Arte americano. en Madrid. Parte 2.
1… Continuación de la PRIMERA sección, Naturaleza
William Louis Sonntag. Pescadores en los Andirondacks. Hacia 1860-1870. Óleo sobre lienzo. 91,4 x 142,2 cm. Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en depósito en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Madrid.
Naturaleza, tierra, territorio o paisaje son términos complejos llenos de matices de contenido político, social e histórico; como espectadores podemos disfrutar exclusivamente de su belleza o adentrarnos en los relatos que laten bajo la superficie de este paisaje de Andirondacks, en las cercanías de Nueva Inglaterra. Estos montes fueron un importante símbolo nacional hasta pasada la guerra civil, y podemos observar que se repite la estructura de los primeros paisajes que hemos visto, aunque con un formato panorámico más horizontal y el punto de vista más alto, lo que nos permite contemplar una naturaleza ideal. Se incorporan a la escena dos pescadores blancos y una cabaña humeante a lo lejos, símbolo por una parte de la naturaleza invadida y por otra, de la grandiosidad de ésta respecto al hombre. Fueron obras de identidad regional.
Cuando Willian Sonntag montó su estudio en Nueva York en 1857, la Escuela del río Hudson estaba en pleno apogeo, por lo que fue influido por sus componentes. El artista de Cincinatti pintó grandes paisajes idealizados con minuciosas pinceladas. En la década de 1860 alcanzó su plena madurez como artista, época a la que han denominado su época clásica, siendo la obra Pescadores en los Andirondacks un ejemplo de su plenitud, ejecutando obras panorámicas de grandes dimensiones que recuerdan las obras de Claudio de Lorena.
Charles Willson Peale. Retrato de Isabella y John Stewart. 1773-1774. Óleo sobre lienzo. 94 x 124 cm. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Madrid.
Charles Willson Peale, fundador del primer gran museo de Estados Unidos, el Peale Museum de Baltimore, introdujo en aquel país la modalidad retratística de grupo, de carácter menos formal que los retratos ingleses, y de mayor formato, al gusto norteamericano.
Este retrato doble de los hermanos Stewart, muestra a los hijos de un rico comerciante de Annapolis con plantaciones de frutales en Maryland. Los niños vestidos con ropa excesivamente suntuosa, mantienen en sus manos melocotones de la plantación de su padre. A su derecha un cardo, símbolo nacional de Escocia que puede referirse a los orígenes de los Stewart.
La escena nos recuerda que la tierra es el espacio del dominio del hombre, y los colores azul blanco y rojo de los vestidos de los niños, representan los de la bandera de Gran Bretaña, señalando su estatus de súbditos británicos, hasta que se produjo la independencia de los E.E.U.U. de la corona británica en 1776; la familia, que se oponía al movimiento independentista de las Colonias de la Unión, tuvo que huir a Canadá e Inglaterra.
Georgia O´Keefe. Desde las llanuras II. 1954. Óleo sobre lienzo. 122 x 183 cm. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Madrid.
Georgia en esta obra, intenta provocar en el espectador sensaciones similares a las que se sentirían en la contemplación real de la conducción de las manadas de ganado a través de las grandes llanuras de Tejas, levantando grandes cantidades de polvo y provocando un ruido ensordecedor.
Esta composición, con el inconfundible estilo de pinceladas desvaídas y tonos eléctricos de la O´Keefe, pretende representar la fascinación que sintió la artista al observar esos movimientos de grandes manadas.
George Innes. En los Berkshires. Hacia 1848 – 1850. Óleo sobre lienzo. 61 x 56 cm. Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en depósito en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid.
Martin Johnson Heade. Sunset at sea. 1861-1863. Óleo sobre lienzo. 24,4 x 38 cm. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Madrid.
Winslow Homer. La hija del guardacostas. 1881. Acuarela sobre papel. 34,3 x 34,3 cm. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Madrid.
Winslow Homer. Waverly Oaks. 1864. Óleo sobre lienzo. 33,6 x 25,4 cm. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Madrid.
