CAMINO DE SANTIAGO 2018: la semilla de Asturias: León, Castilla, Galicia y Portugal. Parte 2.
Así pues, terminó dividiéndose -y desapareciendo como tal- el reino de Asturias, al ser obligado a abdicar Alfonso III El Magno, y a repartir -dividiendo- su reino de Asturias en los de León, Galicia -comprendía Galicia y parte de Portugal (el Condado Portucalense)- y Asturias, entre sus tres hijos Garcia I, Ordoño II y Fruela II.
Abdicación de Alfonso III en 910.
Reino de Asturias a la muerte de Alfonso III en 910.
Castilla era entonces un condado del reino de León, y era llamada así por sus numerosos castillos; la primera mención a «Castilla» aparece en un documento del año 800. El condado se pobló fundamentalmente de cántabros, astures y vascongados, poseyendo un dialecto romance propio, con influencias del euskera.
El primer conde de Castilla fue Rodrigo, en 850, reinando en Asturias y los territorios leoneses Ordoño I -padre de Alfonso III-, expandiéndose hacia el sur hasta llegar a Amaya –NW de la provincia de Burgos- en 860, y hacia la Rioja, incorporando también Álava tras una sublevación del conde alavés Eglyon. En 931 se unificaron los territorios castellanos bajo el mandato del conde Fernán González, con leyes y fueros que daban la espalda a los reyes leoneses: el condado de Castilla como tal, existió desde 850 a 1065.
Condado de Castilla 920.
Tras la muerte de García I de Galicia cuyo reino heredó su hermano Ordoño II, en 924 falleció éste, heredando los dos reinos que se volvieron a unir al de Asturias su hermano Fruela II El Leproso y Jorobado, desplazando a los hijos de Ordoño II. Al morir Fruela de lepra al año siguiente, surgió un grave problema sucesorio que enfrentó al hijo mayor de Fruela II, Alfonso Froilaz, con los hijos de Ordoño II. Alfonso Froilaz contaba con el apoyo de los nobles asturianos, mientras que los hijos de Ordoño II -Sancho, Alfonso y Ramiro-, tenían el respaldo de los prohombres gallegos y portugueses y del rey pamplonés Sancho I Garcés –suegro de Alfonso-.
García I de Galicia.
Ordoño II de León y Galicia.
Fruela II rey de Asturias y más tarde también de León y Galicia, que se unieron como reino de León.
La victoria correspondió a los hijos de Ordoño II, dividiéndose nuevamente el reino:
León, para Alfonso, segundogénito, que reinaría como Alfonso IV de León El Monje, con primacía jerárquica sobre sus hermanos, aunque la corona le debería haber correspondido al primogénito Sancho Ordóñez, pero el rey de Pamplona Sancho I Garcés que les había ayudado a conseguir la victoria era suegro de Alfonso…
Galicia, hasta el Miño, para el mayor, Sancho I Ordóñez, con el título de rey, que no tuvo otro remedio que aceptarlo, así como la subordinación a su hermano Alfonso, ya IV de León El Monje.
La zona entre los ríos Miño y Mondego, en el norte de la actual Portugal, para Ramiro, también con título regio.
El rey destronado, ALFONSO FROILAZ, se refugió en Asturias, donde intentó conservar su poder regio.
Sancho I Ordóñez, rey de Galicia, murió sin descendencia en 929, por lo que Galicia se unió a León, quedando ambos reinos de nuevo unidos bajo la corona de Alfonso IV, pero al morir su reina Onneca en 931, decidió abdicar e ingresar en el monasterio leonés de Sahagún. Llamó a su hermano Ramiro y ante los nobles y obispos reunidos en Zamora, le entregó la corona leonesa –que incluía Galicia-, reinando sobre León -que ya incluía Galicia y Portugal por ser suyos- con el nombre de Ramiro II. Sin embargo a comienzos del 932 y sin conocerse las causas, Alfonso IV abandonó el monasterio y se dirigió a León, volviendo a proclamarse rey. Ramiro II, que estaba en Zamora, cercó León y la rindió, hizo preso a su hermano Alfonso IV en 932, y lo mandó a prisión.
Aprovechando este suceso que conllevaba debilidades, Alfonso Froilaz y sus hermanos acometieron contra Ramiro II desde sus posesiones en Asturias, pero fueron vencidos y apresados, siendo conducidos a León y encerrados junto a Alfonso IV. Acabó así la guerra civil leonesa que había convulsionado el reino desde la muerte de Fruela II; los presos fueron condenados a ser cegados.
Durante la contienda por el trono leonés entre los Froilaz y los Ordóñez, el conde Nuño Fernández de Castilla tuvo una postura ambigua entre apoyar a Alfonso IV o a Alfonso Froilaz de Asturias, por lo que Castilla no fue tenida en gran consideración, en esa época, ni por unos, ni por otros.
En 1028 el conde castellano García Sánchez, murió sin descendencia, y al estar casado con la hermana de Sancho III El Mayor de Navarra, este rey reclamó Castilla para sí, consiguiéndola, aduciendo también ser cuñado por partida doble, al estar casado con la hermana del conde fallecido, condado castellano que más tarde dejó en herencia a su hijo Fernando Sánchez, en 1035. Éste, que estaba casado con Sancha, hermana de Bermudo III de León, provocó una guerra, en coalición con los navarros, contra su cuñado leonés, el cual falleció en la batalla de Tamarón.
Con Sancho III El Mayor de Navarra.1030.
Bermudo III de León.
Al no tener descendencia Bermudo III, tras su muerte, su cuñado Fernando conde de Castilla se apropió de la corona leonesa arguyendo sus derechos por estar casado con una hermana del rey leonés, siendo ungido rey de León en 1038, como Fernando I de León El Magno.
