LA POLÍTICA, LOS PECADOS DE LA CARNE Y LOS TEXTOS RELIGIOSOS. Parte 2.

LA POLÍTICA DESDE LOS ORÍGENES DEL MUNDO VA UNIDA A LOS PECADOS DE LA CARNE Y LA CUENTAN YA VIVIDA PARA ADAPTARLA A LA CONVENIENCIA DE CADA CUAL, ENVOLVIÉNDOLA EN PAPEL DE DIOS.

De Sem, que tuvo 5 hijos, descendieron los “semitas” (término acuñado en 1781 a propuesta de August Ludwing von Schözer), nombre con el que se denominó a los pueblos que utilizaron las lenguas semíticas que  agrupan a las emparentadas con el hebreo, que se expandieron por el próximo y medio oriente, sometiendo a los cananeos (descendientes de Canaán) en la Tierra Prometida,  esclavizándolos. Esas lenguas son  aún mantenidas por  árabes y judíos.

De Jafet, que tuvo siete hijos, descienden los indoeuropeos o arios, y los nombres de sus hijos y de sus nietos aparecen en textos históricos antiguos relacionados con pueblos y tribus que residieron principalmente al N. y O. de la Media Luna Fértil –Mesopotamia y Persia-. Parece ser que se esparcieron desde el Cáucaso en dirección E. hacia Asia central, y en dirección O. a través del Asia Menor hacia el sur de Rusia y el litoral europeo del Mediterráneo nororiental –incluida Creta de donde provienen los filisteos-, y quizá hasta España. Existen algunas historias árabes que  afirman que uno de los hijos de Jafet fue también el progenitor de los pueblos chinos.

Cam tuvo cuatro hijos, del menor de ellos Canaán, nacieron las familias cananeas que se esparcieron desde Sidón hasta Gaza, incluyendo Sodoma y Gomorra, siendo siempre sometidos.

Este  mapa de T en O, desde la primera edición impresa de Etimologías  de  San Isidoro, identifica a los tres continentes conocidos como poblados por los descendientes de Sem, Jafet y Cam.

Los filisteos –phylistieímphilistinoí, filīstiun o palestinos provenientes de Creta, pueblo duro, muy adelantado y agresivo, intentaron expandirse desde lo que hoy es la franja de Gaza hacia el sur y el este, hasta que David venció a Goliath y fue nombrado rey, sucediendo a Esaú. Claro que 1000 años más tarde ya lo dijo Jesús en Getsemani: “la carne es débil” ,y David, en vez de ir al frente de su pueblo a la guerra contra los amonitas, envió a Joab acompañado de Urías el hitita, marido de Betsabé, de la que David se había enamorado perdidamente. Ordenó a Joab ponerlo en el lugar más peligroso de la batalla y a los soldados de Urías que se separaran de él, durante el combate, para dejarlo expuesto al enemigo y que muriera. Así fue y David sufrió toda serie de males enviados por el Señor: perdió al hijo de Betsabé a los 7 días de nacer, su hijo Absolón se sublevó contra él y David mandó ejecutarlo, otro hijo, Adonías,  también deseó y buscó su muerte, y al fin nombró sucesor a Salomon en 967 a.C., el cual también cometió errores contra Dios, teniendo más de 700 esposas y 100 concubinas, enamorándose al fin  de Makeda,  reina de Saba  -Etiopía y Yemen- con la que tuvo a Menelik I que se llevó del templo de  Jerusalén el Arca de la Alianza, cometiendo ambos además pecados de paganía.

Por eso puede que estos pasajes bíblicos tengan finalidad didáctica, en el que Noé ya al principio del mundo postdiluviano, apareciera profetizando lo que en realidad sus descendientes vivirían más tarde en la historia: “que Canaán (es decir, los cananeos) sea maldito, y sea el sirviente de sus dos hermanos. Que Sem (es decir, los israelitas) sea bendito y que Canaán sea esclavo suyo. Que Jafet (es decir, los filisteos) se extienda y habiten en medio de los campamentos de Sem, y que Canaán sea esclavo suyo” (vv.25-27).

Por lo tanto, esta narración tiene connotaciones políticas más que sexuales, y fue escrita para explicar una situación que se había dado en la historia de Israel: la esclavitud de los cananeos y la supervivencia de los filisteos.

