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LA REBELIÓN DE LAS ALPUJARRAS. Parte 5.

Tras la publicación de la Pragmática de Felipe II el 1 de enero de 1567, estalló la insurrección de los moriscos en las Alpujarras. Fernando de Córdoba y Válor –el que sería rey morisco con el nombre de Abén Humeya- se unió a la rebelión, abjurando del cristianismo.

Abén Humeya había nacido en Válor en 1545, morisco de nombre cristiano Fernando de Córdoba y Válor, fue bautizado -no en la pila bautismal claro- con el nombre de Abén Humeya, que es la versión hispanizada del nombre árabe Ibn Umayya, que significa hijo de Umayya, haciendo alusión a sus orígenes Omeyas. A los veinte años fue elegido Caballero veinticuatro del cabildo granadino, y fue propuesto para rey de los moriscos por el valor demostrado al vengar la ofensa hecha a su padre Antonio de Válor y Córdoba, que había sido procesado y condenado a galeras, por un crimen que al parecer no había cometido,  perteneciendo además a una familia muy principal. Fernando fue encarcelado al ser acusado de introducir una daga en el cabildo, y ante las presiones recibidas, y estando en arresto domiciliario, intentó vender por 1.600 ducados su veinticuatría al objeto de pagar el aval de la fianza que le había adelantado un amigo para conseguir  la libertad temporal. El negocio salió mal, huyendo con su mujer Brianda el 23 de diciembre de 1568 a la Alpujarra granadina.

Proclamación como rey de Abén Humeya.

Abén Humeya. Fernando de Córdoba y Válor.

Coronación de Aben Humeya.

Merced a la influencia de su tío, Hernando el Zaguer, alguacil de Cádiar, que convocó una reunión de los principales moriscos en el Albaicín para la elección de un líder o conductor de la sublevación, fue nombrado Fernando -a veces la historia le llama Hernando igual que su abuelo- de Córdoba y Válor rey de los moriscos, el 27 de diciembre de 1568, siguiendo el viejo ritual con que se entronizaba a los reyes de Granada, “vistiéndole de púrpura, tendiendo cuatro banderas a sus pies, reverenciándoles y exhumando profecías” en Béznar, coronándolo según la leyenda, bajo el Olivo del moro, entre Narila y Cádiar.

Fueron desestimados los méritos del otro aspirante al trono Faragh Ibn Faragh descendiente de los abencerrajes y cabecilla de los monfíes -moriscos bandoleros refugiados en la Alpujarra-.

El abuelo de Aben Humeya era de una familia de Granada que se proclamaba descendiente de los Omeyas. Colaboró con los Reyes Católicos y se convirtió al cristianismo con el nombre de Hernando de Córdoba, siendo recompensado por los reyes con el señorío de Válor. Fijó su residencia en esta población, añadiendo a su apellido el nombre del señorío, pasando a conocerse como Hernando de Córdoba y Válor, y su familia, los Valoríes. Hernando llegó a ser Caballero veinticuatro de Granada -así se denominaron los regidores y concejales de la época en esa zona-.

Aben Humeya fue el líder de la rebelión de las Alpujarras contra la corona de las Españas, hasta que fue asesinado por su primo Aben Aboo  y Diego Alguacil en 1569.

Diego López, llamado Abén Aboo, vecino de Mecina Bombarón, primo de Aben Humeya, fue un morisco de familia principal, que participó en la Rebelión de las Alpujarras y que la encabezó tras el asesinato de su primo Aben Humeya, siendo nombrado rey de los moriscos -el último-. Aben Aboo era sobrino también de Hernando el Zaguer, alguacil de Cádiar. Habiendo dado refugio en su casa a Abén Humeya y a Hernando el Zaguer, los hombres del marqués de Mondéjar lo sometieron a crueles tormentos, a pesar de lo cual, no declaró nada de lo que deseaban oír los del marqués.

A pesar de las muestras de lealtad extrema dadas durante el martirio, cuando estallaron diferencias entre los sublevados, se puso en el bando contrario a su primo Aben Humeya, acusado de estar en tratos con los cristianos, además de haber ordenado asesinar a los combatientes turcos y norteafricanos que luchaban al lado de los moriscos granadinos. En la noche del 20 de octubre de 1569 en el palacio de Laujar de Andarax, Abén Aboo junto a Diego Alguacil, cuya mujer había sido mancillada por Abén Humeya, dieron muerte a su primo el rey, tirando cada uno de un lado de la cuerda con la que le habían rodeado el cuello.

