La proclamación del Estado Catalán de 1934 y los prolegómenos hasta el comienzo de las hostilidades. Parte 2

Los continuos enfrentamientos del gobierno de la Generalitat catalana con el gobierno de derechas de Madrid, habían propiciado que Esquerra Republicana de Catalunya, dirigida ya por Lluís Companys -presidente de la Generalitat desde el 1 de enero de 1934 por el fallecimiento de Francesc Macià en una operación de apendicitis en diciembre de 1933-, girara más a la izquierda en su posición política.

La creciente tensión entre la izquierda y derecha impulsó la entrada de tres ministros de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) -cada vez más a la derecha- en el gobierno de la nación en octubre de 1934. Esta crisis o remodelación del gobierno, fue interpretada por la izquierda como un giro radical a la derecha hacia el fascismo. La izquierda radical del PSOE, UGT, CNT, y PCE, llamó a la huelga general contra el gobierno. El movimiento fracasó en Madrid, acuartelando el gobierno a las tropas, y deteniendo a los principales dirigentes socialistas y comunistas.

En Asturias, la huelga general triunfó y derivó hacia una revolución organizada por la UGT y la CNT. Su gravedad y persistencia llevaron al gobierno a optar por la represión. El 3 de septiembre fue capturado el buque La Turquesa con un alijo de armas para propiciar la sublevación, sufragado por el PSOE, y organizado por Indalecio Prieto -era el moderado de los socialistas-, que logró huir a Francia, mientras que Largo Caballero -el radical- fue encarcelado.

Indalecio Prieto Tuero.

Francisco Largo Caballero.

El 5 de octubre de 1934 los mineros asturianos se hicieron con el control de las principales minas de la región; a partir de ahí, iniciaron una serie de actividades paramilitares con el objetivo de rendir cuarteles, consiguiendo inicialmente que se rindieran 23 cuarteles de la guardia civil. La capital del principado acabaría cayendo en mano de los insurrectos el día 9 de octubre. El día 10 de octubre, casi toda Asturias estaba en armas contra el gobierno central, habiendo formado un ejército de mineros y obreros, de cerca de 30.000 hombres.

Cercada Asturias por cuatro frentes, al mando del general López Ochoa -nombrado por Franco- y con las tropas de La Legión y Regulares mandadas por el coronel Yagüe, y con apoyo de la aviación, se acabó con la insurrección en menos de dos semanas, con un saldo de casi 2.000 muertos, 3.000 heridos y más de 20.000 detenidos.

Fotografía icónica del fin de la revolución asturiana de 1934.

En Cataluña, además de la HUELGA GENERAL convocada entre los días 5 y 19 de octubre, enmarcada en un contexto revolucionario amplio, también ha barajado la Historia -con reiteración- como origen de la proclamación del Estado de Cataluña el 6 de octubre 1934 el conflicto existente entre el Gobierno de España dirigido por Ricardo Samper -apoyado por los Radicales y la CEDA- y la Generalitat presidida por Lluís Companys, como consecuencia de la Ley de Cultivos de Cataluña, una ley que hoy podría denominarse como de inicio de la desconexión.

La Generalitat vulneró el dictamen del Tribunal de Garantías Constitucionales -Tribunal Constitucional de hoy-, ya que la Ley fue declarada nula por el TGC, cuya sentencia declaró al Parlament incompetente para legislar en materia social agraria –junio 1934-, aunque fue vuelta a ser sometida a voto en el Parlament, y a ser aprobada con el mismo texto.

*Ley de Contratos de CultivoContractes de Conreu- fue una ley aprobada por el Parlamento de Cataluña el 21 de marzo y promulgada el 14 de abril de 1934 -aniversario de proclamación de la Segunda República-. Esa ley pretendía proteger a los campesinos arrendatarios de la rabassa morta* propiciando su acceso a la propiedad de la tierra que cultivaban.

* La rabassa morta -cepa muerta- era un tipo de contrato muy extendido en Cataluña por el que se cedía a un agricultor –rabassaires– una tierra para que cultivara vides mientras consiguiera que vivieran los dos tercios de las cepas que plantara. A cambio, debía entregar al propietario una parte de su cosecha anual. La naturaleza jurídica de este contrato no era clara: unos lo interpretaban como un alquiler y otros como un censo enfitéutico*.

* La enfiteusis o censo enfitéutico, es un derecho real que supone la cesión temporal del dominio útil que tenía carácter vitalicio si se cumplían las condiciones establecidas.

A partir de ahí, y a pesar de la desobediencia al dictamen del TGC, el Gobierno central intentó negociar con la Generalitat –como en la actualidad-, y cuando parecía resuelto el conflicto, estalló la Revolución de octubre de 1934, generada básicamente por la oposición del PSOE y de algunos republicanos a la entrada de los tres ministros de la CEDA, en el gobierno de Lerroux.

