De la Abstracción a la Figuración: Georgia O´Keeffe. Parte 1.

Animado por la posibilidad de volver a mis queridos museos, con aforo reducido, y respetando las varias e inaguantables recomendaciones y obligaciones sanitarias, solicité hora para visitar la temporal del Thyssen-Bornemisza de Madrid, dedicada a la emperatriz de la abstracción norteamericana, Georgia O’Keeffe.

Mi escasa formación en arte acabó con el Fauvismo -movimiento pictórico francés de corto recorrido temporal, caracterizado por un empleo provocativo de los colores primarios, secundarios, terciarios y complementarios-*, que se deslizaría hacia el cubismo de la mano de Braque y Picasso, y el Expresionismo -corriente artística que buscó la expresión de los sentimientos y las emociones de los artistas, más que la representación de la realidad objetiva-, tras los movimientos pictóricos ismos de finales del XIX y principios del XX, aunque en general, mi curiosidad por la pintura de cualquier clase es inmarcesible, aunque solo fuere por la estética y el color.

*Colores en el modelo tradicional de valoración RYB:

Los primarios: amarillo, azul y rojo.

Colores primarios y secundarios.

Los secundarios: son los resultantes de la mezcla de los primarios: verde, naranja y violeta.

Los terciarios: los que nacen de la mezcla de un color primario y un color secundario.

Colores fríos y cálidos.

A partir de ahí, el Expresionismo abstracto, el Cubismo, el Orfismo, el Futurismo, el Dadaísmo, el Surrealismo, el Neoplasticismo, la AbstracciónCollageMashup…, son para mi vetusta vista, atractivos, pero en muchos casos, difíciles de entender.

Se puede llamar pintura abstracta a aquella donde no podemos ver objetos o figuras reconocibles o lo hacemos con dificultad, y pintura figurativa  a aquella en la que se pueden reconocer personas o cosas del entorno, identificables de algún modo. Es difícil delimitar con precisión el límite entre la abstracción y la figuración, ya que existen multitud de características comunes entre los dos movimientos pictóricos.

Una obra abstracta puede tener algunas referencias objetuales, del mismo modo que una obra figurativa puede tener elementos abstractos que no hacen referencia a ningún objeto y que su función es totalmente expresiva. Y debe destacarse, que el significado de un cuadro, no sólo depende de la intención del artista, sino también de la libre interpretación del espectador.

La inclusión o no, de elementos objetivos en un cuadro, no es suficiente para definir si una obra es figurativa o abstracta. La inclusión de una obra en la abstracción o figuración pictóricas vendrá condicionada por el artista, por el espectador y el contexto de la obra.

También, para diferenciar la abstracción de la figuración, se puede apuntar  lo que muchos autores han denominado signos plásticos y signos icónicos; un color rojo, puede ser un signo plástico, cuando, en un contexto de colores fríos significa por contrapunto, entusiasmo, fogosidad o calor, y ese mismo color puede ser signo icónico, cuando, por ejemplo, en el contexto de una pintura impresionista, remite a alguna cosa que posea esa cualidad de rojo reiterativamente, como las amapolas, u otros colores simbólicos de ese movimiento pictórico, como el amarillo de los girasoles, el violeta de los campos de flores, el dorado invernal de los lastonares, o  el almagre de los viñedos.

Claude Monet. Campo de Amapolas cerca de Argenteuil. 1873. Óleo sobre lienzo. 65 x 50 cm. Museo de Orsay. París. Impresionismo.

 

Claude Monet. El jardín del artista en Giverny. 1900. Óleo sobre lienzo. 81,6 x 92,6 cm. Museo de Orsay. París. Impresionismo.

Vincent Van Gogh. El viñedo rojo -almagre diría yo-. 1888. Óleo sobre lienzo. 75 x 93 cm. Museo Pushkin. Moscú. Impresionismo.

La denominación de signo icónico y signo plástico, otorgan a la pintura abstracta y figurativa  también cierta ambigüedad a la hora de clasificarlas, ya que, a mi juicio, en ambas se pueden apreciar simultaneidades de signos icónicos y plásticos.

Willem de Kooning es considerado un expresionista abstracto, sin embargo, en su serie de mujeres, se aprecian claramente figuras femeninas que acentúan lo grotesco, lo áspero y rudo, y lo dramático. Estas mujeres son el signo icónico de la pintura de de Kooning. Son el referente de su mundo objetivo, aunque, por otra parte, la violencia de su pintura viene dada por los signos plásticos turbulentos conseguidos mediante las enormes pinceladas, los cambios bruscos de color y las texturas, que constituyen lo que se puede ver en la totalidad del cuadro, unos ojos, una boca, una nariz y un cuerpo, que son el signo icónico de la obra.

