La Alpujarra granadina y sus tres joyas empaquetadas en el espacio intermamario del Barranco de Poqueira: Capileira, Bubión y Pampaneira. La sublevación morisca de 1568 y una historia de amor. Parte 3.
Acercándonos a las joyas de la Alpujarra granadina llegamos a Pitres, capital y cabeza de las poblaciones del municipio, en donde se encuentra el ayuntamiento, el centro de salud y el colegio. Está a 75 km de Granada capital, a una altitud de 1.200 m, con cerca de 400 habitantes.
Pitres.
Iglesia de San Roque.
Tiene varios barrios como el Hondillo, el Alto, el Casarón o el barrio de la Virgen, y la Iglesia de San Roque, de inspiración mudéjar, que se construyó sobre una mezquita, reedificada tras la Guerra Civil, con una espigada torre, que es uno de los emblemas del pueblo.
Y ya entrando en el Barranco de Poqueira, se dibujaron luminosos, en lo alto, Capileira -del latín capillaria, cabellera, por estar en la parte alta del barranco-, a media altura Bubión -de la raíz latina bull, bullir- y abajo, cerca de unos regatones del río Poqueira, Pampaneira –pampinarius, que significa productor de pámpanos, y puede interpretarse como terreno de viñas-. Respecto a las terminaciones de esos nombres que pudieran parecer gallegas, no es ese su origen, sino que de los dialectos del sur y de los occidentales, se conservaron los diptongos ai, au, forma que subsistió entre los mozárabes –febrair, lausa-, siendo frecuentes también las formas ei, ou -Alpandeire, Capileira, Lanteira, Poqueira, Campaneira…- en la toponimia alpujarreña, aunque su origen pudiera ser también el romance andalusí o mozárabe.
El Barranco de Poqueira formado por esas tres poblaciones, fue declarado en 1982 Conjunto de Interés Histórico-Artístico y goza de especial protección. La zona se encuentra incluida en el Parque Protegido de Sierra Nevada.
Barranco de Poqueira y sus pueblos.
Subimos hasta Capileira que fue el pueblo que visitamos inicialmente de los tres, y luego nos dejamos caer barranco abajo.
Capileira, situado a 1.436 metros de altitud sobre el nivel del mar, fue el primer pueblo de la Alpujarra Alta en apostar por el turismo rural.
En la época del reino nazarí de Granada, formaba parte de La Taha de Poqueira y fue escenario de las luchas de poder entre el rey Boabdil y su tío El Zagal. En 1570, Felipe II expulsó a casi todos sus habitantes tras la famosa revuelta de los moriscos de las Alpujarras, y la zona fue repoblada con gente de otras partes de los reinos de la península.
Capileira.
Bubión y Pampaneira desde Capileira.
Capileira, Bubión y el Mulhacén.
Capileira tiene la arquitectura y el urbanismo típicos de la Alpujarra, con las casas blancas, con terraos y chimeneas, los tinaos y las calles empedradas en cuestas con acequias centrales.
Capileira.
La iglesia de santa María la Mayor, patrona de Capileira, fue levantada en el siglo XVIII sobre una de 1502, que a su vez sustituyó a la antigua mezquita. Alberga un hermoso y sencillo retablo de estilo barroco, en madera del siglo XVIII -1753 a 1755- diseño de Navarrete y una imagen de la Virgen de la Cabeza donada por los Reyes Católicos.
Magnífico mirador el de las Eras de Aldeire de Capileira, desde donde se divisa el mar y el monte Veleta.
Bajamos hacia Bubión y ya en la carretera comencé a oír un susurro de voz femenina…
El nombre Bubión proviene de la raíz latina bull, bullir. En un documento de 1514, se denominaba a esta población Bulión, que significa manantial con aguas que bullen con ruido en el nacimiento.
Bubión.
En Bubión, población del barranco de Poqueira, situada a altura media, encontramos igualmente calles y casas con terraos y chimeneas, tinaos y organización urbanística similar a la de los demás pueblos de la Alpujarra Alta.
En el Museo Casa Alpujarreña, nos podemos hacer una idea de cómo vivían los alpujarreños hace algunas décadas. Inmediata a esta casa, está la Iglesia de la Virgen del Rosario con su torre, frente al ayuntamiento, y un magnífico balcón desde donde puede verse el pueblo bajo del barranco de Poqueira, Pampaneira y el Mediterráneo en lontananza.
