Categoría: Política

Las reinas vírgenes. Isabel I de Inglaterra. Parte 2.

 

Tras el fracaso de Wyatt *, Isabel permaneció prisionera en la Torre de Londres,  pero su ejecución solicitada por algunos miembros del séquito español no fue permitida ni por su hermanastra María ni por la corte. La reina, intentó apartar a Isabel de la línea sucesoria como castigo, pero el Parlamento no lo consintió y tras dos meses de encierro en la Torre, Isabel fue entregada para su vigilancia a Sir Henry Bedingfield.Read More

Las reinas vírgenes. Parte 1.

El cometido fundamental de las reinas de las diferentes dinastías y casas reinantes en las edades antigua -en algunos casos- media y moderna, era la procreación, para proporcionar sucesores, que pudieran garantizar la continuidad de la familia reinante.Read More

El Cardenal Infante Borbón mal tratado por el rey; sus hijos con el apellido recuperado. Parte 3.

Ocho días después de la muerte del Infante Luís Antonio de Borbón Farnesio, Carlos III ordenó la retirada a su cuñada de los tres hijos, confiando la educación de éstos al cardenal arzobispo de Toledo, Francisco Antonio de Lorenzana y Buitrón, por decreto fechado en La Granja a 13 de agosto de 1785.Read More

El Cardenal Infante Borbón mal tratado por el rey. Parte 2.

Los dos hermanos, Carlos III y el Infante Luís Antonio se llevaron bien, compartiendo su afición por el arte, la conversación y la caza, reuniéndose frecuentemente para que Carlos hablara de sus experiencias en Italia. Al año de llegar a España, murió la reina María Amalia de Sajonia que había dado al matrimonio 11 hijos, y Carlos, que había practicado la monogamia y que amaba profundamente a su mujer, decidió no volverse a casar.Read More

El Cardenal Infante Borbón mal tratado por el rey. Parte 1.

Dedicado a mi querido amigo C.B.A del M., esperando que no le resulte farragoso ni de difícil digestión, aunque a veces no se consiga lo que se pretende.

La manera en la que el Cardenal Infante Fernando de Austria -hermano de Felipe IV- fue tratado por la corte, pleno de honores y parabienes, no tuvo nada que ver con la forma en que se trató al Cardenal Infante Luis Antonio de Borbón y Farnesio -hermano de Carlos III-, con frecuentes vejaciones y dolorosas humillaciones.Read More

EL ARTE AUSTRIACO DEL S. XX: KLIMT y la Sezession. El ANSCHLUSS y paso de Österreich a Ostmark; el expolio alemán.

Que la luz del balcón ilumine tu lado izquierdo, ordenó Gustav a Ádele. Me desnudo, preguntó ella con el visible deseo de hacerlo reflejado en sus ojos bazos?. No, sólo te deseo sin ropa para mí; en este retrato intentaré plasmar tu belleza para que el mundo pueda apreciarla, y me envidie y te adore.

Corría el año 1903 y Ádele había convencido a su marido Ferdinand para que encargara algún cuadro, entre ellos algún retrato, a su adorado Gustav Klimt, al que veneraba además de por su arte, por la relación íntima iniciada tras conocerse hacía unos meses, en una de las frecuentes y célebres fiestas que organizaban los Bloch-Bauer en su magnífica mansión del número 18 de la selectiva Elithabethstrasse vienesa, enfrente de Schillerplatz, a la que asistían intelectuales, artistas y lo más selecto de la sociedad vienesa.

Adèle Bloch-Bauer.

La noche que Gustav fue invitado por primera vez  a la casa de los Bloch-Bauer en otoño de 1902 –tenía Adele 21 años y Klimt 40-, asistían a la velada, un joven de 20 años Stefan Zweig que acababa de publicar su primer libro de poemas Cuerdas de plata –Silberne Saiten-, Richard Strauss, que siendo ya un músico exitoso, acababa de estrenar su segunda ópera con un rotundo fracaso –Feuersnot– en 1901, Gustav Mahler y su mujer Alma, Richard Brahms, el dramaturgo Arthur Schnitzler y el arquitecto Otto Wagner entre otros.

Gustav Klimt con su habitual indumentaria.

