HEBREOS, israelitas, israelís, judíos. Terminología básica.
En breve, publicaré un punto de vista sobre el conflicto árabe israelí; antes, sería conveniente conocer bien la terminología.
Los hebreos son un antiguo pueblo semita -descendientes de Sem hijo de Noé- proveniente de Mesopotamia, establecido en el Levante Mediterráneo o Cercano Oriente.
Israelita es el gentilicio que corresponde a los habitantes del antiguo reino de Israel. Según la tradición, es todo miembro de las doce Tribus de israel, es decir, todos los descendientes de alguno de los doce hijos del segundo patriarca bíblico JACOB -hijo de Isaac y nieto de Abraham-, a quien Yahvé renombró como Israel.
Israelita también suele emplearse como sinónimo de judío.
Israelita, con significado de habitante del antiguo reino de Israel o de judío, no tiene el mismo significado queisraelí, gentilicio de los habitantes del actual ESTADO DE ISRAE, sin distinguir etnias ni religiones.
Judío no es solo una forma de señalar a los que practican el judaísmo religión antigua y monoteísta, sino también, a los pertenecientes al antiguo Reino de Judá -parte sur del reino de Israel tras su escisión a la muerte de Salomón, 930 a. C.- y claro, a los que regresaron a Tierra Santa tras el Cautiverio de Babilonia -llevado a cabo por Nabucodonsor II a final del siglo VI- gracias al decreto de Ciro el Grande en 538 a.C.
Por tanto, las 12 tribus de Israel no eran judías sino israelitas, gentilicio aplicable hasta el fin de la monarquía unida con los tres reyes Saúl, David y Salomón (circa 1020-930 a. C.).
Los términos hebreo, israelita y judío son a veces empleados de modo indistinto, como sinónimos, y no lo son.
Se puede considerar que los Patriarcas anteriores a Abraham fueron míticos, pudiéndose considerar el primer Patriarca histórico a Abraham.
Por tanto, hebreos son los descendientes de Abraham Avinu -nuestro padre- y de Isaac-padre de Esaú y de Jacob-.
Los judíos son hebreos israelitas de la región de Judea, que provienen de Abraham (un hebreo) y Jacob (un israelita), a través de Judá (un judío).
Tras la muerte de Salomón (930 a. C,), una insurrección condujo a la división en dos reinos: el de Israel al norte con las tribus de Rubén, Simeón, Isacar, Zabulón, Dan, Neftalí, Gad, Aser, Efraín y Manasés (estos dos últimos hijos de José que había sido vendido por sus hermanos como esclavo, contando los demás a su padre que había muerto) y un reino al sur, Judá, con las tribus de Judá y Benjamín y parte de la de Leví.
Cuando la tierra de Israel fue repartida entre las tribus en el tiempo de Josué -durante estancia en Gosén, Egipto-, la Tribu de Levi, fue escogida para servir como clero de Israel, no recibiendo tierra, aunque le fueron asignadas varias ciudades.
Jacob concedió a los descendientes de José, Efraín y Manasés, el estatus de tribus con derecho propio, reemplazando a la Tribu de José. Cada una recibió su propia tierra y más tarde tuvo su propio campamento durante los 40 años que se vagó por el desierto y naturalmente en tras el Éxodo, al llegar a la Tierra Prometida.
En el Reino del Norte estaban las 10 tribus que eran hebreos –por su génesis etnográfica– e israelitas -por su gentilicio de reino- pero no judíos, y en el Reino del Sur estaban los hebreos, israelitas y judíos que vivían en el reino de Judá.
En los últimos días del reino de Israel -siglo VIII a. C.- en el norte, la situación había llegado a ser insostenible ya que pagaban un muy alto impuesto al Imperio Neo Asirio contando con unos recursos muy limitados.
El rey Oseas dejó de pagar tributo, confiando en el apoyo de Egipto. Salmanasar V de Asiria respondió sitiando Samaria y apresando a Oseas. Después de tres años de asedio, capituló la ciudad en el año 722 a. C.
Murió Salmanasar, y el usurpador Sargón II se atribuyó la victoria y deportó a la gran mayoría de israelitas a Nínive, produciéndose lo que se ha dado en llamar la desaparición de las diez tribus perdidas.
El reino de Israel del norte había dejado de existir. Sargón no solo deportó sus habitantes a Nínive, sino que además trajo gentes de otros pueblos igualmente sometidos para repoblarla, formando una nueva provincia asiria con su gobernador al frente.
El otro hijo de Isaac, Esaú, hermano de Jacob dio origen al pueblo de Edom o idumeo.
