EXPOSICIÓN EN EL THYSSEN-BORNEMISZA de MADRID: Rembrandt y el retrato en Ámsterdam,1590-1670.
En esta muestra, que reúne una selección de retratos del Siglo de Oro holandés, con Rembrandt como eje central, se exponen 97 pinturas de 35 artistas, entre las que destacan los 22 óleos y 17 grabados de Rembrandt. Las 58 obras de otros retratistas de esa época que trabajaron en la ciudad de Ámsterdam, junto a las de Rembrandt, permiten asistir a la evolución de estilos y tendencias, y a la evidencia de la competencia que existió entre los retratistas de esa rica ciudad holandesa en el siglo XVII, navegando la mayoría de ellos con la evolución de la moda europea, y por otro lado, la convicción del maestro Rembrandt que no se dejó seducir por la moda, y permaneció fiel a sí mismo. El tiempo parece que le ha dado la razón.Read More
Cuando Rembrandt se estableció en Ámsterdam, existían bastantes pintores en esa ciudad dedicados al retrato debido a la prosperidad de la ciudad y al crecimiento de la burguesía, que dispararon la demanda de obras de arte. Entre los competidores más célebres del entonces joven Rembrandt es necesario mencionar a Franz Hals, que tenía su estudio en Haarlem -cerca de Ámsterdam (en esa ciudad realizó Erasmus uno de mis hijos y realmente es una maravilla)-, pero recibía importantes encargos de la gran ciudad. Uno de los motivos del éxito de Hals fue que supo captar a sus modelos en posturas desenfadadas y con gran naturalidad. También es necesario mencionar a Jacob Backer, Dirck Santvoort -con su magnífico Gobernantas y celadoras de la Spinhuis, de 1638-, Jan van Loon,Joachim von Sandrart y tantos otros que se trasladaron a la floreciente Ámsterdam a desarrollar su arte.
Franz Hals. Retrato de familia.1635. Óleo sobre lienzo. 113 x 93 cm. Cincinnati Art Museum. Ohio. EEUU.
Dirck Santvoort. Gobernantas y celadoras de la Spinhuis.1638. Óleo sobre lienzo. 187,5 x 214 cm. Amsterdam Museum. Ámsterdam.
Tras la muerte de Saskia y el inicio de su relación con Hendrickje Stoffels, y ya en la década de 1640, Rembrandt redujo notablemente su producción de retratos, que era la principal fuente de ingresos. En 1642 finalizó una de las obras cumbres de la pintura universal: La ronda de noche, que hasta el siglo XIX tuvo el título original de La compañía militar del capitán Frans Bannick Cocq y el teniente Willem van RuytemBurgh, siendo cambiado el nombre debido a la complejidad del mismo. La acción se desarrolla de día, aunque en la penumbra de un soportal, y se le denominó La ronda de noche, al pensar que la acción se desarrollaba durante ese período, aunque su restauración posterior, demostró que la aparente oscuridad estaba causada por la oxidación de la pintura.
Está pintada con gran realismo, captando los rostros y las actitudes de todos los personajes, transmitiendo sensación de movimiento. Los juegos de luz y sombra vuelven a recordar a Caravaggio.
Rembrandt. La ronda de noche.1642. Óleo sobre lienzo. 359 x 438 cm. Rijksmuseum. Ámsterdam.
Jóvenes artistas comenzaban a despuntar en esa década, incorporando cambios técnicos en lo hasta entonces usual. Los alumnos más importantes de Rembrandt como Govert Flinck, pintaban con colores más vivos, en los que se detectaban influencias de otros maestros como Anton van Dyck y Gerbrand van den Eeckhout -discípulo también de Rembrandt-, buscando nuevas propuestas. Comenzaron a ponerse de moda los retratos de pequeño formato y la representación de escenas cotidianas como El cirujano Jacob Fransz y su familia de Egbert van Heemskerck.
