NAVARRA Y SUS MONARCAS Y CASAS REINANTES MIENTRAS FUE REINO. Parte 2.

Dedicado a mi amigo J. C. G. Q.  en agradecimiento por su regalo del libro Historia de los reyes de León, con mi deseo de que mejore pronto.

Sancho  Ramírez, que fue Sancho V de Pamplona y I de Aragón, hijo de Ramiro I  de Aragón -y por tanto nieto de Sancho Garcés III el Mayor de Pamplona- y de Ermesinda de Foix, contrajo matrimonio con Isabel de Urgel, unión de la que nació Pedro I Sánchez el Católico –rey de Pamplona y Aragón desde 1094 a 1104-, monarca que sobrevivió a su hijo varón primogénito, siendo heredadas ambas coronas por su hermanastro Alfonso I el Batalladorrey de Pamplona y Aragón desde 1104 a 1134, hijo de su mismo padre Sancho V  de Pamplona y I de Aragón  y de Felicia de Roucy.

Sancho V de Pamplona y I de Aragón.

El Batallador, destacó en la lucha contra los musulmanes, y llegó a duplicar la extensión de los reinos de Aragón y Pamplona tras la conquista de Zaragoza. Por su matrimonio con Urraca I de León, gobernó también sobre León, Castilla y Toledo, haciéndose llamar Emperador de las Españas, hasta la anulación de su matrimonio por el rechazo al mismo de forma reiterada de la nobleza, que la solicitó a la Iglesia, siendo concedida por ésta. Sus campañas lo llevaron hasta las ciudades de Granada, Valencia y Córdoba, obteniendo grandes victorias sobre los musulmanes en Valtierra, Cutanda, Cullera y Arnisol.

Alfonso I el Batallador.

Mapa de las conquistas de Alfonso I (en naranja conquistas a los musulmanes, en verde  medio, territorios del reino de Pamplona recuperados de Castilla, en beige zonas de frontera repobladas por Alfonso y en morado zonas de frontera iniciales entre la taifa de Zaragoza y el reino de Aragón).

Alfonso I el Batallador de Pamplona y Aragón  casó con Urraca, -hija de Alfonso VI de León-, mujer que en primeras nupcias había contraído matrimonio con Raimundo de Borgoña con el que tuvo dos hijos: Alfonso VII de León el Emperador y su hermana mayor Sancha. Así pues, Alfonso VII de León era hijastro de Alfonso I el Batallador, rey de Pamplona y Aragón.

Urraca I de León.

Alfonso I el Batallador, sin hijos con Urraca, legó sus reinos de Pamplona y Aragón a las Órdenes Militares de los Templarios, a la de San Juan de Dios y a los caballeros del Santo Sepulcro de Jerusalén, pero nadie cumplió su testamento, que indignó a todos, y los nobles aragoneses se reunieron en Jaca, coronando a su hermano Ramiro rey de Aragón, con el nombre de Ramiro II Sánchez el Monje, eligiendo por otro lado los pamploneses a García V Ramírez el Restaurador  –hijo del infante Ramiro Sánchez y biznieto de García Sánchez III el de Nájera-, señor de Monzón y de Logroño, y de Cristina Rodríguez, hija de Rodrigo Díaz de Vivar, “El Cid Campeador”. García V reinó sobre los pamploneses desde 1134 a 1150. LOS REINOS DE PAMPLONA Y ARAGÓN VOLVIERON A ESTAR SEPARADOS tras 58 años de unión.

Le sucedió en Pamplona su hijo Sancho VI el Sabio que reinó en Pamplona/Navarra entre 1150 y 1194 y que en 1162 cambió su titulación de rey de Pamplona por la de  rey de Navarra.

Reinó acosado por el emperador Alfonso VII de León y Castilla -de quien fue vasallo- y por el conde de Barcelona  Ramón Berenguer IV,  que decidieron repartirse el reino de Pamplona, ya que el Papa no lo reconocía como rey, sino como duque –Dux Pampilonensium-, porque según la interpretación del Santo Padre del testamento de Alfonso I el Batallador, el reino debía pertenecer  a las Órdenes militares y religiosas.

Sancho VI el Sabio casó a su hermana Blanca  con el que sería Sancho III de Castilla primogénito de Alfonso VII de León y Castilla el Emperador-. Sancho VI  y Alfonso firmaron entonces la paz en Soria, que se afianzó con la boda de doña Sancha -hija de Alfonso- con el rey pamplonés, aunque posteriormente el rey leonés volvió a firmar con Ramón Berenguer un acuerdo en 1157 para repartirse el reino de Pamplona (la cabra siempre tira al monte). El 21 de agosto de ese año murió Alfonso VII el Emperador, jurando Sancho VI de Pamplona vasallaje al nuevo rey de Castilla, su cuñado Sancho III.

La repentina muerte de Sancho III de Castilla el 31 de agosto de 1158, dejó el trono castellano en manos de su único hijo Alfonso VIII -el de las Navas deTolosa- de tres años. Sancho VI supo aprovechar esta oportunidad para librarse del vasallaje.