2 Segunda sección: Cruce de culturas
El territorio que abarcan los Estados Unidos fue desde siempre, un lugar de contacto entre las diferentes comunidades y culturas. En Cruce de culturas se pretende reflejar las relaciones entre ellas. La compleja historia del país es el resultado de la fusión de culturas, en donde a menudo, se han producido choques entre la clase obrera, los inmigrantes, los afroamericanos importados a la fuerza como esclavos, y los pueblos indígenas originarios.
Joseph Henry Sharp. Montando el campamento, Little Big Horn, Montana. 1857. Óleo sobre lienzo. 30,5 x 45,7 cm. Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en depósito en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Madrid.
George Catlin. Las Cataratas de San Antonio. 1871. Óleo sobre lienzo. 46 x 63,5 cm. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Madrid.
Algunos artistas entre los que se encontraba George Catlin se aplicaron durante el siglo XIX en la pintura costumbrista, en la que los protagonistas eran indios americanos y del lejano oeste. Estos indios eran considerados un reducto sin contaminar por la .civilización
En la década de 1830, Catlin realizó numerosos viajes y expediciones en los que recopiló anotaciones sobre la vida, costumbres y apariencia de las diferentes tribus, realizando unos 600 dibujos sobre cartón que no tuvieron el éxito esperado, debiendo venderlos para saldar sus deudas.
Durante el resto de su vida, trató de recuperarlos sin demasiado éxito, aunque recibió encargos de copias de algunos de los cartones. Esta obra de Las cataratas de San Antonio es probablemente uno de aquellos encargos; se trata de una escena en la que los indios con su indumentaria y empequeñecidos por el paisaje que se extiende tras ellos, pescan y cazan.
James Goodwyn Clonney. Pesca en el estrecho de Long Island. 1847. Óleo sobre lienzo. 66 x 92,7 cm. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Madrid.
Entre 1846 y 1848 se desarrolló la guerra mejicano-estadounidense, que concluyó con la incorporación de la mitad de las tierras de Méjico a los Estados Unidos, y generó un nuevo debate sobre la legalidad de la esclavitud en los nuevos territorios conquistados.
Durante este conflicto, Clonney compuso esta obra. En el estuario, en una barca, tres figuras se encuentran durante una jornada de pesca: un niño pescando y otros dos personajes, entre los que se adivina cierta tensión: un hombre blanco de edad madura que mira detenidamente al hombre negro que está a su izquierda aparentemente relajado, aunque no deja de tocar con su brazo derecho la azada, con gesto de velada y sutil amenaza para reaccionar si se le molestara.
La obra es una pintura de género, las cuales en esa época solían ridiculizar a negros, representándoles en inferioridad numérica y actitudes perezosas, buscando un efecto de cierta comicidad que tranquilizara a la clase media urbana euroamericana, en un contexto de tensiones sociales importantes. Aunque la esclavitud fue oficialmente abolida en 1865, sus derivadas puede que sigan aun coleando.
Charles Ferdinand Wimar. El rastro perdido. Hacia 1856. Óleo sobre lienzo. 49,5 x 77,5 cm. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Madrid.
El rastro perdido es el título de esta obra realizada por el artista alemán Charles Ferdinand Wimar que llegó a ser apodado pintor de indios, porque dedicó su corta y prolífica vida artística a este tema y porque vestía como ellos. Para la realización de la obra llevada a cabo en Düsseldorf, no existieron imágenes reales, sino fuentes escritas y algún grabado. La obra se realizó unos años antes de la guerra civil americana, época en que escritores y pintores quisieron inmortalizar con sus obras la vida de los indios nativos, marchando al lejano oeste.
El rastro perdido es una de las cinco versiones de una obra iniciada en Alemania y finalizada en San Louis, y poco después perdida en un incendio; varios guerreros indios a caballo buscan ansiosamente un rastro, probablemente de un enemigo, perseguido en uno de los cañones del Bajo Missouri al amanecer.
Podría intentar revelar la imposibilidad de la convivencia entre nativos y colonos en la tierra americana. Ya no será tierra libre para los indios nativos, y su desaparición pareció inevitable en el nuevo orden
El Gobierno de los Estados Unidos forzó a las naciones indígenas a abandonar sus territorios ancestrales, obligándoles a instalarse en reservas en el oeste y sur del país. Este proceso, impactó dramáticamente en los modos de vida indígena, y hoy en día, las nuevas generaciones aún luchan por la reparación del daño causado.
