La poesía actual. Parte 1.

Hace unos meses en una sobremesa con amigos, salió el tema de la poesía actual, y de si seguía habiendo poetas como los de antaño, mejores o peores, y si más o menos.

Opinan los que saben, que nunca se ha publicado tanta poesía, ni celebrado tan numerosos encuentros poéticos, ni habido tantos premios a la poesía como en la actualidad, pensando los expertos -en general- que hay más poetas que lectores de poesía y casi más premios que poetas: el mundo poético está irreconocible.

Quizá -seguro- hayan cambiado las formas de poetizar y de publicar la poesía; además de los  incontables premios y concursos, en la actualidad, y no sólo en lengua española, existen grandes cantantes/poetas que recitan sus poesías con música en canciones, que entre otras cosas y en caso de éxito, puedenser mucho más rentables económicamente. A Dylan le dieron hace poco un premio Nobel de literatura por sus poemas cantados, y Sabina, Fito o Leiva son otro ejemplo de este fenómeno en castellano. También internet contribuye de forma decisiva, a que cada cual que quiera escribir poesía, la escriba, y cuelgue su aportación,  dependiendo la amplitud de su difusión, de cual sea el tipo de red en la que se apoyen o si utilizan un influencer de éxito, amigo, o el facebook de un copioso.

Editores, críticos y antólogos hacen su diagnóstico, y señalan que conviven en este momento magníficos poetas, casi centenarios, con muchos jóvenes entre los que no se entrevé gloria poética alguna, y que realmente hay demasiados premios y autores premiados, que luego no tienen repercusión alguna en la cultura poética, porque ni se venden, ni se reseñan, ni se leen.

Otros críticos, con más confianza y esperanza en lo nuevo recién llegado o en lo que haya que venir, piensan  que en las nuevas generaciones de poetas  hay tendencias poéticas dignas de tener en cuenta, en medio de un galimatías de bueno y malo, a lo mejor por exceso de publicaciones sin contrastar previamente, lo que puede desorientar a los lectores amantes de la poesía. Entre la hojarasca, siguen apareciendo repentinamente, el asombro de unas cuantas palabras verdaderas y profundas o no, pero bellas y bien hiladas; para encontrarlas, solo es necesario algo de intuición, un poco de paciencia y no tener en cuenta los galardones de las editoriales.

La nota más característica de los nuevos poetas, parece ser la diversidad en el lenguaje, sobre todo entre los más jóvenes. Esa diversidad, tan deseable siempre, rompe patrones clásicos, emitiendo  poesía muy singular, siendo claro está, excepción de la norma clásica, y se sabe que la singularidad, puede ser a veces subversiva contra las normas seculares establecidas: es lo nuevo, lo diferente…, faltando ahora contrastar  su calidad. ¿No resultará demasiado complicado entre tanta publicación de poesía, seleccionar lo realmente bueno?

También es conveniente reseñar que los temas centrales de las poesías han cambiado con la época: en la antigüedad, predominaban las que ensalzaban las proezas de los héroes; en la Edad Media, la poesía romántica predominó sobre otros asuntos, y hoy día, manteniendo la poesía romántica una importante posición, han cogido una fuerza indiscutible los temas ambientales, de derechos humanos, etc…, es decir la poesía también refleja –como no-, las inquietudes sociales, cambiando los formatos de siempre…

“La poesía de hoy intenta explicar el mundo actual, que amamos, que creamos y en el que creemos. Es un espacio de libertad para expresar belleza. No hay diferencia entre poesía y poesía, sino diferencia entre poeta y poeta” SIC. Son las palabras del poeta sirio Adonis, perpetuo candidato al Nobel de Literatura.

A continuación, se trascribe la poética letra de la canción de Fito y Fitipaldi Donde todo empieza, que decora este post.

Puede que no valga la pena escribir,
tan lejos de la poesía…
Todas las palabras que te quiero decir,
se me rompen enseguida.

No me quedan flores, me arrancaron la raíz,
se pisaron las semillas…
Me di cuenta tarde que te perdí
por pensar que te tenía.

Creo que los bares, se deben abrir
para cerrar las heridas…
y todas las noches, me acuerdo de ti
y te olvido cada día

Y vuelvo a ser un loco
para sobrevivir, a la locura de la vida…
Muchas veces la cabeza, y a menudo la nariz
Y una voz que me decía…

Déjate llevar
si el alma te lleva, duele el corazón
cuando te lo dejas cerca del final…
Donde todo empieza

No me sale bien la cuenta de la vida,
o me sobran noches, o me faltan días…
Todos los minutos que no he estado contigo
ahora son demonios que viven conmigo…

Puedes encontrarme… cerca del final…
Porqué todo empieza… cerca del final…

Tras este pequeño comentario, me gustaría recordar al gran poeta republicano  y rojazo asturiano Ángel González, fallecido hace diez años, miembro de la Real Academia de la Lengua Española, premio Príncipe de Asturias de las Letras 1985,  premio Internacional Salerno de Poesía 1991, premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 1996, premio Julián Besteiro de las Artes y las Letras 2001 y premio Internacional de Poesía Fedérico García Lorca  2004.

Nació en Oviedo, en septiembre de 1925, muriendo su padre dieciocho meses después de nacer él; su hermano Manolo murió en 1936, en enfrentamiento con el bando  nacional, su hermano Pedro se exilió por sus actividades republicanas, y su hermana Maruja no pudo ejercer como maestra por el mismo motivo.

Con 18 años enfermó de tuberculosis, y durante su curación, se aficionó a leer poesía, a oír música y a la pintura, y  aunque fue la poesía la que acabó despertando su vocación artística, nunca dejaría de cultivar las otras dos. Tres años más tarde se recuperó de la enfermedad, aunque siempre arrastraría una insuficiencia respiratoria que al cabo –y tras vivir siempre muy intensamente– le produciría la muerte.

To be continued in part 2 and last.