Giovanni Boldini: Exposición en Madrid con coetáneos españoles. Parte 2.

Continúa esta muestra en la Fundación madrileña con una cuarta sección que toma el título de BOLDINI, PINTOR DE LA VIDA MODERNA (1880-1890): desde finales de los 70, comienza Boldini a volcarse en el género del retrato, representando simultáneamente escenas de la vida en la ciudad de París. Retrata figuras de medio cuerpo llenas de brillo y color, de lo más granado de la sociedad parisiense, convirtiéndose en uno de los grandes del retrato social o mundano.

El cambio en la concepción de Boldini del género del retrato, no sólo fue debido a su ingenio, sino también a la influencia de otros artistas que convivían en esa época con él en la capital francesa como Singer Sargent o Jacques-Émile Blanche con quienes compartió la misma idea de renovación del género, igualmente que con los españoles Raimundo de Madrazo, Sorolla o Zuloaga

En su obra, predomina el retrato de hermosas mujeres que pasean o posan inmóviles exhibiendo su estatus de manera indolente, tocando el piano, leyendo un libro o rodeadas de flores o de animales de compañía, pero siempre mirando al artista de manera sugerente.

Boldini. El mantón rojo.1880. Óleo sobre tabla.  55,5 x 45 cm. Colección particular. Puede observarse la similitud de estilo y encuadre con el retrato de Aline Masson de Raimundo de Madrazo en 1870, pintado 10 años antes.

Boldini. La cantante mundana.1884. Óleo sobre lienzo. 61 x 46 cm. Museo Giovanni Boldini. Ferrara. Italia.

En 1886, retrató por primera vez a Giuseppe Verdi, cuadro que le regaló siete años después en Milán, retratándolo de nuevo a pastel en una hoja de papel en pocas horas. El retrato lo presentó en la Exposición de París del 1889 y en 1897 a la Primera Bienal de Venecia.

Boldini. Retrato de Giuseppe Verdi con sombrero de copa.1886. Pastel sobre tabla. 65 x 54 cm. Galleria d´Arte Moderna. Roma.

Boldini. Emiliana Concha de la Ossa.1888. Pastel sobre lienzo.  219,7 x 120 cm. Colección particular. 

Boldini. Elena o Sofía Concha de la Ossa.1888. Pastel sobre lienzo.  219,7 x 120 cm. Colección particular. 

Boldini. Dama de negro mirando el pastel de Emiliana Concha de la Ossa.1888. Pastel sobre lienzo. 96,4 x 65,3 cm. Museo Giovanni Boldini. Ferrara. Italia.

Boldini. Bar del Folie Bergère.1888. Óleo sobre tabla.  81 x 100 cm. Courtauld Collection. London. 

Boldini. Después del baño.1889. Óleo sobre tabla.25,4 x 34,3 cm. National Gallery of Art. Washington.

Boldini. Retrato de John Singer Sargent.1890. Óleo sobre tabla.  27 x 22 cm. Colección particular.

 

La quinta sección es denominada LOS PINTORES ESPAÑOLES Y EL RETRATO: EL ESPÍRITU DE UNA ÉPOCA.

Merece en este apartado, mención especial, Raimundo de Madrazo que fue el influencer de la época en los grandes retratistas de ese período tanto en los retratistas españoles como en los extranjeros. Con el retrato de Aline Masson marca un camino que sería imitado por muchos, entre ellos, Boldini con su retrato El manto rojo de 1880.

Ignacio Zuloaga y Joaquín Sorolla se especializaron en la realización de retratos elegantes, siendo, junto a Singer Sargent, Jacques-Émile Blanche, James Abbott McNeill WhistlerAntonio de la Gándara, y Giovanni Boldini, los retratistas más importantes de este estilo y época, en el que este género fue una vía de reconocimiento social.

El retrato se convirtió en una expresión de una posición social o anhelo por lograrla; en La Granja de san Ildefonso de Segovia, pintó Joaquín Sorolla en 1907 a su hija María mirando los peces, en posición elegante, e Ignacio Zuloaga  pintaba en lugar indescifrable a la moderna doña Adela de Quintana Moreno elegantemente vestida.