Los susurros con voz de mujer eran ya perfectamente audibles y de una tristeza sin par. Parecían salir de la torre de la Iglesia de la Virgen del Rosario.
La Iglesia es de estilo mudéjar, y data del siglo XVI. Fue erigida sobre la mezquita existente. 9 años después de estar terminado, el templo fue quemado durante la rebelión de los moriscos. A principios del siglo XVII, se rehízo, debiendo ser reconstruido a finales del XVII y principios del XVIII. En 1804 un terremoto destruyó gran parte de la iglesia, siendo reedificada, conservando las líneas de la primitiva iglesia.
La portada de la iglesia de la Virgen del Rosario es sencilla, de orden toscano. Un arco de medio punto, enmarcado con entablamento, pilastras, y un óculo en la parte superior para dar luz al coro, nos dan la bienvenida al templo.
Me acerqué a la puerta de acceso a la torre, y ella, Zecilla -Cecilia-, me narró su historia de tragedia y amor entre sollozos y susurros con voz temblorosa…
Todo comenzó en la Nochebuena de 1568, cuando los moriscos de las Alpujarras volvieron a jurar lealtad a sus antiguos reyes, y se alzaron en armas contra la corona del rey de las Españas y contra la Iglesia, a quienes consideraban responsables de todas sus desdichas.
Tambores de guerra sonaron en la Taha de Poqueira, y los viejos cristianos buscaron refugio en la iglesia aún sin terminar. Los moriscos sublevados, lograron entrar por una puerta que estaba tapiada, y al amanecer, amenazaron con quemar la iglesia con los cristianos dentro. Estos, indefensos, se rindieron de forma inmediata, encontrándose entre ellos Diego de Enciso, el joven enamorado de la morisca Zecilla. Al ser reconocido por el padre de la joven, agraviado por su relación, encerró a su hija y se llevó al joven Diego para matarlo en su casa con sus propias manos, haciendo oídos sordos a las súplicas y gritos de su hija desde la torre, que se oían en todo el barranco de Poqueira.
Finalmente, el padre de Zecilla se apiadó, y Diego fue encerrado con todos los cristianos a la espera de la llegada a la taha del recién nombrado rey de los moriscos Abén Humeya, a la edad de 24 años, el 27 de diciembre de 1568, tras abjurar del cristianismo, y ser elevado al trono morisco por los jefes religiosos de Béznar, por el valor demostrado al vengar la ofensa a su padre Antonio de Válor y Córdoba, condenado a galeras por los cristianos, y por su origen Omeya. Después de ser nombrado en Béznar, fue homenajeado y aclamado en Cádiar conforme a la tradición andalusí.
Fueron desestimados los méritos presentados para ese puesto por Farag Ibn Farag, descendiente de los abencerrajes*, cabecilla de los monfíes –nombre por el que se conocieron en el siglo XVI y principios del XVII a los moriscos refugiados en las serranías del antiguo Reino de Granada dedicados fundamentalmente al bandolerismo– que entraron en el Albaicín ayudados de turcos, genoveses y moros de la Berbería, en un primer levantamiento que fue inmediatamente sofocado.
*Los abencerrajes -hijos del sillero- fueron uno de los dos clanes más importantes del reino de Granada; guerreros provenientes del norte de África, que habían tenido bastante protagonismo en las luchas contra los cristianos.
Diego y el resto de los cristianos, estuvieron encerrados en la torre de la iglesia durante 19 días. Cuando llegó Abén Humeya ordenó ajusticiarlos, pero el 13 de enero de 1569, las tropas del marqués de Mondéjar llegaron a Bubión, liberando a los condenados cristianos viejos y matando a todos los moriscos sublevados, haciendo cautivos a mujeres y niños. Naturalmente, Abén Humeya había huido.
Zecilla, fue encerrada en la torre de la iglesia, siéndole prohibido por la corona y la Iglesia a Diego de Enciso, ni pensar nunca más en ella.
Testificaron más tarde, uno de los capitanes del marqués, Álvaro Flores y algunos de sus soldados, que andaban admirando Pampaneira desde el mirador de Bubión próximo a la iglesia de la Virgen del Rosario, cuando oyeron los lamentos de Zecilla, pero después ya nunca más se supo de ella, solo de su fantasma..
