EL CLAUSTRO DE SAN JERÓNIMO EL REAL EN EL PRADO. Parte 1.

La iglesia de San Jerónimo el Real de Madrid, formó parte del Real Monasterio de San Jerónimo el Real fundado en 1462 por Enrique IV de Castilla de la casa Trastámara – Tras Tamaris (más allá del río Tambre)- hermanastro de Isabel la Católica, e hijos ambos de Juan II de Castilla.

El monasterio inicialmente denominado San Jerónimo del Paso, estuvo situado cerca del río Manzanares en el camino del Pardo, y habitado por frailes de la orden de san Jerónimo. La humedad de la zona y el buscar la cercanía de la zona noble de Madrid, hicieron que el General de la Orden solicitara al Papa de Xátiva, Alejandro VI Borja -Borgia en italiano- el cambio de asentamiento, justificándolo de aquella manera, cambio que fue autorizado mediante una Breve Papal -denominación de la mayoría de las Bulas Pontificias del Quinto Período  Papal  -1431 a 1878-,  al lugar donde hoy se encuentra la Iglesia, dominando desde arriba, la parte norte del museo del Prado.

El nuevo Monasterio de San Jerónimo El Real -en su ubicación actual-, se trasladó al este de la villa, extramuros, en un pequeño alto sobre el arroyo del Valnegral. Los terrenos fueron adquiridos mediante trueques hechos con las parroquias de San Pedro, San Ginés y Santa Cruz con la intermediación del Cardenal Cisneros.

Se desconocen quienes fueron los maestros tracistas, pero hicieron un trabajo de gran belleza y grandiosidad en estilo gótico-isabelino*,  que fue elegido para la jura de los Príncipes de Asturias desde Felipe II hasta Isabel II, jurando en total 28 príncipes y princesas  de Asturias. Continuaría creciendo el Monasterio, comenzándose a levantar un claustro nuevo, al oeste del anterior, en estilo plateresco, en torno a 1550-1560. Sería Felipe II quien ordenaría la construcción del Cuarto Real y del nuevo claustro mencionado.

*El estilo gótico-isabelino, también llamado estilo Reyes Católicos, es un estilo propio de la Corona de Castilla durante el reinado de los Reyes Católicos, y es un movimiento artístico puente entre el Gótico tardío y el Renacimiento.

Los jardines del Retiro de Madrid, recibieron esa denominación, porque allí fue construido el palacio del Buen Retiro, y ese palacio real se llamó así, por la proximidad de las habitaciones construidas en el monasterio de San Jerónimo el Real, utilizada para “retiro espiritual” de reyes y validos. La casa anexa al Monasterio con vistas al presbiterio, fue mandada construir por Felipe II a Juan Bautista de Toledo como lugar de retiro y meditación, siendo denominada Cuarto Real.

El Monasterio a mediados del siglo XVII –ya integrado en el palacio del Buen Retiro de Felipe IV- tenía entonces dos claustros, el construido en 1505 en estilo gótico-isabelino  y el otro de estilo plateresco, de cuya existencia se tiene primera constancia gráfica  en un plano de Pedro Texeira del año 1656, que muestra los dos claustros.

En 1672 fue demolido el antiguo claustro, el de estilo gótico-isabelino, para levantar uno más acorde con los nuevos tiempos, dirigiendo su construcción y diseño el arquitecto agustino recoleto Fray Lorenzo de San Nicolás,  en granito madrileño, que es el que actualmente está integrado en la parte de la ampliación del Museo del Prado llevada a cabo por el arquitecto Moneo y cuya construcción duró diez años.

El nuevo claustro, de planta cuadrada y levantado a base de bloques de granito, siguió el sobrio esquema de este tipo de construcciones, teniendo  dos niveles: el inferior, formado por un conjunto de cinco grandes arcos de medio punto en cada una de sus lados -cegados en su día al objeto de evitar el  derrumbe-, separados por columnas que se apoyan sobre grandes basas que soportan la cornisa sobre la que se levanta el segundo nivel de iguales características que el primero, cuyos arcos y columnas son de menor altura, protegido por una balaustrada lisa, coronando el conjunto una ancha cornisa sin decoración. En los arcos centrales de cada una de las caras está labrado, en el nivel inferior, las armas del Reino de Castilla, y en el superior las de la propia Orden Jerónima.

 

Armas del Reino de Castilla.

Escudo con las armas de la Orden Jerónima.

En esta obra de Luis Paret y Alcázar puede verse lo que sería la iglesia monacal al  final del siglo XVIII, cuando  juró como príncipe de Asturias el que luego sería  Fernando VII, ceremonia  plasmada  con gran minuciosidad  en su cuadro pintado en 1791, que se conserva en el vecino Museo del Prado, y  en el cual podemos imaginar cómo era el interior de la iglesia  en esa época.

Luís Paret y Alcázar. Jura de Fernando VII como Príncipe de Asturias. 1791. Óleo sobre lienzo. 237 x 159 cm. Museo del Prado. Madrid.

Las tropas francesas, que ocuparon la iglesia durante la invasión, destruyeron retablos y sillerías, y arramplaron con todo lo que pudieron, siendo al mismo tiempo bombardeado el Monasterio por las fuerzas españolas que atacaron a las francesas allí acuarteladas. En 1812, expulsados los franceses, volvieron los frailes, que intentaron reparar el destrozado edificio.

En 1835 con la aplicación de las desamortizacionescomenzadas por Godoy e impulsadas de forma definitiva por el ministro de hacienda Álvarez de Mendizabal, entre las que se aplicó  la de la supresión de todas las órdenes religiosas que no tuvieran como fin único la beneficencia, al tiempo que se  expropiaban sus bienes, poniéndolos en venta, el Monasterio con su Iglesia fueron desmantelados, transformándose primero en residencia de inválidos de guerra y residencia de  veteranos, más tarde en cuartel y parque de artillería y por último en hospital de enfermos de cólera.

En 1855, bajo el impulso y financiación del rey consorte, Francisco de Asís, marido de Isabel II, se comenzó la reconstrucción del templo, bajo la dirección de Narciso Pascual y Colomer quien añadió al edificio las dos torres de estilo “gótico fantasioso”.

To be continued in part 2 and last.

Música. ¿Con qué la lavaré? Juan Vásquez (1510-1560). Intérpretes: La Colombina.