¡NO ES ABUSO NI AGRESIÓN…, ES VIOLACIÓN!

Con este influenciable título, nuestros lamentables jueces, aumentan las penas de los que cometen los terribles delitos de violación, sin  especial preocupación, y luego en un juicio como el del PROCÉS, en el que se ha intentado -o se ha hecho- violar a España, y en el que todos veían a Marchena -por su gestualidad- capaz de sentenciar sin dejarse influir, ha estado más que blandito en un arrebato de templar gaitas, que ahora se podrá ver para lo que sirve…

De entre todos los entes  con género femenino de este país, hay uno que es común a todos los españoles, y es España, nuestra Patria, que según el artículo Primero de la Constitución se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.

Estos días, está siendo atacada en un intento chusco de romper su integridad por un muy numeroso grupo de vándalos, alentado y dirigido desde el backstage, por los seres defectuosos que dirigen la autonomía catalana, violando todos los derechos y libertades de los que deseamos vivir en paz y en armonía con nuestros hermanos de toda España, especialmente los derechos y libertades de los propios catalanes.

Están de moda últimamente las terribles violaciones de mujeres por grupos denominados “manadas”, a los que los jueces absolutamente influidos por políticos, medios de comunicación, resto de la sociedad y continuas manifestaciones de mujeres y hombres, imponen penas bastante más importantes de  las que gravan el asesinato.

El Tribunal Supremo no ha tardado más que unas pocas horas en decidir su fallo respecto a los cinco miembros de La Manada de los sanfermines.  El alto tribunal ha incrementado las penas a quince años de prisión y los considera culpables de un delito continuado de violación. Tumba, de este modo, la resolución de la Audiencia Provincial y el Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) que confirmó en noviembre de 2018 condenas de 9 años de prisión por abuso.

Hoy ESPAÑA está intentando ser violada  –no agredida ni abusada y no sé si la violación está en grado de tentativa o se ha producido ya- en su honor e integridad, primero con el coñazo largo  y amenazante  de  un referendum hace algún tiempo -sobre el que no se actuó debidamente-, más tarde con la declaración de independencia,  y ahora, con la actuación desbocada de ese montón de basura, que ejerce su violencia cada día en las ciudades y carreteras de Cataluña, y todo en protesta por las mezquinas penas con las que se simula castigar a unos VIOLADORES  de nuestra España y de su unidad, a los cuales ha impuesto EL TRIBUNA SUPREMO (el mismo que impuso 15 AÑOS a la Manada de Pamplona) penas de entre 7 y 13 años y cuya condena será gestionada por otros tarados de la misma cuerda, que dirigen el sistema penitenciario catalán, y que naturalmente no permitirán que las condenas se cumplan íntegramente.

Y hoy para echar gasolina a las cinco columnas de independentistas que se acercan a Barcelona, por si la necesitaran, se descuelga el President Torra Cretino en el Parlament de los cohoooneee,  con un verso libre anunciando -ya lo ha matizado- que antes de que acabe esta legislatura habrá un nuevo referendum para votar la independencia.  ¡Torra y su  …al psiquiátrico!

¿Por qué no sale España entera a la calle con gritos y pancartas de ¡NO ES AGRESIÓN NI ABUSO, ES VIOLACIÓN!?,  y a lo mejor -no lo creo, no, estoy seguro de que no- el espectacular Marchena y sus 6 colegas, pudieran estar tentados en el futuro de imponer alguna pena parecida a las de Miláns, Armada y compañía, cuya acción duró mucho menos  tiempo -una noche- y causó muchos menos daños, aunque fuera igualmente punible y lamentable, o a la de los violadores de la MANADA de Pamplona?

Los españoles no separatistas -45 millones- estamos desolados, tristes y sobrecogidos por lo que vemos que pasa en Cataluña cada día . ¡DIOS, QUÉ HARTURA!

 

Termino con el prólogo de Pio Moa de su nuevo libro ¿Qué es España?

«¿Pero, qué es España? Si quisiéramos definirla en un párrafo diríamos que un país europeo nacido de Roma y del cristianismo, modelado en nación por el estado hispano gótico y reafirmado frente a la invasión islámica. Que en su mejor época o Siglo de Oro elaboró una cultura brillante y original, cambió la faz del mundo descubriéndolo como un todo e interrelacionándolo, y construyó un vasto ámbito lingüístico y cultural propio. Que fue protagonista de la salvación de la civilización occidental frente al expansionismo otomano y del catolicismo frente al protestante. Que perdió en el siglo XVIII su originalidad, decayendo, aunque recobró un nivel político de gran potencia; para caer más profundamente en el XIX, tras la invasión napoleónica, a una posición poco relevante en Europa y en el mundo. Que experimentó desde el final de siglo un resurgir cultural, aunque no político. Que en el siglo XX logró abstenerse de las tremendas guerras mundiales, pero sufrió serias amenazas de disgregación y tiranía sovietizante, concretadas en una guerra civil. Que, a resultas de esta, pervivieron la nación, su independencia y en lo esencial, su tronco cultural».