Mirador de Bubión próximo a la iglesia de la Virgen del Rosario.
Hay quien dice, que Zecilla permaneció en la torre toda su vida y otros que fue expulsada de los reinos de Felipe II, aunque lo único cierto es que su amor por el joven Diego sigue conmoviendo a los enamorados. El 21 de octubre de 1600 Diego de Enciso dio fiel testimonio ante notario de su historia de amor y tragedia.
Creo que el fantasma de la bella doncella morisca Zecilla, encarcelada por su amor sin límites por el joven cristiano Diego de Enciso, aún se encuentra entre los muros de la iglesia de Bubión, cinco siglos después, ya que oí sus lamentos, incluso creo que sentí el roce de su mano por la puerta de entrada ….
Aún consternados por la bella y auténtica historia de amor, volvimos al coche, para visitar el pueblo más bajo del barranco de Poqueira, Pampaneira, en donde comeríamos.
Pampaneira está a 1.050 metros sobre el nivel del mar y tiene poco más de 300 habitantes. En el centro de la población está la Plaza de la Libertad en donde se encuentra la iglesia de la Santa Cruz, construida en el siglo XVI de estilo mudéjar.
Pampaneira.
Iglesia de la Santa Cruz.
Pampaneira.
También en esta plaza está la Fuente de San Antonio, de la que dicen que tiene poderes mágicos. Como se puede ver en la fuente está escrito el nombre de Chumpaneira que puede ser la contracción y la mezcla de dos idiomas: de la palabra inglesa chum, que se puede traducir como amiguete, y el nombre del pueblo Pampaneira. También podría tratarse de la contracción de la palabra chumming y Pampaneira, donde chumming, en el contexto de la pesca, es algo así como arrojar cebo a los peces, que en castellano sería engodar o engoar. Así que se puede decir que, si bebes de las aguas de esta fuente, picas como los peces el anzuelo.
* Engodar o engoar es la acción para atraer a los peces, engatusándolos con engodo. Ejemplo de engodo es pan mojado y erizos machacados.
Durante la visita a Pampaneira os encontraréis también con varias tiendas de artesanía y productos locales, como alfombras, jarapas -tejido basto típico- y miel granadina.
Telar de jarapas.
Terminamos con un buen paseo por las calles empinadas y con acequia central del pueblo, hasta llegar al restaurante La Abuela. Aunque la atención fue de carácter granaíno –mala follá-, el plato alpujarreño y un plato de tomate con aceite y sal estaban de lujo.
Plato alpujarreño.
Tras la comida, bajamos ya casi sin parar por Órjiva hasta Motril, avistando lejano Lanjarón para llegar al campo de golf los Moriscos en Motril, en donde jugamos un bonito partido de golf.
Nuestro camino en azul.
Al NW de Pampaneira, hay un pueblo que se llama Soportújar -etimológicamente soportales- que tras la expulsión de los moriscos, fue repoblado con gentes procedentes de Galicia, tierra de la que siempre se ha dicho, que la brujería y las supersticiones forman parte de sus tradiciones y costumbres, manejadas en secreto, para obviar a la Inquisición en aquella época.
Hoy día, en donde sin Inquisición y con Instagram todo se cuenta, se comenta, que en Soportújar había nigromantes, que se celebraban aquelarres y que incluso se veían brujas sobrevolando la zona…De hecho, hay un par de fiestas al año dedicadas a ellas, sabiendo hacer de la anécdota su seña de identidad, convirtiendo a las brujas en un reclamo turístico de primera magnitud.
La próxima visita, entraremos por Granada hacia Lanjarón, Órjiva y Soportújar, e iremos a comer a La Casa de la Abuela en Pampaneira, a ver si ando fino y hago que a la granadina le mejore el carácter…
En Órjiva –capital de la Alpujarra-, con una comunidad importante internacional de hippies que viven todo el año, y casi 5.000 habitantes, también circulan leyendas, y se cuenta que, una vez, una tremenda riada amenazaba con destruir todo el pueblo, empujando alguien una gran piedra al río, desviando su curso, salvándolo. Cuando la gente corrió a la ermita para dar las gracias al santo, vieron que los pies de la imagen estaban manchados de barro.
Música: Juan Valderrama hijo. Envidia.
To be continued in part 4 : The rebellion of the Alpujarras.
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