EL BOSCO EN EL MUSEO DEL PRADO. EXPOSICIÓN DEL V CENTENARIO DE SU MUERTE.
Para no dejar de asistir a la muestra…
Desde el 31 de mayo al 11 de septiembre de este año, se celebrará en el Museo del Prado una muestra monográfica de El Bosco, conmemorativa del V centenario de su muerte.
Museo del Prado. Fachada de Velázquez.
La muestra constará de más de 65 obras, algunas del Museo del Prado, otras del Museo de Arte Antiga de Lisboa, de los Kunsthistorisches Museum y Albertina de Viena, del Museum of Fine Arts de Boston, del Museo del Louvre de París, del Polo Museale del Veneto de Venecia, de la National Gallery de Washington y del Metropolitan Art Museum de Nueva York.
Tendrá cinco apartados temáticos o secciones, y un sexto con dibujos. Se expondrán 25 obras de El Bosco, 5 de su taller y 35 de otros artistas que ilustran esa época.
También comprenderá la exposición, pinturas, dibujos, grabados y miniaturas con temas representados por el artista, como los pecados capitales, el infierno o el paraíso, que pueden ayudar a comprender el entorno en el que el artista holandés se inspiró para sus obras.
Entre las obras expuestas, como no, estará el Jardín de las Delicias y también el tríptico de las Tentaciones de San Antonio, prestado por el Museo de Arte Antiga.
El Bosco es el apelativo por el que conocemos en España al pintor holandés Jeroen –Jerónimo– van Aeken. Nació en la aldea holandesa de Bolduque, se cree que en 1450, perteneciente al municipio de s-Hertogenbosch, cerca de Amberes, en el ducado de Bravante. Al estar toda su familia –padre, tío y hermanos– dedicada al oficio de pintor, a su padre le pareció suficiente que sus hijos estudiaran pintura en su taller, por lo que no se movieron de su pequeño pueblo natal. Su formación como pintor fue llevada a cabo en el seno de su familia, siendo sus propios hermanos y su padre quienes le enseñaron el oficio artesanal. De esto se deriva quizá una cierta torpeza compositiva, aunque enseguida buscó y estableció lo que sería su temática favorita: la debilidad humana, tan proclive al engaño y a la debilidad ante las tentaciones. Fue un representante muy importante de la escuela Gótico Flamenca, en cuyo estilo se movió siempre.
Cuando su padre murió, heredó el taller su hermano mayor, que además pudo utilizar el apellido familiar van Aecken como firma artística.. Por ello, Jeroen tuvo que buscar un nombre con el que organizar su propio taller. Latinizó su nombre de pila transformándolo en Hieronymus y eligió por apellido el nombre de su municipio de nacimiento s-Hertogenbosch, simplificado a Bosch, o sea Hieronymus Bosch, nombre que en España derivó en El Bosco. La elección de su nuevo nombre artístico tuvo lugar en 1480, fecha en la que se casó con Aleyt van Meervene, joven de buena familia que aportó una buena dote al matrimonio. Tras la boda Hieronymus logró el título de maestro, imprescindible para trabajar de forma independiente con taller propio. Existen pocos datos de su vida, siempre llena de leyendas que intentan explicar el enigmático significado de sus cuadros.
No debió faltarle trabajo desde los primeros tiempos en que ´montó su taller independiente, ya que hay noticias de que pagaba uno de los tributos más altos de la ciudad y de que vivía en la mejor zona de la misma. Su clientela estaba formada por burgueses, clérigos, nobles y la Hermandad de Nuestra Señora, cofradía religiosa dedicada a la Virgen, de la que El Bosco era miembro.
Fue un devoto católico, a pesar de que en el siglo XVI se calificara a su pintura de herética, pero lo que realmente plasmaba, era una crítica sutil a ciertas costumbres tenidas por ciertos estamentos eclesiásticos y por los católicos más adinerados. Una de sus fuentes de inspiración favoritas fue la cultura popular, los refranes, los dichos, las costumbres y leyendas y las supersticiones del pueblo que le dieron múltiples ideas para plasmarlas en sus cuadros. Dio a los objetos de uso cotidiano un sentido distinto del habitual y convirtió las escenas en algo lleno de simbolismos, estando todos sus cuadros impregnados de caricatura burlesca. El Bosco vivió en un mundo duro y cruel, en el que se aplicaba la ley del más fuerte en las zonas rurales. La ignorancia y el analfabetismo alcanzaban a la casi totalidad de la población, que tenía una esperanza media de vida de poco más de cuarenta años. Las enfermedades endémicas y las epidemias, frecuentemente de peste, diezmaban a la población, cuando no se trataba de guerras mantenidas durante años con sus hambrunas y miserias correspondientes.
Así las cosas, en toda Europa se produjeron abundantes movimientos heréticos que trataban de romper con la Iglesia católica, que detentaba un poder y un lujo excesivos. Los movimientos heréticos trataban de retornar a las raíces del primer cristianismo, con comunidades en las que se compartieran los bienes. Casi todas estos movimientos fueron perseguidas, sin embargo, en Alemania, Lutero conseguiría triunfar pocos años después de la muerte de El Bosco.
