Giovanni Boldini: su vida. Parte 2. Exposición en Madrid con coetáneos españoles. Parte 1.

Giovanni Boldini, en 1889 fue nombrado Comisario de la sección italiana de la Exposición Universal de París, que fue celebrada en el centenario del comienzo –toma de la Bastilla– de la Revolución francesa de 1789, cuyo símbolo principal fue la torre Eiffel, que sirvió como punto de entrada a la Feria. En esta Muestra expuso Boldini tres retratos, entre los cuales destacó el Retrato de Emiliana Concha de Ossa, sobrina del embajador chileno ante la santa Sede.

Boldini. Emiliana Concha de la Ossa.1888. 

Puede observarse que a partir de entonces comenzó a aumentar el tamaño de sus obras, hasta entonces discretamente pequeñas, posiblemente por la influencia del pintor sueco Anders Zorn.

Boldini. Fuego de artificio. 1890.

Boldini. John Lewis Brown con su esposa e hija. 1890.

Boldini. John Singer Sargent. 1890.

En 1892 le fue solicitado por la Galería de los Uffizi de Florencia un Autorretrato para su gran colección de retratos, proponiendo Boldini no percibir dinero por su trabajo, recibiendo a cambio el busto del Cardenal de Medici, realizado por el gran Gian Lorenzo Bernini.

Boldini. Autorretrato.1892.

Boldini. Condesa de Joinville. alias Gyp. 1894.

Boldini. Puerta en Montmartre. 1895.

Boldini. Retrato de Madame Max. 1896.

Boldini. James Abbott McNeill Whistler. 1897.

Volvió a París, donde durante un año dio clases de pintura a la joven y rica Ruth Sterling mientras continuaba su producción pictórica. En 1900 marchó a Palermo solicitado para retratar a Donna Franca mujer de la Ignazio jr. Florio, la familia más rica de Sicilia. La pintura no satisfizo a su marido, a causa del escote y de las piernas descubiertas un poco debajo de las rodillas. El retrato fue modificado y vendido después y más tarde robado por los nazis en París, y llevado a Alemania, donde sufrió serios daños que obligaron a cortarle su parte inferior.

Familia de Ignazio jr. Florio.

Boldini. Retrato de Donna Franca. 1901.

Boldini. Retrato de Lina Cavalieri. 1901.

Boldini. El carruaje. 1905.

Boldini. Retrato de Mademoiselle Lanthelme. 1907.

Boldini. Retrato de la marquesa Luisa Casati con galgo. 1908.

Boldini. Hacia el bois de Boulogne. 1909.

Boldini. La mujer de rojo. 1910.

Boldini. Marthe Bibesco.1911.

Boldini. Madame Juillard de rojo. 1912.

Boldini. Lina Bilitis con dos pekineses. 1913.

En 1904 Boldini pidió la mano de Alaide Banti, hija de su amigo de los Macchiaioli, Cristiano Banti, pero la boda no se llevó a cabo, y en París inició una relación con Joss de Couchy, con la que permaneció hasta el comienzo de la Primera Guerra, trasladándose a Niza en 1914 con su modelo Lina, con la que vivió unos años. Murió en París en 1931 a los 90 años, siendo enterrados sus restos en su Ferrara natal.

Giovanni Boldini ha sido considerado el artista de la decadencia, siendo sus retratos de ejecución rápida criticados de superficiales y buscando fundamentalmente el dinero, pero Boldini  fue capaz de trasmitir al espectador, el ambiente desenfadado y frívolo que adornaba a sus retratados, con pinceladas largas y ligeras muy técnicas y excelentes, aunque con colores excesivamente brillantes.

Retrató a las personas de nivel económico muy alto, sin ocultar sus excentricidades, por lo que no puede dejarse de apreciar su sensibilidad para captar la superficialidad de esas clases sociales altas, demostrando sentido del humor y una extraordinaria técnica; se ha definido su pintura como dieciochesca.

