EL ARTE DEL TRAMPANTOJO.

Para que el arte consiga engañar a la vista, el artista debe tratar con sutileza la perspectiva. El trampantojo nos tiende una trampa para que veamos lo que no es.

Si el concepto habitual de pintura es el de la figuración o representación en una superficie -dos dimensiones- intentando crear la realidad con las normas de la óptica y de la perspectiva, el trampantojo excede esa intención, ya que busca confundir al observador que en un momento dado, toma por real lo que es bidimensional. El propósito del pintor es el de engañar al espectador deliberadamente.

Ilusión y trampantojo van unidos, pero con un pequeño matiz que hace que no sean exactamente lo mismo. Mientras que el ilusionismo -no como arte escénico, claro- necesita o reclama la ayuda de la imaginación para construir lo que se desea que se observe, el objetivo del trampantojo es engañar al propio ojo mediante un supuesto duplicado de la realidad, aunque su uso esté basado en una ilusión óptica.

Trampantojo -trampa para el ojo-, tomado de trompe-l’œil (engaña al ojo), es una técnica artística de representación realista que intenta engañar a la vista, usada principalmente en la pintura, aunque no sólo en esta rama del arte, para crear una ilusión óptica tridimensional jugando con la perspectiva, el claroscuro, el entorno arquitectónico real o simulado y otros efectos ópticos, consiguiendo una realidad más intensa o una sustitución de la realidad, pretendiendo representar objetos y personas de modo que parezcan que no están reproducidas, sino que sean percibidas como reales.

Aunque el término trampantojo se acuñó en el barroco, la técnica era ya empleada durante la edad antigua. Existe una historia griega narrada en la Naturalis Historia, libro 35, de Plinio el Viejo, sobre la competición entre los dos mejores pintores griegos del siglo V a.C. -en donde estaba mucho más perfeccionada la escultura que la pintura- Zeuxis y Parrasio. El primero pintó un cuadro de uvas tan reales, que los pájaros volaban a picotearlas engañados por la perfección de la pintura.  Tras ser felicitado por su arte, Parrasio pidió a Zeuxis que corriera unas cortinas tras la que se encontraba su obra, para conocer su opinión sobre la misma. Zeuxis alargó la mano para intentar correr las cortinas, pero no pudo, ya que no eran más que una pintura de Parrasio en la pared, lo que convirtió a este último en vencedor. Yo he engañado a los pájaros, pero Parrasio me ha engañado a mí, comentó Zeuxis concediendo la victoria a su oponente.

Zeuxis.

En Roma, podían verse frecuentemente en las domus, un mural trampantojo representando una ventana, puerta o pasillo para sugerir una habitación de mayor tamaño. El origen de las pinturas ilusionistas se encuentra en Pompeya, aunque realmente no fue utilizado con habitualidad este sistema hasta los primeros artistas del Renacimiento italiano, que lo denominaron quadrature de perspectivas arquitectónicas. Durante el barroco, este tipo de imágenes fueron llevadas a la perfección, para que, en ocasiones, además de una función decorativa, pudieran tener como objeto disimular defectos de la arquitectura que acogía la pintura. Con este sistema se comenzaron a superar los límites físicos de la arquitectura real, ampliando los espacios con técnicas pictóricas y de perspectiva.

Pinturas murales de Pompeya con amago de trampantojo.

Sala entre el tablinum y el triclinium. Frescos del cubiculo con doble alcoba. Pompeya, mural. 

Una escena parecida a la de Parrasio y Zeuxis es relatada por el historiador renacentista Giorgio Vasari sobre Giotto –Giotto di Bondone- en su libro Las vidas de los más excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos, publicado en 1550; Giotto, cuando era niño, y mostrando una gran precocidad naturalista, pintó una mosca en la nariz de una figura en la que estaba trabajando su maestro CimabueCenni Bencivieni di Pepo-. Este cayó en la trampa cuando intentó espantarla con reiteración sin éxito, claro.

Leonardo da Vinci pintó la pared, abriéndola al espacio, del refectorio del convento de Santa María de la Gracia en Milán, al pintar su fresco de La Última Cena, cuyo fondo arquitectónico con 3 ventanas, es una prolongación de la arquitectura real del comedor del convento. En la misma línea se sitúan las pinturas de Miguel Ángel en los techos de la Capilla Sixtina.

Leonardo da Vinci. La última cena.1495-1498. Témpera sobre gesso, mural. 700 x 800 cm. Hallwyl Museum. Santa María delle Grazie. Milán.

Imagen central de la bóveda de la Capilla Sixtina pintada por Miguel Ángel Buonarroti entre 1508 y 1512 por encargo del papa Julio II -Giuliano della Rovere- y que representa la historia de la humanidad antes del nacimiento de Cristo. Ciudad del Vaticano. Roma.

 

Creación de Adán. Detalle de la bóveda de la Capilla Sixtina.

Hasta el Quattrocento italiano -siglo XV-, o sea el prerrenacimiento, las técnicas utilizadas para el trampantojo excluían la perspectiva de precisión geométrica, aunque utilizaban la tridimensionalidad intuitiva, además del claroscuro y otros efectos, ya que la perspectiva científica no estaba conseguida totalmente, ni por tanto aplicada.

