Diana y sus flechas en la Gran Vía madrileña. Mito de Diana y Endimión. Parte 1.

Al margen de la existencia inicial de unos u otros dioses primordiales dependiendo de las diferentes teogonías, Hesíodo, el más popular de los relatores griegos que explicaron el nacimiento de los dioses y sus relaciones en las religiones politeístas, considera que hubo una primera generación de dioses primordiales: Caos, Gea, Tártaro y Eros.

Gea, la madre Tierra, la del amplio pecho, nació del Caos original y fue considerada la madre de todo lo que vive. Ella sola engendró a Urano, el firmamento estrellado, y posteriormente y también sola, a las montañas y al Ponto, el ancho y profundo mar. Cuando Urano dominó el mundo, se unió con Gea, y juntos tuvieron en primer lugar doce hijos, los seis Titanes, entre ellos Cronos, y las seis Titánidas. Posteriormente tuvieron tres Cíclopes, enormes criaturas de un solo ojo, monstruos gigantescos, y los Hecatónquiros de cien brazos y cincuenta cabezas.

Gea, como buena madre, amaba a todos sus hijos. No así Urano, que odiaba a los deformes Hecatónquiros y a los Cíclopes, a los que encerró en el Tártaro -entrañas de Gea-, prohibiéndoles salir a la luz. Gea persuadió a sus otros hijos, los Titanes, para castigar a Urano y despojarle de su poder. El más joven de los Titanes, Cronos, fue quien ejecutó la venganza: tomó una hoz y mientras Urano yacía con Gea, le cortó los testículos, arrojándolos al mar y arrebatándole así su poder. De la espuma del mar que se generó al lanzar los testículos y el semen de Urano, al llegar a las costas de Chipre, nació Afrodita  Venus en el panteón romano-, la diosa de la belleza y el amor.

Cronos.

La castración de Urano. Fresco de Giorgio Vasari y Cristofano Gherardi. 1560. Sala di Cosimo. Palazzo Vecchio. Florencia.

Sandro Botticelli. El nacimiento de Venus. 1485-1486. Temple sobre lienzo. 172 x 278 cm.  Galería degli Uffizi. Florencia.

También de la sangre y el semen del castrado Urano nacieron una nueva generación de seres sobrenaturales, similares a los Titanes: los Gigantes.

El Titán Cronos casado con su hermana la Titánida Rhea -ambos hijos de Urano y Gea- tuvieron seis hijos: Hestia, Hades, Deméter, Poseidón, Hera y Zeus. Cronos devoraba a sus hijos envueltos en un trapo al nacer, para evitar que pudieran hacer lo que él hizo a su padre, arrebatarle el poder. Al nacer el último de ellos Zeus, Rhea engañó a Cronos dándole a tragar una piedra envuelta en un trapo, ocultando al hijo. Posteriormente, Zeus con la ayuda de su madre, se apoderó del trono de Cronos, haciéndole tragar un líquido que le hizo regurgitar a todos los hijos devorados.

Gea convocó a sus hijos los Titanes y a los Gigantes para que se volvieran en contra de su nieto Zeus. proporcionándoles a los últimos una pócima que les hiciera invulnerables a las armas de los dioses del Olimpo. Zeus, ya primer dios olímpico, primero venció a los Titanes en la Guerra de los Titanes o Titanomaquia, y posteriormente utilizó a uno de sus hijos, el mortal Heracles -Hércules-, cuyas armas neutralizaban los efectos de la pócima de Gea, venciendo Zeus también en la Gigantomaquia. Fue así como Zeus derrotó a Titanes y Gigantes, convirtiéndose en el único dios superior del Olimpo, y en castigo, arrojó a unos y otros a la oscuridad infinita del Tártaro.

Gea se unió con Tártaro, con la única finalidad de engendrar a un ser terrible con cien cabezas de dragón, Tifón, para destruir a Zeus, pero tampoco pudo con él, y también fue condenado a las profundidades infinitas.

