LOS CORDONES QUE NUNCA ME ATÉ, los colgaba.

LOS CORDONES QUE SE COLGARON DEL CUELLO  en el siglo XVI, y se introdujeron en la uniformidad militar española: los cadetes.

El origen del uso de los cordones en nuestro Ejército, parece ser que estuvo en Flandes, durante el período que el duque de Alba -nombrado por Felipe II- fue Gobernador de las 17 provincias españolas de los Países Bajos.

Copia de autor desconocido del retrato de Antonio Moro.  D. Fernado Álvarez de Toledo y Pimentel. 1547. Hispanic Society of America. New York.

El duque, consternado por la sensación de falta de valor y empeño en el combate de una unidad flamenca, decidió inicialmente, ahorcar a todos sus componentes. Éstos, ofendidos por el sentimiento expresado por D. Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, decidieron anudarse de forma permanente alrededor del cuello, una cuerda con un clavo, que pudiera facilitar la ejecución de la sentencia. Las acciones posteriores de la unidad, fueron tan valerosas y brillantes, que en lo sucesivo, aquella cuerda con el clavo llegó a ser el atributo de distinción de la misma, que llevarían siempre todos sus componentes como símbolos de honor y orgullo por pertenecer a la misma.

El ahorcamiento se lleva utilizando al menos desde hace 4.500 años.

Con el paso de los años, la cuerda se fue embelleciendo, trenzando y coloreando, llegando a ser “los cordones”, prenda característica de los uniformes de los alumnos de los diferentes centros militares, destacando de entre todos ellos, el rojo del cadete.

El nombre de capitelum romano –cabecilla- fue adoptado por los diferentes países de lenguas de origen románico, y en castellano, se tradujo por cadete. Durante el reinado de Felipe V de Anjou “el Animoso”, se promulgó en 1704 una Real Cédula, en la que se instituyó la figura del cadete para regimientos de milicias y dragones. En  1722 y 1735, hubo resoluciones para asignarlos a las unidades de caballería, y en 1738, para las de infantería.

Un cadete, lo definía la Real Academia como “un joven noble que se educaba en los colegios de infantería o caballería, o servía en algún regimiento, y ascendía a oficial sin pasar por los grados inferiores”. También es definido como “alumno de una Academia Militar”. Para su entrada en el servicio, era necesario ser “caballero notorio, hijo o hermano de éstos, o de hidalgo reconocido, y también los hijos de capitán y oficiales de mayor grado”.

Su formación era responsabilidad del Maestro de Cadetes, elegido por el coronel del regimiento. El Maestro debía ser un oficial “de talento, experiencia y gran amor a la profesión, que inflame y forme el espíritu de esa juventud,tomando a su cargo el modo importante de instruirle”.

Es durante el reinado de Felipe V cuando se autorizó el uso de un cordón plateado, para distinguir a los cadetes de las unidades de caballería,  y se prohibía el uso del mismo a cualquier otro hombre de armas. La forma consistía en un cordón trenzado, confeccionado en hilo de plata, acabado en dos agujetas, que se colocaba en el hombro derecho colgado de un botón situado en el mismo.

Hasta aquí, se ha expuesto el posible origen, y el comienzo de los numerosos cambios que se produjeron desde aquí hasta la época del general Franco, tan numerosos como las leyes de la enseñanza en España, que desde la Ley Moyano, han existido unas cuantas y en los últimos años…para no contarlo…, un sin vivir: LODE, LOGSE, LOPEG…el que viene quita lo que hay y legisla algo nuevo y así andan nuestros jóvenes…

Con Fernando VI se reguló que, en aquellas unidades en las que los botones fueran de oro o plata, el cordón y los herretes fueran del mismo color. Con Carlos III se establecieron el uso de cordones por los cadetes de los cuerpos de Caballería, Dragones e Infantería. Con Carlos IV, desapareció el ingreso directo de los cadetes en los regimientos, debiendo hacerlo a través de las respectivas academias militares. En 1802, se publicaron las ordenanzas conocidas como las de Godoy, de clara influencia francesa, y en ellas se especificaba, que los cordones debían ir del hombro derecho a un botón situado en el centro de la parte superior del pecho. Tras el inicio de la guerra contra el los franceses en 1808, existió  la necesidad de formar nuevos oficiales, y en 1810 se creó lo que podemos considerar como la primera Academia de Infantería de España, bautizándola con el nombre de Batallón de Voluntarios de Honor de la Real Universidad de Toledo, cuyos cadetes llevaron dobles cordones sobre su hombro derecho, acabados en dos clavos, uniformidad que se extendió al resto de las Academias, llevándose colgados de la hombrera derecha y abrochados en el botón superior central de la casaca, en el caso de que esta llevara una sola hilera de botones, o en el primer botón derecho en el caso de las dobles.