Ya en el Renacimiento italiano, se comenzaron a pintar escenas religiosas y mitológicas en los techos de iglesias y palacios, especialmente en cúpulas y paredes, aplicándose la técnica de abajo a arribadi sotto in súpara crear la impresión de espacios más amplios vistos desde abajo, pintando lo que estaba más alejado de mayor tamaño, para que desde abajo diera sensación de ser de las mismas proporciones que si tuviéramos la obra a la altura del observador.

Andrea Mantegna fue llamado por Ludovico Gonzaga, marqués de Mantua, para sustituir al fallecido en 1455 PisanelloAntonio di Puccio Pisano– hasta entonces pintor de su corte , al objeto de cambiar el tradicional estilo caballeresco y gótico utilizado en la decoración de su Palacio Ducal, por otro más en boga, que se acercase al lenguaje pictórico clásico, que tan de moda se estaba poniendo en esa época, en un intento de dar a su pequeño aunque influyente Estado, un carácter de modernidad, necesario para propagar su importancia, elevando aun más la posición del marqués, aunque siguieran conviviendo las obras de Mantegna y las de Pisanello, que embellecían su Corte Vecchia del Palacio Ducal, terminada en 1444.

La familia Gonzaga gobernó Mantua durante el Renacimiento. Grandes amantes de las artes, llenaron su palacio con obras de los más importantes artistas de aquel momento. Lamentablemente, hoy, quedan muy pocos restos de sus colecciones. Los más importantes son algunos frescos de Pisanello y los de Mantegna de la Camara degli Sposi.

Palacio ducal de Mantua.

El palacio tiene tres partes: la corte vecchiaantigua-, de finales del siglo XIII, el castello, de los siglos XIV y XV, y la corte nuova, del XVI. La sala con los frescos de Pisanello fue decorada en 1436 y fueron descubiertos recientemente. También los frescos de Giulio Romano y Domenico Morones son importantes. La Camara degli Sposi, realizada entre 1465 y 1474, contiene los frescos con trampantojo de Mantegna, quien se autorretrató en la pilastra izquierda de la escena de Ludovico Gonzaga con su hijo.

La Camera degli Sposi -cámara nupcial-, es una sala pintada al fresco con pinturas ilusionistas. La habitación está en el primer piso de la torre noreste del castello de san Giorgio en la parte privada del palacio ducal. Esta sala fue utilizada para varias funciones privadas y semiprivadas, como cámara de audiencias, sala de cama para Ludovico, área de reunión para familiares y cortesanos cercanos, y una sala de recepción para invitados particularmente importantes.

La estancia pretendía impresionar al espectador para poner de manifiesto la riqueza y el prestigio cultural del marqués. Tiene unas dimensiones, de aproximadamente ocho por ocho metros de planta y siete metros de alto, con bóvedas triples en cada pared, una chimenea en la pared norte, puertas en las paredes oeste y sur y ventanas en la pared norte y este. La Camera degli Sposi se hizo muy conocida poco después de su finalización como una obra maestra en el uso de trompe l’oeil y di sotto in sù.

La decoración de la sala está estructurada de la siguiente forma: en el centro del techo está el célebre óculo al cielo rodeado por una guirnalda de flores enmarcada en un cuadrilátero de estuco, originando tres lunetos a cada lado del cuadrilátero con temas mitológicos que dividen cada pared en tres zonas iguales separadas por pilastras y coronadas con un tímpano. Las pilastras parecen apoyarse en un zócalo y las cornisas de las pilastras “sostienen” las barras pintadas de una falsa cortina de cuero. Estas cortinas pintadas están cerradas en las paredes sur y este, y aparecen recogidas de diferentes maneras en las paredes norte y oeste, abriendo supuestas ventanas por las que se puedan contemplar lo narrado “exteriormente”. Gracias a esta decoración, la habitación se presenta como un espacio abierto al exterior, por sus ventanas abiertas hacia lo que se narra fuera y su techo de bóveda abierto al cielo.

El óculo abierto al cielo está rodeado por una balaustrada por la que se asoman cinco mujeres y ocho angelitos mirando hacia abajo, acompañados por un pavo real y una maceta con naranjos.

Techo (óculo, lacunarios y lunetos).

Las paredes norte y oeste están recubiertas con frescos que representan al marqués Ludovico Gonzaga, a su familia y a la corte de Mantua, siendo junto al techo, las que dan valor y prestigio a la habitación, ya que las paredes al sur y al oriente están poco decoradas; las falsas cortinas de cuero anteriormente indicadas se extienden completamente por ambas paredes.

Pared norte y oeste y cúpula.

En la pared norte está la escena de La Corte, donde se encuentran sentados Ludovico y Bárbara de Brandemburgo con sus hijos, algunos bufones y los que se supone eran cortesanos de Mantua, puesto que están vestidos con los colores de la familia Gonzaga. Al lado izquierdo de la escena, las cortinas de cuero están recogidas dejando ver al fondo el cielo y un mosaico que sigue la misma estructura del que decora al zócalo y la balaustrada en el óculo del techo; al lado derecho, la cortina de cuero está cerrada casi por completo, ubicándose las figuras en frente de ésta.

