La sociedad contra los diferentes. Peter Grimes ópera. Parte 2.

DESARROLLO DE LA ÓPERA

Los personajes principales de la ópera son:

  • Peter Grimes, pescador, tenor.
  • Ellen Orford, viuda maestra de la aldea, soprano.
  • Capitán Balstrode, marino jubilado, barítono.
  • Auntie, dueña de la taberna, contralto.
  • Dos sobrinas, mujeres de vida alegre, sopranos.
  • Bob Boles, pescador metodista, tenor.
  • Swallow, juez, bajo.
  • Sedley, viuda, mezzosoprano.
  • Reverendo Horace Adams, párroco, tenor.
  • Ned Keene boticario y curandero, barítono.
  • Hobson, cochero, bajo.
  • John, muchacho ayudante de Peter Grimes, mudo.
  • Crabbe, mudo.
  • Aldeanos…

Prólogo

El pescador Peter Grimes acude al juzgado de instrucción del pueblo para declarar sobre los pormenores que han envuelto la muerte de su joven ayudante, que falleció en circunstancias no muy claras. Preguntado por la muerte de su aprendiz, y a tenor de sus respuestas y de los hechos conocidos, el juez coronel Swallow, determina que no existen razones para condenar a Grimes, absolviéndolo, sin necesidad de celebrar juicio, al contrario que sus vecinos de Aldeburgh -pueblo de pescadores en el condado de Suffolk- que dejan claro su convencimiento de que es un asesino, y lo tratan con agresividad y desprecio, con la excepción de la maestra del pueblo Ellen Oxford, que intenta reconfortar a Grimes, mientras él se desespera por la falta de empatía de sus vecinos, que van abandonando la sala donde se celebra la vistilla, sin creerle, y mucho menos, sin pensamiento de darle una nueva oportunidad.

Primer interludio musical: Amanecer.

Acto I

Escena I

Pese a la recomendación del juez Swallow, Grimes está decidido a volver a tomar un joven ayudante a su servicio, sacándolo de una casa de caridad. La maestra viuda, Ellen Oxford, aprueba la iniciativa, mientras que su amigo el capitán Balstrode le sugiere que haga lo que le recomendó el juez, con el fin de evitar problemas y de no enconar más aún su relación con los habitantes del pueblo.

Los pescadores del villorrio cantan durante sus quehaceres diarios, canciones relacionadas con el mar, mientras Grimes reitera con desesperación la necesidad de un ayudante para pescar, y su amigo, el boticario Ned Keene, le encuentra un nuevo joven de nombre John en el orfanato. Hay que ir a recoger al joven, y nadie quiere hacerlo, hasta que Ellen Oxford, con la que Grimes desea casarse, se ofrece, y recoge a John.

Segundo interludio musical: Tormenta.

Escena II

Los vecinos, como de costumbre se encuentran en el único pub del pueblo, El Jabalí, bebiendo y hablando demasiado tras la segunda jarra. Cuando Ellen lleva a John al pub por la tarde, se desencadena una gran tormenta, momento en el que Peter Grimes aparece para recoger al muchacho haciéndose un gran silencio a su entrada. Los vecinos desaprueban manifiestamente lo que hace Grimes, y solo Ellen Oxford y su amigo, el capitán Balstrode, defienden la posición del pescador, que se marcha inmediatamente a su cabaña con el muchacho, a pesar de la tormenta.

Acto II

Tercer interludio musical:  Mañana del domingo en la playa.

Escena I

Semanas más tarde, Ellen Oxford se encuentra con John, el nuevo grumete de Grimes, y ve signos de violencia en sus vestimentas rotas y algunas marcas de contusiones en el cuello. Queda horrorizada, y se enfrenta a Grimes, respondiendo éste bruscamente, que han sido producidas por un accidente. Ella le pide que sea benévolo con el joven aprendiz y que controle su genio y que respete al muchacho. Cada vez más nervioso por la interferencia de la maestra, Peter la aparta violentamente y se va con el muchacho.

