PASIONES MITOLÓGICAS. Parte 7.

 

4. PASIONES mitológicas en el siglo XVII

En el siglo XVII, mientras Rubens se mantuvo cercano al espíritu antiguo y a la interpretación mitológica de Tiziano, Velázquez y Ribera cambiaron la interpretación de los mitos a un lenguaje más de su época.

Poussin, cargó sus representaciones mitológicas de emotividad y van Dyck los representó con su característica elegancia.

Aunque todos, naturalmente, intentaron proporcionar al espectador imágenes de mucha pasión con escenas llenas de amor y deseo.

Meleagro

En la mitología griega, MELEAGRO era hijo de ENEO -rey de Calidón- y ALTEA -hermana de Leda, hijas de los reyes de Etolia-. Al nacer, las moiras anunciaron a Altea que la vida de su hijo Meleagro acabaría, cuando se consumiera por el fuego un señalado tizón de leña ardiente, siendo en todo lo demás, invulnerable. Altea, al ser informada de este extremo, sacó el tizón del fuego, lo apagó y lo guardó.

El principal mito asociado a Meleagro fue el relacionado con la cacería del peligroso jabalí de Calidón, enviado por ArtemisaDiana en el panteón romano- como castigo al padre de Meleagro  rey Eneo por no honrarla suficientemente con sacrificios.

El rey Eneo organizó una cacería para matar al jabalí, siendo Meleagro el que consiguió el trofeo. Tras la cacería, hay varias versiones sobre la muerte de Meleagro, aunque siempre siendo la protagonista su madre Altea, que quemó el tizón que había guardado en su día hasta que se consumió.

Homero, lo encuadra en una guerra con el pueblo vecino -curetes-, guerra que comienza porque ambos pueblos querían llevarse el jabalí muerto, en la que Meleagro mató a sus tíos maternos que combatían en el bando contrario, vengando su madre la muerte de sus hermanos.

En otra versión, Meleagro, a pesar de que estaba casado con Cleopatra, se enamoró perdidamente de Atalanta, que participó en la cacería y fue la primera que hirió al jabalí. A Atalanta ofreció Meleagro el trofeo del jabalí muerto, lo que motivó la ira de sus tíos, que querían para sí el trofeo. Meleagro los mató, y Altea decidió acabar con la vida de su hijo, así que echó al fuego el tizón de leña y lo dejó arder hasta que se consumió.

Venus y Vulcano

Recordemos que HERA -hermana de ZEUS y más tarde su esposa-, tuvo un hijo llamado HEFESTO VULCANO en el panteón romano, al que arrojó del Olimpo cuando nació, por feo, cojo y espectacularmente deforme. VULCANO se vengó de su madre, atrapándola en un trono mágico, exigiendo a cambio de su liberación la mano de Venus/Afrodita. VULCANO, dios del fuego y la fragua, severo, feo, cojo y malhumorado, consiguió así casarse con la diosa de la belleza, y forjó para ella hermosas joyas, entre la que destacaba un cinturón que la hacía -si cupiera- incluso más irresistible.

Venus entre otros, tuvo hijos con Marte y con Anquises de Troya, naciendo de esta última relación Eneas, ascendiente de Rómulo y Remo.

Ganimedes

GANIMEDES era un hermoso y heroico príncipe troyano, que fue raptado por ZEUS quien lo convirtió en su amante y en copero del Olimpo.

Ganimedes era hijo del rey Tros -el que dio su nombre a la ciudad de Troya-. Su hermano Asáraco fue el bisabuelo de ENEAS, el héroe troyano progenitor del pueblo de Roma, a donde marchó al ser invadida Troya, la ciudad gobernada por el rey Príamo, por los griegos Menelao y Agamenón.

Ganimedes fue raptado por Zeus en Frigia, lugar en donde recibía la educación rústica de su juventud, cuidando un rebaño de ovejas, cuando Zeus lo vio, se enamoró de él casi instantáneamente, y transformándose en un águila lo llevó al Monte Olimpo.