Ádele desde niña había vivido junto a su hermana Therese y otros 5 hermanos en un ambiente de gran abundancia económica, gracias a los negocios financieros de su padre Moriz Bauer, casado felizmente con Jeanette. Nació en la primavera de 1881 y en cuanto tuvo 18 años, mujer inconformista y adelantada a su tiempo, buscó abandonar el ambiente conservador del hogar familiar, casándose sin estar enamorada con el industrial azucarero judío –su familia también lo era, claro- Ferdinand Boch 16 años más mayor que ella y ya muy rico, lo que le permitió poner en marcha sin trabas su talante progresista, haciendo frecuentes donaciones a asociaciones obreras dedicando gran parte de su tiempo a luchar por el sufragio femenino, lo que señalaba su carácter combativo, no sintiéndose nunca satisfecha por sus logros, conduciendo su desarrollo vital hacia objetivos que nunca sería capaz de alcanzar, lo que le producía una insatisfacción permanente, convirtiéndola en un alma frágil, angustiada, enfermiza y desdichada, manifestándose altiva  y engreída como escudo para proteger su debilidad, sintiendo además una fascinación incontenible por el arte, no siendo, a pesar de las frecuentes fiestas a las que asistía y organizaba alrededor del arte, una mujer festiva.

Tras la boda, su marido Ferdinand, presentó a la familia Bauer  a su hermano Gustav Bloch, abogado, financiero y hombre de grandes habilidades musicales, que desde el primer momento mostró gran atracción por Therese,  la hermana de Adele siete años mayor que ella, con la que se casó un año después, teniendo 5 hijos –dos niñas y 3 varones-, de los cuales el favorito de  Adele –nunca se le supieron hijos- fue Robert. Así pues, dos  hermanos casados con dos hermanas y los dos matrimonios cambiaron sus apellidos, pasando a llamarse Bloch-Bauer.

Adèle conoció a Gustav Klimt y se enamoró perdidamente de él. Pasaron algún año viéndose furtivamente con mucha ansiedad y pasión. Una de las formas menos llamativas de estar más tiempo junto al artista  sin alarmar  a su entorno, fue convencer a su marido Ferdinand de  que le encargara algunos cuadros, y entre ellos algún  retrato de ella, lo que le permitió pasar mucho tiempo en su estudio junto a él -en realizar La dama dorada (uno de sus retratos) tardó 5 años-, pero dedicando más tiempo al tálamo que al óleo, ya que cada día, con el primer beso, se perdía el primer trazo de carboncillo en el infinito… Así, Ferdinand su marido, pudo permanecer sin hacer preguntas comprometedoras,  que sin duda tampoco hubieran sido incontestables para ella, aunque las potenciales respuestas hubieran podido causarle melancolía a él, ya que la contestación sería obvia, aunque algo difícil de asumir, y sin posible réplica a esa sin duda dolorosa contestación.

Adèle sirvió a Klimt como modelo de mujer nueva, independiente, con criterio propio, luchadora, y al mismo tiempo mujer “fatal”. Aunque Gustav elegía a sus musas para crear con ellas un clima erótico -aunque sin publicidad-, a Adèle nunca llegó a pintarla desnuda ni con sugerencias eróticas, deseando su desnudez sólo para él.

Adèle no tuvo hijos al parecer, ni con Klimt, a pesar del natural creativo del artista  que tuvo más de 18 hijos ilegítimos, con mujeres tanto de la burguesía, como con chicas de la calle que pasaron por su taller, ya que siempre necesitó estar rodeado de mujeres. Durante los 30 años de su vida en que mantuvo una relación con Emile Flöge “de aquella manera”, tuvo 14 hijos con unas y otras.

Emile Flöge y Gustav Klimt.

La eterna compañera del artista fue Emilie Flöge (1874-1952), hermana de la mujer viuda de su hermano Ernest Klimt. La vida de muchos artistas, casi de cualquier época, ha estado siempre rodeada de mujeres: musas, clientes, marchantes, compañeras, y quizá todas amantes. De entre todas las mujeres de Klimt, Emile sobresalió entre las demás por la duración de su relación/amistad, y quizá por el morbo de la falta de conocimiento sobre el contenido de la misma, estando hasta la muerte del pintor a su lado. Durante las relaciones intensas de Klimt con otras mujeres, especialmente con Adèle, permanecía Emilie  apartada de él, volviendo cuando era requerida.

Emilie Flöge fue una dama de la sociedad vienesa que comenzó como costurera, y  llegó a tener junto con su hermana Helene (viuda de Ernest Klimt) una tienda de moda que fue una de las mejores de Viena. Es posible que el conocido cuadro de Klimt, El beso, esté protagonizado por  Gustav y Emilie.

Gustav Klimt. El beso. 1907-1908. Óleo sobre lienzo. 180 x 180 cm. Österreichische Galerie Belvedere. Viena.

