: 1980 y 1995.

La Generación Y, es también conocida como Generación del Milenio o Millennial –los millennials-, siendo algunos de sus componentes de mayor edad, hijos de los  más maduros de la Generación X y de los baby boomers más jóvenes.

Tienen en general, mejor educación académica que los de la X, han viajado bastante, y se encuentran cultural y tecnológicamente conectados en un mundo global, pero al mismo tiempo, siguen viviendo con sus padres y tienen problemas para equilibrar sus presupuestos personales. No les interesa casi nada la cultura “¿para qué sirve, dicen?”, todo lo miran muy rápido y sólo lo que en una highline  resulta muy atractivo les hace detenerse. No leen apenas prensa ni en internet, discurriendo  veloces por los titulares.

El término Generación Y se utilizó por primera vez en un editorial de agosto de 1993 de la revista estadounidense Advertising Age con el objetivo de describir a los adolescentes de aquella época, a quienes diferenciaron de los componentes de  la Generación X.

Prefieren aprender de manera autodidacta, por ello los tutoriales de internet son su fuente de conocimiento. Les encantan los videos ya que pueden visualizarlos en cualquier momento. Y  les gusta menos la radio y la TV.

 

Nacieron con Internet, y por ello les encanta comunicarse a través de redes sociales, videos, blogs o entretenerse con video juegos o juegos en línea a través de smartphones y tablets.

Son emprendedores que buscan abrir sus propias empresas o trabajar desde casa, ya que no se sienten cómodos con los horarios de las oficinas. Duran poco en el trabajo, por las expectativas que piensan tendrán en él.

No les interesan ni los medios de comunicación, ni las noticias, no gustándoles leer, ni tampoco sienten interés en profundizar en la información que les llega a través de las redes sociales.

Son susceptibles de comprar productos que siguen en internet, demandando que la marca buscada sea transparente y honesta: se fían más de informaciones encontradas en internet que de los anuncios, lo que en principio pudiera ser contradictorio.

A los millennials se les llama también Generación Peter Pan, debido a que se ve en ellos una tendencia a alargar mucho más que las generaciones anteriores el tránsito a la edad adulta, tendiendo a vivir con sus padres durante períodos bastante más largos que las anteriores, achacando el elongamiento de esa transición -según dicen ellos- a ciertos errores que cometió la Generación X: se casaron o unieron y empezaron su carrera profesional demasiado rápido, llevándoles esa forma de proceder, a que las parejas se separaran o divorciaran con parecida facilidad a la que utilizaron para constituirlas, y a que la gente se sientiera insatisfecha con su carrera profesional.

Los pertenecientes a la generación Y, tienen una personalidad crítica sin violencia, son sociables y les gusta sentir una ubicuidad virtual, al querer estar atentos a casi todas las cosas que les interesan al mismo tiempo, permitiéndoselo la tecnología. Dan gran importancia a su autonomía y a su libertad, y por ideología, piensan que todos deben tener su propia opinión, que debería ser escuchada y respetada independientemente de  su experiencia.

Le dan gran valor a la emocionalidad y detestan la insensibilidad de las organizaciones e  instituciones, valorando el diálogo entre iguales, aunque haya diferencia notable de edad con el interlocutor, porque lo sienten como un reconocimiento a su persona.

Se describen a sí mismos como políticamente independientes, y no les gusta afiliarse a ninguna religión ni partido político. No obstante, esta desafiliación no implica apatía cívica: expresan su opinión comprometida y la difunden en las redes sociales y a menudo participan en las elecciones.

Para ellos, el empleo de la tecnología es parte de su vida: aunque se iniciaran con un teléfono móvil de los rústicos, el uso de nuevas tecnologías no es una práctica misteriosa ni complicada a la que es preciso adaptarse, sino algo imprescindible para su vida.

Fueron adolescentes sin disciplinar, sin socializar, no respetando casi nada la autoridad, no poseyeron y aún no poseen filtro para lo que dicen y hacen, y toda su vida debe girar en torno a su pretensión personal y su comodidad, buscando el aprendizaje más en internet que en sus padres y profesores.

Utilizan más el lado derecho del cerebro, vinculado a la creatividad,  mientras que las generaciones anteriores utilizaron más el lado izquierdo que trabaja la lógica y la analítica, y para realizar bien las tareas que se les asignen, les tienen que divertir, motivar o deben sentirlas útiles para ellos; en caso contrario, se convierten en procrastinadores.