Así llegamos a la vida más tranquila de Zeus en el Olimpo, casado con su hermana Hera. Zeus, vocacionalmente playboy picaflor, siempre estaba gestionando atraer a todo lo que le gustaba: unas y otros.

En una de sus acciones amorosas conoció a Letona, a la que dejó embarazada de gemelos. Su mujer Hera, enterada de la infidelidad, prohibió parir a Letona en tierra firme alguna, construyendo Zeus para la ocasión una isla a la deriva, Delos, para que su amada pudiera tener a sus hijos. Letona parió primero a Diana, la que a continuación de salir del vientre de su madre la ayudó en el parto de su gemelo Apolo.

DIANAArtemisa en el panteón griego- fue la diosa de la caza, de la Luna, de los bosques y los animales y la protectora de la virginidad, pasando a ser una de las 12 deidades principales del Olimpo y viviendo en Arcadia donde se dedicó a la caza, con un séquito de 60 Oceánidas y 20 Ninfas.

DianaArtemisa en la antigüedad fue llamada Selene. Llamada también la casta, decisión de castidad que tomó tras ver los sufrimientos de su madre en el parto. Participó en la lucha contra los Gigantes al lado de su padre Zeus, matando a uno de ellos con la ayuda de Hércules.

Diana de Jean-Antoine Houdon.1790. Bronce. 192 mm de altura x 90 de anchura y 114 de profundidad. Museo del Louvre. París.

Diana de Versalles. Copia romana del original griego atribuido a Leocares. Mármol. 2 m de altura. Museo del Louvre. París.

François Boucher. Diana saliendo del baño. 1742. Óleo sobre lienzo. 57 x 73 cm. Museo del Louvre. París.

ENDIMION de Élide y el MITO DE DIANA y ENDIMION

La historia de Endimion en la mitología griega es confusa; a veces es considerado rey de Élide, y otras, un cazador o  pastor que vivió en Élide y Caria. Lo más probable es que fuera rey de Élide y tras abdicar en su hijo Epeo, se retirara a Caria a filosofar, a vivir en el campo y a estudiar las estrellas y la Luna -SELENE-.

Etilio fue el primer rey de Élide después de haber traído colonos de Tesalia, siendo probable que fuera el fundador de Élide. Endimion su hijo, subió al trono de Élide a la muerte de su padre.

Hans Thoma. Endymion. 1886. Óleo sobre lienzo. 73,5 x 61,5 cm. Galería Nacional de Arte. Karslrhue. Alemania.

Endimion tuvo cuatro hijos con su esposa: Epeo, Peón, Etolo y Eurícide. Los hijos de Endimion jugaron un papel importante en el deporte olímpico. Se cuenta que Zeus informó al rey Endimion de la fecha de su muerte, y para sucederle, tendría que organizar una carrera en Olimpia: el ganador sería el nuevo rey.

Su hijo Epeo, ganó esta carrera, por lo que fue nombrado sucesor al trono. Puede que tras ganar la carrera su hijo Epeo, Endimion abdicara y se retirara a Caria, concretamente al monte Latmo, en donde viviría como pastor en una cueva, cuidando a sus ovejas, y fascinado por los cambios de la luna, estudió sus movimientos, los anotó, y terminó enamorándose de ella. Plinio el Viejo menciona a Endimión, como el primer hombre en observar con extrema atención las fases de la luna, que por otra parte fue el origen simbólico de su amor.

 

George Frederic Watts. Endymion. 1903. Óleo sobre lienzo. 104 x 121 cm. Colección privada. Reino Unido.

En Élide, se afirmó secularmente que el rey Endimion fue enterrado en la línea de salida de la carrera de Olimpia, sin embargo, en Heraclea de Caria, afirmaban que la tumba de Endimión se encuentra en el Monte Latmo, existiendo un santuario dedicado al legendario personaje en dicho lugar.