Tras algunos años de pasión desenfrenada con Adèle, la relación fue moderándose y siguieron viéndose cada vez con menos frecuencia y pasión hasta 1911, año en que fue galardonado el artista con el primer premio de la Exposición Universal de Roma. El 6 de febrero de 1918 murió en Alsergrund  de “gripe española”,  tras haber pasado amplios  períodos de mala salud. Adéle moriría ocho años después -en 1925-, parece ser que de meningitis.

El exitoso negocio de las hermanas Flöge empezó a ir mal con la llegada del Tercer Reich a Austria. Después de la anexión o Anschluss, en 1938, muchas de las clientas adineradas e importantes habían huido a Suiza, por lo que el negocio tuvo que ser cerrado. Durante algún un tiempo, siguieron trabajando en su piso  de la Ungargasse donde realizaban algún encargo puntual.

Durante los bombardeos aliados en la Viena nazi, su apartamento en la Ungargasse fue destruido. En él se guardaba una gran colección de ropa de Emilie y cuadros que había heredado de Klimt.

Emilie Flöge volvió a Viena después de la guerra. Allí pasó los últimos años de su vida. Murió el 26 de mayo de 1952 a los 77 años de edad.

Gustav Klimt nació en Baumgarten, un 14 de julio de1862 y fue un pintor simbolista, y el representante más notable del modernismo austríaco. Klimt, utilizando el desnudo femenino como una de sus fuentes de inspiración básicas, impregnó  sus obras  de una gran sensualidad, siguiendo la línea de Ingres y Rodin en sus dibujos eróticos.

Klimt fue el segundo de siete hermanos, heredando los tres varones las inclinaciones artísticas de su padre Ernst Klimt, grabador de oro y de su madre Anna Finster aficionada al belcanto. En una familia sin demasiadas posibilidades económicas, Gustave,  con catorce años, consiguió gracias a su talento, una beca para estudiar en la  la Escuela de Artes y Oficios de Viena, donde se formaría hasta los 21 como pintor y decorador de interiores. La educación artística recibida fue clásica, por eso, la primera parte de su obra puede considerarse académica. Junto a su hermano Ernst –también en la Escuela- y Franz Matsch, montaron la “Compañía de artistas”, colaborando como asistentes de su profesor en la decoración del Kunsthistorisches Museum de Viena,  en cuya escalera se pueden admirar 40 pinturas en las pechinas e intercolumnios, que decoran los estrechos espacios de pared que quedan entre los arcos y las columnas, 11 de las cuales son obra de Gustav Klimt, y el resto  son de su hermano Ernst y de Franz Matsch. Klimt. Comenzó su carrera individual pintando interiores de grandes edificios públicos de la Ringstrabe -avenida de circunvalación del centro de Viena-.

Kunsthistorisches  Museum   de Viena.

Con 26 años, Klimt recibió la Orden de Oro al Mérito Artístico de manos del Emperador Francisco José I de Austria por su trabajo en los murales del  Burgteather de Viena -su trabajo y el de la Compañía fue decorar el techo de las dos entradas principales al edificio con enormes pinturas, todas relacionadas de alguna manera con el teatro-, siendo nombrado miembro honorario de las universidades de Munich y Viena, estando a los 30 años, al morir su padre, en condiciones de poder mantener a su familia.

Burgteather de Viena. Los dos hombres del fondo son Gustav y Ernst Klimt en autorretratos.

A principios de la década de 1890, Klimt conoció a Emile Flöge, quien soportó estoicamente durante más de 27 años -hasta su muerte- las constantes aventuras amorosas del artista.

Comenzó en esa época a viajar con la familia Flöge al lago Attersee, donde realizó numerosos paisajes. Estas obras se convirtieron en una excepción para Klimt, dedicado desde siempre a la figura como casi único objetivo de su arte. Los paisajes realizados se caracterizaron por una gran ornamentación y un uso excesivo de motivos compositivos. Los espacios pintados  aparecen  muy aplanados, como si tuviera algún defecto en la visión lejana.

Klimt se convirtió en uno de los miembros fundadores y Presidente de la WIENER SEZESSION,  grupo fundado en 1897. La SEZESSION nació como una alternativa para los artistas no promocionados por la Academia vienesa -Klimt fue promocionado, pero pensó en los que no lo eran-. Su  objetivo principal fue la promoción de artistas jóvenes y la exhibición de obras extranjeras. El grupo fue un colectivo artístico con libertad de estilos: había naturalistas, realistas, simbolistas… Los artistas de la Sezession entronizaron a  Palas Atenea –la diosa griega de la sabiduría y de la justicia- como su símbolo representativo. Klimt perteneció a este colectivo hasta 1908.

Gustav Klimt. Palas Atenea. 1898. Óleo sobre lienzo. 75 x 75 cm. Kunsthistorisches  Museum. Viena.