Abén Aboo fue elegido para ocupar el trono vacante, y tras obtener la confirmación del gobernador de Argel en representación del sultán otomano, tomó el título de Muley Abdalá Abén Aboo, rey de los andaluces, e hizo colocar unas letras en su bandera que decían: No pude desear más, ni contentarme con menos.

Principales levantamientos en las Alpujarras.

Inicialmente los rebeldes sublevados fueron alrededor de 4.000, pero este número fue creciendo hasta configurar una fuerza de 25.000 hombres, que lucharon contra las tropas reales mandadas por el marqués de Mondéjar y el marqués de los Vélez y posteriormente por don Juan de Austria -hijo ilegítimo de Carlos I y Bárbara Bloomberg-. A pesar de que originalmente la iniciativa militar correspondió a los moriscos, acabaron siendo derrotados tras casi tres años de lucha.

Abén Aboo según un grabado de la novela Los monfíes de las Alpujarras (1859) de Manuel Fernández y González.

En la rebelión de las Alpujarras se pueden considerar cuatro fases.

  • Primera fase (hasta marzo de 1.569).
  • Segunda fase (marzo 1.569 a enero 1.570).
  • Tercera fase de (enero de 1.570 a abril de 1.570).
  • Cuarta fase (abril de 1.570 a primavera de 1.571)

Primera fase (hasta marzo de 1.569)

Comprendió las campañas conducidas por Íñigo López de Mendoza y Mendoza, marqués de Mondéjar desde el oeste y Luis Fajardo, marqués de los Vélez desde el este.

El marqués de Mondéjar salió de Granada a principios del mes de enero del año 1.569. Se dirigió hacia la zona de Alhendin, pasando al Padul y Durcal, donde se abasteció y reunió 1.800 infantes y 90 jinetes. Se dirigió a Tablate para intentar dominar el puente, que era la puerta de entrada a la Alpujarra, dominado por los moriscos sublevados, de donde fueron expulsados, reconstruyéndolo, para que la artillería pudiera internarse con el resto de la fuerza en la Alpujarra

Primera Fase del marqués de Mondéjar.

Marchó a Órgiva para socorrer a unos cristianos que resistían en la torre de Albacete el asedio de los monfíes. Cuando los sitiados vieron aparecer al marqués con su ejército, salieron a combatir a los atacantes, cogiendo a los moriscos entre dos fuegos. Órgiva fue recuperada por los cristianos tras 17 días de lucha.

Tras dejar algunos hombres para la defensa del pueblo, Mondéjar se dirigió hacia la taha de Poqueira -Pampaneira, Bubión y Capileira- y más tarde a Pitres, donde los moriscos contratacaron sin éxito.

El marqués recibió información que situaba a Aben Humeya en Juviles, por lo que se dirigió hacia allí, pero por la ruta de Trevélez, por la sierra de Poqueira. Juviles se entregó sin lucha tras ser abandonada por los moriscos, y el marqués se retiró a Órgiva dejando guarniciones en los sitios recuperados.

Estando en Órgiva recibió Mondéjar noticias de que Aben Humeya podría estar escondido en la zona de Válor. Envió a los capitanes Antonio de Ávila y Álvaro Flores para buscarlo y prenderlo, señalando claramente que no debía causarse daño a la población de Válor. La orden fue incumplida y la tropa se dedicó al saqueo. Perdida la cohesión de la unidad mientras esto ocurría, fueron atacados y masacrados por los moriscos en lo que la historia ha denominado El desastre de Válor.

El desastre de Válor animó a Abén Humeya a impulsar nuevamente la revuelta cuando ya parecía controlada, y el rey Felipe II, sustituyó al marqués de Mondéjar en el mando  conjunto de las operaciones por su hermanastro Juan de Austria.

Simultáneamente que Mondéjar inició su andadura por el oeste, el marqués de los Vélez salía de Vélez Blanco llegando a Terque, al este de las Alpujarras. remontando el cauce del río Nacimiento hasta llegar a Santa Cruz, y más tarde a Huécija, librando una brutal batalla en la toma de Félix que al fin fue sometida junto a Enix y Vícar.

