LO FRANCÉS ET SON GOÛT. Parte 3.
El primer hijo varón de Luis XV y de su mujer María Leszczynska, Luis Fernando de Borbón, Delfín de Francia, que no reinó por fallecer antes que su padre, pero tuvo tres hijos reyes: Luis XVI -decapitado-, Luis XVIII -repuesto- y Carlos X -depuesto-.
Tras el exilio a Elba de Napoleón, la monarquía francesa fue restaurada. Napoleón abdicó el 11 de abril de 1814, y cinco días después, el Senado Francés invitó a los Borbones a ocupar nuevamente el trono de Francia. Luis XVIII, sin ser coronado, reinó desde el 8 de julio de 1815 al 16 de septiembre de 1824.
Luis XVIII.
Cinco meses antes del comienzo del reinado de Luis XVIII, el 26 de febrero de 1815, Napoleón Bonaparte tuvo noticias de la restauración borbónica y huyó de la isla de Elba en donde estaba confinado desde el año anterior. La crítica situación que vivía el ejército francés favoreció su retorno. Francia, además, estaba sufriendo las consecuencias económicas de las decisiones acordadas por las potencias europeas vencedoras al sufrir las indemnizaciones de guerra que debería pagar.
La llegada de Napoleón desde la isla de Elba en marzo de 1815.
El 1 de marzo Bonaparte desembarcó cerca de Cannes. Desde allí emprendió su camino triunfal hasta París, a donde llegó el 20 de marzo sin haber recibido oposición alguna. El que iba a ser nuevo monarca, Luis XVIII, decidió huir antes de vérselas con el militar corso; comenzó en ese momento el llamado Gobierno de los 100 Días.
Napoleón vio cómo las potencias europeas se movían en su contra, así que comenzó a organizar su actuación en el campo de batalla decidiendo que la mejor forma de defenderse era atacar. Movilizó su Ejército hacia Bélgica, lugar en donde se encontraban los ejércitos aliados. El 18 de junio Napoleón inició la batalla de Waterloo que sería su última acción al frente del ejército francés. Sufrió una gran derrota frente a los ingleses de Wellington y a los prusianos de Blücher, regresando a París con la idea de disolver las cámaras y comenzar una dictadura, pero su idea no fue posible; Napoleón decidió huir a Estados Unidos, pero no pudo completar su plan y tuvo que pasar el resto de sus días desterrado en la isla de Santa Elena.
Se celebró un Congreso en Viena, por el que Francia fue obligada a regresar a sus fronteras anteriores a 1792 y se inició la Restauración borbónica.
Luis XVIII reinó hasta su muerte en 1824, siendo sucedido por su hermano Carlos X, coronado el 29 de mayo de 1825 en la Catedral de Reims. Sería esta la última coronación de un rey en Francia. Carlos reinó de forma autoritaria y absolutista, hasta que la revolución de julio de 1830 se lo llevó por delante.
Carlos X abdicó y obligó a su hijo el Delfín Luis Antonio de Borbón, Duque de Angulema a hacer lo propio en favor de su sobrino Enrique de Artois, duque de Burdeos que tenía 12 años en aquel momento. Carlos envió una carta a su primo Luis Felipe de Orleans, pidiéndole que proclamara rey al duque de Burdeos:
Primo mío,
Estoy profundamente apenado por los males que afligen y podrían amenazar a mis gentes por no haber encontrado un modo de prevenirles. He tomado la resolución de abdicar de la corona en favor de mi nieto el duque de Burdeos.
El Delfín, que comparte mis sentimientos, renuncia también a sus derechos en favor de su sobrino.
Debéis, en vuestra calidad de lugarteniente general del reino, hacer proclamar el ascenso de Enrique V al trono. Por otra parte, tomaréis todas las medidas que os correspondan para ajustar las nuevas formas de gobierno durante la minoría del nuevo rey…
Comunicad mis intenciones al cuerpo diplomático y hacedme saber lo antes posible sobre la proclamación por la cual mi nieto será reconocido bajo el nombre de Enrique V.
Luis Felipe de Orleans -descendiente en tercera generación del hermano de Luis XIV, Felipe de Orleans- comunicó la abdicación y renuncia a las Cámaras el 3 de agosto, y en lugar de proclamar rey al duque de Burdeos, procedió a expulsar de Francia a la familia de Carlos, armando al pueblo de París. Las Cámaras por su parte, declararon el trono vacante en julio y procedieron a elegir a Luis Felipe de Orleans como nuevo rey, quien fue proclamado como Luis Felipe I, último rey francés que reinó desde 1830 a 1848.
Luis Felipe de Orleans.
Luis Felipe fue conocido durante la Revolución Francesa como el Ciudadano Chartres -por ser duque de Chartres-, recibiendo el ducado de Orleans a la muerte de su padre -Luis I de Orleans- en 1793. Fue el suyo un reinado de corte liberal, que la historiografía ha conocido como la Monarquía de Julio. Fue derrocado por la Revolución de 1848 que daría paso a la Segunda República francesa.