Pared norte (escena de La Corte).

Detalle de la pared norte.: La Corte.

Cortinajes brocados simulados de la pared este.

El encuentro entre Ludovico y su hijo Francesco Gonzaga, nombrado cardenal hacía pocas fechas, se plasmó en la pared occidental. El marqués Ludovico aparece con sus hijos, el reciente cardenal Francesco Gonzaga y el mayor Federico, junto al emperador del Sacro Imperio Federico III y el rey de Dinamarca Cristian I, los cuales con toda seguridad no estaban presentes, de la misma manera que tampoco lo estaban varios nietos del marqués, que en esa fecha aún no habían nacido. Por esta razón, se cree que este fresco no representa un hecho preciso, sino que se realizó como una representación simbólica del vínculo entre Mantua y las grandes potencias europeas, y para realzar la recién concedida dignidad cardenalicia de Francesco Gonzaga.

Pared oeste (escena de El Encuentro).

Detalle de El Encuentro.

En pintura no de fresco y como obra digna de señalar de Mantegna, cabe mencionar como modelo de escorzo, la Lamentación sobre Cristo muerto.

 

Andrea Mantegna. Lamentación sobre Cristo muerto- 1470-1474. 68 x 81 cm. Témpera sobre lienzo. Pinacoteca di Brera. Milán.

*TRAMPANTOJO , ESCORZO Y QUADRATURA.

El trampantojo, ya se ha señalado, que es una técnica pictórica que intenta engañar la vista jugando con el entorno arquitectónico, la perspectiva, el sombreado y otros efectos ópticos y de fingimiento, consiguiendo una aparente realidad.

También se usan denominaciones artísticas de pretendida autonomía, por ocupar espacios particulares de una actividad artística -arquitectura o escultura-, o por la nacionalidad de su denominación de origen, pero que no dejan de ser trampantojos, como la técnica di sotto in sú -de arriba a abajo-:

El escorzo es un recurso de la pintura, del dibujo y de otras modalidades ópticas, que se utiliza para dar la sensación de profundidad, representando la figura en posición oblicua o perpendicular al plano del papel o lienzo sobre el que se quiere representar, y se logra acortando sus líneas de acuerdo con las reglas de la perspectiva para darle volumen; es un trampantojo.

En bellas artes, la quadratura describe una forma de ilusionismo mediante pintura mural, en el que las imágenes de características arquitectónicas son pintadas en las paredes o techos para que parezcan extender o contraer la real arquitectura del espacio existente a uno imaginario, más allá de los límites de la pared o techo reales; o sea, SIMULAN ARQUITECTURA: es una arquitectura imaginaria. El término deriva de la cuadrícula que debía realizar el artista sobre la superficie a pintar para usar como guía, ya que el tamaño de las obras era monumental. También la quadratura es un trampantojo.

De un nivel de importancia parecido al de La Camera degli Sposi  del palacio de Mantua, es digno de mención el trampantojo de la iglesia Santa Maria Presso di San Satiro. El duque Gian Galeazzo Sforza encargó a Donato Bramante la remodelación de la iglesia. No había espacio para crear un fondo con coro, por lo que Bramante optó por construir un impresionante coro, con un artificio que simulara en apenas un metro, la profundidad de un coro real.

El espacio físico se dilata con la técnica que los pintores contemporáneos de Bramante usaban ya con gran maestría: la perspectiva cónica. La iglesia se terminó en 1499 y el resultado causó impresión por su realismo. Es uno de los trampantojos más admirables de una época en la que está ilusión fue utilizada los con mucha prodigalidad.

Coro  en trampantojo de  Donato Bramante en la Iglesia  de Santa Maria Presso di San Satiro

También de gran relevancia para el asunto que se trata, es la obra de principios del XVI, La Asunción de la VirgenAssunzione della Vergine-, fresco de Antoni Allegri da Correggio realizado en la cúpula de il duomo de Parma,, de 11 metros de diámetro aproximadamente, llevada a cabo entre los años 1526 y 1530.

En este fresco se demuestra el estilo propio que Correggio adoptó a partir de 1520, por la influencia del maestro de la perspectiva Melozzo da Forli. La escena refleja un estilo dramático, en donde se fusionan elementos pictóricos y arquitectónicos, pero sobre todo pone de relieve la novedad de la perspectiva di sotto in sù, que sería bastante utilizada en el siglo XVII. Se trata toda la superficie como una única unidad pictórica, haciendo parecer la cúpula como el mismo cielo. Las figuras están representadas de manera realista, de modo que parecen sobresalir hacia el espacio en el que se encuentra el observador.

La Asunción de la Virgen fresco de Correggio en la cúpula de la catedral de Parma.

En los cuatro triángulos curvados, formados por las cuatro pechinas, se representan los patronos de la ciudad: san Juan Bautista, san Hilario, santo Tomás, y san Bernardo mirando, este último, hacia arriba.

