UN SIMPLE TUTORIAL PRE VACACIONAL: Las cosas simples.

LAS COSAS SIMPLES para millenials y de la generación Z, son menos simples que para los que no llegamos a nacer ni en la Baby Boom.  sino al final de la generación SILENCIOSA.

TUTORIAL DE AURICULARES  bluetooth  para cuando no se es millennial ni de la generación z.

Durante la pandemia, la vida se nos ha ido llenando de dolorosas ausencias -por covid o no-, que en algún caso, han sido más llevaderas por las nuevas presencias, aunque no por sustitución, sino por las alegrías que generan, que hacen momentáneamente más llevaderos los recuerdos dolorosos. Esto es igual para mayores que para jóvenes, si la educación y los valores, nos hacen querer a nuestros semejantes.

Lo que es muy diferente para unos y otros son los asuntos relacionados con la tecnología, por intrascendentes o simples que puedan parecer inicialmente. Los unos los resuelven intuitivamente y además saben que lo lograrán en poco tiempo, y los otros, especialmente los no diletantes en las nuevas tecnologías, aunque tampoco seamos luditas, pasamos ratos largos y de frecuentes dudas, para lograr cualquier pequeño objetivo tecnológico.

Durante el tiempo de soledad y aislamiento ordenado por las autoridades en los primeros tiempos de pandemia -ya casi se ha olvidado-, los mayores paseábamos de 10 a 11,30 o así, y los jóvenes y niños a otras horas diferentes, siendo los más afortunados, los que tenían mascotas que les permitían hacer de su capa un sayo.

Los gimnasios, instalaciones deportivas al aire libre y cubiertas, los campos de golf y en general, casi todo lo que pudiera estar relacionado con la actividad física estaba cerrado, quedando para intentar hacer ejercicio el aire libre durante un tiempo muy limitado y en SOLEDAD.

Correr y andar -sin tocar nada que no fueran las suelas de las deportivas, que tras el ejercicio recomendaban desinfectar- y los ejercicios de gimnasia que pudieran hacerse sin sobar árboles, ni farolas, ni el suelo, ni por supuesto los aparatos de madera de los jardines -precintados con cinta policial- eran las actividades posibles.

Era tal el silencio de las calles y la sensación de mundo distópico, que para intentar una damnatio memoriae permanente, se convirtió en casi necesario ir oyendo la radio o música de cualquier parte, para amenizar ese corto tiempo de paseo o carrera; los móviles, MP3 y 4 e Ipods, se convirtieron en nuestros compañeros de marcha, metidos en el bolsillo, o los más equipados, en banda de brazo con velcro.

Los auriculares de cable incomodan, a no ser que se metan bajo la camiseta deportiva, para no manotearlos de vez en cuando, o para no aguantar los bamboleos del cable suelto.

La gente joven ya usaba sus auriculares bluetooth de duración limitada, aunque con la caja cargador en la mochila, aumentaban la duración de funcionamiento un tiempo más que razonable.

Pensé que debería comprar unos, para conseguir solucionar las incomodidades del cable. Así, una tarde me dirigí a Media Markt, gran almacén de cosas tecnológicas, y parece que de precios razonables, y pregunté por el material deseado. Me señalaron la zona donde se exponían, y vi que tenían desde 5 euros a 300. Localicé a una joven vendedora que andaba zascandileando cerca, y tras confesarle mi desconocimiento e interés en el asunto,  le describí lo que buscaba; unos auriculares bluetooth que llevaran enganches para las orejas, con la finalidad de que no se pudieran caer al correr.

Se centró en unos que llevaban los enganches de oreja, y le pregunté el precio, y que si lógicamente servían para oír todo lo que se oye a través del teléfono con auriculares de cable. Me miró, y con cara conmiserativa y comprensiva -quizá-, me contestó con un sí claro que no dejó lugar a dudas. Pregunté el precio que resultó ser “solo” de 99,95 €. Tras cavilar, le pedí un color -que no había ni se esperaba-, llevándome el único que tenía en existencia, que pensé podría ser útil para llevarlo a algún entierro o funeral sin desentonar, para oír el Requiem de Mozart.

