TRAMPANTOJOS, escorzos y quadraturas. Ilusiones ópticas. Parte 2.
De un nivel de importancia parecido al de La Camera degli Sposi del palacio de Mantua, es digno de mención el trampantojo de la iglesia Santa Maria Presso di San Satiro. El duque Gian Galeazzo Sforza encargó a Donato Bramante la remodelación de la iglesia. No había espacio para crear un fondo con coro, por lo que Bramante optó por construir un impresionante coro, con un artificio que simulara en apenas un metro, la profundidad de un coro real.
El espacio físico se dilata con la técnica que los pintores contemporáneos de Bramante usaban ya con gran maestría: la perspectiva cónica. La iglesia se terminó en 1499 y el resultado causó impresión por su realismo. Es uno de los trampantojos más admirables de una época en la que está ilusión fue utilizada los con mucha prodigalidad.
Coro en trampantojo de Donato Bramante en la Iglesia de Santa Maria Presso di San Satiro
También de gran relevancia para el asunto que se trata, es la obra de principios del XVI, La Asunción de la Virgen –Assunzione della Vergine-, fresco de Antoni Allegri da Correggio realizado en la cúpula de il duomo de Parma,, de 11 metros de diámetro aproximadamente, llevada a cabo entre los años 1526 y 1530.
En este fresco se demuestra el estilo propio que Correggio adoptó a partir de 1520, por la influencia del maestro de la perspectiva Melozzo da Forli. La escena refleja un estilo dramático, en donde se fusionan elementos pictóricos y arquitectónicos, pero sobre todo pone de relieve la novedad de la perspectiva di sotto in sù, que sería bastante utilizada en el siglo XVII. Se trata toda la superficie como una única unidad pictórica, haciendo parecer la cúpula como el mismo cielo. Las figuras están representadas de manera realista, de modo que parecen sobresalir hacia el espacio en el que se encuentra el observador.
La Asunción de la Virgen fresco de Correggio en la cúpula de la catedral de Parma.
En los cuatro triángulos curvados, formados por las cuatro pechinas, se representan los patronos de la ciudad: san Juan Bautista, san Hilario, santo Tomás, y san Bernardo mirando, este último, hacia arriba.
La composición no gira en torno a un eje central, sino que está descentrada, al modo que sería habitual en el barroco. A los pies de Jesús, la Virgen es alzada al cielo por un grupo de ángeles. Alrededor de la base del anillo, entre las ventanas, están los apóstoles rodeando la tumba vacía de María. Alrededor de la Virgen, angelitos y otros personajes en movimiento, aparecen en círculos concéntricos y sentido ascendente. En el centro, Jesucristo, que desciende del cielo para coronar a su madre. Todas las figuras están bañadas de luz, dando la sensación de atravesar el espacio material para dirigirse a un espacio divino, creando una ilusión óptica de profundidad hacia el infinito con la perspectiva aplicada di sotto in sù.
Il duomo de Parma detalle de la Virgen y los ángeles.
Giulio Pippi, apodado Romano porque nació en Roma, fue uno de los principales discípulos de Rafael. En 1521, heredó los bienes y dibujos de su maestro junto con Gianfrancesco Penni y continuó los proyectos comenzados por Rafael antes de morir, aunque en ese momento, Giulio Romano tenía ya actividades arquitectónicas y decorativas propias. En 1524, por invitación Baldassare Castilglione se estableció en Mantua, donde en la corte de Federico Gonzaga, triunfó como artista universal, arquitecto, pintor y decorador. Durante más de veinte años, construyó o transformó los más importantes edificios de Mantua y su región. Su obra maestra más famosa, el Palazzo Te (1527-1534), encargado por Federico II Gonzaga como villa de asueto, y lugar de fiestas y acontecimientos familiares, estuvo llena de innovaciones arquitectónicas y decorativas.
Palazzo Te (1526-1534).Giulio Romano. Mantua.
Sala de Psique. Giulio Romano. Banquete nupcial de Amor y Psique. 1526-1528. Palazzo Te. Mantua.
Sala de los Gigantes. Giulio Romano. Escena denominada Caída de los Gigantes. 1530-1534. Palazzo Te. Mantua.
Sala de los Gigantes. Giulio Romano. El Viento. 1530-1534. Palazzo Te. Mantua.
Algunos cuadros fueron encargados por el señor de Mantua a Correggio para decorar el Palazzo Te, pero su destino cambió sin saberse el porqué, entre otros, El rapto de Ganimedes.
Correggio. El rapto de Ganimedes. 1520-1540. Óleo sobre lienzo. 163,5 x 72 cm. Kunsthistorisches Museum. Viena.