La composición no gira en torno a un eje central, sino que está descentrada, al modo que sería habitual en el barroco. A los pies de Jesús, la Virgen es alzada al cielo por un grupo de ángeles. Alrededor de la base del anillo, entre las ventanas, están los apóstoles rodeando la tumba vacía de María. Alrededor de la Virgen, angelitos y otros personajes en movimiento, aparecen en círculos concéntricos y sentido ascendente. En el centro, Jesucristo, que desciende del cielo para coronar a su madre. Todas las figuras están bañadas de luz, dando la sensación de atravesar el espacio material para dirigirse a un espacio divino, creando una ilusión óptica de profundidad hacia el infinito con la perspectiva aplicada di sotto in sù.

Il duomo de Parma detalle de la Virgen y los ángeles.

Giulio Pippi, apodado Romano porque nació en Roma, fue uno de los principales discípulos de Rafael. En 1521, heredó los bienes y dibujos de su maestro junto con Gianfrancesco Penni y continuó los proyectos comenzados por Rafael antes de morir, aunque  en ese momento, Giulio Romano tenía ya actividades arquitectónicas y decorativas propias. En 1524, por invitación Baldassare Castilglione se estableció en Mantua, donde en la corte de Federico Gonzaga, triunfó como artista universal, arquitecto, pintor y decorador. Durante más de veinte años, construyó o transformó los más importantes edificios de Mantua y su región. Su obra maestra más famosa, el Palazzo Te (1527-1534), encargado por Federico II Gonzaga como villa de asueto, y lugar de fiestas y acontecimientos familiares, estuvo llena de innovaciones arquitectónicas y decorativas.

Palazzo Te (1526-1534).Giulio Romano. Mantua.

Sala de Psique. Giulio Romano. Banquete nupcial de Amor y Psique. 1526-1528. Palazzo Te. Mantua.

Sala de los Gigantes. Giulio Romano. Escena denominada Caída de los Gigantes. 1530-1534. Palazzo Te. Mantua. 

Sala de los Gigantes. Giulio Romano.  El Viento. 1530-1534.  Palazzo Te. Mantua. 

Algunos cuadros fueron encargados por el señor de Mantua a Correggio para decorar el Palazzo Te, pero su destino cambió sin saberse el porqué, entre otros, El rapto de Ganimedes.

Correggio. El rapto de Ganimedes. 1520-1540. Óleo sobre lienzo.  163,5 x 72 cm. Kunsthistorisches Museum. Viena.

En pintura también y ya en el siglo XVII, Fra Andrea Pozzo pintó los frescos con perspectiva más importantes de Roma, en el techo de la Iglesia San Ignacio, la Apoteosis de San Ignacio, realizada en la última década del siglo XVII.

Los estilos manieristas y barrocos de las iglesias jesuíticas de los siglos XVI y XVII incluyen a menudo ejemplos de trampantojos pintados en las bóvedas, dando la impresión óptica de cielos abiertos para acoger la ascensión de Jesús o de María.

El tema desarrollado en la bóveda de la nave central de esta iglesia, se centra en la labor evangelizadora llevada a cabo por los jesuitas en el mundo, exaltando la figura de San Ignacio de Loyola.

Iglesia de san Ignacio de Roma.

 

San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier.

San Ignacio figura colocado como eje de la composición, ligeramente desplazado del centro, sobre una serie de nubes y rodeado por numerosas figuras angélicas. En torno a esta escena, Andrea Pozzo hace un gran uso de la perspectiva, desarrollando una serie de estructuras arquitectónicas inspiradas en la Antigüedad Clásica, que dan al espectador una sensación de que nada tiene fin, y de que el cielo se abre a un plano superior infinito.

En las cuatro esquinas figuran los continentes -sin incluir Oceanía- representados por figuras femeninas y junto a ellas, las almas recién convertidas.

Asia y África con sus atributos.

América y Europa con sus atributos.

Están representados santos que fueron muy relevantes en la acción evangelizadora de las misiones: san Francisco Javier, san Francisco de Borja, san Luis Gonzaga y otros…

San Francisco Javier y otros misioneros.

Toda la obra es un ejemplo del uso de la quadratura y el trampantojo, recursos artísticos que pretendían jugar con la percepción humana del espacio, creando arquitecturas pintadas falsas que parecían reales.

La Apoteosis de san Ignacio. Iglesia de San Ignacio. Roma.

El techo parece no terminar nunca o terminar en la figura del santo, pudiendo parecer que finaliza en los últimos arcos y columnas, o en los anteriores, pero todo es tridimensionalidad absolutamente fingida. Todo está pintado, para que junto con la arquitectura y la iluminación de la Iglesia, parezca real.

La cúpula también es otra trampa. Hay un lugar marcado en el piso de la nave con un círculo amarillo, desde donde la cúpula se ve realmente como una cúpula real, aunque al movernos las sombras empiezan a ser extrañas y se aprecia el trampantojo; no hay cúpula, está pintada.

Falsa cúpula.

El trampantojo encontró su máxima expresión en la pintura, pero también fue utilizado en la arquitectura. Uno de los trampantojos arquitectónicos más famosos del siglo XVII está en el Palazzo Spada, realizado por Francesco Borromini, que creó una falsa perspectiva. Una serie artificios crean la apariencia de una galería de alrededor de 40 metros de profundidad, siendo realmente de 8 metros.