Es decir, el artista vivió en una época de crisis espiritual muy profunda, que condujo poco después a la ruptura del mundo cristiano. El Bosco prácticamente pintó sólo obras religiosas. Su piedad grande, presentaba un mundo que se revolcaba en el pecado, sin casi esperanza de salvación. En un mundo donde no se sabía leer, ni existían apenas imágenes, los cuadros del Bosco presentaban una realidad tan cotidiana como los trabajos del campo. La presencia continua del pecado y la amenaza del infierno eran ley de vida, contra la que se revelaban los seguidores de Lutero. Era el mundo de Durero y de Leonardo, de Erasmo de Rotterdam, de Maximiliano I y de Carlos V. Sin embargo, El Bosco jamás entró en contacto con la cultura urbana y por tanto no tuvo conocimiento ni influencia de las renovaciones que se estaban produciendo en los Países Bajos, Italia y posteriormente en España. El Bosco, representa el arte de provincias, sin influencia de los movimientos contemporáneos. Murió en 1516 en su aldea natal Bolduque.
Respecto a su estilo, destaca por su originalidad, teniendo poco en común con las grandes figuras artísticas de su época . Se mostró frente a ellos como más original y moderno, siendo criticado por incomprendido, a pesar de lo cual, tuvo gran éxito y sus obras se repartieron por toda Europa.
Su manera grotesca de representar nos introduce en la pintura psicológica , apareciendo el simbolismo en todas sus representaciones , llamando al espectador a buscar el trasfondo en sus obras.
Su técnica era magnífica, siendo un gran dibujante, y un espléndido maestro del color, usando mucho los tonos pastel. Fue gran pintor de paisajes y estudioso del espacio, además de gran retratista, siendo pionero del retrato psicológico. Le gustaba pintar figuras gárgolas grotescas mixtas entre hombre y animal, siempre con mensaje moralista.
Su obra la llevó a cabo, al óleo sobre tabla, aunque a veces usó también la témpera, de las que nos han llegado gran cantidad de bocetos previos.
El Bosco. Las Tentaciones de San Antonio. 1500-1505. Óleo sobre tabla. Museo Nacional de Arte Antiga. Lisboa.
Panel izquierdo: Vuelo y caída de San Antonio. Panel derecho: San Antonio y la reina de los diablos.
Panel central: Las tentaciones de San Antonio.
Cuando el tríptico está cerrado aparecen dos escenas en grisalla: Prendimiento de Cristo y Cristo con la Cruz a cuestas.
La única vía que parece sentir el artista para salvarse de lo pecaminoso del mundo que le rodea, se encuentra en las tablas con vidas de santos, que dedicados a la meditación, deben ser modelo a imitar, aunque estén rodeados por el mal como puede verse en tablas como la Pasión de Cristo, viendo a través de la meditación y las penas sufridas por el Señor, lo que hizo para rescatar del pecado universal al género humano. Su estilo cambia en los últimos años de actividad, pintando cuadros con menor número de figuras, pero de mayor tamaño, que parecen sobresalir del cuadro y acercarse al observador.
Uno de sus encargos más importantes lo recibió en 1504. Felipe el Hermoso de Borgoña, le encargó un Juicio Final. Su estilo recogía claramente los fantasmas de los años finales de la Edad Media, en los que la salvación tras la muerte era la gran obsesión.
El Bosco no fechó ninguno de sus cuadros y sólo firmó algunos. Solamente nos ha llegado un retrato del artista, quizá autorretrato, que se conoce solamente por copias posteriores y muestra al Bosco ya en una edad bastante avanzada.
Su obra más conocida es el tríptico, Jardín de las Delicias, realizada entre 1500 y 1505, en óleo sobre tabla de 220x195cm, más 96 cm de ancho de cada tabla lateral, encargada por la Casa de Nassau -propietaria de un castillo en Breda, no lejos de s-Hertogenbosch-, en uno de cuyos palacios –en Bruselas–lo vio Antonio de Beatis en 1517, durante el viaje que hizo a los Países Bajos acompañando al cardenal Luis de Aragón. A la muerte de Enrique de Nassau, pasó a manos de su hijo Enrique de Châlons, y al fallecer éste en 1544, a las de su sobrino Guillermo de Orange. Confiscado al príncipe de Orange por los españoles en 1568, fue propiedad del prior de la orden de San Juan, Fernando de Toledo, hasta su muerte en 1591. Felipe II lo adquirió en 1593 y lo destinó al monasterio de El Escorial, Permaneció en El Escorial hasta la Guerra Civil y en 1939 ingresó en el Museo del Prado como depósito de Patrimonio Nacional.
Algunas otras obras importantes del artista:
- Las tentaciones de San Antonio.
- La Adoración de los Reyes.
- San Jerónimo en oración.
- San Juan Bautista en meditación.
- Ecce Homo.
- Tríptico del Juicio de Brujas.
- Cuatro postigos con la visión del más allá El Paraíso terrenal; la Ascensión al Empíreo; la Caída de los Condenados y El Infierno,
- Tríptico del Juicio de Viena.
- Crucifixión con donante.
- Los siete pecados capitales.
- La coronación de espinas.
- San Juan en Patmos.
- Tríptico de los ermitaños.
- La extracción de la piedra de la locura.
- Tríptico de la Adoración de los Reyes Magos.
- La muerte de un avaro.
- San Cristóbal.
- El prestidigitador.
- El carro de heno.
- La nave de los locos.
- Cristo con la cruz a cuestas.
- Tríptico del Diluvio.
- La coronación de espinas.
- El vendedor ambulante.
- Tríptico de los Improperios o de la Pasión.
- Cristo con la cruz a cuestas.
¿Cuando vamos? Echo de menos lo que me ibas enseñando cuando andabamos. Ya tenemos dos pendientes. Un beso