PASIONES MITOLÓGICAS. Parte 6.

Así entramos en el tercer espacio de la exposición, que se denomina Poesías, refiriéndose a los seis cuadros de Tiziano, así llamados, y que además contiene otras obras de Veronese, Rubens, Velázquez y una  Dánae de Tiziano como se podrá ver.

3. POESÍAS

OBRAS

Tiziano pintó dos conjuntos de escenas mitológicas, uno que realizó para el duque de Ferrara entre 1518 y 1526, y otro para el rey Felipe II entre 1553 y 1562, refiriéndose el artista a esta última serie realizada para el monarca español como poesías. En esta muestra se reúnen los seis cuadros que Tiziano pintó para Felipe II, que no han estado juntos en España, desde finales del siglo XVI.

Tiziano. Venus y Adonis. 1554. Óleo sobre lienzo. 186 x 207 cm. Museo del Prado. Madrid.

La obra representa a Venus intentando abrazar a Adonis, que parte hacia la muerte, intentando retenerlo, y a éste, rechazando el abrazo de la diosa.

Tiziano al enviar el cuadro a Felipe II, señaló que, Venus aparecía de espaldas para demostrar que la pintura podía representar diferentes puntos de vista y de perspectiva. Esta obra de Venus y Adonis fue la poesía más erótica, tanto por la exaltación de las nalgas de Venus, como por mostrar a la mujer tomando la iniciativa.

Tiziano. Dánae. 1553. Óleo sobre lienzo. 120 x 187 cm. The Wellington collection. Apsley House. Londres.

Encerrada por su padre, Acrisio, para impedir relaciones que pudieran darle un hijo, y que se pudiera cumplir la predicción del Oráculo, de que sería muerto por su nieto, aparece Dánae desnuda en el lecho, mirando a Zeus en la parte superior, y mientras, su celadora intenta recoger la lluvia de oro que representa al dios. Zeus  posee a Dánae mediante esa lluvia. De aquí nacería Perseo.

En esta Dánae de Tiziano, apenas se puede observar a Zeus, que en su día estuvo según se describe en textos, representado junto a un águila, teniendo que ser que recortadas ambas figuras con toda una franja superior por su mala conservación a finales del siglo XVIII.

Tiziano. Diana y Calisto. 1556-59. Óleo sobre lienzo. 187 x 205 cm. Conjuntamente National Gallery de Londres y National Gallery de Escocia.

Calisto, una de las ninfas del séquito de Diana, fue violada por Zeus disfrazado de Diana, dejándola embarazada. Tiziano, recrea el momento recogido por Ovidio en Las Metamorfosis, en el que la diosa de la caza manda a las ninfas que la desnuden para descubrir su embarazo.

Las ninfas siguen las instrucciones de la diosa en una escena llena de violencia física y emocional. Calisto, que fue engañada, es incapaz de soportar los reproches de Diana por haber incumplido los votos de castidad, pensando que ha sido la propia diosa la culpable del embarazo.

Tiziano utiliza la mirada como el principal recurso de la obra en una composición donde la luz y las formas crean la dramática situación.

Tiziano. Diana y Acteón. 1556-59. Óleo sobre lienzo. 184,5 x 202 cm. Conjuntamente National Gallery de Londres y National Gallery de Escocia.

En Diana y Acteón, Tiziano vuelve a utilizar la mirada y el gesto como principal recurso para expresar las emociones. Acteón, queda extasiado al contemplar la bella desnudez de la diosa en su baño -lo que le costaría ser transformado en ciervo y devorado por sus perros-, mientras las ninfas que acompañan a Diana se ven sorprendidas por la presencia del cazador. La obra se encuadra en unas ruinas que representan la cueva que describe Ovidio en Las Metamorfosis, adelantando el artista el trágico final de Acteón, al incluir un cráneo de ciervo.

El paisaje es inmejorable, por la variada gama cromática, por el uso de los reflejos y por la utilización de la luz.

Tiziano. Perseo y Andrómeda. 1554-56.  Óleo sobre lienzo. 175 x 189, 5 cm. The Wallace collection.

