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ENSO: El Niño y la Niña y la Southern Oscillation, NAO, AO y Teleconexiones atmosféricas. Parte 2.

LA NIÑA es también un fenómeno que provoca primero la perturbación del sistema oceánico y posteriormente la de la atmósfera.

La Niña es el término con el cual se conoce el enfriamiento anormal de las aguas ecuatoriales del Océano Pacífico Tropical. Este enfriamiento, tiene gran influencia en las condiciones climáticas de muchas partes del mundo, aunque de manera distinta, y en algunas ocasiones opuesta, a como lo hace El Niño.

El calentamiento del área oeste del Pacífico, que se produce en condiciones normales, cuando la velocidad de los alisios se incrementa, hace que la masa de agua fría ascienda significativamente en la costa oeste de Sudamérica, para llenar el espacio ocupado nteriormente por el agua superficial cálida que se desplazó hacia el oeste.

Termoclina de La Niña.

Con la Niña, se puede observar cómo la intensificación de la fuerza de los vientos alisios hace que las aguas frías del Pacífico oriental penetren en la parte central de la masa marítima cálida, en una lengua de agua fría que continuara hundiéndose por ser agua menos pesada que la cálida -fría-, hacia el oeste del Pacífico, provocando una evaporación intensa que terminará en precipitaciones mucho mayores de las habituales en la parte oriental del continente asiático. La parte occidental de Sudamérica permanecerá más fría y seca de lo habitual.

Tanto la Niña como el Niño son fenómenos cíclicos irregulares en el tiempo.

La Niña. Flujo atmosférico.

La Oscilación del Atlántico NorteNAO es un fenómeno climático que se produce, como su nombre indica, en el norte del océano Atlántico, en donde las fluctuaciones por la diferencia de presión atmosférica entre la baja islandesa y la alta de las Azores o anticiclón de las Azores, modifican, los vientos del oeste y las formaciones tormentosas, controlando la fuerza y dirección de los mismos.

El índice NAO (North Atlantic Oscillation) mide la diferencia de presión atmosférica a nivel del mar entre Islandia y la zona de las Azores. Esa diferencia es la que provoca la oscilación atmosférica, que da lugar a un fenómeno climático en el océano Atlántico.

Tiene dos fases: la positiva y la negativa.

La Oscilación del Atlántico Norte –NAO- es una fluctuación a gran escala, y su influencia se extiende desde Norteamérica a Europa, alcanzando el Norte de Asia. Aunque el índice NAO varía anualmente, presenta una tendencia a permanecer en la fase positiva o negativa durante intervalos de varios años.

Cuando el NAO es positivo se produce una intensificación de la alta presión subtropical de las Azores y de la baja presión polar islandesa -aumentando significativamente la diferencia de presión-. Este incremento en la diferencia de presión da lugar a un aumento en el número e intensidad de las tormentas invernales, que, con dirección suroeste-nordeste, aunque no sometiéndose totalmente a los vientos del oeste dominantes de la zona templada, cruzan el Océano Atlántico, provocando inviernos calientes y húmedos en el norte de Europa inviernos fríos y secos en Canadá y el norte de Groenlandia, e inviernos suaves y húmedos en la parte este de Estados Unidos; en la mayor parte de la Península Ibérica disminuye la precipitación invernal.

Cuando el NAO es negativo, disminuyen las altas presiones subtropicales de las Azores y también la baja presión de Islandia. El menor gradiente en la diferencia de presión hace que la trayectoria de las tormentas se desplace oeste-este, empujada por los vientos dominantes del oeste de la zona templada del Hemisferio Norte, haciendo además que disminuyan las tormentas en número e intensidad. Ese aire húmedo desplazado hacia el Mediterráneo, lleva al sur de Europa un aumento de la precipitación, y frío al norte de este continente, experimentando la costa este de Estados Unidos entradas de aire frío y de nevadas, siendo sin embargo en Groenlandia las temperaturas en invierno más suaves.

También se puede mencionar otra oscilación de cierta importancia: La AOArtic Oscillation

El índice AO mide las diferencias de presión entre el Ártico y las latitudes medias del hemisferio norte.

Tiene una Fase positiva que se caracteriza por la presencia de borrascas y masas de aire frío en latitudes altas, y altas presiones en latitudes medias. El Vórtice Polar* es muy fuerte y el Chorro Polar* no presenta demasiadas ondulaciones. El aire frío queda entonces, por lo general, alojado en las regiones árticas y no hay grandes desalojos fríos hacia latitudes medias.