En 1894, Klimt recibió el encargo de decorar el techo del Aula Magna de la Universidad de Viena. Tardó más de 5 años en acabar las tres obras que propuso –Filosofía, Medicina  y Jurisprudencia–  siendo muy criticado por lo radical y lo egocéntrico de la obra, que además fue considerada pornográfica. Klimt adaptó la forma clásica de la alegoría y su simbolismo convencional, pero con su propia plástica, y un punto sexual provocativo. La universidad decidió no colocar las obras de Klimt, no volviendo el artista a admitir encargos de carácter oficial. Las tres obras fueron destruidas por las SS  durante su retirada de Viena, en mayo de 1945.

Filosofía. Terminada en 1901.

Medicina. Terminada en 1904.

Jurisprudencia. Terminada en 1907.

En 1899, Klimt reafirmó su estilo con la Nuda Veritas -la Verdad desnuda–  que el año anterior había publicado en  la revista de la Sezession “Ver Sacrum” junto a un dibujo alegórico a La envidia, lo que supuso, al llevarlo al lienzo una declaración de principios, desafiando a los críticos de su obra: el desnudo de una mujer, sosteniendo un alegórico “espejo de la verdad”, coronado con una conocida sentencia de Schiller: “Si no puedes agradar a todos con tus méritos y tu arte, agrada a pocos. Agradar a muchos es malo”.

Gustav Klimt. Nuda  Veritas. 1899. Óleo sobre lienzo. 252 x 56, 2 cm.  Osterreichisches Theatermuseum. Viena.

En 1902, Klimt concluyó su trabajo en el Friso de Beethoven a tiempo para la XIV exposición de los secesionistas vieneses, organizada en su homenaje. Destinado a ser expuesto temporalmente, el friso fue pintado directamente sobre la pared con una técnica ligera. Tras la exposición, sin embargo, el friso fue conservado, si bien no volvió a ser expuesto en público hasta 1986.

Gustav Klimt. Fragmento del Friso de Beethoven.1902.

En esa época conoció a Adèle Bloch- Bauer, viajando bastante –quizá para olvidarla- a  Italia, visitando Florencia, Venecia y Rávena, comenzando a partir de su regreso, la que fue considerada como  época de madurez artística del artista.

La “etapa dorada” de Klimt vino determinada por un gran éxito comercial y aceptación de la crítica del estilo del artista. No se llama dorada por la brillantez de lo producido ni por el alto rendimiento en su trabajo, sino básicamente por la utilización del pan de oro en sus obras,  aunque ya lo había usado desde 1898 en Palas Atenea y su primera versión de Judith, de 1901. Tras regresar de su viaje italiano, intervino en la decoración del palacio Stoclet, convirtiéndose el edificio en lo más representativo del art nouveau centroeuropeo. La aportación de Klimt fueron El Cumplimiento y La Expectación, considerando estas obras como  el nivel más avanzado de su carrera artística en el aspecto de la ornamentación.

Sin embargo las obras más importantes de esta etapa fueron el La dama dorada: Retrato de Adèle Bloch-Bauer I (1907) y El beso (1907-1908).

Gustav Klimt. La dama dorada. Retrato de Adèle Bloch-Bauer I. 1907. Óleo sobre lienzo. 138 x 138 cm. Neue gallery. Nueva York.

Gustav Klimt. 1907-1908. Óleo sobre lienzo. 180 x 180 cm. Österreichische Galerie Belvedere. Viena.

Gustav Klimt. Judith II.1909. Óleo sobre lienzo. 178 x 46 cm. Galería Internacional de Arte Moderno. Venecia.

Sus obras de madurez se caracterizan, por dejar a un lado sus inicios académicos y naturalistas, caminando hacia el uso de motivos simbólicos o abstractos que enfatizaran la libertad de espíritu, que le dieron a su obra un carácter ecléctico, utilizando referencias del arte del antiguo Egipto, de la Grecia clásica,  y del arte bizantino. También sintió admiración por artistas tan distintos como los medievales  o los de la escuela RINPA japonesa.

Sus dramáticas composiciones con planos y cortes extraños, puntos de vista imposibles, y a veces escorzos de difícil comprensión, pusieron de manifiesto el carácter innovador de su plástica.

En 1911, Klimt fue galardonado con el primer premio de la Exposición de Roma por la obra  Muerte y vida.

Gustav Klimt. Muerte y vida.. 1916. Óleo sobre lienzo. 178 x 198 cm. Colección particular. Leopold Museum. Viena.