La Segunda República francesa fue el régimen instaurado desde el 25 febrero de 1848 hasta el 2 de diciembre de 1852, y tuvo dos etapas: la primera desde febrero a diciembre de 1848, marcada por movimientos revolucionarios, gobiernos provisionales sin autoridad, con picos de extrema violencia en Las Jornadas de Junio, con un giro hacia la derecha del campesinado que desembocó en la segunda etapa con la celebración de elecciones generales, las primeras con sufragio universal masculino, siendo nombrado Presidente de la II República, Luis Napoleón Bonaparte, sobrino del general/emperador. La Constitución preveía un mandato presidencial de cuatro años, sin posibilidad de reelección.
Luis Napoleón Bonaparte quería prorrogar su mandato, y ante la negativa de la Asamblea de modificar la Constitución en ese sentido, llevó a cabo un Golpe de Estado el 2 de diciembre de 1851, tomando militarmente los puntos estratégicos, reprimiendo violentamente a sus adversarios.
Napoleón III.
Organizó un plebiscito para ratificar su toma del poder, modificando a continuación la Constitución, estableciendo un mandato presidencial de 10 años, limitando las prerrogativas de la Asamblea Nacional y concentrando los poderes en manos del ejecutivo.
Un año más tarde, el 7 de noviembre de 1852, organizó otro plebiscito para poner fin al la II República, instaurando el Segundo Imperio. Luis Napoleón Bonaparte fue proclamado el 2 de diciembre de 1852 Napoleón III, Emperador de los franceses, en la misma fecha de la coronación de su tío Napoleón I y de la batalla de Austerlitz.
Casado con la española Eugenia de Palafox Portocarrero y Kirkpatrick –Eugenia de Montijo-, condesa de Teba y de Baños, gobernó Francia hasta un suceso que puso fin al Imperio, la guerra franco-prusiana de 1870, en la que la derrota francesa supuso el nacimiento de la III República francesa.
El Segundo Imperio se caracterizó por la prosperidad económica y por la evolución de las políticas restrictivas a otras más liberales. La suntuosidad de la corte pasó a las artes, en un estilo ecléctico y de gran magnificencia decorativa conocido como estilo Segundo Imperio.
El 4 de septiembre de 1870 se proclamó la III República, En marzo de 1871, una insurrección popular hizo huir de París al Gobierno de Adolphe Thiers y estableció el primer Gobierno obrero de la historia, la Comuna.
La Comuna de París, en la que participaron socialistas y anarquistas y miembros de la I Internacional, organizó la defensa contra el ejército de Thiers. El 19 de abril, se hizo una Declaración al Pueblo Francés formulada por la federación de todas las comunas que se constituyeron en cada ciudad, proyectando un Estado laico con libertad completa de reunión y expresión, mejora de las condiciones laborales y con enseñanza gratuita y obligatoria. Las tropas del presidente Thiers entraron en la capital y llevaron a cabo una dura semana sangrienta -en mayo–.
Thiers, representante de la burguesía conservadora, ejerció la presidencia provisional de la República hasta 1873. A cambio de una cuantiosa indemnización y de la entrega de Alsacia y Lorena consiguió que se retirara el ejército prusiano de ocupación.
En 1873 fue elegido presidente el general Mac Mahon, partidario de la restauración monárquica. Durante su presidencia y las siguientes, los republicanos lograron la mayoría en la Asamblea Nacional.
La III República viviría hasta 1940.
Tras este viaje a vuelapluma por la historia de España y Francia durante los siglos XVIII y XIX y el final del XVII, acudí a la Fundación MAPFRE en el Paseo de la Castellana de Madrid para ver la exposición EL GUSTO FRANCÉS.
La muestra abordaba las principales vías de penetración de lo francés en España, con más de cien obras elaboradas entre los siglos XVII y XIX y que son conservadas en nuestro patrimonio. Este proceso de transferencia se analizaba cronológica y temáticamente en las once salas en que se dividía la muestra. En las iniciales, se abordaba la llegada de las primeras piezas durante el reinado de Carlos II -hasta 1700-.
Durante el siglo XVII, los largos conflictos bélicos y las tensas relaciones con Francia dificultaron la llegada a España de pinturas francesas. Solo algunas vinieron como regalos de boda o intercambios diplomáticos, mientras que otras obras de procedencia francesa llegaron desde otros lugares. En Roma se adquirieron obras de Nicolas Poussin o Claudio de Lorena, cuyos lienzos pasaron a colecciones españolas.
Las décadas de 1630 y 1640 fueron épocas doradas de la pintura francesa. En 1648 se fundó la Real Academia de Pintura y Escultura, que impuso durante el reinado de Luis XIV la primacía de un arte clásico y elegante. A partir de 1660, Francia gozó de una estabilidad interna y de una reforzada posición exterior, que el soberano absolutista asoció a su persona. Las artes, en consecuencia, se pusieron al servicio del Rey Sol para ilustrar su poder y magnificencia bajo la supervisión del primer pintor del rey, Charles Le Brun.
Retrato de Charles Le Brun por Nicolás de Largillière. Museo del Louvre. París.
Música : Santiago de Murcia “Tarantelas”. Codex Saldívar.1730.
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