La Alpujarra granadina y sus tres joyas empaquetadas en el espacio intermamario del Barranco de Poqueira: Capileira, Bubión y Pampaneira. La sublevación morisca de 1568 y una historia de amor. Parte 2.

Dejando la Alpujarra Baja que comprende el Valle del Guadalfeo, la Sierra de Carchuna, la Sierra de la Contraviesa, la Hoya de Berja, la Sierra de Gádor y el Campo de Dalías, es decir, las poblaciones situadas en el valle del río Guadalfeo –Órgiva, Torvizcón, Cádiar…- y en las sierras costeras a media ladera, desde Gualchos en Granada hasta Aguadulce de Roquetas de Mar, con todos los pueblos de la Sierra de la Contraviesa, incluida Adra, así como, más al este, las poblaciones de la Sierra de Gádor, Berja, Dalías, El Ejido, Enix, Felix, parte de Vícar, La Mojonera y Aguadulce, en la provincia de Almería, comenzamos la subida por una buena, pero estrecha carretera a la Alpujarra Alta, que en cada curva nos sorprendía con cambios increíbles en el paisaje, pasando de valles baldíos y secos, a otros verdes y llenos de vegetación y agua intuida.

La Alpujarra Alta, comprende las laderas sur de Sierra Nevada en Granada y el Alto Andarax en Almería. La Alpujarra Alta, es la zona más conocida de la Alpujarra, por sus pueblos colgados de las laderas de Sierra Nevada, existiendo dentro de ella, zonas más populares y conocidas, y otras menos visitadas.

Pronto comenzamos a llegar a pueblos muy blancos, desarrollados en las laderas de los montes, con una arquitectura y urbanismo similares. El primero en aparecer, que forma parte de la Alpujarra menos conocida, que no por ello menos bonita, fue Válor que es de los más pequeños de la zona, y en el que se puede destacar su Iglesia mudéjar, un mirador y una urbanización de casas rurales conocida como El Balcón de Válor.

Válor.

Urbanizaciones El Balcón de Válor.

En Válor además del padre de mi amigo, y cicerone en este viaje, nació Abén Humeya en 1545, morisco de nombre cristiano Fernando de Córdoba y Válor, elegido rey morisco en 1568 hasta su muerte. El nombre de Abén Humeya es la versión hispanizada del nombre árabe Ibn Umayya, que significa Hijo de Umayya, haciendo alusión a sus orígenes Omeyas.

Aben Humeya fue el líder de la rebelión de las Alpujarras contra la corona de las Españas, entre 1568 y 1570, de la que se hablará más adelante, siendo asesinado por los mismos que lo nombraron rey, los propios sublevados, en 1569.

El abuelo de Aben Humeya, era de una familia de Granada que se proclamaba descendiente de los Omeyas. Colaboró con los Reyes Católicos y se convirtió al cristianismo con el nombre de Hernando de Córdoba, siendo recompensado por los reyes con el señorío de Válor. Fijó su residencia en esta población, añadiendo a su apellido el nombre del señorío, pasando a conocerse como Hernando de Córdoba y Válor, y su familia, los Valoríes. El abuelo, llegó a ser Caballero veinticuatro de Granada -así se denominaron los regidores y concejales de la época en esa zona-. Generalmente, el oficio de veinticuatría lo ejercían hombres de cierta posición social y nobles. Gobernaban las ciudades y por sus manos pasaban todos los asuntos económicos de las mismas.

A continuación, Yegen, localidad en la que el escritor Gerald Brenanbritánico nacido en Malta, que participó en las batallas de Ypres, del Somme y en la segunda del Marne en la Primera Guerra, siéndole concedidas en 1918 la cruz militar inglesa y la croix de guerre francesa- vivió14 años escribiendo allí la conocida novela Al sur de Granada, que fue llevada al cine con éxito. La casa del propio escritor es la mayor atracción turística de la localidad. Decía Brenan: El lugar tenía algo que me resultaba atractivo. Era una aldea pobre, elevada sobre el mar, con un panorama inmenso a su frente. Sus casas grises en forma cúbica, con un mellado estilo Le Corbusier, en rápido descenso por la ladera de la colina y pegadas una a otra, con sus techos de greda planos y sus pequeñas chimeneas humeantes, sugerían algo construido por insectos.

Panorámica de Yegen.

A Mecina Bombarón llegamos en seguida. Es otro pueblo pequeño, con un mirador denominado Era del Chorro. Se pueden ver desde allí, Sierra Nevada hasta el mar en la zona de Adra, y las sierras de la Contraviesa y la de Gádor.