Egbert van Heemskerck. El cirujano Jacob Fransz y su familia.1669. Óleo sobre lienzo. 70 x 59 cm. Amsterdam Museum. Ámsterdam.
Govert Flink. Retrato de caballero.1640. Óleo sobre lienzo. 67,1 x 55,1 cm. Museo Thyssen-Bornemisza. Madrid.
A partir de 1650, el mercado del retrato estuvo dominado por pintores como Bartholomeus van der Helst, Ferdinand Bol o Govert Flinck, quienes prestaron gran atención a las poses de sus figuras, que retrataban en cuidados escenarios como el de Frederic Sluysken, de Bol, El retrato de un hombre con documentos, o el de los Regentes del Kloveniersdoelen, estas dos últimas obras de Van der Helst en la que se aprecia un cromatismo más intenso y una iluminación muy equilibrada.
Ferdinand Bol. Retrato de Frederic Sluysken.1652. Óleo sobre lienzo. 170 x 150 cm. National Gallery. Londres. Reino Unido.
Bartholomeus Van der Helst. Los Regentes del Kloveniersdoelen comiendo ostras.1655. Óleo sobre lienzo. 171 x 283 cm. Amsterdam Museum. Ámsterdam.
Bartholomeus Van der Helst. Retrato de un hombre con documentos.1655. Óleo sobre lienzo. 105 x 88 cm. Museo Thyssen-Bornemisza. Madrid.
En la década de 1650-1660, los retratistas de Ámsterdam se inspiraron en modelos procedentes de otras partes de Europa con resultado muy positivo, pero Rembrandt, afrontó los cambios del mercado de un modo personal, aplicando a sus obras la que ha sido llamada su manera tosca, reservada hasta entonces sólo a sus tronies*, por la que fue considerado una celebridad fuera de los Países Bajos. La pareja de retratos de caballero y dama con miradas tristes o cansadas e interrogantes o introvertidas de la National Gallery of Art de Washington, fechados hacia 1654-1655, son un claro exponente de esta etapa del artista.
Rembrandt. Retrato de un caballero, posiblemente Herman Auxbrebis.1654-1655. Óleo sobre lienzo. National Gallery. Washington.
Rembrandt. Retrato de una dama, posiblemente María van Sinnicks.1654-1655. Óleo sobre lienzo. National Gallery. Washington.
Hacia 1650, el estilo de Rembrandt regresó a los grandes formatos, aunque su modo de pintar evolucionaba con colores más intensos y las pinceladas más pronunciadas. De esta forma, el artista se alejaba de su forma de pintar de la primera época, cuando trabajaba más los detalles; es el eterno devenir de los grandes, que comienzan con la actitud del joven artista que necesita demostrar su buen hacer y trabaja con minuciosidad los detalles, y llegan a la madurez, preocupándose más por la calidad y la expresividad del conjunto.
*TRONIES: Un tronie, en holandés rostro, fue un género de pintura del barroco flamenco holandés. Son retratos, normalmente de pequeño tamaño, y de rasgos personales, en los que la cara representada resulta muy llamativa por su expresión exagerada, por sus extraordinarias facciones, o por singulares adornos. Aunque el tronie típico era un retrato de medio cuerpo o de busto, no solían realizarse con intención retratística, sino más bien para mostrar las dotes artísticas del pintor y su maestría a la hora de captar gestos grotescos o expresiones extravagantes. Por ello, es raro el caso de un tronie en el que se conozca el nombre del modelo.
Algunos de los autorretratos de Rembrandt, especialmente los realizados con la técnica del grabado, se pueden considerar tronies.
Joos van Craesbeeck. El fumador.1635-1636. Óleo sobre lienzo. 41 x 32 cm. Museo del Louvre. París.
Rembrandt. Autorretrato con capa y los ojos muy abiertos. 1630. Grabado. Aguafuerte y buril. 5,1 x 4, 6 cm. Rijksmuseum. Ámsterdam.
