Pintura: de puntillas desde el Renacimiento alemán a la Nueva Objetividad; Max Beckmann. Parte 1.
RENACIMIENTO ALEMÁN
El Renacimiento alemán recogió por un lado las características de la expresión de la pintura religiosa gótica del siglo XV, y por otro, la influencia del Quattrocento Italiano. Realmente nació, cuando artistas alemanes viajaron a Italia para asistir al movimiento italiano de regreso al clasicismo –el Renacimiento-, inspirándose en los artistas de ese movimiento.
Las escuelas alemanas del Renacimiento deben su origen y casi toda su personalidad a tres relevantes pintores que florecieron en todo su esplendor en la primera mitad del siglo XVI: Albert Durero, Hans Holbein el Joven y Lucas Cranach el Viejo.
El centro principal del Renacimiento alemán fue la ciudad de Nuremberg, la más poblada de Alemania, en donde nació uno de los más importantes pintores alemanes de todos los tiempos, Alberto Durero (1471-1528), hijo de un platero de esa ciudad.
Durero, trabajó inicialmente en el estilo de las escuelas del norte de Europa, pero fue muy influenciado posteriormente, tras viajar a Venecia, por los artistas del Renacimiento, regresando a Nuremberg en 1507, y permaneciendo en Alemania hasta 1520, viajando más tarde a Aquisgrán para la coronación de Carlos V, en un intento de mantener la subvención que hasta entonces tenía del anterior emperador Maximiliano I, volviendo en 1522 a Nuremberg.
A su regreso de Italia (1494-1495), montó su propio taller, en donde fundamentalmente pintó retratos y cuadros de altar y alegóricos, además de realizar numerosas grabaciones en madera. Aglutinó en su pintura influencias de diferentes artistas italianos y flamencos, a quienes había conocido en sus viajes de formación. Fue pintor, grabador, escultor, ingeniero, humanista y publicista, sobresaliendo especialmente en el arte del grabado y del retrato. Se distinguen sus obras por su originalidad en la temática y la fuerza y firmeza de su dibujo, siendo un pintor de transición del estilo gótico al Renacimiento. A pesar de sus amistosas relaciones con los líderes del protestantismo, se conservó siempre católico y pintó con sentimiento religioso sus obras maestras.
Alberto Durero. Adán y Eva. 1507. Óleo sobre tabla. 209x 81 y 80 cm. (díptico). Museo del Prado. Madrid.
Alberto Durero. Autorretrato a los 26 años. 1498. Óleo sobre tabla, 52 x 41 cm. Museo del Prado. Madrid.
Otro centro muy importante del Renacimiento alemán fue la rica ciudad de Ausburgo, en el camino de Italia. Allí nació el gran pintor y grabador Hans Holbein “el Joven” (1497-1545), que se distinguió como retratista, siendo el mejor representante del Renacimiento clásico alemán y continuador de la escuela de Augsburgo. Establecido en Basilea, fue llamado a la corte de Enrique VIII de Inglaterra para retratar a la familia real. Sus retratos tuvieron una veracidad y fuerza de expresión excepcionales, siendo inferior a Durero y a Cranach en los demás géneros que cultivó.
A Lucas Cranach “el Viejo” se le considera el pintor oficial de la Reforma, pues hizo los retratos de Lutero y Melanchton -sucesor de Lutero cuando su mentor fue confinado en el castillo de Wartburg-. Su hijo y discípulo, Cranach “el Joven”, continuó su escuela y espíritu, aunque con menos fuerza en el dibujo y un exceso en la producción, lo que hizo que fuera menos cuidada.
Lucas Cranach el Viejo. Retrato de Martín Lutero. 1529. Óleo sobre tabla. 37 x 30 cm . Galería Uffizi. Florencia.
Lucas Cranach el Viejo. Cacería en honor de Carlos V en el castillo de Torgau, 1544. Óleo sobre tabla, 114 x 175 cm. Museo del Prado. Madrid.
Gran importancia en la creación del género del paisaje tuvo Albrecht Altdorfer, creador de la Escuela del Danubio y uno de los primeros pintores europeos que situó el paisaje como tema autónomo -hasta entonces sin entidad propia- y principal de su trabajo. Mezclando planos, las figuras humanas y el decorado, Altdorfer consiguió dar una perspectiva cósmica a sus pinturas.
Albrecht Altdorfer. La batalla de Alejandro en Issos. 1528-1529. Óleo sobre tabla, 158,4 x 120,3 cm. Alte Pinakothek. Munich. Alemania.
Desde la segunda mitad del siglo XVI hasta finales del siglo XVIII, pudo darse por inexistente -de forma importante- el arte alemán en pintura y escultura, como consecuencia de las sangrientas luchas que provocó la Reforma protestante y haberse entregado los pintores que sucedieron a los tres mencionados, a la imitación y copia de obras extranjeras. Los mejores artistas, destacaron más como dibujantes y grabadores, que como pintores verdaderos; tal vez influyó demasiado en sus obras el espíritu del grabador, que tanto sobresalió en las escuelas alemanas.
