PASIONES MITOLÓGICAS. Parte 3.

Una vez relatadas algunas de las relaciones entre los dioses tratados, pasamos a exponer las obras de este primer espacio denominado

     1 VENUS Y EL DESNUDO FEMENINO tumbado

     OBRAS

EL LIBRO INCUNABLE   Hypnerotomachia Poliphili -Sueño de Polífilo- escrito por Francesco Colonna en 1467, publicado en Venecia por Aldo Manuzio en 1499.

Este famoso incunable describe el sueño erótico del joven Polífilo. Sus ilustraciones sirvieron para legitimar la presencia de desnudos eróticos en la pintura. Una de las imágenes muestra a un sátiro con el falo erecto contemplando a una mujer desnuda que puede recordar a algunas de las protagonistas de las pinturas de la exposición.

Hendrick van den Broeck. Venus y Cupido según Miguel Ángel.1550-70. Óleo sobre tabla. 120 x 195 cm. Museo Real e Bosco di Capodimonte. Nápoles. Italia.

Esta obra se realizó a partir de un dibujo de Miguel Ángel de iguales dimensiones. Manifiesta la idea neoplatónica de que el alma humana está habitada por dos tipos de amor. Según Miguel Ángel, uno tira hacia el cielo y habita en el alma, y el otro, tira hacia la tierra y vive en los sentidos. Venus encarna el amor divino y Cupido el amor de los sentidos, luchando ambos por el control de las flechas que provocan el deseo.

Para realizar su dibujo, Miguel Ángel se inspiró en las obras de Giorgione y Tiziano -coetano de Buonarrotti- que vio en Venecia durante su visita en 1529. A su vez, la Venus y el Cupido de Miguel Ángel, animaron a Tiziano, a pintar posteriormente nuevas variaciones sobre el tema.

Mientras Cupido besa a su madre, involuntariamente el niño le roza con la punta de una flecha, que la diosa rechaza junto a su hijo.

Alessandro Allori. Venus y Cupido. 1570-80. Óleo sobre tabla. 143 x 226,5 cm. Musée Fabre. Montpellier Méditerranée Métropole. Montpellier. Francia.

El alumno de Bronzino vuelve a señalar con esta obra la influencia de Miguel Ángel en las pinturas eróticas llenas de simbolismos: se produce el triunfo del amor positivo de Venus sobre el amor conflictivo de Cupido.

Cupido intenta recuperar de Venus su arco y su flecha. A la izquierda, dos aterradoras figuras alegóricas abandonan la escena, una representando al Amor no correspondido y la otra la Envidia, o sea el dolor que provoca el amor que no encuentra respuesta, dolor del que Venus piadosamente intenta librarnos.

Las palomas y la liebre son alusiones a Venus y a la fertilidad. La forma zoomórfica de una colina añade una sensación de amenaza a la escena.

Tiziano. Venus recreándose en la música. 1550. Óleo sobre lienzo. 138 x 224 cm. Museo del Prado. Madrid.

La obra representa a la diosa Venus recostada en un lecho, y aunque pudiera ser cualquier mujer, la presencia de Cupido señala a la diosa como protagonista.

Venus acaricia a un perrito, mientras escucha a un hombre que toca el órgano y la observa, pensando seguramente en el sexo. La indiferencia de la diosa parece querer decir que el resultado del encuentro será poco esperanzador para el músico, a pesar de lo que pudiera parecer en un principio, dando todo el poder del encuentro a la diosa, que tiene lo que el organista desea

Tiziano pintó este cuadro hacia el final de su carrera volviendo al estilo de su época inicial y al de su maestro Giorgione -Giorgio da Castelfranco Barbarelli-.

Eugenio Cajés. Cupido según Parmigianino Girolamo Francesco Maria Mazzola-.  Antes de 1605. Óleo sobre lienzo. 148 x 65 cm. Museo del Prado. Madrid.

El magnífico artista español de los siglos XVI y XVII, hijo del italiano de Areta, Patricio Cascese -españolizado como Cajés-, realizó obras para la corte, los nobles españoles y la Iglesia, siendo enterrado a su muerte en la iglesia san Felipe el Real de Madrid.

Recibió el encargo de copiar el Cupido de Parmigianino, que circunstancialmente se encontraba en Madrid.