En su taller quedaron gran cantidad de obras sin acabar. Esas y otras, fueron confiscadas por los nazis, que al abandonar Viena en 1945 quemaron el castillo donde éstas permanecían guardadas.

Klimt además de ser uno de los creadores de la Sezession apoyó la Kunsthalle, institución que apoyaba a jóvenes artistas para evitar su éxodo al extranjero, teniendo gran influencia sobre alguno de ellos como Egon Schiele.

Sobrevivió Adèle Bloch-Bauer 7 años a su amado -1925-, testando que tras su muerte, las obras que poseía de Klimt pasaran al Estado austríaco. Su esposo convirtió su cuarto en una especie de museo en el que colgaban los seis cuadros de Klimt de la familia: dos retratos de Adèle y cuatro paisajes. El testamento de Adèle fue revocado por su viudo Ferdinand en 1945, presentando los documentos de compra de los cuadros pagados por él, y que habían quedado en poder de los nazis al huir a Suiza precipitadamente en 1938 tras el ANSCHLUSS -unión o reunión- que convirtió  ÖSTERREICH -Austria- en OSTMARK –Marca del este, provincia alemana- y la ocupación nazi consiguiente.

Regreso a la II República de Austria.

La I República de Austria se constituyó al desmembrase el imperio austrohúngaro tras la primera guerra mundial.

ANSCHULUSS es una palabra que, en el contexto político, significa unión o anexión y fue utilizada para referirse a la incorporación de Austria a Alemania en 1938, pasando de constituir Österreich –Austria- a Ostmark –Marca del Este-.

La anexión austriaca a Alemania fue precedida de la devolución del Sarre a Alemania en 1935 –provincia alemana administrada por Francia, en misión encomendada por la Sociedad de Naciones tras el Tratado de Versalles al fin de la primera gran guerra durante 15 años entre 1929 y 1935- seguida de la crisis de los Sudetes –territorios checoslovacos del  norte y oeste, liderados por  Konrad Henlein, nazi que negoció con Hitler reivindicaciones separatistas inaceptables para el gobierno checoslovaco-. La ocupación del resto de Checoslovaquia y la invasión de la mitad de Polonia -con el pasillo de Danzing-,  supusieron el comienzo de la segunda guerra mundial.

El Anschluss fue precedido por un período de creciente presión política de Alemania sobre Austria, exigiendo la legalización del partido nazi y la  participación de éste en el gobierno.

A pesar de conseguir ser el partido más votado en las elecciones alemanas de abril 1932, los nazis tuvieron que contentarse con ejercer la oposición. Desde esa posición, instigaron y financiaron un movimiento nazi austríaco, cuya norma de actuación fue el terrorismo. El canciller socialcristiano austriaco Dollfuss disolvió el Parlamento, ilegalizó el partido comunista, la milicia socialdemócrata y el partido nacionalsocialista, instaurando un régimen de carácter fascista que fue denominado austrofascismo.

Los socialdemócratas se exiliaron y los nazis austríacos se reforzaron, exigiendo un fascismo más germánico y subordinado a Alemania, asesinando al canciller Dollfuss, pero fracasando en el golpe de Estado para hacerse con el poder. El Ejército no se unió al golpe y los austrofascistas lograron detener momentáneamente las aspiraciones de los nazis.

Canciller Dollfuss, asesinado.

Benito Mussolini, al saber del asesinato de Dollfuss, movilizó las tropas italianas a la frontera austriaca, amenazando con intervenir militarmente para sostener en el poder a los representantes del partido del asesinado. Hitler no deseaba un conflicto con un régimen ideológicamente tan cercano como el del fascismo italiano, por lo cual se abstuvo de enviar tropas para apoyar a los nazis austríacos.

El nuevo canciller, Schuschnigg consiguió el apoyo de católicos y socialistas, que consideraron mejor o un mal menor el austrofascismo que el nazismo alemán, acentuando los nazis austríacos -financiados por los alemanes- la  acción terrorista contra autoridades gubernamentales y señalados militantes antinazis, asesinando en cuatro años a más de 800 personas, llegando a una situación que amenazaba inexorablemente con una guerra civil.

El presidente de Austria Wilhelm Miklas y el canciller Schuschnigg  se reunieron con Hitler en Berschtesgaden en febrero de 1938, fecha en que la actividad terrorista nazi en Austria alcanzaba niveles insoportables.  Hitler exigía la participación de los nazis en el gobierno austríaco, la puesta en libertad de los terroristas detenidos, y  la colaboración entre el Ejército austríaco y la Wehrmacht a cambio de que Alemania dejara de intervenir en la política austríaca, con la amenaza , en caso de no aceptar esas condiciones, de impulsar la guerra civil.