PINTURA MODERNA
La pintura moderna es una nueva forma de expresión pictórica iniciada a finales del siglo XVIII, que surgió en contraposición a la pintura renacentista y a la barroca. A pesar de la liberación del hombre en todos los campos de las artes y el conocimiento –la Ilustración-, en las artes plásticas sin embargo se mantuvo durante bastante tiempo el tipo de modelo tradicional. La pintura moderna rompió esos esquemas, los modelos tradicionales y los patrones establecidos, llevando por un nuevo camino a la pintura, concluyendo esa época a principios del siglo XX, con el nacimiento de la pintura contemporánea.
Caben destacar:
La Academia de Bellas Artes de Düsseldorf –Staatliche Kunstakademie Düsseldorf– fue fundada por Lambert Krahe en 1762 como escuela de dibujo, convirtiéndose en 1773 en la Academia de Pintura, Escultura y Arquitectura del Conde del Palatinado. Durante las Guerras Napoleónicas, la colección de arte del conde palatino fue heredada por la familia Wittelsbach y trasladada a Munich; tras la rendición de Napoleón, el gobierno prusiano, que se había anexionado la región de Düsseldorf, decidió transformarla en una Academia Real de Bellas Artes, en 1819.
Academia de Bellas Artes de Düsseldorf.
Hacia mitad del siglo XIX, la Staatliche Kunstakademie de Düsseldorf fue internacionalmente reconocida, recibiendo a muchos estudiantes extranjeros para aprender paisajismo y pintura de género, tipos de pintura que aprendían entre la Academia de Bellas Artes y la Escuela de pintura de Düsseldorf.
La Escuela de Düsseldorf la constituyeron un grupo de artistas que se dedicaron fundamentalmente a la pintura de paisajes, especialmente detallados y extravagantes, con paletas de colores fríos y uniformes, realizados al aire libre, que fueron instruidos y quizá influenciados a lo largo del tiempo por la Academia de Bellas Artes,, de la que fueron alumnos cuando el pintor Wilhelm von Schadow estuvo de director, enseñando posteriormente lo que habían estudiado, ya muy evolucionado.
Wilhelm von Schadow.
Escuela de Düsseldorf.
Fundada en 1767, la influencia de la Academia sobre la Escuela, creció en los años 1830 y 1840 debido a la popularidad del movimiento Nazareno. Este nombre fue adoptado por un grupo de artistas románticos alemanes de principios del siglo XIX, que pretendieron resucitar la honradez y la espiritualidad del arte cristiano.
El motor artístico de los nazarenos, fue llevar a cabo una reacción contra el neoclasicismo y la educación artística rutinaria academicista; trabajaron con la esperanza de poder volver al arte de los valores espirituales, buscando inspiración en artistas de la Edad Media y del Renacimiento, rechazando lo que les pareció academicismo superficial del arte.
Los pintores alemanes Friedrich Overbeck y Franz Pforr, estudiantes de arte en la Academia de Viena, crearon la hermandad o gremio de San Lucas –patrono de los pintores-, con la finalidad de restaurar la verdad y la pureza de la pintura anterior al Renacimiento.
En 1810, cuatro de los componentes de ese gremio, Overbeck, Pforr, Johann Hottinger y Ludwing Vogel, se trasladaron a Roma para vivir en el monasterio de San Isidoro y poder llevar una vida de recogimiento; por sus hábitos monacales y sus largas cabelleras, les comenzaron a llamar, los nazarenos, nombre que se aceptó como denominación de este movimiento.
Franz Pforr. Entrada del Emperador Rodolfo en basilea en 1273. 1808-1810 . Óleo sobre tela. 90 x 119 cm. Städelsches Kumstinsut Museum. Frankfurt. Alemania.
En la etapa inicial de esta asociación, el pintor que más influíyó fue Franz Pforr, volcado en la pintura de escenas caballerescas medievales, imponiendo tras la desaparición del anterior, Overbeck, una tendencia más religiosa.
La Escuela de Düsseldorf creció formando parte del movimiento romántico alemán, teniendo gran influencia sobre la Escuela del Río Hudson de Estados Unidos.
Ya en el siglo XX, el Plakatstil -significa en alemán estilo póster– fue un movimiento que utilizó el estilo de póster artístico,, siendo su característica fundamental, la audacia, animada con diseños muy simples realizados directamente de un modelo real. Este movimiento revolucionó la forma de diseñar carteles publicitarios, siendo su iniciador Lucian Bernhard en 1905; coincidió cronológicamente con el modernismo, pero se trató independientemente, por ser absolutamente distinto. A partir de Bernhard se inició el estilo de cartel moderno.
To be continued in part 2.
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Ole, ole y ole.
Gracias Chevi por soportarme
Buenos dias, desde Carlos V, hasta la publicidad, buena pincelada. Un abrazo.
Gracias por leerme cada semana. Un abrazo