En agosto de 1162, murió Ramón Berenguer IV, dejando el trono de Aragón y el condado de Barcelona a su mujer, Petronila, que abdicó en su hijo Alfonso II, cuando cumplió 7 años.

Dos reyes-niños dejaban a Sancho VI la libertad para intentar expandir su reino. Cambió la intitulación de reino de Pamplona por la de reino de Navarra  ese año, pactando una tregua de trece años con los tutores del rey aragonés, para asegurarse la frontera oriental y  poder atacar a Castilla.

Reino de Navarra con Sancho VI el Sabio.

En otoño de ese mismo año -1162- atacó Castilla por todos sus frentes, anexionándose parte de La Rioja. Tras estas conquistas, pactó con Castilla y Aragón el reparto de lo conquistado a los musulmanes.

Del matrimonio de Sancho VI con Sancha de Castilla –hija de Alfonso VII de León el Emperador y de Berenguela de Barcelona-, nacieron 6 hijos, Su sucesor Sancho VII el Fuerte de Navarra se casó con Constanza de Tolosa, pero el hijo que tuvieron -según las Crónicas del Príncipe de Viana- murió a los 15 años, quedando sin descendencia. Sancho VII repudió en 1200 a Constanza, casándose con Clemence, hija de Federico I “Barbarroja”, Emperador del Sacro Imperio de la Casa Hohenstaufen, con la que no tuvo hijos, aunque regó sus reinos con algunos ilegítimos, y su sangre siguió fluyendo por obispados y casas nobles de los reinos de Aragón y Navarra. Sancho VI tuvo también una hija, Blanca, que casó con Teoblado III de Champaña.

Sancho VII el Fuerte, destacó en la cruzada contra los musulmanes, cabalgando con sus tropas en vanguardia de la fuerza cristiana , en la Batalla de las Navas de Tolosa -1212- llegando el primero a la tienda del miramamolín, tomando las cadenas protectoras de la tienda y la esmeralda del sultán, las cuales incorporó al escudo de Navarra, sustituyendo el que hasta entonces había sido su emblema personal, el Arrano beltza –Águila negra-, por uno nuevo  con los símbolos de lo conquistado al musulmán.

Arrano beltza.

Sancho VII el Fuerte de Navarra y Jaime I de Aragón firmaron en 1231 un tratado de prohijamiento -que no se cumplió-, por el que acordó que aquel de los dos que sobreviviese al otro, ocuparía su reino sin obstáculos.

En 1224 Sancho VII enfermó recluyéndose en Tudela de forma permanente, apodándole a partir de entonces “el Encerrado”. No existiendo un heredero directo y legítimo al haber fallecido su hermano Fernando, el heredero aceptado por la nobleza navarra fue Teobaldo de Champaña el Trovador, hijo de la hermana de Sancho VII, Blanca y del conde Teobaldo III de Champaña, que aunque no era del gusto del rey enfermo, fue coronado, lo que supuso la entronización en Navarra de dinastías francesas -primero la de Champaña, después la Capeta y por último la de Évreuxdurante casi dos siglos, que al disponer de territorios más importantes en Francia, se despreocuparon en mayor o menor grado del gobierno del reino navarro.

Sancho VII el Fuerte falleció el 7 de abril de 1234 en Tudela, acabando así la dinastía JIMENA, siendo sucedido por su sobrino Teobaldo I el Trovador de Champaña.

CASA DE CHAMPAÑA EN NAVARRA

Armas de la Casa de Champaña.

Los reyes navarros de la Casa de Champaña proporcionaron al reino reformas políticas, institucionales y económicas importantes, que supusieron un punto de inflexión en el devenir del reino, en su paso de la Alta Edad Media a la Baja Edad Media.

Teobaldo I  el Trovador rey de Navarra y IV conde de Champaña reinó entre 1234 y 1253. Fue coronado con 33 años en la catedral de Pamplona, siendo elevado en la coronación sobre un escudo blocado* como era tradición. De los 19 años de reinado sólo estuvo en Navarra 6, debiendo atender a sus compromisos en Francia. Se encontró inicialmente con la oposición de la nobleza navarra debido a su forma de gobierno personalista, apoyada en su senescal francés, aunque a los 5 años de su reinado, logró llegar a acuerdos con los infanzones, creando una comisión de diez ricoshombres, veinte caballeros, diez eclesiásticos, su consejo personal y el obispo de Pamplona, para poner por escrito unos fueros. De este modo surgió la primera redacción de los fueros navarros, el conocido como Fuero Antiguo, parte fundamental del Fuero General.

*Los escudos blocados usados durante el medievo eran de madera y podían ser fácilmente partidos de un golpe, por lo que solían ser reforzados con una estructura metálica en forma de cruz, de estrella o similar. Es lo que se denomina un escudo blocado.

Una de las reformas administrativas más importantes, fue la creación de merindades -que estarían hasta el siglo XIX- con objeto de aumentar los ingresos, introduciendo los usos contables, para control de la fiscalidad. Las merindades eran territorios que estaban bajo la jurisdicción de un merino, oficial público responsable de la administración económica, financiera y judicial de la merindad.

Merindades.