En el Olimpo, Zeus hizo a Ganimedes su amante, compañero de lecho y copero -el que servía las bebidas- de los dioses. Todos los dioses se alegraron al ver la belleza del joven, salvo la mujer de ZEUS, HERA. Su odio por el joven fue usado por la mitografía para justificar el odio de la diosa hacia los troyanos.

Más tarde Zeus, ascendió a Ganimedes al cielo como la constelación de ACUARIOaguador-.

Los padres de Ganimedes fueron recompensados por ZEUS con una viña de oro, obra de Vulcano y dos caballos tan veloces que podían correr sobre el agua. Además, Hermes le hizo saber a sus padres que Ganimedes había sido inmortalizado por Zeus.

También es interesante recordar que, en 1610, Galilei Galilei descubrió la luna más grande del planeta JúpiterZEUS en la mitología griega, raptor del joven Ganimedes- y también la mayor de todo nuestro sistema solar, de 5.262 Km de diámetro, bautizándola con el nombre de Ganimedes, por estar cerca del planeta alrededor del que gira y que tanto amor le profesó.

Píramo y Tisbe

PÍRAMO Y TISBE eran dos jóvenes que habitaban en Babilonia, en viviendas vecinas, y se amaban profundamente a pesar de la prohibición de hacerlo de sus padres. Tenían que hablarse a escondidas, y un día decidieron fugarse juntos, para poder amarse como deseaban.

Quedaron en encontrarse junto al monumento de Nino -el legendario rey Nemrod de Mesopotamia, fundador del primer imperio de Asiria-, inmediato a una morera de moras blancas situado en las cercanías de una fuente.

Cuando Tisbe llegó, antes que Píramo, vio a una leona que regresaba de cazar e iba a beber agua de la fuente, lo que la atemorizó, huyendo y perdiendo el velo al correr a esconderse en el hueco de unas rocas.

La leona jugó con el velo, manchándolo de sangre. Al llegar, Píramo, descubrió las huellas de la leona y de Tisbe, viendo el velo manchado de sangre, creyendo que la leona había matado a su amada. Entonces, sacó su puñal y se mató clavándoselo en el vientre. Su sangre tiñó de púrpura los frutos del árbol convirtiéndose en moras rojas. Tisbe salió con cuidado de su escondite, y al llegar a la morera, vio que las moras habían cambiado de color, dudando si era el sitio convenido, pero entonces vio a su amado Píramo con el puñal en el pecho y cubierto de sangre. Le abrazó, sacó el puñal y se suicidó, clavándoselo ella misma. Los dioses, apenados por la tragedia, permitieron a los padres de los amantes incinerarlos y guardar sus cenizas en la misma urna, y desde aquel día los frutos de la morera quedaron teñidos de púrpura.

4. PASIONES MITOLÓGICAS EN EL SIGLO XVII

OBRAS

Nicolas Poussin. La caza de Meleagro. 1634-1639. Óleo sobre lienzo 160 x 360 cm. Museo del Prado. Madrid.

Nicolás Poussin nació en Les Andelys, Normandía en 1594, y llegó a ser el pintor francés más importante del siglo XVII, y el maestro fundamental del clasicismo. Se formó inicialmente en la zona en donde nació, bajo la tutela de un autor tardo-manierista y más tarde en París.

Posteriormente viajó a la península itálica en donde se estableció. Poussin rechazó la corriente caravaggista, y se unió a los grandes ejemplos del Renacimiento, modernizados en un sentido clasicista barroco templado. Admirador de Rafael, se dedicó a un clasicismo puro, creando una expresión artística personal. Hacia 1630 le llegó la influencia veneciana, revitalizando su paleta. A lo largo de su vida ejecutó, tanto escenas alegóricas, mitológicas o históricas con el paisaje como fondo de sus composiciones, o como verdadero protagonista.