EXPOSICIÓN EN MADRID

En el Paseo de Recoletos 23 de Madrid, en la Fundación Mapfre, ha estado expuesta hasta el 20 de enero de 2020, una muestra monográfica de Giovanni Boldini,, combinada con algunas obras de varios artistas españoles de su época como Joaquín Sorolla, Mariano Fortuny, Raimundo de Madrazo, Ignacio Zuloaga Manuel Benedito, Ramón Casas, Rogelio de Egusquiza, Eduardo León Garrido, Francisco y José Masriera, Román Ribera, Martín Rico y Eduardo Zamacois.

Más de un centenar de óleos, dibujos y acuarelas conformaron esta magnífica exposición, que fue posible, gracias a los préstamos de grandes museos y particulares, y que fue denominada Boldini y la pintura española a finales del siglo XIX. El espíritu de una época”.

Fueron expuestas 124 obras, desarrollándose en seis secciones, intentando combinar la cronología de la obra de Boldini con los españoles con los que compartió época y a veces convivencia.

La primera sección estuvo centrada en la primera época del artista italiano, siendo denominada BOLDINI EN FLORENCIA (1864-1870): LA INVENCIÓN DEL RETRATO MACCHIAIOLO. Su convivencia con los Macchiaioli, grupo de artistas que, buscando la pintura del natural, hicieron evolucionar la de género y del retrato, aprendiendo a resaltar la naturalidad del retratado con pinceladas ágiles y sutiles, capaces de modificar las reglas que regían en ese género hasta entonces, dotando a sus figuras de gran frescura y expresividad.

Se pueden destacar en esta sección:

Boldini. Retrato de Alaide Banti.1866. Óleo sobre tabla. 42 x 23 cm. Colección particular.

Boldini. El general español.1867. Óleo sobre tela. 62 x 48 cm. Colección particular.

Boldini. Autorretrato mientras observa un cuadro.1868. Óleo sobre tabla. 44 x 36 cm. Colección particular.

Boldini. María Donegani.1869. Óleo sobre tabla. 40 x 25 cm. Instituto Matteuci. Viareggio. Toscana. Italia.

La segunda sección, denominada LA PRIMERA MANERA FRANCESA DE BOLDINI (1871-1879), comprende una época de la obra de Giovanni Boldini en la que abandona prácticamente el retrato, para dedicarse por recomendación de su marchante Goulpìl, los pequeños cuadros a la moda, utilizando como modelo casi siempre a su amante Berthe, que acabó convirtiéndose en un pequeño icono de la burguesía parisiense, en obras que expresaban el bienestar alcanzado por las capas de la sociedad más favorecida durante la Tercera República. En estos pequeños cuadros, los personajes se mueven casi siempre por suntuosos jardines o por ricos salones, influido por el estilo detallista de Fortuny o Meissonier.

También en esta época aborda el cuadro de género de carácter exótico, tan popular en la Francia de ese momento, en donde lo español formó parte de ese exotismo, continuando con el pequeño formato.

A partir de 1880, ya se alejaría de este tipo de obras, caminando hacia los retratos de mayor formato, por lo que el de Ferrara sería más conocido. En este período parisino ya anuncia Boldini los retratos por los que sería más conocido.

Boldini. Pareja en traje español con papagayos.1867. Óleo sobre tabla. 26 x 35 cm. Colección Banca Carige. Génova. Italia.

Boldini. En el banco del Bois. 1872. Óleo sobre tabla. 46 x 34 cm. Colección particular.

Boldini. En el jardín.1874. Óleo sobre tabla.54,6 x 43,8 cm. Colección particular.

Boldini. Place Clichy. 1874. Óleo sobre tela. 60 x 98 cm. Colección particular.

Boldini. Conversación en el café.1877/78. Óleo sobre tabla. 28 x 41 cm. Colección particular.