Primera Fase del marqués de Vélez.

En Ohanes, los moriscos degollaron a 73 cautivas cristianas, dirigiéndose el marqués de los Vélez hacia allí con gran desgaste logrando ocupar la población causando más de 1.000 muertes y unos 1.700 cautivos moriscos, estos últimos, básicamente mujeres y niños, pues los hombres fueron ahorcados.

A pesar de los aparentes éxitos, la campaña fracasó por la enemistad que mantenían los dos marqueses, y la indisciplina de la tropa, cuyo fin último no era la victoria, sino el pillaje y consecuente botín. La insurrección cobró nueva fuerza y las diferencias entre los marqueses fue zanjada por Felipe II que nombró nuevo capitán general del reino de Granada, a don Juan de Austria, que el 12 de marzo llegaba a la capital granadina.

La Segunda Fase comprendió desde marzo de 1.569 a enero de 1.570 y durante la misma, la iniciativa correspondió a los moriscos que contaron con nuevos apoyos, porque las aldeas del llano se sumaron a la rebelión. El tiempo de inactividad fue aprovechado por Abén Humeya para comenzar a finales de abril un segundo levantamiento, más extenso y complejo que el anterior.

El 30 de marzo una expedición a la Alpujarra para capturar a Abén Humeya, fue enviada por Mondéjar y dirigida por Álvaro Flores y Antonio Ávila, que terminó en total fracaso. En efecto, una emboscada de los moriscos mató a casi 1.000 hombres y a sus capitanes.

Una de las batallas más importantes de esta fase fue la Batalla de Berja el 17 de mayo de 1.569, en la que a pesar del minucioso planeamiento morisco y de la superioridad de fuerzas, cayeron derrotados ante las tropas cristianas que les causaron 1.400 muertos, mientras que del bando cristiano tan sólo hubo una veintena. A los pocos días de la derrota morisca, el 10 de junio de 1.569, el marqués de los Vélez llegó a Adra.

Otras batallas importantes en esta segunda fase fueron las de del valle de Almanzora, con la toma por los moriscos de Purchena, marchando desde ahí al altiplano granadino, para tomar las fortalezas de Serón y Oria. A mediados de junio, la mayoría de las localidades del Almanzora alto y medio se habían unido a la rebelión morisca.

La caída de Serón se produjo el 16 julio y el 24 de julio Oria veía en sus puertas un ejército de 3.000 rebeldes que buscaban invadir posteriormente Vélez Blanco después de hacerse con Oria.

El 4 de agosto don Juan de Austria ordenó a Antonio de Luna, que tomara el mando sustituyendo a Mondéjar, y que se dirigiera hacia Válor.

D. Juan de Austria.

Pasaron agosto y septiembre, y en octubre de ese año -1569- se produjo el asesinato de Aben Humeya en Laujar de Andarax, al parecer por su arbitrariedad y tiranía, por la ambición de su primo Aben Aboo, por el enfrentamiento de Aben Humeya con las tropas turcas, o por el odio que le profesaba Diego Aguacil. Fue asesinado como ya se ha dicho por su primo -quien le sucedió- auxiliado por Diego Alguacil. Fue enterrado en Laujar de Andarax, pero don Juan de Austria, al terminar el conflicto, mandó trasladar sus restos a Guadix.

Música: UNA SAÑOSA PORFÍA . Juan de Fermosselle  también conocido por Juan del Encina. Siglo XV.

Muerte de Abén Humeya el 20 de octubre de 1569 en el palacio de Laujar de Andarax el 20 de octubre.

To be continued in part 6 and last.

LA REBELIÓN DE LAS ALPUJARRAS. Parte 4.

Tras la rendición del reino nazarí, los Reyes Católicos firmaron las últimas capitulaciones de la ciudad de Granada el 25 de noviembre de 1491, en las que se garantizaban la libertad personal y la conservación de los bienes de los vencidos y el mantenimiento de su organización social, jurídica, cultural y religiosa. Sus alfaquíes y ulemas seguirían siendo los jefes de las comunidades musulmanas.Read More