EN RESUMEN:
Los israelitas son quienes habitaron Canaán o la Tierra de Israel, es decir, el territorio donde se establecieron los hijos de Jacob, e incluye a los jueces, a los monarcas del reino de Israel unificado, y de Israel y Judá tras su separación.
Los judíos son los habitantes del reino de Judá y todos aquellos hebreos que regresaron del exilio de Babilonia, junto con sus descendientes.
Muchos grupos étnicos se han proclamado descendientes de las tribus perdidas en Nínive, y algunos adoptan la idea mesiánica de que las tribus regresarán.
También a partir de entonces -dado que no se conocen descendientes de los israelitas que habían sido deportados a Nínive-, el pueblo de Israel del Norte es también conocido como pueblo judío; en términos religiosos, judíos son también los que practican el judaísmo, reconocidos como tales por los rabinos.
Ninguno de los tres términos enumerados es sinónimo de israelí, vocablo que designa al habitante del moderno Estado de Israel. A dicho país se lo conoce a veces también como Estado Judío y Estado Hebreo sin emplearse en este caso particular el término israelita, que por lo general suele reservase para los hebreos de la Antigüedad y también para la autodenominación de algunas comunidades judías diaspóricas.
Desde el siglo XIX, hay judíos seculares y laicos, escépticos, agnósticos, y hasta ateos; es necesario señalar que Israel es un país fundamentalmente LAICO, de ahí los problemas que tiene el presidente del país, para seguir contando con el apoyo político de los ultraortodoxos, ante la posible militarización de algunos de sus componentes, cosa de la que estaban exentos desde el año 1948, gracias al acuerdo de Ben Gurión con la cúpula rabínica, todo ello debido a la presión actual de grupos políticos menos fundamentalistas, que exigen que los ultraortodoxos de las escuelas rabínicas cumplan con sus deberes militares como el resto de varones y mujeres.
Una yeshivá -plural yeshivot– es un centro de estudios de la Torá y el Talmud generalmente dirigida a varones del judaísmo ortodoxo, conocida también como escuela talmúdica.
Los ultraortodoxos, conocidos también como jaredíes, han mantenido y lo siguen haciendo, posturas cada vez más divergentes con las tendencias sociales y políticas actuales.
Los jaredíes llevaron a cabo con el resto de judíos repartidos por el mundo, hasta 1948, el mantenimiento del imaginario de la tierra que los judíos no habían tenido durante 2.000 años, al nutrir durante el exilio eterno y las diásporas infinitas, mediante el Talmud, la creación de comunidades de jaredíes y las yeshivot, de los mandatos religiosos que mantuvieron al pueblo unido en la religión, siendo ello un escudo en donde guarecerse, protegerse y sufrir todas las expulsiones, persecuciones y matanzas que solo cesaron con el nacimiento del Israel moderno.
El jaredí fue en su inicio un movimiento europeo que surgió contra las corrientes reformistas que nacieron en el seno del judaísmo en el siglo XVIII. Hoy, hay grandes comunidades jaredíes en Nueva York, Londres o California.
En Israel, los jaredíes son todos aquellos judíos que han construido un modo de vida centrado en el cumplimiento absoluto de todas las leyes y preceptos contenidos en el Talmud, lo que les hace estar inclusos en una yeshivá, estando por tanto sujetos a los criterios vinculantes, de los rabinos, viviendo aislados del resto de la sociedad.
En el 48, David Ben Gurión, el padre fundador del Estado de Israel, buscó el apoyo y el consenso de la comunidad jaredí, fundamentalmente para rendir un homenaje de siglos a la religión: Cuidamos al Libro y el Libro nos cuidó a nosotros.
Ben Gurión les otorgó a los rabinos fundamentalistas ciertas competencias y privilegios, aprobando algunas leyes que chocan con la esencia de la democracia occidental.
Les otorgó la potestad de decidir quién era judío y quién no, competencia absoluta sobre los matrimonios, regir sus conflictos y disputas mediante tribunales religiosos (prerrogativa que lógicamente no incluye los delitos y las faltas y todo lo concerniente al derecho penal) y se les concedió el privilegio más polémico de todos: la exención del servicio militar obligatorio si acreditaban estar inscritos en una yeshivá.
Eso hoy ha cambiado, ya que el Parlamento lo modificó, y la exigencia de los grupos políticos para que se efectúe el alistamiento de los ultraortodoxos de manera inmediata en el ejército, es un nuevo palo en la rueda para la gobernabilidad del país.
Música: ERNEST BLOCH. DREAM (Enfantines nº 10)