Mecina Bombarón.

Con Laroles, Alcútar, Bérchules y Juviles, terminamos de recorrer la Alpujarra menos conocida, de pueblos tranquilos, blancos, algunos a media ladera, y todos con pronunciadas cuestas.

Juviles.

Restos del Fuerte de Juviles del siglo VII.

En Juviles hay restos de un fuerte del siglo VII, y en Bérchules, pueblo construido sobre bancales, con grandes desniveles, se celebra la nochevieja en agosto, desde que en 1994 se quedaron sin luz el 31 de diciembre, no pudiendo celebrar la entrada de año. A partir de entonces lo celebran en verano.

Me llamaron la atención la arquitectura y urbanismo de los pueblos, muy similares en todos ellos, y las casas con sus tejados planos, terraos, que como pude observar después, son iguales prácticamente, en toda la Alpujarra granadina.

Terraos.

Las cubiertas planas de los tejados, terraos, son uno de los elementos característicos de la arquitectura de la Alpujarra. Para la construcción de estas cubiertas se utilizan troncos de castaño bastante juntos sobre los muros de carga de las casas, arropadas con ramas y viguetas alfajías-, colocando después sobre este armazón, losas de pizarra cubiertas con un grueso lecho de barro prensado a base de pisón –el malhecho–. Todo ello se recubre con una grava muy fina llamada launa -arcilla magnesiana de color grisáceo-, impermeable y aislante térmica muy abundante en la zona, resultando una superficie exterior a un agua, estética y utilizable, no teniendo otro remate de borde, que lo que sobresale del terrao a la calle, que se denomina alero o beril, y está pisado con piedras grandes llamadas castigaeras. Son usados a menudo los terraos como lugar de asueto, para tender la ropa, para almacenar productos, o para secar al sol castañas, maíz, hortalizas o pimientos choriceros. A veces, se unen unos terraos con otros por medio de tinaos, que son voladizos que a veces cubren la entrada o parte de la calle, comunicando unos terraos con otros sin necesidad de pisar el suelo de la vía.

Tinaos.

La arquitectura es uno de los elementos culturales más peculiares de esta comarca, conformando un paisaje de inigualables características, aunque en los núcleos de población mayores, como Ugíjar, Cádiar, Órgiva o Lanjarón, las  calles y casas son más amplias, los edificios más modernos y de varias plantas, y, aunque mantienen algunos barrios con la arquitectura y disposición de las casas típicas alpujarreñas, la mayoría son de tejado a dos aguas, similares a la de cualquier otro sitio fuera de la Alpujarra.

El origen de la arquitectura alpujarreña puede estar en las tribus bereberes que poblaron esta zona, que emplearon los materiales autóctonos, y se protegieron de su orografía y movimientos sísmicos con esta especial forma de construir.

La casa de arquitectura popular alpujarreña está adaptada a las laderas y a las condiciones climáticas, del mismo modo que la organización urbanística de los pueblos. Los materiales utilizados en las construcciones han sido la piedra, madera de castaño, nogal o álamo, cañas, yeso, lajas de pizarra, y la launa. Se emplearon estos materiales por su abundancia en la zona y las dificultades para transportar otros materiales, ya que las carreteras no llegaron a la Alpujarra hasta hace pocas décadas. La obra se realizaba con mezcla de arena, cal y agua –el opus caementicium romano-. Los muros son de grosor notable, y su disposición, en principio, carece de la lógica actual, ya que, al margen del condicionante del espacio disponible, es muy importante tener en cuenta los posibles desplazamientos del terreno a consecuencia del tipo de suelo, la pendiente y los movimientos sísmicos. Por ello, las casas alpujarreñas se dividen en volúmenes casi independientes, consiguiendo una construcción flexible, debido por un lado a los materiales utilizados, y a su estructura, que permitirán que algunas casas se puedan deslizar por la pendiente varios centímetros sin que nada grave ocurra.

Casa alpujarreña.

Las construcciones nuevas de la zona son sin embargo de estructura de hormigón y cemento, no permitiendo desplazamientos de la base, ocurriendo en algunas ocasiones, que casas nuevas tengan grietas importantes al poco tiempo de su construcción.

La separación de las habitaciones se hacía por medio de tabiques de cañizo o palos delgados atados con esparto o cuerda fina, realizando paneles que luego eran enlucidos con yeso por ambas caras. Los tabiques de cañizo, además del aislamiento que produce el aire del interior de los segmentos de la caña, no suponen una carga de peso importante para la estructura.