Relata Ovidio en Las Metamorfosis que Casiopea, reina de Etiopía y madre de Andrómeda, presumía de ser más bella que todas las nereidas. Poseidón, protector de éstas, envió a un monstruo marino, que no acosaría a la ciudad y a los pescadores y comerciantes marítimos, si le era entregada en sacrificio Andrómeda. Perseo mató al monstruo y liberó a la princesa y a la ciudad.

En esta obra Tiziano, enfatiza el movimiento con increíbles escorzos, y también la angustia de los protagonistas, que se puede sentir en su lenguaje corporal y en sus expresiones. El color y las pinceladas son ya las de la madurez del artista.

Tiziano. El rapto de Europa. 1559-1562. Óleo sobre lienzo. 178 x 205 cmMuseo Isabella Stewart Gardner. Boston.

En esta obra se representa el secuestro de Europa por Zeus, convertido en toro blanco, mito relatado por Ovidio en Las Metamorfosis.

Al igual que en la anterior obra, se manifiesta aquí la sabiduría artística del veterano Tiziano, que muestra su dinamismo compositivo y su habilidad en el dibujo, haciendo que la luz y los colores vivos y luminosos se conviertan en protagonistas, junto a sus pinceladas, que parecen desganadas, pero que encierran una gran precisión.

Tiziano realiza una diagonal con el cuerpo sensual de Europa en una figura en escorzo y forzada de gran dinamismo, señalando también la poderosa mirada de Zeus que explica su capacidad de seducción.

EN LA SALA 3, además de las Poesías de Tiziano pintadas para Felipe II, se pueden ver:

 

Pedro Pablo Rubens. Diana y Calisto. 1635. Óleo sobre lienzo. 202,6 x 325, 5 cm. Museo del Prado. Madrid.

Sobre la historia mitológica de Diana y Calisto -expuesta anteriormente-, el gran pintor barroco de la escuela flamenca pone de manifiesto el conocimiento de las “poesías” de Tiziano relativas a Diana, ya que además de descubrir la desnudez de Calisto para comprobar su embarazo, el maestro hace referencia a Acteón, al pintar en la parte izquierda la cabeza de un ciervo y un perro atacándole.

Rubens, presenta en la obra, a Calisto con la cara de su mujer Helena Fourment, envuelta en colores púrpuras, los de mayor dignidad en la Antigüedad.

Paolo Veronese. Venus y Adonis. 1580. Óleo sobre lienzo. 212 x 191 cm. Museo del Prado. Madrid.

Paolo Veronese fue una de las figuras más importantes del Manierismo veneciano. Pintó Venus y Adonis junto a su pareja Céfalo y Procris -Museo de Estrasburgo-. En la primera, aquí expuesta, ilustra el pasaje ya conocido de Las Metamorfosis de Ovidio, con la futura muerte de Adonis y la pesadumbre de Venus, que intuye el final que encontrará su amante en una cacería.

Veronese representa a Venus, que tiene sobre su regazo a Adonis durmiendo, acariciándole. La postura de Adonis es un escorzo y va vestido con ropajes rojos que contrastan con la piel blanca de Venus, que aparece iluminada, mientras que Adonis permanece  en ligera penumbra.

El cuadro fue adquirido por Velázquez para Felipe IV en su segundo viaje a Italia entre 1649 y 1651, y reformadas sus dimensiones en 1988, en la que se le recortaron unos añadidos de dimensiones no adecuadas, unidos en el siglo XVIII.

Paolo Veronese. Perseo y Andrómeda. 1575-80. Óleo sobre lienzo. 34,6 x 43,5 cm. Musée des Beaux-Arts de Rennes. Francia.

Veronese, optó por el formato vertical en esta obra, haciendo que las tres figuras principales, Andrómeda, Perseo y el monstruo marino estén en un primer plano, ocupando un espacio en el que están entrelazados, reflejando la imagen gran dinamismo. Andrómeda, es presentada por el maestro con ropajes demasiado fastuosos para la ocasión, aunque mostrando su desnudez y enfatizando su rostro, bellamente recortado de perfil, con el cuerpo en penumbra, excepto una mano, la rodilla y el pubis, que aparecen iluminados, señalando su fragilidad y gran sensualidad. Perseo es reconocible, a pesar del escorzo y de no ver su cara, por las sandalias aladas, el casco, el escudo y la espada, prestados por los dioses para la lucha llevada a cabo con anterioridad contra Medusa y las otras dos gorgonas.