En 1824 se creó el Colegio General Militar, prohibiéndose que los cuerpos admitieran nuevos cadetes, intentando unificar las anteriores vías de acceso. En 1827 reaparecieron de nuevo las vías de acceso regimentales, excepto en Artillería e Ingenieros, que siguieron formándose en el Colegio hasta su disolución en 1837. Durante el inicio del reinado de Isabel II, no varió la forma de llevar los cordones. Con la apertura de nuevo del Colegio General Militar en 1844, se reguló para los cadetes el uso de “cordones de oro pendientes del hombro derecho con caponas de metal”. En 1857, los cadetes de Caballería e Infantería volvieron una vez más al sistema de formación regimental, teniendo que presentarse en su unidad, según el reglamento de admisión de cadetes, con la uniformidad propia de los oficiales del arma, pero “llevando como distintivo de su condición de alumnos, hombreras de metal dorado al fuego y cordones de hilillo de oro fino”, debiéndolos llevar en el lado derecho.

El día 1 de mayo de 1875, estando en el trono de España, Alfonso XII, se publica una Real Orden en la que señala que en las Academia Militares se denominarán alumnos, a los jóvenes que cursen estudios en ellas, quedando suprimida la denominación de cadetes, que hasta entonces se usaba en las de Infantería y Caballería, y para lograr la uniformidad, quedaban suprimidos el uso de cordones a los alumnos de todas las academias.

Por Real Decreto del 20 de febrero de 1882 se establece para el ingreso en la armas y cuerpos de nuevos oficiales, la creación de la Academia General Militar (que conocemos como I Época, 1882-1893) en Toledo. En 1893, por R.D de 8 de febrero, “ante la presión de los Cuerpos Facultativos, opuestos a la General por temor a perder su preeminencia”,  la Academia General Militar cerró sus puertas.

Por  Real Orden de 20 de febrero de 1927, se decidió reabrir, esta vez en la ciudad de Zaragoza, al mando del general Francisco Franco, la Academia General Militar (1927-1931, II Época). Por  Real Orden Circular de 18 de abril de 1928 se recuperó el nombre de cadetes para los que en ella cursaban estudios, aprobándose el uso por los alumnos de un par de cordones rojos de cuyas trenzas pendía un tramo liso con un nudo franciscano en su mitad, y del que colgaba un clavo, coronado, de metal dorado. El termino cadete llevaba antepuesto el calificativo de Caballero, inicialmente por la procedencia de los alumnos y, más adelante, por la generosidad y nobleza que debían acompañar sus modales y comportamiento.

Con la proclamación de la II República en 1931, se cerró la A.G.M., si bien, se mantuvo el uso de los cordones rojos en las Academias de cada Arma y Cuerpo. Por Orden Circular de 18 de junio de 1934, se autorizó el uso de cordones rojos a los suboficiales alumnos de las Academias Militares.

En mayo de 1942 se reabrieron las puertas de la Academia General (III Época) de nuevo en la ciudad de Zaragoza, bajo la dirección del general D. Francisco Hidalgo de Cisneros, y se recuperó el término caballero cadete, así como el uso de sus característicos cordones. Respecto a las especificaciones de los cordones se señalaba: los caballeros cadetes llevarán un cordón de seda encarnada, de tres milímetros de diámetro formando dos trenzas de treinta y dos y treinta y ocho centímetros de longitud, las cuales en un extremo formarán un ojal con su pasador para sujetar a la hombrera, y por el otro, terminarán en dos cabos de cordón sencillo de once centímetros de largo,  formando en su centro un nudo de tres vueltas cada uno, rematando en dos cabos metálicos  de cincuenta milímetros de longitud, los cuales, en su base llevaran la corona imperial. Al final de las trenzas, ira un pequeño ojal de cordoncillo encarnado para sujetar al primer botón de la guerrera.

Hasta 1960, el uso de los cordones en la AGM, así como en las Academias Especiales, estaba reservado al uniforme de paseo, ampliándose  a partir de entonces su uso al uniforme gris de funcionamiento interno. A veces, y en formaciones, los cordones se llevaron al lado izquierdo para así no engancharlos con el arma; los galonistas de las Academias Especiales, llevan sus divisas, constituidas por galones dorados o plateados según se tratara de sargentos o de cabos galonistas, en forma de cartucho por encima de los clavos y alrededor de las dos caídas.