El género del retrato en Ámsterdam siguió evolucionando en las décadas de 1660 y 1670 debido a las sucesivas tendencias importadas de Europa. Se pueden ver los retratados de esa época, ricos comerciantes o dignatarios, mostrándose con poses, trajes y ademanes del gusto cortesano europeo; la evolución, puede observarse en las obras de Jacob van Loo, Jürgen Ovens o Karel Dujardin.
Jacob van Loo. Retrato de Michel Corneille el Viejo. 1662. Óleo sobre lienzo. 118 x 86,7 cm. Museo del Louvre. París.
Karel Dujardin. Los Regentes del Spinhuis y Nieuwe Werkhuis. 1669. Óleo sobre lienzo. 225 x 390 cm. Rijksmuseum Ámsterdam.
Sin embargo, Rembrandt en esta etapa final, permaneció fiel a su estilo, con el predominio de las sombras y los tonos oscuros, construyendo las figuras con pinceladas con mucha pintura y gruesas, que otorgaron gran expresividad a sus obras. Los retratos de su hijo Tito, El joven con gorra negra, y la escena mitológica de Venus y Cupido, para el que se supone que tomó como modelos a Hendrickje Stoffels y a su hija Cornelia, están envueltos en una atmósfera cálida difícil de igualar.
Rembrandt. Retrato de un joven con gorra negra.1662. Óleo sobre lienzo. 81,6 x 64,5 cm. The Nelson-Atkins Museum of Art. Kansas City. EEUU.
Rembrandt. Venus y Cupido.1657. Óleo sobre lienzo. 118 x 90 cm. Museo del Louvre. París.
Su segunda mujer Stoffels –aunque no llegó a casarse con ella para no perder la herencia de Saskia– murió en 1663, su hijo Tito en 1668, y el artista falleció once meses más tarde, el 4 de octubre de 1669, en Ámsterdam, en situación económica mala, la misma que mantuvo durante sus últimos años, debido a la realización de malas inversiones y al tren de vida que llevó, hasta que le alcanzó la ruina.
Rembrandt realizó gran cantidad de obras: retratos -colectivos e individuales-, paisajes, obras de motivos religiosos, y también grabados y dibujos. Siempre supo poner de manifiesto la expresión del retratado relativa a su forma de ser, utilizando el claroscuro con fuertes contrastes, y a veces, el dramatismo en las escenas representadas.
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Antes de que el lío del coronavirus cerrara los museos, tuve la fortuna de poder visitar el Thyssen-Bornemisza de Madrid, en donde se celebraba -momentáneamente suspendida- una muestra sobre el retrato holandés en el Barroco, que hoy paso a contar, por si para alguien fuere de interés.Read More
En 1865 y como consecuencia de las limitaciones urbanísticas del Nuevo Ensanche de Madrid se derribó el claustro plateresco y parte de las edificaciones existentes, para crear una vía, la actual calle de Ruiz de Alarcón, separando en 1879, el Monasterio de las ruinas del Palacio del Buen Retiro, del que hoy sólo quedan el llamado Salón de Reinos y el Casón del Buen Retiro con su precioso fresco de Luca Giordano en la cúpula.Read More
La iglesia de San Jerónimo el Real de Madrid, formó parte del Real Monasterio de San Jerónimo el Real fundado en 1462 por Enrique IV de Castilla de la casa Trastámara – Tras Tamaris (más allá del río Tambre)- hermanastro de Isabel la Católica, e hijos ambos de Juan II de Castilla.
Continúa esta muestra en la Fundación madrileña con una cuarta sección que toma el título de BOLDINI, PINTOR DE LA VIDA MODERNA (1880-1890): desde finales de los 70, comienza Boldini a volcarse en el género del retrato, representando simultáneamente escenas de la vida en la ciudad de París. Retrata figuras de medio cuerpo llenas de brillo y color, de lo más granado de la sociedad parisiense, convirtiéndose en uno de los grandes del retrato social o mundano.Read More
Hace relativamente poco tiempo, publicaba sobre UTOPÍAS Y DISTOPÍAS, parte esta última que recorto y pego, cobrando hoy pavorosa actualidad, con este virus que parece poseer maldad preternatural.