El Palazzo Spada es un palacio de Roma, situado en la piazza Capo di Ferro, en donde se encuentra la Galería de Arte Spada, sobre el Tiber, en las inmediaciones del Palazzo Farnesse. Fue construido en 1540 para el cardenal Girolamo Capodiferro, siendo el arquitecto Bartolomeo Baronino, que construyó una fachada magnífica.

Palacio Spada.

El palacio fue adquirido por el cardenal Bernardino Spada en 1632, encargando al arquitecto Francesco Borromini que lo modificase. Borromini fue quien creó la obra maestra de falsa perspectiva en trampantojo en el patio con arcos, diseñando un efecto forzado de profundidad con dos filas de columnas cada vez de menor tamaño, el estrechamiento de la distancia entre paredes, disminuyendo progresivamente, y reduciendo la altura de la bóveda, mientras el suelo va alzándose, creando así la ilusión óptica de una galería casi cinco veces más larga de lo que es en realidad, con una escultura que se aprecia de tamaño natural detrás, cuando en realidad tiene sólo 60 centímetros de alto.

Galería con arcos del palazzo Spada.

Otros trampantojos muy relevantes en arquitectura so: el Teatro Olímpico de Vicenza, diseñado por el arquitecto Andrea Palladio en 1580 y terminado por Vicenzo Scamozzi tras morir Palladio. El escenario está diseñado como un trampantojo para proporcionar una profundidad inexistente.

Teatro Olímpico de Vicenza.

La Scala Regia de Gian Lorenzo Bernini en la ciudad del Vaticano, es una imponente escalera, parte de la entrada ceremonial al Palacio Apostólico Vaticano. Fue construida a principio del siglo XVI para conectar el Palacio Apostólico con la Basílica de San Pedro por el arquitecto Antonio da Sangallo el Joven. En la época barroca fue modificada por Gian Lorenzo Bernini por encargo del papa Alejandro VII -Fabio Chigi-, realizando la obra entre 1663 a 1666. Bernini utilizó recursos visuales de trampantojo.

La escalera está situada en una franja estrecha ascendente entre la Basílica y el Palacio. Flanqueada por paredes irregulares convergentes y cubierta con una bóveda de cañón sobre columnas que van disminuyendo de tamaño a medida que ascienden, se produce  una percepción monumental con perspectiva forzada.

Scala Regia de Roma.

La época de esplendor de la pintura ilusionista, trompe l´oeil o trampantojo fue el barroco, situándose en este período los frescos más importantes, aunque existen muchos otros y en otras épocas, entre los que se debe mencionar, ya al final del siglo XVIII, los pintados por Francisco de Goya en San Antonio de la Florida de Madrid -en la avenida de Valladolid, parque de la Bombilla-, representando El milagro de San Antonio de Padua en la cúpula y La Adoración de la Santísima Trinidad en las pechinas, en donde unos personajes se asoman a la falsa barandilla que la bordea.

Iglesia de san Antonio de la Florida. Ahora hay dos idénticas, una para culto y otra, museo.

Cúpula de san Antonio de la Florida.

Milagro de san Antonio de Padua, detalles.

En fin, son incontables los trampantojos que existen en nuestras iglesias y monumentos, pero antes de pasar al siguiente apartado, me gustaría sacar a esta humilde palestra, el recuerdo para un bello trampantojo que existe en una pequeña ermita de la ciudad donde resido, al que una serendipia me llevó cuando buscaba amor y encontré serenidad para mi espíritu; es la ermita de San Isidro de Alcalá de Henares.

En 1629 catorce labradores alcalaínos, entre ellos Diego de Portillo, fundaron la Cofradía y Hermandad del Señor San Isidro. En 1650 cumpliendo el testamento de don Diego comenzó la construcción de la ermita. Esta zona, entonces extramuros, situada al norte de la Vía Complutense comenzó a denominarse las Eras de San Isidro. En 1814, se disolvió la Cofradía, y se creó la Hermandad del Glorioso San Isidro.

La pequeña ermita es un buen ejemplo de arquitectura barroca. Su exterior es de ladrillo visto, cajones de tapial y zócalo de piedra. El tejado está tapizado con tejas árabes que descansan sobre un alero de madera.

El altar está adornado por un gran retablo fingido -trampantojo- realizado en 1885 para sustituir el primitivo retablo barroco que había sido destruido durante la guerra de la Independencia. Un falso templete parece sostener la imagen de la Inmaculada Concepción en el centro con Santa Bárbara y San Antonio Abad a los lados. Un poco más abajo y en el centro, la figura de San Isidro, que sí es real. La escultura, talla de los años 40 en sustitución de la original, se encuentra en la base en una pequeña hornacina.

El espectacular trampantojo es obra de Manuel Laredo, arquitecto, restaurador y pintor además de gran coleccionista de arte. La pintura, que fue realizada al temple con retoques al óleo, imita muy bien los falsos mármoles y bronces, y los efectos de la imaginaria luz que entra por una de las ventanas, creando falsas sombras que parecen verdaderas. Bastante deteriorado el retablo fingido durante la guerra civil, fue restaurado en 1942.