Ben Shahn. Identidad. 1968. Técnica mixta sobre papel. 101,6 x 69,8 cm. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Madrid.
Ben Shahn es un pintor perteneciente a la comunidad judía lituana. Nació en 1898 en Kaunas, y tras ser perseguida su familia en los pogromos antisemitas que tuvieron su inició en Odesa en 1821, y que se desataron en la década de 1880, para generalizarse tras la revolución bolchevique de 1917 -con la muerte violenta del zar Alejandro II el 17 de julio de 1918-. Su padre fue enviado a Siberia en 1902, emigrando el resto de la familia a Estados Unidos en 1906.
Ya artista de éxito en América, se convirtió en el pintor de los olvidados, los invisibles y los oprimidos. Perteneciente al realismo social americano, su trabajo como fotorreportero y como pintor, le permitieron desarrollar una obra con un poderoso contenido crítico, observando y documentando la realidad del pueblo estadounidense para apoyar la lucha colectiva por la dignificación de la vida, el trabajo y la búsqueda de justicia social.
Sus obras, realizadas con materiales muy sencillos, tienen como protagonistas a personas reales sin identidad, siendo sus trabajos altamente simbólicos.
Identidad es una imagen esquemática e ideológica, probablemente vinculada a las protestas de 1968 y quizá de oposición a la guerra de Vietnam, en la que se muestran los brazos largos y excesivamente delgados de cinco personas, con las manos entrelazadas en alto. Sobre ellos un texto del Talmud en hebreo que reza: Si yo no me ocupo de mí, ¿Quién lo hará? Y si solo me ocupo de mí, ¿Qué soy? Y si no es ahora ¿Cuándo?, texto que puede ser un llamamiento directo a la comunidad judía para aliarse y volver a poner en valor su cultura, pensamiento y forma de vida, como expresión de rechazo a las persecuciones habidas en Europa desde principios del siglo XIX en Rusia hasta la finalización del genocidio llevado a cabo por el pueblo alemán contra su comunidad, señalando también dos pensamientos del judaísmo: por un lado, la insignificancia del individuo y por otro su valor único.
Romare Bearden. Domingo después del sermón. 1969. Collage sobre cartón. 101,6 x 127 cm. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Madrid.
Diseñador, artista, escritor, músico y activista afroamericano, Bearden declaró en 1969: mi objetivo no es pintar sobre los negros en América en términos de propaganda, sino pintar la vida de mi pueblo tal y como yo la conozco. Su intención fue revelar a través de la pintura, la riqueza de las comunidades afrodescendientes, lo que hará a través de la pintura collage.
En la obra Domingo después del sermón, Bearden, invita a un encuentro en la calle, posiblemente en el sur rural de Estados Unidos, del que su familia huyó por el contundente racismo, como lugar de reunión más protector y fácil para la comunidad afroamericana de la zona; las figuras representadas con diferentes tonalidades de amarillo, marrón y gris pudieran hablar de la diversidad del color de la piel.
Richard Lindner. Luna sobre Alabama. 1963. Óleo sobre lienzo. 204 x 127,5 cm. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Madrid.
Frederic Remington. La señal del búfalo. 1902. Bronce pavonado. 91 x 62 cm. Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en depósito en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Madrid.
Un indígena montado a caballo sostiene en su mano izquierda un rifle, y con la derecha agita al aire una piel de bisonte, siendo probablemente una señal visual para sus compañeros de tribu o para soldados estadounidenses, para indicarles que podían avanzar sin ser emboscados.
La escultura es con toda probabilidad producto de la imaginación de Remington ya que en 1902 los bisontes eran muy escasos y las relaciones entre los indígenas y los soldados estadounidenses poco fluidas.
La escultura hace sentir la nostalgia por este mundo salvaje perdido que idealiza la vida y cultura indígenas.
To be continued in part three and last.
Música: George Strait: I Can Still Make Cheyenne.
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Magníficas pinturas, preciosa canción y magnífico texto, como es habitual. Gracias.