*El Vórtice Polar es un ciclón persistente a gran escala en las zonas polares terrestres, situado en la media y alta troposfera y estratosfera, envolviendo las altas presiones polares, formando parte del frente polar.

Vórtice  Polas Estable y Perturbado.

*El Chorro Polar a grandes rasgos es una una corriente de vientos muy intensos -entre 150 y 300 km/h- que circula a unos 9.000 metros de altitud y cuyo recorrido gira en torno al Polo Norte y de Oeste a Este -de Norteamérica a Europa y Rusia-.

El AO tiene también otra Fase negativa: la situación se invierte y el Vórtice Polar no es tan estable y ello provoca en el Chorro Polar una mayor tendencia a ondularse. Las altas presiones ganan presencia en las latitudes altas y es frecuente el paso de borrascas por latitudes medias-bajas, así como el impulso de aires fríos hacia el sur.

TELECONEXIONES

La TELECONEXIÓN en la ciencia atmosférica, es la interrelación entre las anomalías climáticas a grandes distancias.

Sería interesante señalar porque nos afecta a los españoles, lo que es la WeMO -Oscilación del Mediterráneo Occidental-, una TELECONEXIÓN regional que permite relacionar la diferencia de presiones entre el SW de la península ibérica y el norte de la itálica, útil para el estudio de las a menudo lluvias torrenciales en la costa mediterránea.

En la península ibérica, los principales patrones atmosféricos son las tres teleconexiones que tienen influencia en las precipitaciones: las que provocan NAO, WeMO y ENSO.

El NAO tiene unos efectos más importantes en la distribución de la precipitación invernal al oeste, centro y suroeste de la península ibérica. La WeMO afecta a la variabilidad de precipitación de la fachada mediterránea, especialmente en otoño y El Niño -ENSO- tiene unos efectos menos importantes en la distribución de la precipitación global peninsular, a pesar de que parece que tiene correlación con la precipitación de las Baleares y la fachada mediterránea.

DANA

El término DANA, es el acrónimo de Depresión Aislada en Niveles Altos. Es lo que antiguamente se conocía como gota fría.

El acrónimo se asocia a lluvias torrenciales, fuertes vientos e inundaciones descontroladas.

La DANA es una depresión atmosférica aislada en niveles altos que se produce por el choque de una masa de aire frío desprendido en altura con el aire caliente de la superficie. Este fenómeno, que tradicionalmente se ha denominado gota fría, da lugar a chubascos y tormentas intensas. Así, una masa de aire frío en el núcleo de la atmósfera que entra en contacto con aire más cálido cerca del suelo genera inestabilidad, lo que favorece la formación de nubes que causan tormentas fuertes.

Las causas pueden ser dinámicas -asociadas al fenómeno- y termodinámicas -por la diferencia de temperaturas-. En el hemisferio norte y en latitudes medias, lo normal es que las borrascas y los anticiclones, circulen de oeste a este, pero en ocasiones se forman ondulaciones y una de las ondas forma una especie de bolsa de aire frío y queda aislada con un movimiento errático.

El movimiento errático de la masa de aire frío dificulta la previsión de su trayectoria, señalando, además, que una DANA puede provocar mal tiempo, pero también altas temperaturas porque, si está ubicada muy al oeste, genera la entrada de viento del sur y subida de los termómetros.

Música: Corte de Albinoni.

ENSO: El Niño y la Niña y la Southern Oscillation, NAO, AO y Teleconexiones atmosféricas. Parte 1.

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A partir de ahí, y debido a la maniobra de Luis XVI ordenando la reconstrucción del Ministerio de Finanzas, interpretada por el pueblo de París como un autogolpe de la realeza, se lanzó el pueblo a la calle en abierta rebelión el 14 de julio, con la toma de la Bastilla, símbolo del absolutismo monárquico. Algunos militares se mantuvieron neutrales, pero otros se unieron al pueblo.

Toma de la Bastilla.

El 6 de octubre de 1789, después de que una muchedumbre asaltara el palacio de Versalles, Luis XVI decidió trasladarse con su familia al palacio de las Tullerías en el centro de París.

El 3 de septiembre de 1791 fue aprobada la primera Constitución de la historia de Francia. Una nueva organización judicial dio características temporales a todos los magistrados, y desde luego, total independencia de la Corona. Así acababa el Antiguo Régimen y comenzaba el Nuevo Régimen.