En pintura también y ya en el siglo XVII, Fra Andrea Pozzo pintó los frescos con perspectiva más importantes de Roma, en el techo de la Iglesia San Ignacio, la Apoteosis de San Ignacio, realizada en la última década del siglo XVII.
Los estilos manieristas y barrocos de las iglesias jesuíticas de los siglos XVI y XVII incluyen a menudo ejemplos de trampantojos pintados en las bóvedas, dando la impresión óptica de cielos abiertos para acoger la ascensión de Jesús o de María.
El tema desarrollado en la bóveda de la nave central de esta iglesia, se centra en la labor evangelizadora llevada a cabo por los jesuitas en el mundo, exaltando la figura de San Ignacio de Loyola.
Iglesia de san Ignacio de Roma.
San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier.
San Ignacio figura colocado como eje de la composición, ligeramente desplazado del centro, sobre una serie de nubes y rodeado por numerosas figuras angélicas. En torno a esta escena, Andrea Pozzo hace un gran uso de la perspectiva, desarrollando una serie de estructuras arquitectónicas inspiradas en la Antigüedad Clásica, que dan al espectador una sensación de que nada tiene fin, y de que el cielo se abre a un plano superior infinito.
En las cuatro esquinas figuran los continentes -sin incluir Oceanía- representados por figuras femeninas y junto a ellas, las almas recién convertidas.
Asia y África con sus atributos.
América y Europa con sus atributos.
Están representados santos que fueron muy relevantes en la acción evangelizadora de las misiones: san Francisco Javier, san Francisco de Borja, san Luis Gonzaga y otros…
San Francisco Javier y otros misioneros.
Toda la obra es un ejemplo del uso de la quadratura y el trampantojo, recursos artísticos que pretendían jugar con la percepción humana del espacio, creando arquitecturas pintadas falsas que parecían reales.
La Apoteosis de san Ignacio. Iglesia de San Ignacio. Roma.
El techo parece no terminar nunca o terminar en la figura del santo, pudiendo parecer que finaliza en los últimos arcos y columnas, o en los anteriores, pero todo es tridimensionalidad absolutamente fingida. Todo está pintado, para que junto con la arquitectura y la iluminación de la Iglesia, parezca real.
La cúpula también es otra trampa. Hay un lugar marcado en el piso de la nave con un círculo amarillo, desde donde la cúpula se ve realmente como una cúpula real, aunque al movernos las sombras empiezan a ser extrañas y se aprecia el trampantojo; no hay cúpula, está pintada.
Falsa cúpula.
El trampantojo encontró su máxima expresión en la pintura, pero también fue utilizado en la arquitectura. Uno de los trampantojos arquitectónicos más famosos del siglo XVII está en el Palazzo Spada, realizado por Francesco Borromini, que creó una falsa perspectiva. Una serie artificios crean la apariencia de una galería de alrededor de 40 metros de profundidad, siendo realmente de 8 metros.
El Palazzo Spada es un palacio de Roma, situado en la piazza Capo di Ferro, en donde se encuentra la Galería de Arte Spada, sobre el Tiber, en las inmediaciones del Palazzo Farnesse. Fue construido en 1540 para el cardenal Girolamo Capodiferro, siendo el arquitecto Bartolomeo Baronino, que construyó una fachada magnífica.
Palacio Spada.
El palacio fue adquirido por el cardenal Bernardino Spada en 1632, encargando al arquitecto Francesco Borromini que lo modificase. Borromini fue quien creó la obra maestra de falsa perspectiva en trampantojo en el patio con arcos, diseñando un efecto forzado de profundidad con dos filas de columnas cada vez de menor tamaño, el estrechamiento de la distancia entre paredes, disminuyendo progresivamente, y reduciendo la altura de la bóveda, mientras el suelo va alzándose, creando así la ilusión óptica de una galería casi cinco veces más larga de lo que es en realidad, con una escultura que se aprecia de tamaño natural detrás, cuando en realidad tiene sólo 60 centímetros de alto.
Galería con arcos del palazzo Spada.
Otros trampantojos muy relevantes en arquitectura so: el Teatro Olímpico de Vicenza, diseñado por el arquitecto Andrea Palladio en 1580 y terminado por Vicenzo Scamozzi tras morir Palladio. El escenario está diseñado como un trampantojo para proporcionar una profundidad inexistente.
Teatro Olímpico de Vicenza.