Era un sábado 6 de octubre de 1934.  A la proclamación el día anterior de la huelga revolucionaria de los socialistas en todo el territorio nacional, se sumó la “Alianza Obrera de Cataluña“, y aunque la CNT no formó parte de las algaradas callejeras, Barcelona quedó paralizada. El consejero de Gobernación -actual consejero de Interior- de la Generalitat Josep Dencàs i Puigdollers -líder del partido independentista Estat Catalá, y máximo artífice de la rebelión independentista junto a Companys, ordenó detener algunos dirigentes anarquistas, lo que indignó a grandes sectores de la población. Dencàs desde el mes de junio de aquel año, y desde su cargo de consejero, se había dedicado a organizar los preparativos para la rebelión contra el gobierno central. Fue responsable de la formación de grupos paramilitares que el dirigió directamente. Tras el fracaso de la proclamación, optó por exiliarse, huyendo por las alcantarillas de Barcelona.

Josep Dencàs i Puigdollers.

Esa tarde, un ir y venir constante de los consejeros del gobierno catalán hacían presagiar una posible declaración de independencia, que ya se barruntaba desde hacía tiempo.

El presidente de la Generalidad Lluís Companys, intentó hablar por teléfono con el presidente de la República Niceto Alcalá Zamora para advertirle, que sería muy difícil contener las reacciones izquierdistas y nacionalistas contra el nombramiento de los tres ministros de la CEDA, aunque no logró hablar con él. Esa mañana, Lerroux advirtió de la posible declaración del estado de guerra en toda España, cosa que se produjo al día siguiente.

A las ocho y diez minutos de la tarde del 6 de octubre, Lluís Companys apareció en el balcón de la Generalidad acompañado de sus consejeros y proclamó el Estado catalán  dentro de  la República española.

Lluís Companys proclamando  el Estado catalán.

Balcón de la Generalitat durante la proclamación.

¡Catalanes! Las fuerzas monárquicas y fascistas que de un tiempo a esta parte pretenden traicionar a la República, han logrado su objetivo y han asaltado el Poder. Los partidos y los hombres que han hecho públicas manifestaciones contra las menguadas libertades de nuestra tierra, y los núcleos políticos que predican constantemente el odio y la guerra a Cataluña constituyen hoy el soporte de las actuales instituciones. (…)
Cataluña enarbola su bandera, llama a todos al cumplimiento del deber y a la obediencia absoluta al Gobierno de la Generalidad, que desde este momento rompe toda relación con las instituciones falseadas. En esta hora solemne, en nombre del pueblo y del Parlamento, el Gobierno que presido asume todas las facultades del Poder en Cataluña, proclama el Estado Catalán de la República Federal Española, y al establecer y fortificar la relación con los dirigentes de la protesta general contra el fascismo, les invita a establecer en Cataluña el gobierno provisional de la República, que hallará en nuestro pueblo catalán el más generoso impulso de fraternidad en el común anhelo de edificar una República Federal libre y magnífica.

Poco antes de retirarse del balcón en el que acababa de proclamar el Estado Catalán, parece que Companys dijo soto vocce: «Ara ja no direu que no sóc prou catalanista».

Lluis Companys tras pronunciar el discurso, envió un escrito al general Domenech Batet Mestres, que en julio de 1931 había sustituido al general López Ochoa como capitán general de Cataluña y jefe de la IV División Orgánica, conminándole para que se pusiera a las órdenes de la Generalidad. El general Batet se puso en contacto con el presidente del Gobierno Lerroux para explicarle lo acontecido, recibiendo la orden de declaración del estado de guerra. Batet, antes de utilizar la fuerza publicó un bando por el que conminaba a rendirse a los rebeldes, y se acogía a la Ley de Orden Público de 1933 para declarar el estado de guerra en Cataluña -estado de guerra que estuvo vigente hasta abril de 1935-. Previamente Batet, había acudido a la Casa dels Canonges, contigua al palacio de la Generalitat, y residencia oficial del president, para hacerle saber, que tenía órdenes gubernativas de proceder en caso de sedición o alzamiento, con todo el peso de las armas, informando que el despliegue de artillería había comenzado en la zona de Montjuich.

El general también habló con Enrique Pérez Farrás -ex militar- jefe de los Mozos de Escuadra, para que se presentara en Capitanía y se pusiera a sus órdenes. Éste le respondió que sólo obedecería al presidente de la Generalidad.  Enric Pérez i Farrás, que en tiempos pasados fue un ferviente españolista, sublevó a los Mossos, siguiendo las órdenes del Govern de Companys.

Enric Pérez i Farrás.

Música: Pobre flor. Primera ilusión. Juan Maglio. 1932.

To be continued in part 3 and last.