Existe otra versión del asunto de Noé y su embriaguez y de la visión de su desnudez por parte de Cam, poco creíble aunque posible –dada la secular debilidad de la carne-, y es que Canaán fuera ya un mozalbete, y con los efluvios del vino se diera un revolcón con su abuelo.

En resumen, los tres hijos de Noé, es decir, Sem, Cam (con su futuro hijo Canaán) y Jafet simbolizaban a tres pueblos. Cuando Israel llegó y ocupó la Tierra Prometida (que entonces se llamaba Canaán) –alrededor del año 1000 a.C.-, pudo derrotar a sus principales habitantes (los cananeos) y esclavizarlos (Jos 24,11-13). Pero esa tierra era habitada también por un pueblo al que no lograba dominar, los filisteos. Éstos habían llegado a la Tierra Prometida en la misma época que los israelitas: éstos  entraron por el este, mientras que los filisteos (palestinos) lo hicieron por el oeste, y se instalaron en la costa del país, de la cual nunca pudieron ser expulsados, aunque sí detenidos en su afán expansionista.

Otra mala relación política secular a la que también se le da forma bíblica, es la  de los israelitas con los moabitas y amonitas, fabricada con los mismos mimbres que la historia de Noé: el vino y el incesto.

Origen de los moabitas y amonitas (Génesis19, 30-38): éstos eran dos pueblos vecinos de Israel, que habitaban al oriente del río Jordán –la actual Transjordania-, muy odiados por los israelitas. Tal odio se debía a que, en varias oportunidades a lo largo de la historia, habían cruzado la frontera para invadir, saquear y cometer toda clase de vejaciones contra las poblaciones hebreas. Incluso cuando Nabucodonosor destruyó la ciudad sagrada de Jerusalén, ellos colaboraron a la destrucción, cosa que jamás perdonaron los judíos.

Tal era el odio que sentían por estos dos pueblos, que la Ley judía prohibía admitir a alguno de ellos en el pueblo elegido, que tuviera ascendientes amonitas o moabitas en diez generaciones anteriores.

¿Y cómo cuenta la tradición judía el origen de ambos pueblos?  Cierto día las dos hijas de Lot (el sobrino de Abraham 1850 a. C.), hablaron de que no quedaban hombres con quiénes casarse, ya que recientemente habían sido destruidas Sodoma y Gomorra  y las ciudades de los alrededores -ciudades cananeas, claro, en donde Abraham fue incapaz de encontrar  hombres justos, librándose Lot y los suyos por ser familia, aunque a la mujer finalmente la dejaron que se salazonara, por mala y curiosa en exceso.

La destrucción de Sodoma y Gomorra. John Martin. 1852. Óleo sobre lienzo. 136 x 212,3 cm. Laing Art Gallery. Newcastle upon Tyne. Reino Unido,

No podían remediar su soltería, pero tendrían  hijos. Esa noche, la mayor emborrachó a su padre y luego se acostó con él. Al día siguiente la menor hizo lo mismo. De esta manera, ambas quedaron embarazadas.

Lot embriagado por sus hijas. Luca Giordano. 1695-1696. Óleo sobre lienzo. 58 x 154 cm. Museo del Prado. Madrid.

El hijo de la mayor se llamó Moab, y de él descendieron todos los moabitas. El hijo de la menor se llamó Ben Ammí, y de él descendieron todos los amonitas.

Lot y sus hijas. Francesco Furini. 1634. Óleo sobre lienzo. 128 x 120 cm. Museo del Prado. Madrid.

Esta es una forma de venganza de los judíos, para tratar a sus eternos enemigos, que tanto daño les infligieron, y no el relato de como probablemente fuera la historia, o sí… O quizá la fórmula que consideraron mejor para maldecir el origen ad infinitum de esos dos pueblos.

Como vemos, esta narración tiene una coincidencia muy grande con la de Noé: el padre ebrio, la relación incestuosa, un hijo concebido, que será el origen de un pueblo detestable para los judios. Las dos narraciones, pues, fueron compuestas con el mismo fin: explicar justificando la situación política que ha habido entre Israel y esos pueblos.

¡Vigilaremos con esmero al señor del lapicero!

Son las cosas de la víaaa…son las cosas del quereee…No tienen fin, ni principio…Ni quién, cómo, ni porqué…