Se puede decir, por tanto, en principio, que una obra pudiera ser abstracta, cuando no hay nada representado, cuando no hay una apariencia visible de las cosas, pero como esto no es suficiente, se deberá a continuación, profundizar más allá de los recursos técnicos, y conocer la intencionalidad de los artistas.

Con la llegada de las vanguardias, a principio de siglo XX, los artistas se entusiasmaron con la abstracción, como creación de espacios imaginarios en los que se podía experimentar algo para ellos indescriptible, que hasta entonces no se había podido expresar. Posteriormente, fue considerada la abstracción, por una parte, como expresión de las leyes universales del espíritu humano, y por otra, como medio de transformar el entorno.

Willem de Kooning. Mujer I. 1950-1952. Pintura al aceite, Pintura al pastel, grafito, Crayón. 193 x 147 cm. MoMA de Nueva York. Estados Unidos. Expresionismo abstracto.

Tras este mínimo, enrevesado y no demasiado clarificador introito, y después de entrar en el ahora  magnífico Mandarín Oriental Ritz, para tomar un café, y poder apreciar su belleza tras la reforma de los tres últimos años, llegué con emoción a la puerta del Thyssen en el Paseo del Prado, para intentar entender, y disfrutar en cualquier caso, aunque no pudiera conseguir lo primero, a la máxima representante norteamericana del arte abstracto y luego figurativo, a la que el Museo le dedicó una exposición temporal: Georgia O’Keeffe.

Bar Pictura del Mandarín Oriental Ritz.

Georgia O’Keeffe nació el 15 de noviembre de 1887 en Sun Prairie -Wisconsin-. Creció en el ambiente rural de la granja de su familia, destacando desde muy joven en la escuela por sus dotes artísticas. Por ello, y apoyada por su familia y profesores, al acabar el colegio, comenzó sus estudios de arte, inicialmente, junto a su hermana, con la acuarelista local Sara Mann, y posteriormente en el Art Institute of Chicago y en el Art Institute of New York, en donde volvió a destacar.

Con 21 años -1908- ganó su primer premio, el William Merritt Chase por su obra Conejo muerto con el crisol de cobre, a pesar de lo cual, abandonó su dedicación a la pintura, al no sentirse satisfecha con las tendencias de la época. Si bien Georgia había decidido no continuar con sus estudios de arte, no por ello abandonó su afición a la pintura, dedicándose a dar clases de dibujo durante las vacaciones de verano y a trabajar como ilustradora, viviendo grandes temporadas en Texas, Virginia, y Carolina del Sur. En este periodo, vivió enamorada de la naturaleza salvaje de aquellos paisajes, duros en verano y en invierno por la climatología extrema, deseando como siempre pintar, pero de manera diferente a lo que había aprendido en las escuelas de arte.

Georgia O’Keeffe.  Conejo muerto con el crisol de cobre. 1908. Art Students League of New York Collection.

Ilustración de Georgia O´Keefe.

En 1912, cayó en sus manos el libro de Arthur Wesley Dow, Composición: una serie de ejercicios en la Estructura de Arte para el uso de estudiantes y profesores, publicado en 1899, y la filosofía del arte de Wesley entró como un torbellino en la vida de O’Keeffe.

Arthur Wesley Dow fue un artista que lideró en el siglo XIX a los pintores norteamericanos, con su filosofía, que llevaba consigo la estética y técnica del arte oriental, centrándose en los elementos de la composición, equilibrando la luz, la oscuridad, y el color. WESLEY, pintor y educador de arte, daba mucha más importancia a la composición y al diseño que al realismo, y sus ideas tuvieron un profundo impacto en el trabajo de O’Keeffe, proporcionándole licencia anímica para investigar sus sentimientos e ideas a través de la abstracción. Arthur Wesley influyó también en grandes representantes de otros campos, como en el sociólogo, historiador, economista, jurista y politólogo alemán Max Weber o en el componente del grupo Photo-Secession Alvin Langdon Coburn, por señalar alguno.

El libro de Wesley, Composición … expresa la idea sobre la que se basa el método de la unión de líneas, masas y colores para crear una armonía. La construcción de esa armonía es el proceso fundamental en todas las bellas artes. Un método natural de ejercicios en orden progresivo podría ser, construir primero armonías muy simples, incluyendo todo tipo de dibujos, diseños y pinturas… Ofrece un medio de formación para el artista creativo, el maestro o quien estudia arte por el bien de la cultura.

Arthur Wesley Dow. Vista del lago Louise, Alberta, Canadá. 1919. Óleo sobre lienzo. 15,2 x 21,6 cm.

Música: Patsy Cline. Crazy.

To be continued in part 2.