LAS DISTOPÍAS.
Una distopía es un relato que nos describe un lugar y situación imaginarios, que podría convertirse en real, donde las personas llevan una vida deshumanizada y siempre bajo el imperio del miedo; se denomina también utopía negativa y antiutopía.
En un momento en que los avances técnicos han crecido exponencialmente con relación a lo que había hace 30 años, se escriben historias y se hacen películas futuristas, en las que se ve a los habitantes de Nueva York, en el año 2098 por ejemplo, con chaquetas de cuero con clavos, peinados punks y todo muy sucio y pobre, y quitando a algunos privilegiados –la mayor parte funcionarios y algún riquísimo- todos viviendo en los túneles del metro y pasando grandes penurias, o tipo películas Mad Max, un mundo prácticamente acabado; eso son distopías, que ya han recibido la consideración de género literario y cinematográfico.
Las utopías deben proponer alternativas que mejoren las cosas, mientras las distopías simplemente describen una situación que no parece la mejor para el ser humano y a la que se llegará si no cambia la forma de actuar del mundo. Las distopías son pesimistas, ofreciendo imágenes de futuro, involutivas, hacia tiempos de antes de las revoluciones industriales o directamente hacia el desastre total.
Las distopías tratan de crear situaciones que produzcan temor, mostrando las debilidades de nuestro mundo, cómo la explosión demográfica, las carreras armamentísticas, la degradación del medio ambiente, el mayor poder de la ciencia que aumenta por días hasta poder absorbernos, y la lucha por el poder entre las multinacionales tecnológicas y los gobiernos -estos últimos, cada vez más irrelevantes en favor de las primeras-, produciendo todo ello miedo ante un futuro incierto: las obras de Un mundo feliz, de Aldous Huxley –publicada en 1932-, 1984, de George Orwell –publicada en 1949- yFarenheit 451, de Ray Bradbury –publicada en 1953-, son distopías clásicas de la primera mitad del siglo XX.
CONCLUSIÓN PERSONAL DE LO QUE PUDIERA Y DEBIERA SER:
Se pasó de la lucha y venganza del proletariado –desde principios del siglo XX– contra el intento de mantenimiento de los estatus establecidos por los conservadores o inmovilistas –lucha y defensa que hicieron avanzar al mundo-, a la política del postureo y de la imagen actuales.
Ahora, en la mirada de los ciudadanos de un lado y de los del otro, de todos, en el fondo, ya sólo hay miedo por el futuro -distopía-, y para la gestión de nuestro miedo, cualquiera puede ser malo o bueno o inerme.
Los políticos de un lado gritan desaforados por la revolución, y los del otro por lo contrario, pero todos lo hacen sin conocimiento alguno de lo que depararía lo que demandan con tanto ardor; de ahí quizá nuestros miedos.
Giovanni Boldini, en 1889 fue nombrado Comisario de la sección italiana de la Exposición Universal de París, que fue celebrada en el centenario del comienzo –toma de la Bastilla– de la Revolución francesa de 1789, cuyo símbolo principal fue la torre Eiffel, que sirvió como punto de entrada a la Feria. En esta Muestra expuso Boldini tres retratos, entre los cuales destacó el Retrato de Emiliana Concha de Ossa, sobrina del embajador chileno ante la santa Sede.
Giovanni Boldini nació en Ferrara en 1842, octavo hijo de una familia de 13, de padre pintor y restaurador, de quien recibió las primeras enseñanzas de dibujo.
En su pueblo natal, asistió desde los 16 años a la academia de Girolamo Domenichini y de Giovanni Pagliarini, pudiendo estudiar in situ, a los grandes pintores coterráneos del Quattrocento y a Giovanni di Niccolò Luteri -Dosso Dossi- gran pintor del Renacimiento italiano que pasó gran parte de su vida en Ferrara.Read More