La tercera sección trata de los ECOS DE BOLDINI EN LA PINTURA ESPAÑOLA DE FIN DE SIGLO -aunque estimo que podría decir igualmente ECOS DE LA PINTURA ESPAÑOLA EN BOLDINI-: en este apartado se pueden ver obras de pintores españoles -excluyendo retratos- que en las tres últimas décadas del siglo XIX llegaron a París para formarse en la École des Beaux-Arts.

Durante la segunda mitad del siglo XIX, un gran número de artistas trasladaron su residencia a la capital francesa, ciudad que se había ido ganando la pasión de los europeos especialmente tras el Siglo de las Luces y su Ilustración . La ciudad había conseguido desbancar a Roma como centro artístico europeo. Los artistas consideraban imprescindible para su formación y promoción la obligada visita y formación en París. Los pintores que, como Mariano Fortuny, Eduardo Zamacois, Román Ribera Cirera, Rogelio de Egusquiza, Martín Rico y tantos otros, llegaban a la capital francesa para completar su formación pronto comenzaron a ser conocidos por sus pequeños cuadros o tableautins que eran muy del gusto de la burguesía.

En esta época y algo impuesto por los marchantes, que buscaban lo que más era demandado, proliferaron estas pinturas pequeñas, de carácter costumbrista en las que predominaban las escenas ambientadas en el siglo XVIII –dieciochescas-, y las de carácter popular o de fiesta, aunque poco a poco, se van popularizando los paisajes y las escenas al aire libre, como en el caso de Fortuny y su última obra Playa de Portici, en la que relata con libertad su verano.

A continuación, algunas de las obras de estos artistas españoles expuestas en esta sección:

Mariano Fortuny. Corrida de toros, picador herido.1867. Óleo sobre lienzo. 80,5 x 140,7 cm.  Museo Thyssen-Bornemisza. Málaga.

Mariano Fortuny. La elección de la modelo.1868-1874. Óleo sobre lienzo. 53,3 x 82,6 cm. National Gallery of Art. Washington.

Eduardo Zamacois. Regreso al convento. 1868. Óleo sobre lienzo. 54,5 x 100,5 cm.  Museo Thyssen-Bornemisza. Málaga.

Eduardo Zamacois. Visita inoportuna. 1868. Óleo sobre tabla. 23 x 29,5 cm.  Museo de Bellas Artes de Bilbao.

Martín Rico y Ortega. Un día de verano en el Sena.1870-1875. Óleo sobre lienzo. 40 x 57,1 cm. Museo Thyssen-Bornemisza. Málaga.

Mariano Fortuny. Playa de Portici. 1874. Óleo sobre lienzo. 69 x 130 cm.  Meadows Museum. Dallas. EEUU.

Francisco Masriera y Manovens. Estudio de un pintor. 1878. Óleo sobre tabla. 35 x 45 cm.  Museo del Prado. Madrid.

Rogelio de Egusquiza y Barrera. Descanso o Ensueño durante el baile. 1879. Óleo sobre lienzo. 55 x 85 cm.  Museo de Arte Moderno de Santander y Cantabria.

Román Ribera Cirera. La salida del baile. 1883. Óleo sobre lienzo. 70,5 x 121,8 cm. MNAC (Museo Nacional de Arte de Cataluña). Barcelona.

Martín Rico y Ortega. Patio del Palacio Ducal de Venecia.1883. Óleo sobre lienzo. 141 x 81 cm. Colección Fundación Banco de Santander.

José Masriera y Manovens. ¡No viene! 1884. Óleo sobre lienzo. 77 x 116 cm.  Museo del Prado. Madrid.

Román Ribera Cirera.  Soirée. 1894. Óleo sobre tela. 59 x 79 cm. MNAC (Museo Nacional de Arte de Cataluña). Barcelona.

 Música: Claude Debussy. Clair de lune.

To be continued in part 3 and last.