Selene –Artemisa en Grecia y Diana en Roma- era la diosa de la Luna. Cada noche, el pastor Endimión tras terminar sus observaciones lunares, se acostaba a dormir dentro de su cueva y cuando el tiempo era bueno, dormía a cielo abierto.

Sebastiano Ricci. Endymión duerme observado por Selene. Óleo sobre lienzo. 1713-1714. 191 x106 cm. Chiswick House. Londres. 

Mientras Selene conducía sus caballos por el cielo nocturno, su suave mirada cayó sobre el pastor. Estaba durmiendo cerca de sus ovejas, y su belleza impresionó tanto a la diosa, que se enamoró de él de inmediato. Fue tal su admiración, que no pudo evitar la tentación de aproximarse para observarlo más cerca. Sintió que en su interior comenzaba a brotar un sentimiento que iba más allá de la fascinación, creciendo en su interior un enorme deseo de besarlo.

Así como Endimion estaba interesado en la luna, Selene, la diosa griega arcaica de la misma, estaba interesada en el hombre que la observaba. Existió una fascinación mutua entre los dos, que no sabían que pudiera transformarse en amor.

Selene, locamente enamorada, visitaba a Endimion todas las noches mientras dormía, y se acostaba junto a él. Así, sin tener consciencia de su amor reciproco, se amaron mucho tiempo.

Una noche, se despertó el pastor en pleno acto amoroso y se enteró que todo ese tiempo había sido amante de la diosa. Ambos se confesaron sus sentimientos y decidieron estar juntos para siempre, aunque eso fuera momentáneamente utópico, ya que Endimion era mortal y con el tiempo envejecería y moriría.

SELENEDiana o Artemisa– la diosa de la luna, pidió a su padre Zeus que concediese a Endimión la inmortalidad para poder disfrutar de su visión y afecto toda la eternidad. Zeus se negó, pero alternativamente ofreció a Selene la posibilidad de que Endimión viviera un sueño eterno por el día, despertando por las noches. Ambos aceptaron el ofrecimiento, y tras decidir Endimión que viviría para siempre durmiendo durante el día por amor, Selene-Diana prometió visitarlo cada noche en el monte Latmo, cerca de Heraclea de Caria. Endimion se hundió en un sueño que le garantizó la eterna juventud y cada noche, Diana descendía del cielo para visitarlo. Tuvieron cincuenta hijas.

Giambattista Pittoni. Diana y Endymion.1723. Óleo sobre lienzo.134 x 109 cm. Museo Nacional del Hermitage en San Petersburgo. Rusia,

Nicolas Poussin. Selene y Endymion. 1630. Óleo sobre lienzo. 122 x 169 cm. Detroit Institute of Art. Detroit, E. E. U. U.  

Francesco Villamena. Diana recostando a Endimión dormido. Finales siglo XVI. Pluma con tinta parda sobre papel amarillento. 20,5 x 28,5 cm.

Pier Francesco Mola. Diana y Endimión. Sobre 1660. Óleo sobre lienzo. 148 x 117 cm. Museo Capitolino. Roma.

Jean-Honoré Fragonard. Diana y Endimión. 1753. Óleo sobre lienzo. 95 x 137 cm. National Gallery of Art. Washington. E.E.U.U.

Walter Crane. Diana y Endimión. 1883. Acuarela y gouache. 55,2 x 78,1 cm. Colección privada.

Edward Poynter. Diana y Endimión. 1901. Óleo sobre lienzo. 77,5 x 57,1 cm. City Art Galleries of Manchester. Manchester. UK.

Anónimo. Siglo XVII. Ligero apunte Diana y Endimion. Lápiz negro sobre papel verjurado, amarillento. 205 x 145 mm. Museo del Prado. No expuesto.

Música: Billie Holiday. All of me.

To be continued in part 2.