Poussin fue un prototipo del artista filósofo, preocupado por la expresión de su arte, al que dotó de un sobrio contenido moral. Murió en Roma en 1665.

La caza de Meleagro es relatada por Ovidio en Las Metamorfosis, y narra el episodio del mito de Meleagro y Atlanta en la caza del jabalí que la diosa Diana había enviado para devastar el reino de Calidón, su tierra, para castigar a su padre el rey, por no hacer suficientes sacrificios a la diosa.

Los protagonistas, acompañados de otros seres mitológicos, están situados a la derecha de la obra. Entre los cazadores hay una sola mujer, la mítica Atalanta, rubia con túnica azul y tocada con casco. El atuendo del hombre que está inmediatamente detrás de ella es Meleagro, príncipe de Calidón.

En el centro y al fondo hay una estatua de Diana cazadora con los símbolos de la caza -arco y flechas-, y a la derecha, por encima de Atalanta y Meleagro, otra del dios Pan, dios de la fertilidad. El deseo hacia Atalanta, que pronto nacería en el corazón de Meleagro lo expresa su caballo, que se gira excitado hacia la crin de la montura de Atalanta. La urna funeraria colocada sobre una columna alude a la trágica muerte de Meleagro, que llegará pronto.

Nicolas Poussin. Paisaje durante una tormenta con Píramo y Tisbe. 1651. Óleo sobre lienzo. 274 x 191 cm. Städel Museum de Frankfurt Frankfurt. Alemania.

Esta obra nos muestra un paisaje imaginario, azotado por una fuerte tormenta.

La pintura trata de escenificar el amor tan intenso que sus dos protagonistas sienten, prefiriendo morir a vivir el uno sin el otro. La impresionante tormenta que azota el paisaje imaginario amplifica el ambiente trágico de la escena. Un rayo ilumina el fondo. Las figuras están inmersas en una naturaleza embravecida y todos luchan en la naturaleza contra el terrible viento

La obra está cargada de emoción. Tisbe, es todo sufrimiento mientras corre hacia Píramo. La muerte les llegará a los dos por su amor irrenunciable.

Pedro Pablo Rubens. El rapto de Ganimedes. 1636-1638. Óleo sobre lienzo. 181 x 87,3 cm. Museo del Prado. Madrid.

Transformado en águila, Zeus agarra con el pico y las garras a Ganimedes, mientras vuela, simbolizando sus posiciones, el acercamiento por detrás, no pudiendo esperar hasta llegar al Olimpo.

Ganimedes fue uno de los muchos mortales raptados por un dios en la mitología griega. Estos secuestros solían ser violentos y de carácter erótico, y la víctima, generalmente hermosa, quedaba finalmente inmortalizada por su secuestrador. La pintura de Rubens muestra la influencia de un dibujo de Miguel Ángel Buonarroti de 1532 sobre el mismo tema.

Miguel Ángel Buonarroti. El rapto de Ganimedes. 1532-1533. Dibujo a carbón. 19 x 33 cm. Fogg Art Museum. Cambridge.

José de RiberaVenus y Adonis. 1637. Óleo sobre lienzo. 179 x 162 cm. Gallerie Nazionali d’Arte Antica di Roma. Italia.

Vemos aquí otro episodio del mito de Venus y Adonis. La diosa, que después de yacer con Adonis había partido hacia Chipre, oyó desde gran distancia el gemido del moribundo. Venus llega demasiado tarde a la escena, habiendo sido Adonis abatido con anterioridad por un jabalí.

La posición del cuerpo de Adonis expresa dolor y muerte. La diosa perpetúa su recuerdo convirtiendo su sangre en una anémona roja, del mismo color que la túnica que cubre a Adonis.

La belleza de este cuadro deriva de su artificio y su diseño, estando los brazos y las piernas dispuestos en perfecta armonía. Los troncos y las ramas de los árboles también participan en la estética riberiana.