De vuelta a Viena, el canciller puso en libertad a los nazis terroristas austríacos encarcelados, y nombró Ministro de Interior a un nacionalsocialista,  en un intento de mantener la independencia de Austria. No obstante, los nazis austríacos no se dieron por satisfechos al ver que el Gobierno se apoyaba en socialistas y católicos para defender la independencia del país, por lo que los atentados terroristas nazis prosiguieron.

Hitler en un discurso días después, se refirió a los austríacos como «10 millones de alemanes que viven fuera de nuestras fronteras», expresando así su intención de anexionar Austria a Alemania.

El canciller austríaco decidió realizar un plebiscito el 13 de marzo de 1938 con una pregunta que expresaba el deseo de mantenimiento de una «Austria unida, cristiana, social, independiente, alemana y libre», sin hacer mención alguna a deseos de unión con Alemania. Llevó todos los preparativos en secreto pero Hitler fue informado, forzando al Canciller Schuschnigg a convocar sobre la marcha y para el mismo día -10 de marzo- un referéndum  para que se votara sobre la independencia o la unión de/con Alemania, fijando sutilmente Schuschnigg en 24 años la edad mínima para votar, evitando así la participación de jóvenes desempleados –descontentos- que constituían la mayor fuente de militantes nazis de Austria. Evidentemente Hitler eliminó el asunto planteado de esa manera.

Hitler ordenó a los nazis austríacos pasar a la acción para evitar que se celebrara el referéndum de la manera deseada por el Canciller Schuschnigg, y diseñaron las papeletas que invitaban al sí. Se adelantó el referéndum tres días y se permitió el voto a los menores de 24 años que eran partidarios de Hitler.

¿Estás de acuerdo con  que la reunificación de Austria con el Imperio Alemán se realice el 13 de marzo de 1938 y votas en favor de la lista de nuestro  Fuhrer?- Sí en grande y no en pequeño…

En 1938, Hitler comienza la invasión e incorporación de Austria (Anschluss) y de los Sudetes checos (Conferencia de Munich) con el apoyo de la población y con la pasividad de otras potencias.

El 11 de marzo, los nazis austríacos habían ocupado casi todos los edificios gubernamentales de la capital, arrestando a todos los líderes políticos anti-nazis que encontraron, con la ayuda de policías nacionalsocialistas.

Así, tras días de una violencia extrema, de una acción diplomática explosiva, y de una amenaza militar permanente, las tropas alemanas entraron en Viena el 14 de marzo de 1938.

Tropas alemanas entrando en Viena.

Hitler entró en Austria el sábado 12  de marzo, dirigiéndose a Braunau am Inn, su localidad natal. El recibimiento entusiasta de la población austríaca a las tropas alemanas sorprendió a los propios alemanes, llegando Goering a Viena el día 13 para coordinar los detalles de la toma del poder por los nazis. Hitler llegó a Viena el día 15, en olor de multitudes, declarando la anexión de Austria a Alemania en la Heldenplazt de Viena ante más de 300.000 personas. El ANSCHULUSS se había consumado.

El Fuhrer en la Heldenplazt de Viena el 15 de marzo de 1938.

Al terminar la segunda guerra mundial, el 27 de abril de 1945, el gobierno interino austríaco avalado por los aliados, declaró el Anschluss null und nichtig («nulo e inválido»), estableciendo la Segunda República Austríaca. Los vencedores estuvieron ocupando Austria varios años, tratando a Austria como un estado independiente, manteniendo un gobierno civil austríaco desde el primer momento. No se restituyó la plena soberanía hasta que el Tratado para el Restablecimiento de Austria Independiente y Democrática fue firmado en  Viena el 15 de mayo de 1955.

Tropas soviéticas liberando Viena.

Cuando los alemanes ocuparon Austria, en 1938, Ferdinand Bloch-Bauer huyó a Suiza, siendo confiscado y robado todo su patrimonio por los nazis (los cuadros de KLIMT también), con la excusa, de custodiar y proteger las obras de arte. Antes de morir en Zurich en noviembre de 1945, Ferdinand otorgó testamento, pero contravino  la voluntad de su esposa Adèle, y legó la propiedad de sus obras de Klimt a sus sobrinos, hijos de su hermano Gustave y Therese Bauer. Mientras tanto, el retrato de Adele estuvo y estaba en la Galería Nacional de Austria Belvedere, junto con los otros Klimt robados a los Bloch-Bauer.