También es interesante destacar uno de los trampantojos más desconocidos; es el de la falsa puerta en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Se trata en un tapiz que reproduce la antigua y desaparecida puerta de entrada al Palacio, obra de Churriguera, anterior a la restauración del edificio de la calle de Alcalá, antiguo palacio de los Goyeneche. En la calle de la Cruz, se puede apreciar una calle ficticia y el edificio de Telefónica de Gran Vía sobresaliendo al fondo. Es obra de Ángel Aragonés. 

Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

También los trampantojos fueron muy populares en las pinturas flamenca y holandesa del siglo XVII, incorporándose decididamente a esta ilusión técnica con el desarrollo de la pintura de bodegones.

El pintor flamenco Cornelis Norbertus Gijsbrechts creó una pintura chantourné -recorte que se aplica a un trampantojo que parece salirse de la pared- mostrándolo en un caballete que sostiene un bodegón.

Cornelius Gijsbrechts. Trompe l’Oeil de caballete con bodegón, 1668-72. Óleo sobre lienzo, 225 x 123 cm. Statens Museum for Kunst. Copenhague. Dinamarca.

Cornelis Norbertus Gijsbrechts. Trompe-l’œil de un gabinete abierto. Entre 1666 y 1678. 94,5 x 80,8 cm. Óleo sobre tela. Colección privada.

El pintor holandés Samuel Dirksz van Hoogstraten fue también un maestro del trampantojo, y reflexionó sobre su papel en el arte como imitación realista de la naturaleza en su libro Introducción a la Academia de Pintura, o el Mundo Visible de 1678.

Samuel Dirksz Hoogstraten. Trampantojo aún vida. 1655. 92 x 72 cm. Óleo sobre lienzo. Academy of Fine Arts of Vienna. Viena. 

Los trampantojos también se usaron en la decoración de interiores -muebles, puertas, ventanas…- y otros de menor tamaño -tableros simulando volumen, naipes pintados con dobleces para simular tridimensionalidad, telas ficticias con agujas…- o exteriores.

Una de las pinturas más conocidas como trampantojo en tela, fue la de Pere Borrell del Caso, pintor realista del siglo XIX de Puigcerdá,  en Niño huyendo de la crítica.

Pere Borrell del Caso. Niño huyendo de la crítica. 1874. Óleo sobre lienzo. 76 x 63 cm. Colección Banco de España. Madrid.

También  algunos pintores del siglo XVII hicieron guiños al trampantojo  como Bartolomé Esteban Murillo en un autorretrato.

Bartolomé Esteban Murillo. Autorretrato. 1670. Óleo sobre lienzo. 122 x 107 cm. National Gallery. Londres.

Muchos historiadores del arte han estudiado la forma en que Velázquez pintó las Meninas, trampantojo de fama universal. Una de las teorías, apunta a que todo el cuadro se realizó con un juego de dos espejos. Uno, sobre el que se vio el artista para poder autoretratarse y hacerlo con la familia real, y otro, que se sitúa al fondo de la estancia que recoge el retrato de los reyes que está pintando en el lienzo, tal y como ya señaló, entre otros, Antonio Buero Vallejo en su estudio El espejo de las Meninas. Esta obra de arte oculta inicialmente, y sin firmar, fue considerada por Luca Giordano la teología del arte pictórico.

Diego Velázquez. Las meninas.

La llegada de nuevos materiales para la construcción propició un nuevo tipo de arquitectura, haciendo que las superficies que antaño se destinaban a ser decoradas exclusivamente con murales, ahora fueran destinadas a ese objeto en mucha menor proporción.

No puede faltar una alusión a los espejos que fueron y son creadores de espacios de ilusión por sí mismos. Se utilizaron durante el barroco y el rococó, y además de su función multiplicadora de espacio ilusionante, provoca un cierto grado de confusión sobre los límites reales del espacio y de las verdaderas proporciones de un interior por la repetición de unos mismos motivos de decoración reflejados y que podrían ser multiplicados hasta donde se desee.

     Palacio de Versalles. Galería de los espejos.

El ARTE  URBANO, cuyo proemio fueron los grafitis, y que permite la expresión figurativa y de mensajes subliminales -también están incluidos los de siempre, pero en vez de con navaja y en la corteza de un árbol, se publica en muro: Pakito & Jeniffer, 2019– en las partes exteriores de cualquier cosa (también en las interiores pero estas interesan menos por su escasa visibilidad), ha tenido un crecimiento incontenible en los últimos 30 años, hasta el punto de ser reconocido como ARTE, obligando a instituciones públicas a ceder espacios, para que de este modo, la desbordante e irrefrenable pasión de los llamados inicialmente grafiteros y luego artistas urbanos, actualmente algunos muy cotizados, sea limitada en el espacio.

El término arte urbano o arte callejero, traducción de street art, hace referencia a todo el arte de la calle. El arte urbano engloba tanto al grafiti como a otras formas de expresión artística callejera; desde mediados de los años 90 el término street art o Post-Graffiti, se utiliza para describir el trabajo de un conjunto heterogéneo de artistas apasionados por la vida urbana, que han desarrollado un modo de expresión en las calles, mediante el uso de diversas técnicas.