Jacques Jordaens. Meleagro y Atalanta. 1621-1622. la parte derecha y la parte izquierda en 1645. Óleo sobre lienzo. 152,3 x 240,5 cm. Museo del Prado. Madrid.

Jacques Jordaens nació en Amberes en 1593 y fue un pintor y diseñador de tapices flamenco, conocido por sus escenas históricas, de género y retratos. Tras los grandes Rubens y van Dyck, fue el principal pintor barroco de la Escuela flamenca. A diferencia de los grandes de su época, nunca fue al extranjero para estudiar pintura italiana y española, por la indiferencia hacia sus profesionales, permaneciendo en Amberes toda su vida.  Además de ser un pintor de éxito, fue un destacado diseñador de tapices. Murió en Amberes en 1678.

Pintó la mitad izquierda de este cuadro más de veinte años después de pintar la derecha. La diferencia de estilo entre ambas es evidente. La escena muestra uno de los momentos finales de la historia de Atalanta y Meleagro, narrada por Ovidio en Las Metamorfosis. Al final, su madre quema el tizón en venganza de sus hermanos a los que les fue robado primero el trofeo del jabalí enviado por la diosa Diana y luego fueron muertos.

En el origen de este drama está una vez más, la ira de Diana cazadora, a la que no se había rendido el debido culto.

Anton van Dyck. Venus en la fragua de Vulcano. 1630-1632. Óleo sobre lienzo. 220 x 145 cm. Museo del Louvre. París.

Anton van Dyck nació en Amberes en 1599 y fue un pintor y grabador del barroco de la Escuela flamenca, dedicado fundamentalmente al retrato.

Llegó a ser el primer pintor de corte en Inglaterra tras una larga estancia en Italia. Es universalmente conocido por sus retratos de la nobleza genovesa y de Carlos I -EL REY DECAPITADO- de Inglaterra y Escocia, de los miembros de su familia y de su corte.

Con su estilo elegante, influyó en los retratistas ingleses, ocupándose también de la pintura de temas religiosos y mitológicos. Murió en Londres en 1641.

En la obra de Venus en la fragua de Vulcano, la diosa se dirige a su esposo, el dios del fuego. Le pide un intercambio de mi cuerpo por armas y armadura.

La escena está basada en la Eneida de Virgilio. La diosa solicita una armadura que le dé ventaja en el campo de batalla a Eneas, el hijo que tuvo con el troyano Anquises. Al hablar con su esposo, Venus trasmite su amor divino, al que se rinde Vulcano.

Van Dyck pinta a Venus con la gracia y la elegancia que le caracterizan, añadiendo la fuerza aprendida de Rubens. El gusto por el desnudo y el llamativo contrapposto –oposición armónica de las distintas partes del cuerpo de la figura humana que proporciona cierto sentido del movimiento- que enlaza con la gran tradición de la pintura renacentista.

Pedro Pablo Rubens. Las tres Gracias.  1630-35. Óleo sobre tabla. 221 x 281 cm. Museo del Prado. Madrid.

En la mitología antigua, las Gracias acompañaban frecuentemente a Venus, añadiendo al amor y a la fertilidad que ella representaba, un componente de encanto y alegría. En la obra bailan con delicadeza y dos de las mujeres parecen dar la bienvenida a la tercera, que podría ser la dueña de las ropas que cuelgan de la rama de un árbol.

En la parte superior derecha un cupido dorado riega la escena con una fuente.

Este fue un cuadro que Rubens guardó en su colección siendo adquirido por Felipe IV en la almoneda de sus hijos tras la muerte del artista.

POR ÚLTIMO

Taller romano COPIADO de un original griego Venus del delfín. 140-50 d. C. Mármol blanco de Carrara. Museo del Prado. Madrid.

¡BUEN VERANO!

Música: Nocturno in E major. 62, 2. Chopin.