La Scala Regia de Gian Lorenzo Bernini en la ciudad del Vaticano, es una imponente escalera, parte de la entrada ceremonial al Palacio Apostólico Vaticano. Fue construida a principio del siglo XVI para conectar el Palacio Apostólico con la Basílica de San Pedro por el arquitecto Antonio da Sangallo el Joven. En la época barroca fue modificada por Gian Lorenzo Bernini por encargo del papa Alejandro VII -Fabio Chigi-, realizando la obra entre 1663 a 1666. Bernini utilizó recursos visuales de trampantojo.
La escalera está situada en una franja estrecha ascendente entre la Basílica y el Palacio. Flanqueada por paredes irregulares convergentes y cubierta con una bóveda de cañón sobre columnas que van disminuyendo de tamaño a medida que ascienden, se produce una percepción monumental con perspectiva forzada.
Scala Regia de Roma.
La época de esplendor de la pintura ilusionista, trompe l´oeil o trampantojo fue el barroco, situándose en este período los frescos más importantes, aunque existen muchos otros y en otras épocas, entre los que se debe mencionar, ya al final del siglo XVIII, los pintados por Francisco de Goya en San Antonio de la Florida de Madrid -en la avenida de Valladolid, parque de la Bombilla-, representando El milagro de San Antonio de Padua en la cúpula y La Adoración de la Santísima Trinidad en las pechinas, en donde unos personajes se asoman a la falsa barandilla que la bordea.
Iglesia de san Antonio de la Florida. Ahora hay dos idénticas, una para culto y otra, museo.
Cúpula de san Antonio de la Florida.
Milagro de san Antonio de Padua, detalles.
En fin, son incontables los trampantojos que existen en nuestras iglesias y monumentos, pero antes de pasar al siguiente apartado, me gustaría sacar a esta humilde palestra, el recuerdo para un bello trampantojo que existe en una pequeña ermita de la ciudad donde resido, al que una serendipia me llevó cuando buscaba amor y encontré serenidad para mi espíritu; es la ermita de San Isidro de Alcalá de Henares.
En 1629 catorce labradores alcalaínos, entre ellos Diego de Portillo, fundaron la Cofradía y Hermandad del Señor San Isidro. En 1650 cumpliendo el testamento de don Diego comenzó la construcción de la ermita. Esta zona, entonces extramuros, situada al norte de la Vía Complutense comenzó a denominarse las Eras de San Isidro. En 1814, se disolvió la Cofradía, y se creó la Hermandad del Glorioso San Isidro.
La pequeña ermita es un buen ejemplo de arquitectura barroca. Su exterior es de ladrillo visto, cajones de tapial y zócalo de piedra. El tejado está tapizado con tejas árabes que descansan sobre un alero de madera.
El altar está adornado por un gran retablo fingido -trampantojo- realizado en 1885 para sustituir el primitivo retablo barroco que había sido destruido durante la guerra de la Independencia. Un falso templete parece sostener la imagen de la Inmaculada Concepción en el centro con Santa Bárbara y San Antonio Abad a los lados. Un poco más abajo y en el centro, la figura de San Isidro, que sí es real. La escultura, talla de los años 40 en sustitución de la original, se encuentra en la base en una pequeña hornacina.
El espectacular trampantojo es obra de Manuel Laredo, arquitecto, restaurador y pintor además de gran coleccionista de arte. La pintura, que fue realizada al temple con retoques al óleo, imita muy bien los falsos mármoles y bronces, y los efectos de la imaginaria luz que entra por una de las ventanas, creando falsas sombras que parecen verdaderas. Bastante deteriorado el retablo fingido durante la guerra civil, fue restaurado en 1942.
También es interesante destacar uno de los trampantojos más desconocidos; es el de la falsa puerta en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Se trata en un tapiz que reproduce la antigua y desaparecida puerta de entrada al Palacio, obra de Churriguera, anterior a la restauración del edificio de la calle de Alcalá, antiguo palacio de los Goyeneche. En la calle de la Cruz, se puede apreciar una calle ficticia y el edificio de Telefónica de Gran Vía sobresaliendo al fondo. Es obra de Ángel Aragonés.
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Música: Stabat mater PARCIAL de Giovanni Battista Pergolesi. Contralto Nathalie Stutzmann y contratenor Emöke Barath.To be continued in part 3.
To be continued in part 3.
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Muy interesante, gracias por ilustrarnos con tus relatos.
A ti.
Como siempre enseñando y compartiendo la inquietud artistica. Un abrazo.
Thaks for finallly talking about > TRAMPANTOJOS, eacorzos y quadraturas.
Ilusiones ópticas. Parte 2. – Loss cordones qque mme
atto cada día < Loved it!