LA GASCUÑA DE VUELTA: UNA LEONOR BORGOÑA PARA LA EXPORTACIÓN. HISTORIA DE UN GRAN AMOR. Parte 5.

Fernando III El Santo está enterrado en la Capilla Real de la Catedral de Sevilla, junto a su hijo Alfonso X  El Sabio y a Pedro I de Castilla –llamado por sus detractores El Cruel y por sus partidarios El Justo-, presidiendo la mencionada capilla, la Virgen de los Reyes, principal patrona de la ciudad de Sevilla desde que en 1946, fue proclamada como tal por el Papa PioXII.

Fernando III el Santo contrajo matrimonio en primeras nupcias con Beatriz de Suabia –hija de Felipe de Suabia, Rey de Romanos, es decir el sucesor a la corona del Sacro Impero Romano y también enterrada en la Capilla Real de la catedral sevillana- en 1219, con la que tuvo diez hijos entre otros Alfonso X El Sabio, y desde luego, entre éste y sus hermanos, y después sus hijos, volvieron las luchas sucesorias.

Tras enviudar de Beatriz de Suabia,  Fernando III contrajo matrimonio con Juana de Danmartín condesa de Ponthieu hija de Simón de Danmartín, conde de  Aumale y de María, condesa de Ponthieu- en 1237,  teniendo 5 hijos de este enlace

Fernando, conde de Aumale y barón de Montgomery.

LEONOR, que sería reina consorte de Inglaterra por matrimonio con Eduardo I Plantagenet.

Luís, señor de Marchena y Zuheros.

Juan y Simón, que murieron recién nacidos.

A la muerte de Fernando III, la reina viuda Juana de Danmartín y sus hijos quedaron en una situación bastante incómoda en la Corte castellana-leonesa. Juana regresó a Francia acompañada de su hijo mayor Fernando, siendo retenida Leonor por su hermanastro el rey Alfonso X,  para negociar su boda con el Príncipe Eduardo de Inglaterra, hijo de Enrique III, y terminar de este modo con una época de inestabilidad política entre los dos reinos, inestabilidad producida por la reiterada reclamación de Gascuña por Alfonso X, que en su día fue otorgada a Castilla por una dotis datio  a Alfonso VIII, por su boda con Leonor Plantagenet,  y no  como una promissio dotis, debiendo haberse realizado una constitución efectiva de la dote, y como el matrimonio no falló, no pudo aplicarse en absoluto la condictio para volver a recuperar la propiedad ejercida sobre el conjunto de bienes dotales: así Gascuña pertenecía por derecho a Castilla.

La fuerza y constancia de la reivindicación fue debida, a que, aunque desde el Antiguo Régimen la dote era un hecho, Alfonso X la había incluido en las Partidas como un derecho, estando  desde entonces la institución dotal regulada  y recogida en la Cuarta Partida-, y dice así: “El algo que da la mujer al marido por razón de casamiento es llamado dote”. Y aunque parezca alguna de las mentiras que a la que hoy nos hemos acostumbrado, no fue suprimida del Código Civil español hasta 1981.

Leonor de Castilla junto a su esposo Eduardo I, en la catedral de Lincoln. Reino Unido.

Leonor de Castilla y de Danmartín nació en 1241 y contrajo matrimonio en 1254 con Eduardo de Inglaterra en Santa María Real de las Huelgas (Burgos), enlace que sellaría la paz entre Enrique III de Inglaterra –padre de Eduardo- y Alfonso X El Sabio, hermanastro mayor de Leonor y rey de Castilla y León, paz que había sido rota, como se ha mencionado, por la reclamación insistente de los castellanos en la entrega del condado de Gascuña que había sido dado como dote –hacía 70 años- por Enrique II y Leonor de Aquitania a su hija Leonor Plantagenet  en su boda con Alfonso VIII en 1170 y que nunca se hizo efectiva.

Tras armar a Eduardo caballero por su mano, Alfonso X dio a su hermanastra como dote el condado de Gascuña, que como no había sido entregado desde la boda de su bisabuela Leonor Plantagenet, volvió al lugar de donde nunca salió; Alfonso X anduvo fino con la dote…la Gascuña de ida y vuelta…

Tras su boda, vivió el joven matrimonio un año en Francia, cruzando el estrecho en 1255, llegando a Dover el 9 de octubre, acompañados de algunos castellanos, siendo acomodada la pareja en el castillo de Windsor, en donde vivieron nueve años.

Durante esos años la princesa no estuvo sola, siendo acompañada por parientes de su madre que constituyeron la base de su Corte, a los que se sumó su hermanastro Enrique  el Senador que tuvo que irse de Castilla por las diferencias con su hermano Alfonso X, regresando ya durante el reinado de su sobrino Sancho IV de Castilla, quien le concedió el señorío de Vizcaya, cuya posesión ostentó el infante hasta el año 1295.

En 1270 Leonor de Castilla Danmartín, acompañó a su marido Eduardo a la Novena Cruzada, encontrándose ambos aún en Tierra Santa cuando recibieron la noticia de la muerte de Enrique III -padre de Eduardo-, en noviembre de 1272, siendo proclamados reyes de Inglaterra. Leonor no abandonó nunca a su amado esposo, acompañándole también en las campañas de la conquista de Gales. Eduardo reinó como Eduardo I de Inglaterra  apodado El Zanquilargo.

 

Tuvieron 15 hijos de los que destacamos, por la conexión con las coronas cristianas de la península ibérica a Leonor  Plantagenet y Castilla, por su matrimonio con Alfonso III de Aragón,  aunque el enlace no se consumó por muerte repentina de éste último,  casándose posteriormente Leonor, con Enrique III de Bar.

El de Leonor de Castilla y Eduardo I Plantagenet fue un matrimonio muy feliz, dando la española continuidad a la casa Plantagenet y siendo muy amada por los ingleses. Leonor murió en 1290 en Herdeby, Lincolnshire, a los 49 años de edad y fue sepultada en la Abadía de Westminster.

En el camino de Herdeby a Westminster, el monarca ordenó, que en cada parada del real cortejo hasta su morada final, se erigiera una cruz conmemorativa, construyéndose doce cruces, de las aun que se conservan tres: son las conocidas como Cruces de Leonor.

Cruz de Leonor de Castilla. Km 0 de Londres. Charing Cross. Londres.

Cerca de una de ellas en las inmediaciones de Londres, hay un cruce de dos grandes vías, denominado Elephant and Castle, siendo una de las teorías sobre el asunto, que el nombre «Elephant and Castle» es una corrupción de la pronunciación inglesa de «Infanta de Castilla», que quizá pudiera ser así, refiriéndose a cualquiera de las infantas españolas vinculadas a la corona inglesa, como Leonor de Castilla –mujer de Eduardo I-, Catalina de Aragón – primera mujer de Enrique VIII-, o María Ana de Austria, hija menor de Felipe III de España –pretendida por Carlos I rey de Inglaterra y Escocia-, que terminó siendo emperatriz del Sacro Imperio Romano Germánico y reina consorte de Hungría por su matrimonio con Fernando III, rey de Hungría y entonces Rey de Romanos (futuro Emperador).

Música extraída del BELIAL VOCATUR del Codex  musical de Las Huelgas (Siglos XII – XIV): Conductus Motete. Presentación del Señor.