Fernando I El Magno.
Fernando I casado con Sancha de León, a su muerte en 1065, y siguiendo la tradición navarra –blandita como casi todas-, distribuyó sus territorios entre sus hijos e hijas: a Sancho II El Fuerte le legó Castilla, elevando el condado a categoría de reino, a Alfonso VI El Bravo le legó el reino de León, a García el reino de Galicia, a Urraca, Zamora, y a Elvira, Toro.
Entre Alfonso y Sancho apresaron a García hasta su muerte, y después Bellido Dolfos mató a Sancho –por encargo de Alfonso o no- quedando de este modo Alfonso rey de los tres reinos, tras jurar –en Santa Gadea- a instancia repetida del Cid Campeador, su no participación en la muerte de su hermano Sancho.
La jura de Alfonso VI en Santa Gadea.
En 1094, Alfonso VI dio la Terra Portucalense –por el sur hasta Coimbra y Santarem y por el norte hasta el Miño- con título CONDAL a su hija bastarda Teresa casada con Enrique de Borgoña. El hijo de ambos Alfonso I Enríquez tomó el título de rey de Portugal en 1139 –desde entonces independiente-, siendo reconocido como tal por Alfonso VII El Emperador, sucesor de Urraca hija legítima de Alfonso VI, ya que su hijo primogénito varón murió antes que él.
Vimara Pérez, asturiano, fundador del Condado Portucalense en 868.
Alfonso VII El Emperador –blandito también- dividió sus reinos entre sus dos hijos: a Sancho III le legó Castilla y a Fernando II, León; Sancho murió al año de reinar siendo sucedido por Alfonso VIII –el de las Navas de Tolosa- hijo de Blanca de Navarra –muerta en el parto-, mientras su hermano Fernando II casado con Urraca de Portugal, repobló la extremadura, favoreciendo a las órdenes militares incipientes aún, de Calahorra y Santiago, naciendo de este matrimonio Alfonso IX de León; fue la época de los Lara y los Castro.
Alfonso VIII de Castilla y Leonor Plantagenet Aquitania.
El hijo de Alfonso VIII y de Leonor Plantagenet Aquitania, Enrique I, reinó sólo tres años y a su fallecimiento, su hermana mayor Berenguela, que había casado en segundas nupcias con su tío Alfonso IX de León, teniendo un hijo con él –Fernando III que sería El Santo-, heredó la corona de Castilla, abdicando inmediatamente en favor de su hijo Fernando. Alfonso IX -el convocador de las primeras cortes europeas en la Basílica de San Isidoro de León, La Curia Regia en 1188, que dio lugar a la Carta Magna Leonesa– desheredó a su hijo Fernando por considerar traición haber aceptado la corona de Castilla, pero finalmente Berenguela llegó a un acuerdo con las legítimas herederas de León -tras la muerte de Alfonso IX, claro-, Sancha y Dulce -hijas de la primera mujer de Alfonso , Teresa de Portugal- que abdicaron en favor de su hermanastro Fernando en los acuerdos de Valencia de Don Juan; Así, a partir de 1230, los reinos de Castilla y León quedaron unidos bajo la corona de Fernando III El Santo.
Fernando III El Santo. 1199-1252.
La pemimsula en 1260.
Después, con Alfonso X El Sabio, Sancho IV El Bravo, Fernando IV El Emplazado, Alfonso XI El Justiciero, llegamos a Pedro I El Cruel o también llamado El Justiciero como su padre, tras el que comenzó una nueva casa reinante –los Trastámara (tras el río Tambre)- con Enrique II.
El cuarto de los diez hijos extramatrimoniales de Alfonso XI con Leonor de Guzmán (tataranieta de Alfonso IX de León), fue Enrique, que con su hermano gemelo, nació en el Alcázar de Sevilla. Fue prohijado por Rodrigo Álvarez de Asturias, heredando el condado de Noreña de su pro-padre, y el condado de Trastámara y los señoríos de Sarria y Lemos y varias villas, de su padre el rey, constituyendo un patrimonio muy importante que dio lugar a una nueva dinastía, los Trastámara –rama menor de los Borgoña-.
Mientras vivió Alfonso XI, la reina legítima, María de Portugal y su hijo Pedro I El Cruel tuvieron una posición moderada respecto a la amante Leonor y sus hijos, pero al fallecer el rey –de peste en el asedio de Gibraltar- decidieron apartarlos de la Corte, sublevándose éstos en varias ocasiones, al ver que a pesar de sus intentos de integrarse pacíficamente en la vida del reino, eran rechazados.
Enrique contrajo matrimonio con Juana de Villena, hija del Señor de Villena, el noble más influyente durante el reinado de Alfonso XI, decidiendo Pedro y su madre, el encarcelamiento y ejecución de Leonor, madre de sus hermanastros, por considerarla el motor de las rebeliones de sus hijos.
Tras varias sublevaciones de Enrique contra el rey Pedro I, apoyándose en Juan II de Francia y en Pedro IV de Aragón, y siendo atacada posteriormente Aragón por las fuerzas castellano-leonesas de Pedro I, Enrique acudió en ayuda del aragonés, a cambio de que le apoyara en el destronamiento de su hermanastro Pedro. El ataque de Enrique y de sus aliados castellanos-aragoneses y franceses, consiguió expulsar a Pedro I, que se refugió en Guyena. Enrique fue proclamado rey de Castilla en Calahorra en el año 1366, teniendo que dar numerosas contraprestaciones a los que le habían ayudado, valiéndole el sobrenombre de El de las Mercedes.
To be continued in part 3 and last.
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