El rey había sido mantenido en custodia durante la redacción de la Constitución, aceptándola, pronunciando un discurso ante la Asamblea que fue acogido con con gran satisfacción por sus componentes. La Asamblea Nacional Constituyente cesó en sus funciones el 29 de septiembre de 1791, constituyéndose la Asamblea Legislativa, que se reunió por primera vez el 1 de octubre de 1791.

Existía una fuerte corriente política que favorecía el mantenimiento de un sistema de monarquía constitucional, venciendo inicialmente la tesis de mantener al rey como una figura representativa, aunque desde luego sin poderes exclusivos.

Bajo la Constitución de 1791, Francia funcionaría como una monarquía constitucional; a Luis XVI le mantuvieron el Poder Ejecutivo compartido con la Asamblea, el derecho de vetar las leyes aprobadas por la misma y la potestad de elegir a sus ministros, lo que claramente apuntó a una revolución NO dirigida contra la corona, sino contra el sistema de monarquía absoluta.

En los primeros meses de funcionamiento de la Asamblea Legislativa, el rey había vetado una ley que amenazaba con la condena a muerte de los émigrés –término con el que se refería a una persona que había emigrado, teniendo en esa época connotaciones de autoexilio político, aplicada fundamentalmente a los nobles monárquicos emigrados-, y otra que exigía al clero prestar juramento de lealtad al Estado. Desacuerdos de este tipo fueron los que llevaron más adelante a la crisis constitucional.

En las Tullerías, los reyes y su familia, debieron soportar la presencia constante de la Guardia Nacional, que más que protegerlos parecía vigilarlos, siendo para los partidarios de la vieja monarquía, la estancia en ese palacio, como un arresto domiciliario. El 19 de abril de 1791, los reyes decidieron salir de París para pasar el Domingo de Ramos en su residencia campestre de Saint-Cloud, viéndose envueltos por una multitud que les impidió partir. Tras el incidente, el rey declaró públicamente que se sentía prisionero, preparando con María Antonieta la huida.

El plan consistiría en escapar de noche y viajar de incógnito hasta la ciudad fronteriza más próxima, Montmédy, a unos 287 kilómetros al este de París, en la actual frontera con Bélgica -entonces austríaca-; veinte horas de viaje sin pausa podían ser suficientes. Allí, el rey lanzaría una proclama para denunciar los abusos de la Revolución.

A las diez de la noche del 20 de junio de 1791 la reina confió sus hijos a un noble sueco de su confianza en secreto. Poco después se retiró a su dormitorio, dio las instrucciones a sus doncellas para el día siguiente y se acostó. Nada más quedarse sola se vistió con un traje muy discreto, se tapó la cara con un velo y salió por unas puertas de servicio del palacio.

El rey, por su parte, debió quedarse departiendo con los cortesanos hasta las once y media de la noche. Cuando se fue a dormir, su ayuda de cámara como era tradición, se acostó a sus pies con un cordel atado a su muñeca para que el monarca pudiera llamarle en cualquier momento. Luis le hizo un encargo y cuando el ayuda de cámara volvió, pensó que el rey estaba ya dormido, pero en realidad, el monarca ya había huido.

Luis, María Antonieta, sus cuatro hijos y el noble sueco, se reunieron por fin a las dos de la madrugada. Utilizarían una carroza nueva, con capacidad para ellos y el servicio, con baúles repletos de enseres, no constituyendo una comitiva discreta, aunque salieron de París sin problemas.

La fuga se descubrió a las ocho de la mañana. Al principio, algunos creyeron que el rey había sido raptado por contrarrevolucionarios, pero a mediodía se descubrió que había dejado un documento en el que explicaba las razones de su huida. Las autoridades reaccionaron ordenando el arresto de cualquier persona que intentara abandonar el reino.

Los fugitivos viajaban bajo identidades falsas: la marquesa de Tourzel, aya de los príncipes, se hacía pasar por una aristócrata rusa, la baronesa De Korff, mientras que la reina y la hermana del rey pasaban por ser sus doncellas y el rey por un criado. Cambiaron de caballos en Bondy a media hora de París.

Continuaron sin novedad hasta Châlons, adonde llegaron a las seis de la tarde. Se pararon con una avería en una rueda lo que provocó la llegada a Pont-de-Somme-Vesle con dos horas de retraso, habiéndose marchado las tropas que debían escoltarlos, pensando que se había suspendido la huida.

