EVOLUCIÓN DE LA PINTURA DEL PAISAJE DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA SU MAYORÍA DE EDAD.3
PARTE TERCERA: desde el Tenebrismo hasta la mayoría de edad
Durante los primeros tiempos del siglo XVII –Tenebrismo 20– la pintura del paisaje estaba aún poco cultivada. El alemán Adam Elsheimer destacó por tratar historias sagradas como paisajes, en las que a veces realizaba estudios sobre los efectos atmosféricos, de la luz y de los amaneceres y anocheceres.
Caravaggio –La vocación de San Mateo 21. 1599-1600– y José Ribera –El españoleto– fueron los principales representantes del movimiento tenebrista, aunque no del paisaje.
21. Caravaggio. La vocación de San Mateo. Óleo sobre lienzo. 338×348. 1599–1601. Capilla Contarelli. San Luís de los Franceses. Roma.
El italiano Annibale Carracci, representante de la corriente idealista del Barroco 22 italiano, pintó paisajes bucólicos, jugando hábilmente con los colores, subordinando la escena narrativa al paisaje (Paisaje con río y bañistas 23. Sin determinar año).
23. Carracci. Paisaje con río y bañistas. Óleo sobre lienzo. 47×56. Final del XVI-principio del XVII. Museo del Prado. Madrid.
También el flamenco Peter Paul Rubens pintó en su última época algún cuadro que está entre los más importantes de la paisajística europea de la época (Vista de Het Steen al amanecer 24. 1636).
24. Rubens. Vista de Het Steen al amanecer. Óleo sobre lienzo. 131×229. 1636. National Gallery. Londres.
Es en el Barroco –siglo XVII y principios del XVIII– cuando el paisaje se establece como un género de entidad propia en Europa, siendo el motor de este establecimiento, el coleccionismo. Es un hecho, que en el norte de Europa, es donde se establece con profundidad la reforma protestante, simultáneamente al desarrollo del capitalismo. La nobleza y el clero, clientes seculares del arte, pierden relevancia como tales, siendo sustituidos en este aspecto, por la clase media burguesa. Las preferencias de los burgueses no estaban en la pintura religiosa ni de la historia, sino que preferían temas sencillos y cotidianos, por lo que lograron en ese momento autonomía como géneros, algunos hasta entonces secundarios como el paisaje, los bodegones o las escenas de género. En los países del sur, seguían siendo necesarias anécdotas religiosas e históricas para trabajar un paisaje “clásico” o “heroico” de carácter idílico, que no se correspondía con ninguno real, sino construidos a partir de árboles, montañas y construcciones, al no verse afectada la sociedad por el movimiento protestante.
Los holandeses desarrollaron tipos de paisajes donde la atmósfera y la impresión del espacio, son las características básicas. Se produjo la especialización, en la que cada artista se dedicaba a un tipo distinto de paisaje: dunas, ríos, caminos, bosques, paisajes invernales, paisajes con animales, canales, marinas etc…Aunque ya elevada a la dignidad de género, los artistas, casi nunca salían a pintar al aire libre. Pieter Brueghel el Joven, copista de su padre, pero modificando sus paisajes, Gillis van Coninxloo, Jacob van Ruysdael, Jan van Goyen, Meindert Hobbema, especialistas en los terrenos por debajo del mar, con sus canales, pólders y molinos de viento, Peter Paul Rubens con sus paisajes de Amberes, Hendrick Avercamp, especializado en paisajes invernales, Rembrandt, que además de retratos y escenas bíblicas pintó paisajes impresos de dramatismo, Albert Jacob Cuyp, Johannes Vermeer, con el paisaje urbano más conocido de la época(Vista de Delft 25 –1660-1661–), entre los más importantes.
25. Johannes Vermeer. Vista de Delft. Óleo sobre lienzo. 96X115. 1660-1661. Mauritshuis. La Haya.
Una línea similar a la de Annibale Carracci, en el que el título de la obra y los pequeños personajes dan la clave de la historia representada, de lo que en principio parece ser sólo un paisaje, es seguida por los dos grandes paisajistas franceses formados en la aún inexistente Italia: Claude Lorraine (Paisaje con Apolo custodiando los rebaños de Admeto y Mercurio robándoselos26–1645–) y Nicolás Poussin (La Primavera o Adán y Eva en el Paraíso terrenal 27–1660-1664–).
26. Claude Lorraine. Paisaje con Apolo custodiando los rebaños de Admeto y Mercurio robándoselos. Óleo sobre lienzo. 55×45. 1645. Palazzo Doria-Pamphili. Roma.
27. Nicolas Poussin. La Primavera o Adán y Eva en el Paraíso terrenal. Óleo sobre lienzo. 117×160. 1660-1664. Museo del Louvre. París.
Ambos pintores pertenecen a la corriente clasicista del paisaje –pinturas de historia con un importante contenido paisajístico– y tuvieron gran influencia en la pintura romántica y en el impresionismo. Lorraine es considerado un paisajista moderno porque observaba atentamente la naturaleza e hizo estudios de la naturaleza al aire libre, de los cambios de luz y de las sombras, pero siempre incluyendo en sus obras personas con motivos históricos o religiosos.
