NUESTROS ORÍGENES. Parte 3.

La mayor o menor capacidad cerebral, en los animales, es lo que aporta  una mayor o menor capacidad de aprendizaje y una mejor o peor adaptación a la realidad que les rodea, aprendizaje que se realiza por el mecanismo ensayo-error y la repetición.

Sin embargo, el hombre puede diseñar o idear con su imaginación, porque puede abstraerse de la realidad, llevándola a su mente. El hombre puede utilizar el método ensayo-error para perfeccionar lo ideado, pero para el diseño ha tenido que pensar, y ha necesitado la herencia de lo que otros hombres han pensado antes que él. El hombre no sólo produce técnicas, sino además cultura, que es un fruto del pensamiento.

El aprendizaje realizado por los animales, lo añaden a sus comportamientos meramente instintivos. Sin embargo, el pensamiento del hombre es una capacidad inmaterial, que nos permite tener en nuestra mente las cosas que captan nuestros sentidos, relacionarlas, y procesarlas en el cerebro, llegando por abstracción, a certezas inmateriales.

Concluyendo se puede pensar que el primer ser humano fue el homo sapiens, ya que, a pesar de mantener su tamaño cerebral estable, hizo evolucionar las industrias primitivas, creando unas culturas, que muy pronto formaron sociedades en las que se dio culto a los muertos, se inició la ganadería, la agricultura, y las manifestaciones artísticas. Esto sólo es explicable por la aparición de una inteligencia inmaterial, que no necesitó de un aumento del tamaño cerebral, porque con el pensamiento se pudo adaptar a cualquier medio, superando la capacidad de un mero aprendizaje psíquico. El homo sapiens es la única especie que se ha adaptado a todos los medios, y los ha conseguido dominar, y en mucho menos tiempo del que emplearon sus predecesores.

La citogenética nos muestra que a cada especie corresponde un número fijo de cromosomas -con muy pocas excepciones-. Por ejemplo, el número cromosómico de la especie humana es de 46, y del chimpancé, gorila y orangután 48, aunque con algunas diferencias intracromosómicas, estos últimos.

Las cadenas de ADN se duplican para dar lugar a nuevas células, algunas de las cuales producirán la descendencia. En esta duplicación puede haber errores en la copia de un gen, que es lo que se llama mutación génica. Estas mutaciones, pueden no suponer algún cambio, pero otras veces producen una variación en el funcionamiento de ese gen; cuantas más veces se divide una célula o más generaciones pasan, lógicamente, más mutaciones pueden producirse.

Comparando ADNs de especies distintas, se puede saber cuánto tiempo hace que se separaron las mismas. El chimpancé y el hombre difieren tan sólo en un 1% de su ADN y de su estructura cromosómica, y sus líneas evolutivas se separaron hace unos cinco millones de años en la época de los australopitecos. La diferencia entre el hombre y el gorila parece inferior, y su separación dataría de hace unos ocho millones de años, también en la época de los australopitecos. Antes de conocer los datos moleculares, no se tenía claro si éramos más parecidos al gorila o al chimpancé, pero hoy se sabe, que el chimpancé está biológicamente mucho más próximo al hombre que al gorila. Que el hombre sea biológicamente tan próximo al chimpancé y sea tan superior, señala que la superioridad existencial del hombre no puede radicar en su materialidad, sino en el ser espiritual.

Comparando por medio de la biología molecular el ADN de las razas humanas actuales, se deduce científicamente que todas confluyen hace alrededor de 100.000 años, lo que significaría que todos los hombres actuales proceden probablemente del homo sapiens. Parece ser también, que todas las lenguas confluyen en una lengua ancestral que existió hace unos 100.000 años, por lo que se deduce que el homo sapiens fue la primera especie capaz de hablar*.

*Estudios de Johanna Nichols, de la Universidad de California en Berkeley.

El mecanismo de formación de especies nuevas -especiación- podría deberse a las barreras geográficas, que impedían el cruce entre dos poblaciones de la misma especie durante largos períodos de tiempo, no pudiendo transmitirse sus cambios genéticos, lo que podría acabar dando lugar a especies distintas. También existen barreras genéticas, que pueden producirse mediante mutaciones cromosómicas. Una mutación cromosómica no tiene porqué significar algún cambio en los genes, pero si un cromosoma de un individuo se divide en dos -mutación cromosómica denominada disociación-, sus cromosomas no se pueden unir a los de los otros animales de la especie de partida, produciéndose espermatozoides y óvulos imposibles entre ellos, dando lugar a la infertilidad.

Ese individuo, no se perpetuará en la especie, a no ser que se cruce con una pareja que posea la misma mutación, entonces darían lugar a una nueva especie, produciéndose una especiación instantánea.