Las chimeneas, aunque existan otras formas, suelen ser troncocónicas rematadas con un sombrero formado por una laja de pizarra y una piedra castigaera para evitar que sea volada por el viento. Con la finalidad de que el peso de la chimenea no fuera excesivo, se levantaban con yesones, que luego eran enlucidos.

En la planta inferior se sitúan las cuadras de los animales, encima, la vivienda propiamente dicha, situándose una chimenea en la cocina al lado el salón-comedor y luego los dormitorios. En el piso superior, el pajar, secadero y almacén de productos agrícolas. De esta forma, se consigue un importante aislamiento respecto del exterior en la planta/vivienda: de la humedad del suelo por la planta inferior y del frío por la planta superior, mientras que los gruesos muros protegen la casa por los lados, siendo realmente viviendas bioclimáticas, adaptadas a las condiciones meteorológicas y geográficas de Sierra Nevada.

En cuanto a la disposición urbanística, los pueblos se adaptan a la geografía física, disponiéndose en escalera por la montaña en donde están asentados y orientados al sur, con la finalidad de aprovechar la templanza del Mediterráneo.

Hoy, la práctica totalidad de los pueblos están encalados, aunque en otras épocas, por motivos defensivos o por falta de cal, no lo estuvieron, camuflándose en el paisaje.  Los pueblos alpujarreños se suelen dividir en barrios de diferente tamaño y a veces separados por decenas de metros unos de otros. Estos barrios dependen de un núcleo más importante en el que se suelen encontrar los servicios municipales, el juzgado de paz o Correos, siendo la separación no sólo física sino a veces también social. La disposición de los grupos de casas es normalmente en un plano paralelo al terreno y con la misma altura teniendo las calles un trazado sinuoso, aparentemente caótico, y anárquico. Esta disposición, al margen de la adaptación al terreno, tenía una ventaja defensiva clara: los que atacaban se perdían por las calles mientras desde los terraos los alpujarreños arrojaban a los invasores lo que podían.

También en los pueblos están los tinaos, como antes se dijo, voladizos que a veces cubren la entrada e incluso parte de la calle, permitiendo protegerse de las inclemencias del tiempo, en el caso de nevadas copiosas acelerar el proceso de deshielo, y defensivamente útiles, para comunicar un grupo de terraos con otros, y pasar de una a otra zona del barrio sin pisar la calle, desconcertando al invasor.

Son muy frecuentes las estrechas calles empedradas, especialmente las de mayor pendiente, para evitar las caídas en caso de lluvias fuertes, algunas con acequias incluidas en la mitad de la calle.

Salimos de Juviles para dirigirnos a los pueblos de la Alpujarra Clásica granadina y más conocida y visitada, llegando a Trévelez, el pueblo más alto de Andalucía. Es punto de partida de muchas rutas de alta montaña por el Parque Nacional de Sierra Nevada, compartiendo las características de calles estrechas y casas encaladas de blanco a media ladera, siendo por su situación geográfica en la sierra, uno de los secaderos de jamones más importantes de Andalucía.

Trévelez.

Se encuentra al oeste del río Trévelez y al SW del Mulhacénel pico más alto de la península– que con el río Chico y el Poqueira, rodean el núcleo urbano, que está dividido en tres barrios: Alto, Medio y Bajo, con una diferencia de nivel de hasta 190 m. La casa más elevada del Barrio Alto está a 1.595 m sobre el mar, y el único puente sobre el río está en el Barrio Bajo. El Barrio Bajo es un importante centro turístico, con casas modernas, mientras que los Barrios Medio y Alto son más típicamente alpujarreños.

Ya en el coche de nuevo nos dirigimos a primero a Busquistar, población de apenas 300 habitantes, a 1.159 m de altura sobre el mar. Durante la dominación musulmana perteneció a la yuz -división geográfico/administrativa- de Farrayra, más tarde convertida en taha, hasta que en 1499 fue entregada en señorío a Gonzalo Fernández de Córdoba -El Gran Capitán-, manteniendo ese estatus hasta la desaparición de los señoríos en el siglo XIX.

Busquistar.

Seguimos después a Pórtugos, pequeña población de cerca de 400 habitantes, en donde comienza La Ruta Medieval de la Alpujarra, y en donde es curiosa la existencia para consumo de aguas ferruginosas  en una fuente denominada Fuente Agria.

Pórtugos.

Detalle de escaleras para subir al barrio de Churriana.

 

Música: CARLOS CANO: PASODOBLE TORERO A GERALD BRENAN.

To be continued in part 3.