Tras muchas peripecias en los tribunales, negativas a devolvérselos y duros recursos –a pesar de una ley de 1996 por la que el Gobierno austriaco se comprometía a devolver lo robado por los nazis-, una de las sobrinas de Adèle  y Ferdinand Bloch-Bauer, María Viktoria Altmann, consiguió que el estado de Austria en 2006, perdiera en un tribunal internacional su posición de no devolver las obras de KLIMT a sus dueños, siendo condenado a que las seis obras de Klimt pertenecientes a la familia Bloch, y entre ellas La dama dorada, fueran sacadas del Patrimonio del Estado austriaco, y devueltas a los herederos. El retrato de su tía Adèle fue vendido en 135 millones de  dólares antes de impuestos, a Ronald Lauder para la galería de su propiedad Neue Galerie  de Nueva York.

LA TASA GOOGLE O EL SÍNDROME DE STENDHAL PERO NO EL CORONAVIRUS.

Cada día, desde que puedo recordar, tenemos en la sopa a los catalanes: sus intentos de referéndums de independencia y después me largo a Waterloo, o un ratito a prisión, sus España nos roba, su siembra del odio educacional en los niños contra el resto de los españoles, su constante deseo de imponer un trato de exclusividad -con éxito- a su autonomía sobre las demás, sus somos mucho más trabajadores y mejores que la población de España, sus queremos una mesa entre iguales con relator, su “si sois buenos apoyaremos la investidura del Presidente de la nación española” -para lo que lamentablemente siempre son necesarios- y si sois aún mejores, “apoyaremos los Presupuestos de España”. Todas estas cosas y más, nos han llevado a menudo a esas inútiles campañas de “no comprar productos catalanes” -por que el resto de los españoles es sano, buena gente y vago para fijarse en las bajezas- aunque de vez en cuando haya un pequeño repunte en ese sentido, cuando las pelotas son tocadas de forma insoportable.

Ahora que ya consiguieron ser parlamentarios europeos algunos de los huidos, y de los otros que también se fueron nada sabemos, a pesar de las historias que nos cuentan de los suplicatorios y peticiones de extradición. Los que no tuvieron el ingenio de irse, a pesar de sus condenas de 13,12,11 o 7 años, ya algunos que no cumplen con los requisitos del resto de los mortales, van consiguiendo de la Junta de Tratamiento del Centro (la prisión está en Cataluña) permisos de salida para cuidar a un familiar enfermo, para decir que trabajan o para seguir dando morcillas al que se ponga a tiro, como si a la Ley y al Reglamento penitenciario se le hubiere aplicado la técnica del palimpsesto, sobreescribiendo uno especial para estos condenados catalanes independentistas.

Tras las últimas elecciones nacionales -seguimos con los catalanes-,  se puede ver al trapacero Rufián, muy taimado, y al que incluso hay que acicatear para que vuelva a ser reconocible, y es que tener cogido el control tranquiliza y taima mucho.

De repente, y gracias al coronavirus chino, nos dejan de hablar a todas horas de Puigdemont, del Honorable Torra, de Rufián, de Laura Borrás y sus mangancias y de toda esta corte, que nos hace no ver ya las noticias en la televisión, ni leerlas en la Tablet, o al menos, mucho menos que antes, para hablar casi de la repercusión de este virus que infectó el Mobile Word Congress.

Seguimos a todas horas con los catalanes, que ahora echan la culpa al pobre coronavirus, de la caída de la Fira Mobile Word Congress que se iba a celebrar en Barcelona, y que al parecer es el sustento sin el cual esa ciudad no puede sobrevivir. Podemos oír a políticos y empresarios barceloneses y catalanes que jamás hablaron de España excepto para denostarla, diciendo que la suspensión es un caos de tal calibre para Barcelona, Cataluña y España, que todos los españoles tenemos que reinventarnos y trabajar para ayudar a arreglar esta catástrofe.

El Mobile World Congress (MWC), tiene carácter anual y era el más importante del mundo en la comunicación móvil, celebrándose en la hermosa capital catalana desde 2006 y en principio hasta 2023. Fue fundado por el Delson Group Inc. siendo hasta ahora fuertemente apoyado por empresas asiáticas, especialmente chinas. El MWC es el espacio donde se producen el mayor número de presentaciones de avances en comunicaciones inalámbricas y móviles del mundo.

El goteo de empresas que fueron cancelando su asistencia motivó la decisión del GSMA de cancelar la celebración del congreso. La prensa catalana ha señalado, que la suspensión de este congreso supone un varapalo para la economía española, donde se esperaban recaudar unos 500 millones de euros y la creación de 13.000 nuevos empleos.