Cupido podía actuar como una fuerza muy positiva, que podía fomentar la unión, pero también podía tener un impulso físico muy negativo, que podía causar gran angustia y desasosiego. En esta obra se muestra, la parte trasera del dios, mientras lanza una seductora mirada. Su pie izquierdo está apoyado sobre dos libros, lo que pudiera simbolizar el poder del amor sobre el saber. Que el amor puede causar dolor se intuye en la actitud de los dos niños alados.

Esta copia se realizó cuando el famoso original de Parmigianino estaba todavía en Madrid, antes de ser enviado a Praga en 1605 como regalo de Felipe II a Rodolfo II, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

Antes de ver las obras del segundo espacio dedicado a Tiziano y Rubens, haremos otro pequeño recorrido por la mitología.

  • 2 TIZIANO Y RUBENS

La DIANA del panteón romano equivale a ARTEMISA del griego. En la mitología romana, Diana era hija de Júpiter -Zeus en Grecia- y Latona -Leto-, siendo conocida como la diosa de la fertilidad, de la caza, de los animales y tierras salvajes, y de los partos. Era hermana gemela de Febo, conocido en la mitología griega como Apolo.

Quien adorara a DIANA en Roma, obtenía fertilidad, habilidades para la caza, y conocimientos de los animales y de las tierras desconocidas.

El nacimiento de Diana -Artemisa-, fue debido a una de las múltiples y frecuentes infidelidades de Júpiter -Zeus- lo que hizo que JUNO -HERA-, su esposa, se vengara de Latona y de sus hijos producto de la infidelidad con su marido, prohibiéndole dar a luz en el continente, o cualquier isla fija del mar. Júpiter creo una isla flotante y Latona dio allí a luz, aunque JUNO había secuestrado a la partera Nona para que todo saliera mal. A pesar de todo, LATONA dio a luz, naciendo primero Diana y al día siguiente, ésta, ayudó a su madre en el parto de su hermano FeboApolo en el panteón griego-.

LETO con sus hijos Artemisa y Apolo.

En la mitología griega, una NINFA era una deidad menor femenina asociada a un lugar natural concreto, como un río, un arroyo, un monte, un mar o un bosque… ​ habitando en los lugares de donde eran diosas.

Adriaen y Pieter van der Werff. Ninfas danzando. 1718. 58,5 x 44 cm. Óleo sobre lienzo. Museo del Louvre. París.

Las ninfas solían considerarse espíritus divinos que animaban la naturaleza, siendo representadas como hermosas doncellas desnudas o medio desnudas que hacían el amor, cantaban y bailaban. Tenían el título de olímpicas, y eran convocadas a las reuniones de los dioses en el Olimpo.

Las NINFAS que vivían en el fondo del mar MEDITERRÁNEO fueron denominadas NEREIDAS, las que vivían en otros océanos OCEÁNIDES, las que fertilizaban la naturaleza en los bosques, los valles, las montañas, los ríos, los estanques… se llamaban ORÉADES, y las NÁYADES y POTÁMIDES fueron las ninfas de agua dulce.

Nunca envejecían ni morían por enfermedad, y engendraban de los dioses hijos inmortales, y aunque ellas, según Homero, eran inmortales, otros autores consideraron que podían morir de distintas formas.

En los mitos griegos, actuaban a menudo como ayudantes de deidades principales, como Poseidón, Apolo, Dionisio, Pan o Hermes.

Existió una segunda clase de ninfas que fueron personificaciones de tribus, razas o estados con nombre derivado de los lugares con los que estaban asociadas,

Las ninfas eran perseguidas generalmente por sátiros, que siempre deseaban copular con ellas.

Las NEREIDAS fueron las cincuenta ninfas del mar Mediterráneo hijas de Nereo, el viejo del mar y de la oceánide Doris -hija de Océano y Tetis-, y una de las diosas especialmente asociadas al mar. Eran doncellas famosas por su belleza y dulzura, responsables de los bienes del mar y protectoras de marineros y pescadores, acudiendo siempre para ayudar a los marinos en apuros. Cada una de ellas representaba componentes de la mar, de las que eran sus gestoras, guiando barcos y calmando tempestades: la arena, los corales, las olas, los peces, las corrientes, la salmuera, la espuma…, así como su dominio sobre las cuestiones que afectaban a los marinos y a sus necesarias habilidades. Ellas vivían en una gruta plateada del mar Egeo. No había dos nereidas iguales, y podían ser identificadas porque llevaban muestras de sus responsabilidades sobre sí: un peine de coral, un erizo de mar prendido en su túnica, una capa de espuma.