Desde el ancestro común al hombre y al chimpancé -5.000.000 de años-, ha habido, en la línea evolutiva que conduce al hombre, cuatro mutaciones cromosómicas, dato que coincide con las cuatro especies del australopiteco, homo hábilis, homo erectus y homo sapiens.  Esto podría significar que son especies biológicamente distintas, y que se originaron por especiación instantánea debido a una mutación cromosómica.

Tras lo expuesto desde el punto de vista científico, es adecuado pensar, que Adán tuvo que ser el primer individuo de la especie de los homo sapiens, aunque nada significaría que pudiera haber sido anterior en fechas a las estimadas por la ciencia, siendo en cualquier caso el primer individuo de la primera especie derivada de los australopitecos con inteligencia reflexiva, es decir, con alma.

Las religiones dicen que el alma de cada hombre es inmediatamente creada e insuflada por Dios en cada nuevo individuo de la especie humana en el momento de su concepción. Hay teólogos, que consideran que Adán tuvo que ser concebido y nacer, creado -por Dios- en estado embrionario. Científicamente parece más normal que hubiera aparecido como los individuos de muchas nuevas especies, engendrado, con una nueva mutación cromosómica, por un homínido exteriormente parecido a él, pero de una especie distinta. Sus progenitores biológicos no serían filosóficamente sus padres, ya que este concepto se reserva en filosofía, para quien engendra algo de su propia especie.

Ese individuo engendrado y nacido, sería el primero con una dotación cromosómica y genética correspondiente a la especie humana, y por tanto, Dios creó y le insufló su alma, como hace con cada ser humano, pero tuvo que haber otro ser creado con la desviación cromosómica de igual especie, a la que también le sería infundida un alma: Eva, la primera mujer.

La unión de dos células -espermatozoide y óvulo- de homínidos con mutación cromosómica de carácter humano, pudieron producir una nueva célula con dotación genética y cromosómica humana, que aun siendo unicelular, va a ser capaz de desarrollar un organismo completo -individuo de la especie humana- al que Dios infunde de forma sobrenatural y por su omnipotencia, un alma creada en ese momento.

Hay otras teorías EN CUANTO A LA ANTIGÜEDAD DE ADÁN -no en cuanto a la evolución- como la del Adán cromosomal Y, que es el individuo más antiguo que poseía un cromosoma Y, del cual descendemos todos los cromosomasY de la población humana actual.

Un estudio evolutivo de la Universidad de Stanford sobre 93 polimorfismos genéticos humanos hallados en este cromosoma, en mil individuos de 21 regiones del mundo, calculó que el antepasado masculino común a todos los hombres actuales, ADÁN, vivió en África hace cincuenta mil años. Esta época es bastante posterior a la de nuestra antepasada común EVA mitocondrial*.

*El ADN mitocondrial es el pequeño cromosoma circular que se encuentra en la mitocondria. Las mitocondrias son orgánulos celulares donde se produce energía. Las mitocondrias, y por tanto el ADN mitocondrial, solo se heredan de la madre.

Al seguir la línea genealógica por vía materna de cada persona de toda la humanidad, la EVA mitocondrial correspondería a un antepasado femenino común a toda la población actual de los seres humanos -homo sapiens-.

Basándose en la técnica de reloj molecular, los investigadores estiman, que este nuestro primer ancestro femenino con alma, vivió aproximadamente hace 200.000 años, en la región de África oriental. En fin, ni los científicos se ponen de acuerdo, y dentro de algunos años, los datos serán diferentes.

Como se dijo, ciñéndonos al relato y a las fechas masoréticas, ADÁN Y EVA fueron creados aproximadamente hace 6.000 años (4.164 años a.C.), y dentro del campo de la Ciencia, el asunto es bien distinto -y tampoco preciso-, señalando como fecha de la aparición de ADÁN y EVA como primeros HOMOS SAPIENS hace aproximadamente 100.000 años en algunas hipótesis, y en otras, en fechas diferentes.

Esto podría parecer como una lucha entre el relato masorético y las conclusiones científicas -que cada vez irán aproximándose más a la verdad-, pero no es así. Lo que difiere, es la forma del relato para la cultura de aquella época, y con la interpretación de unos espacios/ tiempos, de los cuales, en unos se tenía referencia histórica de esos períodos y en otros ninguna.

NOTA: Un gen es una porción de ácido desoxirribonucleico -ADN- que codifica para una proteína o ARN -sigla de ácido ribonucleico, ácido nucleico que participa en la síntesis de las proteínas y realiza la función de mensajero de la información genética-. Un cromosoma es una estructura nuclear que corresponde al empaquetamiento del ADN donde se encuentran una cantidad de genes. Es decir, el cromosoma es una gran porción de ADN, la molécula encargada de la información genética de los seres vivos, la cual se expresa a través de los genes.

Música siglo IV a.C. babilónica.

To be continued in part 4.