La celebración de una feria en Ámsterdam parecida al Mobile Word Congress desató la polémica, ya que buena parte de las empresas que han cancelado su asistencia en Barcelona, sí que han asistido a la de Ámsterdam, aunque en España en ese momento no había nadie infectado del coronavirus, excepto dos personas extranjeras aisladas en territorios insulares.

La medida de la suspensión final por el  GSMA -organización de operadores móviles y compañías relacionadas, dedicada al apoyo de la normalización, implementación y promoción del sistema de telefonía móvil GSM– fue tomada ante la numerosa cancelación de las asistencias más importantes que SEGURO se produjo NO POR ALERTA SANITARIA, sino por cuestiones relacionadas con la nueva tasa Google, que el día 18 de febrero fue aprobada en uno de los dos Consejos de Ministros que se celebraron ese día junto al impuesto Tobin que gravará la transacciones financieras con un 0,2%  en las operaciones de compra de acciones de empresas con una capitalización bursátil superior a los 1.000 millones de euros.(Pedro ¡vaya puntería! ¡No te arrimas a una buena! Podrías haber esperado tres semanas para esto y quizá la Feria se hubiera celebrado ). También pudiera haber influido de forma determinante en esta suspensión, y quizá en las sucesivas, la advertencia lanzada por EEUU y de momento no oída por el Gobierno de Sánchez, sobre la colaboración española en el desarrollo de la tecnología 5 G con los chinos de Huawei.

A nivel económico, habrá efectos adversos en la ocupación hotelera, el gasto de los asistentes en la ciudad de Barcelona y la generación de negocio en el marco del evento. Algunos, quisieron atacar la ménsula sobre la que se apoya la columna de la reputación de China y sus empresas, para ver si la cosa así pudiera aún tener arreglo, aduciendo la pena que iba a suponer para ese gran país, la pérdida de imagen moderna y avanzada que había logrado con la Expo Universal y los JJOO, pero la estrategia no tuvo éxito.

Tampoco deben olvidarse, las atroces, continuas y violentas luchas callejeras de unos agresivos y descontrolados manifestantes separatistas contra las fuerzas de orden público en las calles de Barcelona, durante semanas, que dejaron las calles feas, sucias, quemadas y con gran número de detenidos, que hoy estarán ya tomando un vermut en Calvo Sotelo, y el corazón roto y la fachada de su casa quemada, de los que aman la convivencia pacífica.

Las gentes que dirigen las grandes empresas que iban a asistir a la Feria, también desean la tranquilidad para los lugares donde se llevan a cabo sus eventos que tanto dinero cuestan. Quizá eligieron Barcelona en 2006 por ello, ya que es una ciudad atractiva y era amable.

Pudiera ocurrir incluso, que los mandamases, busquen sufrir el síndrome de Stendhal  en los lugares donde celebran sus eventos, lo que fue posible antaño en esa ciudad, al contemplar las innumerables bellezas que encierra Barcelona, que les hubiera podido producir una emoción sin límites a los más sensibles, y ahora ya, con tanta calle quemada, inquietud callejera y belleza denostada, piensan que la cosa ya no les produciría sensación alguna. Es un síndrome parecido al que sentíamos con veinte años, cuando la más bella del lugar se acercaba sugerente y nos hacía sentir el elegido: corazón a mil, y a punto de perder el control; lo que pasaba es que entonces no había síndromes, ni isquiotibiales, ni zapas de colorines, ni síndromes, ni traumas…

Quizá hubiere que crear un comité autonómico de diversidad funcional para tratar psicológicamente a los culpables de generar los motivos -tasa google y los folloneros de Barcelona- que han hecho imposible esta Feria, y ya veremos la de los tres años que teóricamente quedan, o simplemente dejarles que se cuezan ellos mismos.

*El síndrome de Stendhal -también llamado síndrome de Florencia o estrés del viajero- es una enfermedad ligera que causa un elevado ritmo cardíaco, temblores y palpitaciones en el individuo que lo sufre, cuando contempla obras de arte, especialmente cuando son muy bellas o están expuestas en gran número, pudiendo suceder también en escenarios históricos, o monumentos donde se hayan producido hechos muy importantes.

Stendhal

Se denomina así debido al famoso autor francés del siglo XIX, Stendhal (seudónimo de Henri-Marie Beyle), cuando describió el fenómeno sufrido al visitar la basílica de la Santa Croce de Florencia, y que narró así:

 

         

“Había llegado a ese punto de emoción en el que se encuentran las sensaciones celestes dadas por las Bellas Artes y los sentimientos apasionados. Saliendo de la Santa Croce, me latía el corazón, la vida estaba agotada en mí, andaba con miedo a caerme”.

Basílica de la Santa Croce. Florencia.

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