Al desarrollar esta actividad en espacios públicos, no son siempre bien vistos, ni del gusto de todos, ya que es como obligar a alguien que no lo desea, a ir todos los días a un museo. El arte callejero, al integrar sus elementos en lugares públicos, pretende sorprender a los espectadores llevando a menudo mensajes irónicos, criticando a la sociedad y pudiendo invitar a la reflexión o ser simplemente decorativos.

Los trampantojos han encontrado en el arte urbano un caldo de cultivo muy importante, creciendo últimamente a mucha mayor velocidad que el puro grafiti, teniendo la decoración de paredes medianeras o sin trascendencia, gran aceptación popular e institucional , simulando edificios donde no los hay, u orificios a través de los cuales se puede ver el inexistente interior de nada, tanto en el pavimento como en exteriores o interiores. Normalmente, son obras de colectivos y tienen un impacto notable en el paisaje urbano, aunque también son realizados por artistas de forma individual.

Algunos de los más importantes artistas son:  Banksy, Shepard Fairey, Dean Stockton, John Fekner o Blek le Raten sus obras se aprecia no sólo su técnica, sino también los mensajes relativos a la política, a la ética o a la moral.

Banksy es el seudónimo de un artista urbano inglés del que no se conoce su nombre, ni se está seguro de conocer su cara.

Bansky. Niña con soldado.

Bansky. Niña con globo.

Obras de Bansky.

Murales de arte urbano de Shepard Fairey -alias Obey– y de Dean Stockton -alias Face– junto al centro de Arte Contemporáneo de Málaga.

Obey  decoró el edificio de la izquierda y Face  el de la derecha del C.AC. de Málaga.

John Fekner es un artista muy reivindicativo. y muchas de sus obras fueran realizadas en solares del Bronx, donde tras derribar edificios, no se llegaba a construir nada, produciéndose una zona escombrada, que acrecentaba la sensación de zona deprimida. También trabaja sobre coches, camionetas u otras piezas abandonadas en esos barrios.

John Fekner Broken Promises/Falsas Promesas Sur del Bronx, NY 1980.

John Fekner. Abandonado.

Beck le Rat. Ballerina.

Algunos artistas urbanos se han especializado en el arte de dibujos anamórficos*, que deben ser contemplados desde una precisa perspectiva para ver el efecto deseado. No dejan de ser trampantojos cuyos dibujos se construyen proyectándolos sobre un plano oblicuo, de tal manera, que sea ininteligible si no se mira desde el punto de vista excéntrico adoptado para la proyección. Los diseños así construidos, adquieren un realismo de tres dimensiones superior al de otras técnicas. Un par de artistas muy conocidos por sus dibujos anamórficos son el suizo Felice Varini y Rub Kandy.

Varini Sobre una superficie no plana cualquiera -una habitación, un museo, una calle, un pueblo entero- pinta figuras geométricas con tramos parciales de segmentos o curvas independientes entre ellas, pero que al ser observadas desde un punto preciso adquieren continuidad y dan la ilusión de que se trata de figuras completas en el plano.

Obras de Felice Varini.

Rub Kandy realiza obras en entornos arquitectónicos abandonados.

Obras de Kandy.

Anamorfosis es la deformación reversible de una imagen producida mediante un procedimiento óptico a través de un procedimiento matemático o geométrico. Es un efecto de perspectiva utilizado en arte para forzar al observador a mirar desde el punto determinado por el artista, desde el que el elemento cobra la forma deseada por él, normalmente clara.

Otra área de actividad de los trampantojos en el street art, es la de los artistas que dibujan y colorean casi exclusivamente sobre el pavimento, consiguiendo efectos en 3D notables. Julian Beever, Edgar Müller, Eduardo Rolero, Kurt Wenner y Manfred Stader, pudieran ser de los más conocidos.

Julian Beever es un artista británico que utiliza la tiza  para crear sus dibujos sobre pavimento en 3 D, usano la anamorfosis para crear la ilusión óptica.

Además del arte sobre pavimento, Beever pinta murales y réplicas del trabajo de grandes maestros del arte. Generalmente es contratado para crear murales para compañías para la publicidad.

Cascada en la Plaza Manuel Gómez Moreno (Madrid) de Julián Beever.

Obras de Beever.

Edgar Müller artista alemán que desde niño sintió una gran fascinación por la pintura, pintando escenas rurales de su ciudad. Tras la adolescencia, decidió dedicarse a la pintura en la calle.

Edgar Muller. Acantilado, caida de agua.

Obras de Muller.

Eduardo Rolero es un argentino que vive en España y dibuja por todo el mundo imágenes 3D en los pavimentos. Titula sus obras de forma extraña. Pinta utilizando el trampantojo como base de su arte. Estudió Arquitectura y Bellas Artes en su país natal, que complementó con sus estudios de copista en museos de Roma. Artista urbano en 3D, pintor, escultor y dibujante, Rolero emplea la tiza para obtener las imágenes de sus dibujos anamórficos con temas satíricos y de crítica social.

Eduardo Rolero. Cien años de perdón.

Eduardo Rolero. Un mundo por delante.

Eduardo Rolero. El gran gurú.