Otros retratistas españoles magníficos de la época, pero con otro estilo, son Manuel Benedito, casi simbolista, con una Cléo de Mérode -famosísima y muy bella bailarina belga- muy distinta a la que pintara Giovanni Boldini 9 años antes, o Ramón Casas que nos lleva a otro tipo de retrato, mostrándonos a la mujer sin circunloquios ni decoración externa alguna que pudiera modificar su esencia, como en La parisienne: está ella, es todo.

También los desnudos de mujer fue una suerte de retrato elegida por Joaquín Sorolla que realizó desnudos, como en Bacante en reposo, durante su etapa de pensionado en Roma, e influido por artistas como Mariano Fortuny. Este tipo de pintura se diferencia de otras que el artista realizó años más tarde, mucho menos sensuales y más intimistas como en el caso de Desnudo de mujer, en la que pinta a su mujer Clotilde, y en la que la figura femenina es más una compañera que un objeto sexual.

Raimundo de Madrazo. Retrato de Aline Masson.1870. Óleo sobre tabla.  47 x 40 cm. Colección particular.

Joaquín Sorolla. Bacante en reposo.1887. Óleo sobre tela.  30 x 69,5 cm. Museo de Bellas Artes. Valencia.

Joaquín Sorolla. María mirando los peces.1907. Óleo sobre tela.  81 x 105 cm. Colección particular.

Ramón Casas. La parisiènne.1900. Óleo sobre tela.  55 x 46 cm. Museo de Montserrat. Monasterio de Montserrat. Barcelona.

Manuel Benedito. Cléo de Mérode.1910. Óleo sobre tela.  160 x 108 cm. Colección Fundación Banco de Santander.

Ignacio Zuloaga. Retrato de Doña Adela de Quintana Moreno.1910. Óleo sobre tela. 202 x 161 cm. Museo de Bellas Artes. Bilbao. 

Joaquín Sorolla. Desnudo de mujer.1910. Óleo sobre tela.  81 x 105 cm. Museo Sorolla. Madrid.

El recorrido por la exposición termina una sexta sección  protagonizada por BOLDINI, RETRATISTA DE LA BELLE ÉPOQUE (1890-1920).

La presencia en 1897 de Giovanni Boldini en Nueva York, a donde viajó para exponer en la Quinta Avenida -ya era muy conocido-, coincidió con el regreso a Estados Unidos de John Singer Sargent. Ambos supieron trasmitir al público estadounidense la calidad y la modernidad del retrato en Europa, de la que ambos eran maestros de primerísima fila.

Boldini, en su retrato de James Abbott McNeill Whistler, funde al ya maduro pintor con el tipo de dandi cosmopolita, vestido con un elegante traje de etiqueta y lleno de vida.

Otro retrato elegante y moderno es el de Madame Veil-Picard, sentada en una chaise longue, vestida con traje de noche y con una postura de dejadez que le da un aspecto ciertamente sensual.

Las pinceladas de Boldini, cada vez más sueltas y desenfadadas, se centran en los retratos, pero también pinta algunas naturalezas muertas y estudios de manos femeninas.

Giovanni Boldini. Retrato de Josefina Alvear de Errazuriz. 1892. Óleo sobre tela. 80 x 60 cm. Colección Valter e Paola Mainetti.

Boldini. Autorretrato. 1892. Óleo sobre tela. 56 x 36 cm. Galería de los Uffizi en el Museo de Arte Moderno del Palacio Pitti. Florencia.

Boldini. Retrato de Gyp -condesa de Joinville-. 1894. Pastel sobre papel. 56 x 50,5 cm. Musée des Beaux-Arts. Dijon. Francia.

Boldini. Madame Veil-Picard. 1897. Óleo sobre lienzo. 198 x 100 cm. Instituto Matteucci. Roma.

Boldini. Desnudo de mujer joven. 1890-1900. Óleo sobre lienzo. 60 x 74 cm. Colección Arkes, particular.

Boldini. James Abbott McNeill Whistler. 1897. Óleo sobre lienzo. 170,8 x 94,6 cm. Brooklyn Museum. New York.

Boldini. Cléo de Mérode. 1901. Óleo sobre lienzo. 97,8 x 81,3 cm. Colección particular.

Boldini. Rosa en jarrón de sajonia. 1906. Óleo sobre lienzo. 46 x 60 cm. Colección particular.

Música: P. I. Tchaikovsky – El cascanueces – Pas de deux.