Teobaldo participó en la VI Cruzada a Tierra Santa, consiguiendo la entrega de Jerusalén a los cristianos en 1240, debiendo ayudar a su regreso, al rey de Francia san Luís IX -del que era vasallo por Champaña y Brie- en la lucha contra Enrique III de Inglaterra -hijo de Juan I sin Tierra, nieto de Leonor de Aquitania y sobrino de Ricardo I Corazón de León-. Teobaldo, al margen de destacar como político, diplomático y militar, tuvo gran afición por la música y la poesía, por lo que recibió el apodo de “el Trovador”.

Teobaldo I rey de Navarra y IV  conde de Champaña se casó en tres ocasiones: en primer lugar con Gertrudis de Dagsburgo, de la que se divorció a su mayoría de edad y no tuvo hijos; en segundas nupcias con Inés de Beaujeau, matrimonio del que nació Blanca de Navarra, y al fallecimiento de Inés, con Margarita de Borbón, con la que tuvo seis hijos, entre ellos los dos siguientes reyes navarros, Teobaldo II  y Enrique I.

Teobaldo II de Navarra el Joven, reinó entre 1253 y 1270, casándose en 1255 con Isabel de Francia, hija de san Luís IX rey de Francia. Subió al trono con 15 años, siendo regentado el reino por su madre, que presionada por los nobles, tuvo que renunciar a la regencia a favor de un consejo de “doce buenos hombres”.

Teobaldo para la ceremonia de coronación -1257- hizo cambiar la fórmula de elevación sobre el escudo blocado, por el rito de la unción y coronación, costumbre sacramental ésta, que era la practicada por los reyes de Francia.

Impulsó el asentamiento del sistema de merindades, eliminando el de las Tenencias*, legislando para que cada rey de Navarra sólo pudiera acuñar un tipo de moneda durante su reinado, ley que juraron los posteriores reyes navarros.

*Las Tenencias eran distritos que, con centro en un lugar fortificado, articulaban el control de los hombres y la tierra en la monarquía pamplonesa, hasta la primera mitad del siglo XIII, siendo regidas por los barones o señores más significados de la nobleza hereditaria, desempeñando por mano del rey, funciones políticas, militares, judiciales y fiscales.

Fue uno de los promotores de la VIII Cruzada a Tierra Santa, muriendo –sin hijos- durante la misma, en Trapani –Sicilia-, en 1270.

Le sucedió su hermano menor Enrique I de Navarra el Gordo, que reinó solamente 3 años entre 1271 a 1274. En lo doméstico, continuó con las reformas establecidas por su padre y su hermano, y en el plano internacional llevó a cabo una política prudente, buscando la paz con Castilla y con Inglaterra.

Enrique I casó con Blanca de Artois -hija de Roberto de Artois, hermano de san Luís IX de Francia– de la que nacieron dos hijos: Teobaldo, que falleció el año de su nacimiento -1272-, al caer por una ventana del castillo de Estella, desde los brazos de su nodriza y Juana, que subiría al trono con el nombre de Juana I. Enrique el Gordo falleció en Pamplona en 1274.

Juana I nacida en 1273, se convirtió en reina con 1 año, reinando entre 1274 y 1305. Su madre Blanca de Artois, nombró junto a las Cortes Navarras, gobernador a Pedro Sánchez de Monteagudo, señor de Cascante.

Tanto Alfonso X el Sabio de Castilla como Jaime I de Aragón al ver la corta edad de la reina, comenzaron a llevar a cabo acciones militares en el caso del primero y políticas en el del del segundo, para intentar hacerse con el reino navarro por la vía matrimonial. Para darse tiempo y espacio para pensar y decidir, Blanca de Artois envió a la niña-reina a la corte francesa bajo la protección de Felipe III de Francia.

Las Cortes navarras, en las que predominaba el sector afín al rey de Aragón, declararon que sólo reconocerían a Juana I como reina si contraía matrimonio con el infante Alfonso de Aragón, nieto del rey de Jaime I de Aragón.

Pero Felipe III  de Francia por el Tratado de Orleans de 1275, asumió la regencia de Navarra hasta que la joven reina alcanzase la mayoría de edad, permaneciendo hasta entonces Juana en su corte. Esta medida fue rechazada por buena parte de la nobleza navarra, especialmente por la facción liderada por el opositor García Almoravid.

Probablemente, animados por este último, la ciudad de la Navarrería de Pamplona –uno de los tres burgos que conformaban Pamplona- organizó un dispositivo bélico frente a los otros dos burgos pamploneses –Burgo de San Cernin y la Población de San Nicolás-, amparándose en un privilegio otorgado por Enrique I el Gordo. La tensión se acrecentó, teniendo que dar permiso el gobernador Pedro Sánchez de Monteagudo, a los otros dos burgos, para que se fortificasen. La situación se agravó, siendo nombrando un nuevo gobernador de la confianza de Felipe III de Francia, que venció a los de la Navarrería –devastándola- y al obispo de Pamplona que los apoyaba, con un ejército llegado de Francia, acabando también de paso con las reivindicaciones de Alfonso X de Castilla y del rey de Aragón.

Música medieval polifónica de Guillaume de Machaut.

To be continued in  part 3.