¡Vaya la que organizó  D. Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, al llamar cobardes a los componentes de la unidad flamenca! ¡Y que forma de romper, recuperar, cambiar y volver a cambiar las tradiciones cada cuarto de hora!

A continuación un resumen de otros cordones, colores e historias:

En 1942, y hasta 1970, se autorizó el uso de cordones, uno rojo y otro blanco para los alumnos no procedentes de la Enseñanza Superior Militar. Volvió a recuperarse el uso de éstos en 1978 para los alumnos de la llamada Escala Especial de Mando, justificando su dotación para esos alumnos, ya que eran los únicos que, a pesar de serlo en un centro de enseñanza cuya finalidad era la de crear oficiales para el ejército, carecían de ellos. Dado que estos alumnos eran suboficiales aspirantes a oficial, los cordones serían uno de color blanco y otro rojo. Al desaparecer la Escala Especial, estos cordones siguieron siendo usados por la Escala Media.

El uso de este tipo de distinción se amplió a las Academias de Oficiales Provisionales, Complemento y Especiales. En el Artº 21 de la Orden de 21 de marzo de 1946, se regulaban los cordones a usar por los Alumnos de la I.P.S (Instrucción Premilitar Superior) y la posterior I.M.E.C. La citada normativa determinaba el uso de unos cordones de hechura similar a los usados por el resto de alumnos militares, siendo el de arriba del color característico de la Facultad o Escuela de procedencia, y el de abajo de color gris, símbolo de la sabiduría, salvo para los aspirantes procedentes de un cuerpo armado, que llevaban los dos cordones blancos.

En 1973, la I.P.S pasó a denominarse Instrucción Militar de la Escala de Complemento, -IMEC-. Por Orden Circular de 23 de febrero de ese año, desaparecieron los cordones con los colores del centro universitario de procedencia, estableciéndose, independientemente de la carrera que se cursara, cordones de color verde oscuro.

Entre los años 1974 y 1978, los candidatos a ingresar en la Academia General, debían superar, junto a las pruebas de admisión, un campamento y un curso conocido como “selectivo”, en el qué, junto a asignaturas de carácter militar, debían cursar el primer año de la carrera de Físicas. Durante este período, los alumnos de selectivo tenían la denominación de Señores Aspirantes, distinguiéndose por el uso de un cordón verde y rojo y de un gran ovalo rojo que contenía, junto al escudo de la AGM una gran A dorada.

En 1974, por O.C de 16 de octubre, se creó la Academia Básica de Suboficiales, adoptándose como distintivo de los alumnos del centro, los cordones blancos.

El año  de la jura de bandera de S.M. Felipe VI, el 11 de octubre de 1985, la A.G.M. estrenó, además de un nuevo uniforme para actos de especial relevancia, el uso, para estos actos y los de gala, de unos cordones dorados del tipo de los usados por los ayudantes de los oficiales generales. Poco después, la Academia Básica de Suboficiales adoptó, para su uniforme de gala, cordones, con cinco ramales, en plata.

El ex casi todo Bono, al final reconoció la gesta de los héroes de la iglesia de San Luís  de Tolosa de Baler en Filipinas, pero ordenó quitar esta hermosa leyenda.

La Junta/Ponencia de uniformidad en su acta nº 46, del día 13 de mayo de 1992, aprobó, entre otras disposiciones, el uso de los distintivos para los alumnos de los centros de enseñanza: para alumnos de la enseñanza militar de grado superior, diario, cordones rojos y de gala, cordones dorados, para alumnos de la enseñanza militar de grado medio, diario cordones rojos y de gala, cordones dorados, para alumnos de la enseñanza militar de grado básico, diario, cordones blancos y de gala, cordones plateados, para el Servicio de Formación de Cuadros de Mando (SEFOCUMA), diario y gala, cordones verdes oscuros.  Mediante la Orden 166/2001, de 27 de julio (BOD 191), se reguló la uniformidad y el ingreso del personal de los Cuerpos Comunes de la Defensa: los alumnos pertenecientes a esta escala, llevan cordones azul celeste y durante su estancia en la A.G.M, usarán cordones de gala similares a los descritos, con la salvedad de ser el superior en hilo de oro y el inferior en hilo de plata.