Algunos testigos del pueblo presencian estos hechos: Keene el boticario, Auntie la tabernera, y Bob Boles el pescador metodista, que hacen que los rumores sobre vejaciones a las que es sometido el muchacho corran por el villorrio, exagerándolas, exigiendo que Grimes sea castigado. Ellen quiere ayudar una vez más al pescador, pero se siente incapaz de detener a la multitud, que al salir de la misa dominical, marchan a la cabaña de Grimes, para comprobar el estado del joven.

Cuarto interludio musical:  Pasacalles.

Escena II

En la cabaña de Grimes, éste está cantando una canción al muchacho al lado del hogar, a la vez que le reprime cariñosamente por haber mentido, o no haber aclarado a Ellen el origen de sus heridas, que nada tienen que ver con él, recordando en voz alta al aprendiz fallecido, rememorando su muerte por deshidratación en la mar. De repente, oye las voces del populacho que se dirigen hacia su casa y el pescador temiendo alguna acción violenta, pide al muchacho que escape y se aleje, cosa que hace, pero con tan mala fortuna que tropieza y cae por los arrecifes muriendo en el accidente.  Grimes también abandona la casa, unos momentos antes de que el reverendo Horace y el juez Swallow entren, y al verla vacía y tranquila, piden a la gente del pueblo que regrese a sus casas. Sólo el capitán Balstrode se dará cuenta posteriormente de la muerte del muchacho.

Acto III

Quinto interludio musical:  Cabaña.

Escena I

Mientras se celebra un baile en el pueblo, tras anochecer, la viuda Sedley, sicofante donde las haya, intenta convencer a las autoridades de que Grimes es un asesino. Ellen Oxford y el capitán Balstrode comentan en un aparte entre ellos, que Grimes ha vuelto después de muchos días en el mar, y Balstrode señala a Ellen que ha descubierto un jersey en la orilla, cerca de los arrecifes, que Ellen reconoce como el que ella había hecho a John. La señora Sedley, con la antena puesta, lo oye, y comienza a instigar para organizar una nueva turba en contra del pescador cantando Him who despises, us we’ll destroy -A aquél que nos desprecia, lo destruiremos-. Logra convencer a la gente, haciéndoles ver que a John hace muchos días que no se le ha visto, y es probable que Grimes lo haya hecho desaparecer. El populacho, con bastante alcohol en el cuerpo, marcha en busca de Grimes.

Sexto interludio musical:  Niebla.

Escena II

El populacho se empieza a reunir clamando venganza, mientras Grimes, sólo, está al borde de la locura. Ya no hace caso a Ellen, mientras que el capitán Blastrode, vislumbrando el fin de la historia, le aconseja que se haga a la mar y hunda su barco. Cuando la turba llega a su cabaña, Grimes ya se ha hecho a la mar. Al día siguiente el pueblo amanece como si nada hubiera ocurrido. El guardacostas informa que ha visto a un barco hundirse frente a la costa, pero Auntie, la tabernera, apunta que será “uno de esos rumores “.

El montaje de Deborah Warner es magnífico, con el rostro de los coristas desaparecidos tras las mascarillas anti covid, como una representación anónima de un grupo de habitantes de un villorrio de pescadores, que son justicieros, sicofantes y alcoholizados. Un grupo contra el diferente, al que se condena al suicidio por habladurías especulativas. Al marinero Grimes se le murió un aprendiz por accidente, así que la muerte de un segundo muchacho, utilizando que vive sólo, termina precipitando el sacrificio. Se trata de repudiar al diferente, de quitarlo de en medio. Rasgo de algunos grupos actuales, generadores de relaciones asimétricas de los que empujan por casi todos los medios, contra los que no tienen modo de defenderse. Muy actual el tema de esta historia escrita en 1845.

Música: Embroidery in chilhood, de la ópera Peter Grimes de Benjamin Britten. Intérpretes Renée Fleming y Jonathan Tichler.