Pagué, y me fui a casa ilusionado por la segura utilidad de la adquisición. Tenía cosas que hacer, así que puse a cargar el estuche/cargador y no intenté ponerlo en marcha hasta el día siguiente.

Saqué del estuche los auriculares, y en el ajuste del teléfono fui al bluetooth que conectó sin ningún problema con los dispositivos. La caja con los auriculares y accesorios no traía instrucciones, como antiguamente hubiera traído cualquier aparato que se preciara, aunque muy antiguamente, vinieran en todos los idiomas menos en español. Sólo venía con los auriculares una hoja con dos o tres advertencias -warnings- respecto al agua, la temperatura y los niños, lo cual agradecí, ya que en los tiempos que corren me hubiera costado un  trabajo inenarrable leerlo incluso con gafas, siendo probable la necesidad de una lupa.

Me fui al ordenador -más confortable para mí que el móvil por el tamaño de las letras- y busqué tutoriales del funcionamiento del aparato, pidiendo encontrar alguno que no fuera tutelado por alguien sudamericano, ya que me resultan insufribles por lo que se enrollan y generalmente por lo mal que explican las cosas -las sudamericanas, los sudamericanos y les sudamericanes me caen fenomenal, pero para los tutoriales…prefiero comerme una croqueta cruda…- Encontré varios, todos con alguna ausencia de información notable, pero que me sirvieron para poner en marcha los auriculares, oyéndose bastante bien la música de mis archivos telefónicos.

Después, quise poner la radio y fue imposible. El teléfono suspiraba y pedía sin cesar un cable de auriculares para la puesta en marcha de la radio, y que sin ellos, no funcionaría: enchufe los auriculares, se leía en la pantalla, mientras yo pensaba ¡ja, este no se ha enterado que son bluetooth!

Vuelta a los tutoriales, y con gran sorpresa, vi que era así, que no funcionaba la radio en el móvil, si no se metía la clavija de los auriculares, ya que el cable de los auriculares es la antena de la radio, excepto en algún móvil especial o uno de última generación que traiga de serie antena interior incorporada, cosa no demasiado frecuente (ahora empiezan ya a fabricar los teléfonos móviles sin orificio para el cable auricular). Todos los tutorialeros recomendaban no preocuparse, y resolver el problema con la ñapa –aunque poco elegante, decían- de insertar una clavija con un pequeño trozo de cable sin auriculares, engañando así al sistema.

No puede ser que me compre algo de 100 euros para no llevar cable, y ahora tenga que ir con un trozo de cable colgando, pensé, completando la reflexión, con que lo único que debe colgar es lo que se creó colgando.

Decidí ir al Corte Inglés cerca de casa, de donde procedía mi móvil, y en cuya sección telefónica siempre hay algún técnico, que pudiera hacerme de fanal en el asunto. El joven que me ayudó, me confirmó los temores, por lo que yo comencé a rumiar la devolución del adminículo.

De repente, me acordé de que en el ordenador por la mañana temprano, oigo la radio por internet, y le pregunté al joven sobre esa posibilidad, pero pensé que se consumirían muchos megas de datos, al ir paseando sin wifi. Seguí rumiando y deduje de una conversación tenida con alguien de Movistar que los datos, comienzan a ser para los operadores como el teléfono fijo, y pronto las llamadas del móvil, es decir, los regalarán si vas comprando otros productos. Llamé a mi operador, y pregunté  por la cantidad de datos que tiene mi contrato al mes, y me dijo que eran ilimitados

Así pues, descargué una app con las emisoras de radio por internet, señalé mis favoritos -Herrera, Alsina, Radio clásica, Top Radio -para mi salsa y bachata-…- y conseguí oír la radio con los bluetooth sin colgantes poco elegantes, y estupendamente.

Cada cosa nueva es un sin vivir, pero así voy pasando el rato…

BUEN VERANO. ¡CUIDAROS, E INTENTAR SER LO MÁS FELICES QUÉ PODÁIS!