Continuaron hasta Sainte-Menehould en donde el maestro de postas, Jean-Baptiste Drouet reconoció a la familia real.  La carroza real logró continuar el camino, pero Drouet, tomando otra ruta llegó antes que ellos al municipio de Varennes-en-Argonne, a tan sólo 50 kilómetros de Montmédy. Drouet alertó al procurador, máxima autoridad del lugar dado que el alcalde estaba ausente, quien utilizó a un vecino ya mayor, antiguo juez de paz, que había estado en Versalles y que sin duda había visto al monarca en alguna ocasión. Cuando el anciano se presentó ante el rey, se arrodilló y exclamó ¡Sire!; Luis XVI no ocultó su identidad pidiendo que lo dejaran continuar hacia Montmédy.

Los revolucionarios bloquearon la marcha, custodiando a la familia real de vuelta a París. Seis mil ciudadanos armados y guardias nacionales los acompañaron durante el trayecto de regreso. El 25 de junio entraron en París, apareciendo el monarca tranquilo, como si nada hubiese ocurrido.

Tras la huida, la oposición revolucionaria a la monarquía se hizo cada vez más virulenta. El 10 de agosto de 1792, el palacio de las Tullerías fue asaltado y la Asamblea Legislativa suspendió las funciones constitucionales del rey, mientras la familia real era encerrada en el Temple.

La Asamblea acabó convocando elecciones con el objetivo de configurar por sufragio universal masculino un nuevo parlamento que recibiría el nombre de Convención (1792-1795).

El nuevo parlamento elegido ese año, abolió la monarquía y proclamó la república, creando un nuevo calendario -muy francés-, por el cual el año 1792 se convertiría en el año 1 de la nueva era.

El tiempo que transcurrió entre la disolución de la vieja Asamblea y la formación de la nueva Convención el gobierno pasó a depender de la Comuna Insurreccional, organización que mandó asesinar a miles de personas.

El poder legislativo de la nueva república estuvo a cargo de la Convención Nacional y el poder ejecutivo en el Comité de Salvación Pública.

El mismo día en el que se reunía por primera vez la Convención el 20 septiembre de 1792, las tropas francesas -el populacho de toda Francia- derrotaron por primera vez al ejército prusiano en Valmy.

Las dos potencias absolutistas europeas, Austria y Prusia, se dispusieron a combatir a la Francia revolucionaria, constituyendo la Primera Coalición con el apoyo del Reino Unido, España -a ratos-, Portugal, Nápoles, las Provincias Unidas y Cerdeña, en apoyo a la monarquía francesa, lo que hizo que el pueblo francés se convirtiera en un ejército nacional, dispuesto a predicar e imponer el nuevo orden revolucionario en toda Europa. El pueblo francés manifestaba su hostilidad hacia la reina María Antonieta -llamada la Austriaca por ser hija del que fuera emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Francisco I de Lorena- y contra Luis XVI, que casi siempre se negaba a firmar las  leyes propuestas por la Asamblea Legislativa.

Por el manifiesto de Brunswick, los ejércitos del Imperio austríaco y de Prusia amenazaron con invadir Francia si la población se resistía al restablecimiento de la monarquía, siendo considerado a partir de entonces Luis XVI un conspirador junto a los enemigos de Francia. El 17 de enero de 1793, la Convención condenó al rey a muerte por una pequeña mayoría acusándolo de “conspiración contra la libertad pública y la seguridad general del Estado” siendo ejecutado públicamente en la guillotina el 21 de enero de 1793. Meses más tarde, el 16 de octubre, su esposa María Antonieta siguió el mismo camino.

Luis XVI y el abad Edgeworth, al pie de la guillotina, el 21 de enero de 1793, por Charles Benazech.

Tumba de Luis XVI y María Antonieta en Saint Denis.

Tras años de guerra, la victoria se decantó del lado francés en 1794.

Música: Jacques Offenbach. Orphée aux enfers.

To be continued in part 2.

La volta do mar y la doble volta. Parte 4.

Los portugueses habían ido aprendiendo, con aciertos y fracasos, el régimen de vientos y corrientes que se debían utilizar para la navegación a vela por las costas africanas, familiarizándose con el régimen de los vientos alisios y contralisios. Hasta ese momento, se navegaba a bolina, es decir en contra de viento, buscando el ángulo menor posible, por lo que la navegación era lenta y penosa, sobre todo en el viaje de regreso. El descubrimiento de la volta y la doble volta fue el gran hallazgo de los marinos portugueses.Read More

La volta do mar y la doble volta. Parte 3.

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La volta do largo y la doble volta. Parte 2.

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