Buscan equilibrar su vida personal y laboral, porque vieron a sus padres perder sus empleos a pesar de que dedicaron su vida al trabajo, siendo  una generación liberal desde el punto de vista familiar.

Como consecuencia de la crisis mundial que comenzó en 2007, casi todos los gobiernos han intentado implementar planes laborales para bajar las tasas de desempleo juvenil, dramáticamente crecientes, y aun siendo una generación bien preparada –la mejor preparada- no buscan un trabajo rutinario para toda su vida, prefiriendo uno que les guste. En países poco desarrollados, muchos millennials se muestran optimistas respecto a su futuro, y anticipan “perspectivas brillantes” para ellos y para sus países, porque construyen un mundo ideal mental, basado en lo que ven de los países más adelantados. Buenos tiempos para los jóvenes de países poco desarrollados y más competencia difícil para los de los adelantados.

A nivel mundial, esta generación se caracteriza por el uso total de teléfonos inteligentes y redes sociales, participando en los foros de opinión de internet, padeciendo vértigo por  FOBO –Fear of being offline (miedo a estar desconectado)- y cuando tienen un segundo libre miran a ver qué pasa en las mismas, permaneciendo conectados hasta cuando duermen y con el móvil cerca; escriben blogs, se descargan música y pelis, y tienen el MP4 incluido en el móvil.

Los millennials españoles tienen  muy buena formación académica y un alto conocimiento de inglés, si bien parecen confiar poco en que su futuro pueda desarrollarse en España, sintiendo que deberán salir de nuestro país para encontrar un futuro mejor. Son idealistas, impacientes y están bien preparados  habiendo tenido muchos la oportunidad de viajar por el mundo a una edad temprana, de estudiar en las mejores universidades y de trabajar en empresas multinacionales y extranjeras.

Muchos estudios concluyen que pronto el 75% de los puestos de trabajo estarán ocupados por miembros de la generación Y, por lo que cambiará el sistema de vida laboral; los horarios de trabajo serán más flexibles y aparecerá el llamado ‘hotelling’, situación en la que seis puestos de trabajo físico serán suficientes para diez trabajadores, pero cuando esto suceda ya habrán empezado a avanzar las generaciones Z o la A y yo estaré ya siendo algún plato de un banquete al que no habré sido invitado.

Los padres de los componentes de la Generación Y trabajan en general los dos, sintiéndose culpables por no haber podido compartir más tiempo con sus hijos –fueron criados por la TV-, y para compensarles, les compran lo que pidieron y piden: tablets, smart phones o lo que quieran, y sus abuelos, que participaron activamente en su educación y vida  les consintieron casi todo, mostrándose admirados de su habilitad con la tecnología.

Manejan perfectamente el presente, no les interesa casi nada el pasado y se despreocupan por el futuro. Vivir plenamente el día a día, es su consigna.

Son muy individualistas y creen que necesitan poco para vivir, pero no es cierto, y al estar rodeados por la inseguridad, conviven fácilmente con ella, siendo en general impacientes para tener lo que desean ya, tomando las decisiones en tiempo real, exigiendo respuestas inmediatas al estar todos y todo siempre a mano por las redes. Los investigadores destacan entre sus características, la falta de madurez, el individualismo, unas altas expectativas, la confianza en sí mismos y una autoestima infladas y la necesidad de la comodidad, pero al mismo tiempo, también subrayan rasgos como la capacidad de adaptarse a nuevas condiciones y cambiar de hábitat y de trabajo, así como la de crecer rápidamente y resolver varios problemas simultáneamente, no queriendo dejar las cosas buenas para luego, aunque sí les gustaría dejar su huella en la historia: vivir una vida interesante, formar parte de algo grande, crecer y desarrollarse, cambiar el mundo que les rodea, y no solo ganar dinero, no teniendo mucho sentido –clásico- de la responsabilidad y del compromiso, fracasando con ellos –en general- la educación convencional.

Menos paciencia, más redes sociales, menos religión, más individualismo, menos trabajo y más vida: “no vivir para trabajar, sino trabajar para vivir”; menos médicos, más youtubers…

Los millennials pusieron de moda anglicismos como “Emoji”, “Postureo”, “Friki” o “Spoiler”… y les encantan los reality shows y son fans de sagas como Los Juegos del Hambre o Divergente y no tienen miedo a descubrir y poner de moda géneros musicales como el reggaeton o el K-pop. Vieron Padre de Familia, American Dad, jugaron al Gameboy, a la primera playstation, a los Sims, y es posible que tuvieran alguna Bratz.

To be continued in part 5 and last.