Las vedutes o paisajes urbanos constituyen un género típico veneciano, que cultivó en el siglo XVIII Canaletto –Giovani Antoni Canal– (Plaza de San Marcos 28.1723-1724), además de sus paisajes no urbanos, y otros como Francesco Guardi (Gran Canal con San Simeone Piccolo y Santa Lucía 29. 1775) o Giovanni Paolo Panini con sus vedutes romanas. Canaletto se especializó en las vedutes que vendía como souvenirs a los estudiantes del Grand Tour que luego llevaban a sus países de origen. Fue requerido en Inglaterra y allí trabajó en obras de paisajes. Con él estuvo su sobrino Bellotto que continúo la misma línea de negocio.
28. Canaletto. Plaza de San Marcos. Óleo sobre lienzo. 142×205. 1723-1724. Museo Thyssen–Bornemisza. Madrid.
29. Francesco Guardi. Gran Canal con San Simeone Piccolo y Santa Lucía. Óleo sobre lienzo. 48X78. 1780. Museo Thyssen–Bornemisza. Madrid.
Quitando lo mencionado, no se encuentra en el siglo XVIII nada importante en cuanto a novedades en el tratamiento del paisaje. Thomas Gainsborough se inspira en algunas obras en los paisajistas holandeses (Paisaje en Suffolk 30.1750). Jean-Honoré Fragonard, Hubert Rover, o Goya con La nevada 31 (1786) son representantes de esta época. Goya no es representante genuino de este género, pero la obra mencionada, está muy considerada por su importancia.
30. Thomas Gainsborough. Paisaje en Suffolk. Óleo sobre lienzo. 652×95. 1750. Kunsthistorisches Museum. Viena.
31. Goya. La nevada o El invierno. Óleo sobre lienzo. 275×2938. 1760. Museo del Prado. Madrid.
Y así llegamos al siglo XIX, donde el género paisajístico llega a su brillantez y madurez plenas, especialmente de la mano de los grandes paisajistas románticos ingleses Turner y Constable que destacan sobre los demás y que tendrían gran influencia sobre el Impresionismo de los alemanes románticos, Friedrich sobre todo, y Runge, y de los franceses, que en breve comenzarían a ser la más importante cuna de los movimientos artísticos inmediatos, con el paisaje como centro de su universo.
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20. Tenebrismo es el nombre que se da a un estilo de pintura correspondiente a los primeros años del Barroco, a comienzos del siglo XVII, siendo sus principales representante Caravaggio –Michelangelo Merisi da Caravaggio– y José de Ribera –El españoleto-.
El tenebrismo se caracteriza por un contraste muy fuerte entre las luces y las sombras mediante una iluminación artificiosa, utilizando focos de luz potentes, de arriba hacia abajo, como viniendo de una ventana o tragaluz en diagonal la mayor parte de las veces, para dar suntuosa y extraña luminosidad a lo que se desea realzar (luz de sótano o bodega).
Se ha llegado a identificar como una corriente específicamente española tras la influencia en los artistas españoles de Caravaggio. Los españoles ya utilizaban la técnica del claro-oscuro con mucha frecuencia e intensidad en el siglo XVI. El divino Morales, Luca Cambiaso, El Greco, Pedro de Campaña, Navarrete el mudo y otros utilizaban esta técnica iluminativa.
Hubo dos escuelas tenebristas en España: la valenciana de Francisco Ribalta y Pedro de Orrente (estudió con el Greco y Luis Tristán en Toledo), donde se formó José de Ribera, aunque la mayor parte de su obra la realizó en Italia, y la sevillana de Herrera el Viejo, con menor intensidad tenebrista, en donde se formaron Diego Velázquez y Francisco de Zurbarán.
22. El Barroco se puede dividir en tres períodos: Tenebrismo ya visto y que corresponde a los primeros años del barroco, a comienzos del siglo XVII, el Barroco Pleno a mediados del siglo XVII y el Barroco Decorativo o tardío, a finales del XVII y principios del XVIII. En los dos últimos no se utiliza apenas el recurso luminoso del tenebrismo. Se vuelve a utilizar esa técnica lumínica tenebrista en el Realismo del siglo XIX.
Se suele situar entre el Manierismo y el Rococó, en una época donde comienza a surgir la burguesía, de grandes controversias políticas y religiosas, por un lado entre los estados absolutistas y los parlamentaristas y por otro entre católicos y protestantes.
Nació en Italia a finales del siglo XVI y de allí se extendió a la mayor parte de Europa.
Fue considerado como un estilo recargado, veleidoso y falaz durante los dos siglos siguientes. A finales del XIX fue reconocido en su verdadero valor.
La pintura en esta época es más ornamentada, con cierto racionalismo clasicista y formas más dinámicas, dando importancia a lo intrascendente y a lo efectista. Se utilizan formas distorsionadas con efectos forzados, fuertes contrastes de luces y sombras y manifiesta necesidad a la exageración.
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tu capacidad de síntesis es estupenda. Seguro que has leído algo sobre “la firma” de Bellotto en sus vedutes.
gracias por lo primero y sí a lo segundo.abrazo desde playita
Envío programado jeje
Supongo que te refieres a las vedutes firmadas por Canaletto que hoy han sido reconocidas a Bellotto. Al fin, Canaletto celoso de su sobrino Bellotto, lo echó de su estudio y compañía. No se puede ser bueno jeje