Gaston Bussière. Las Nereidas. 1927. 116,2 x 89 cm. Óleo sobre lienzo. Colección particular.

Las Nereidas contaban siempre con el apoyo de Poseidón, dios del Océano, que era su poderoso protector, que defendía su honor ante cualquier adversario, o de alguien que tuviera con ellas un comportamiento indigno.

Un SÁTIRO en la mitología griega, era uno de los compañeros itifálicos -pene permanentemente erecto de grandes dimensiones- de Dionisio  (Baco en el panteón romano) con características equinas. Las representaciones artísticas primitivas los muestran a veces con piernas, cola y orejas de caballo, pero posteriormente, las piernas humanas fueron más comunes.  En la mitología romana, hubo un concepto similar al sátiro griego, pero con características de cabra, siendo el FAUNO  medio hombre, medio cabra. En los mitos se le suele relacionar con la flauta.

Pedro Pablo Rubens. Diana y sus ninfas sorprendidas por sátiros.1639 – 1640. Óleo sobre lienzo, 129,5 x 315,2 cm. Museo del Prado.

El jefe de los sátiros se llamaba SILENO, considerado padre adoptivo, preceptor y mejor compañero de Dionisio, el dios del vino, al tiempo que era descrito como el más viejo, sabio y borracho de sus seguidores. Estos personajes, solo pueden encontrarse en la única obra satírica que queda, El cíclope, de Eurípides, y en los fragmentos de Ichneutae de Sófocles.

SILENO.

Los sátiros, fueron llamados también silenos, debido al nombre de su jefe. Eran imaginados bailando en el campo bebiendo con Dionisio y persiguiendo a las ninfas. Poco a poco se fue atenuando el carácter bestial de su figura. Sus miembros inferiores se convirtieron en humanos, con pies en vez de cascos, restando la cola como testimonio de su antigua figura.

El equivalente en el panteón romano de SILENO fue SILVANO. Sileno fue conocido por sus excesos con el vino; era su pasión, por lo que solía estar borracho siempre y tenía que ser sostenido por otros sátiros o llevado en burro; se decía, que cuando estaba ebrio Sileno poseía una sabiduría especial y el don de la profecía. El rey frigio MIDAS estaba ansioso por aprender de Sileno y capturó al anciano echando vino a una fuente de la que Sileno solía beber ríos. Cuando cayó dormido, fue llevado a la presencia de Midas, el cual no se extrañó demasiado de la filosofía de Sileno, muy pesimista: que lo mejor para un hombre es no nacer, y que, si nacía, debía morir lo más pronto posible.

Las BACANTES  fueron las mujeres adoradoras de Dionisio en Grecia o de Baco en Roma, es decir como sátiros o silenos femeninas.

El primer gran artista que trató con habitualidad los motivos mitológicos para sus obras fue Tiziano.

Tiziano Vecellio di GregorioTiziano, fue uno de los más importantes maestros renacentistas de la Escuela veneciana. Nació en el Veneto italiano entre 1477 y 1490, y falleció en 1576 en Venecia. Su arte, fuertemente hedonista, se sirve de los mitos para hacer la vida amable y alegre. Sus Dánae son bellas mujeres que aguardan en el lecho y sus Dianas, fueron desnudos voluptuosos corriendo por la naturaleza. VENUS aparece en sus obras con diferentes compañías y significados, pero siempre muy sensual.

Tiziano fue un referente fundamental para Pedro Pablo Rubens, artista nacido en Siegen -Sacro Imperio- en 1577 y fallecido en Amberes en 1640, habiendo sido uno de los pintores barrocos más importantes de la Escuela Flamenca.

La influencia de Tiziano sobre Rubens se acentuó tras la visita del pintor flamenco a Madrid en 1628 y 1629 invitado por la corte de Felipe IV. En la corte española, estudió la extensa colección de cuadros del veneciano que había en la Colección Real. La obra de Tiziano y la literatura antigua fueron las principales fuentes de inspiración para la pintura mitológica de Rubens, en donde se pueden apreciar multitud de criaturas mitológicas en actitudes sensuales, con el amor y el deseo como centro de su universo.

Música: Nocturne in B flat minor, Op. 9 no. 1. Chopin.

To be continued in part 4.