Diego Velázquez. La fábula de Aracne o Las hilanderas. 1655-60. Óleo sobre lienzo. 220 x 289 cm. Museo del Prado. Madrid.

La mortal Aracne alardeaba de hilar mejor que la diosa Atenea. Ambas compitieron tejiendo un tapiz sobre los amores de los dioses y Aracne, derrotada, fue convertida en araña.

Las hilanderas, es la obra en la que el pintor Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, Diego Velázquez, representa dos de los momentos importantes del mito. En la parte cercana central, tiene lugar el concurso de Aracne y la diosa Atenea -las tejedoras joven y vieja-, y al fondo del cuadro y en tapiz, el Rapto de Europa de Rubens, copiado de Tiziano. Frente al Rapto de Europa, se ve a Atenea en el momento de castigar a Aracne.

Este cuadro es una de las obras maestras de la pintura universal, en el que el maestro Velázquez, hace alarde de sus capacidades narrativas en la pintura. Durante mucho tiempo, fue descrita como una escena de trabajo en el taller de tapicería de Santa Isabel de Madrid. aunque se sospechaba que tras esa imagen costumbrista, se escondía una narración mitológica. Las suposiciones se convirtieron en certeza, cuando se localizó una mención a esta obra en el inventario de bienes de don Pedro de Arce, realizado en 1664.

Se describe en el inventario como la Fábula de Aracne. Entre los temas tejidos por Aracne figuraban las transformaciones de Júpiter, y es precisamente una de ellas, la que se representa en el tapiz del fondo: El rapto de Europa llevado a cabo por Zeus convertido en toro blanco. Tenemos pues, un cuadro, que en primer término nos muestra una escena de un taller de tapicería, y al fondo representa el episodio mitológico, que se desarrolla en un tapiz.

Las hilanderas es un cuadro en el que están presentes a la vez el veneciano Tiziano, el flamenco Rubens y el español Velázquez, es decir, tres de los maestros más grandes de la pintura universal.

La pintura original era sensiblemente de menor tamaño que la actual, pues le fueron añadidos más de 50 cm por la parte superior y 37 cm por los laterales, lo que altera mucho la composición y contribuye a restar protagonismo al plano del fondo, que es tan importante desde el punto de vista de la narración.

En 1711, ingresó en el Alcázar de Madrid, en cuyo incendio de 1734 parece ser que sufrió bastante. De allí se trasladó al palacio del Buen Retiro y en 1772 se colgó en el Palacio Real, desde donde fue llevado al Museo del Prado en 1819, el mismo año de su inauguración.

Tiziano. Dánae. 1560-65. Óleo sobre lienzo. 129,8 x 181,2 cm. Museo del Prado. Madrid.

Once años después de la anterior Dánae, de las poesías, y veinte más tarde de la realizada para el duque de Ferrara, terminada en 1565, Tiziano pintó la Dánae que se conserva en Museo del Prado, que es la de mayor calidad, dada la experiencia acumulada y las reflexiones sobre las ya realizadas.

Esta Dánae, además, supera en sensualidad y erotismo a las demás versiones por la completa desnudez de la figura, al desaparecer la sábana con la que se cubría el sexo, por la expresión de éxtasis del rostro de la protagonista, y por el gesto de la mano separando las piernas para facilitar el acceso al dios.

La obra debió ser pintada entre 1560-65, época en la que Tiziano trabajaba ya con desvaídas pinceladas cargadas con un óleo muy diluido, que permite apreciar el fondo del lienzo.

Fue adquirida por Velázquez con otras pinturas para decorar el palacio del Buen Retiro.

Música: Nocturno in e minor op. posth 72. Chopin.

To be continued in part 7 and last.