Kurt Wenner es un artista norteamericano que asistió a la Escuela de Diseño y Centro de Arte de Rhode Island entrando después a trabajar para la NASA como ilustrador científico del espacio. En 1982, se fue a Italia, para estudiar arte clásico, y su inclinación, lo arrastró hacia el arte figurativo neoclásico, que le ayudó a desarrollar su particular estilo.

En 1984 comenzó a dibujar perspectivas anamórficas sobre pavimento, en pastel. Sus conocimientos adquiridos en las técnicas renacentistas italianas dieron como resultado magníficos trampantojos. Recibió especial influencia del Manierismo de Giulio Romano, de su famosa obra en Mantova, el Palazzo Te, donde hay frescos a modo de ilusiones ópticas.

Kurt Wenner. Gran Cañón en Times Square.

Kurt Wenner. Er mundo de Manue.

Kurt Wenner. Pescando en el viejo Shangai.

Manfred Stader, artista alemán que comenzó a pintar por las calles en 1980, mientras estudiaba arte en Frankfurt. En 1985, se presentó a la principal competición del mundo de pintura urbana en Grazie di Curtatone (Italia), consiguiendo el título de Master street painter.

Manfred Stader. Smart.

Manfred Stader. Grants.

Obras de Stader.

Merecen un apartado, los artistas que decoran fachadas y medianeras produciendo efectos de trampantojo que en algunos casos llegan a parecer imposibles.

El francés Patrick Commecy y su equipo de muralistas transforman monótonas fachadas en bonitas escenas llenas de vida y color. Sus pinturas de ventanas, balcones, ladrillos y tejas se parecen muchísimo a los reales. Commecy a veces incorpora personajes conocidos de la ciudad donde realiza el trabajo, de la historia o de la política en sus murales.

Commecy. Renaissance en Le Puy-en-Velay.

Commecy. 32 personajes cinematográficos en Cannes.

Commecy. Los personajes de la novela Clochemerle en Vaux-en-Beaujolais.

Commecy. Pioneros del alpinismo.

Otro de los más cotizados artistas de fachadas es el veneciano Manuel di Rita, que usa en la mayoría de sus obras el formato de grafiti para crear sus trampantojos, Apodado y conocido por Peeta, ha decorado fachadas de edificios residenciales, comerciales y culturales de buena parte del mundo.

El grafitero veneciano crea diseños en las fachadas que se convierten en ilusiones ópticas de tal nivel, que rompen las dimensiones geométricas y dan la impresión de que los edificios  se derriten, se yerguen o se retuercen para adornarse, como una mujer cuando baila sevillanas.

Peeta se formó como artista urbano en la calle, colaborando con grupos de grafiteros tan importantes como los neoyorquinos FX y RWK, o los EAD de Padua, que le enseñaron el uso del 3D. Alternó esta actividad con estudios de escultura y diseño en la Universidad de Venecia. Sus obras se plasman en cualquier tipo de superficie -planas-, como la de la mayoría de las fachadas, alterando la percepción del observador, haciéndonos ver tres dimensiones donde no las hay.

Algunas de sus obras:

Obras en dos dimensiones de Peeta, aunque parezcan imposibles.

Otro artista importante de las fachadas de aspecto tridimensional mediante el trampantojo, es el norteamericano John Pugh. Pugh asistió a la Universidad Estatal de California, recibiendo su licenciatura en 1983 y el Premio al Alumno Distinguido en 2003, aunque llevaba trabajando en la calle desde 1971. Su estilo particular de pintura mural provocó el término Ilusionismo Narrativo.

John Pugh. Quetzalcoatl Ecatepec de Morelos. Méjico. 

John Pugh. Mural en la Universidad Estatal de California.

Otras obras del Ilusionismo Narrativo de John Pugh.

También en España es innumerable la cantidad de artistas de la calle y del trampantojo. Se puede citar a Alberto Pirrongelli, un extremeño que comenzó con los cartelones de los cines -el último de los importantes-, evolucionando hacia el Street Art.

Tiene infinidad de obras como la de la plaza de Puerta Cerrada, la de la calle de la Montera, calle de Don Pedro, plaza de los Carros…en Madrid y otras fuera de la capital.

Plaza de los Carros. Madrid.

Calle Montera. Lo que es trampantojo es la bocacalle pintada a la izquierda. Madrid.

Calle de don Pedro. Madrid.

Casa de la Vela en Lavapiés. Madrid.

Pirrongelli. Navalcarnero.

En Navalcarnero ha dejado una ruta del trampantojo, que naturalmente hay que conservar si se desea su supervivencia: Piensos Alonso, los Segadores, la Vendimia, el Museo del Vino, Baile regional….

EL TRAMPANTOJO EN EL CINE 

Los trampantojos también han sido utilizados ampliamente en el cine hasta la aparición de los efectos especiales digitales. Desde simular una vista exterior a través de una ventana, en escenas rodadas en decorados interiores, hasta la simulación de completos decorados exteriores, pintando un “gran exterior” en una pequeña superficie que se situaba cerca de la cámara, pero ocupando solo una parte del encuadre, mientras que la escena real tenía lugar más lejos y ocupando el resto del encuadre de la cámara.

Probablemente el mayor homenaje cinematográfico que se ha hecho a la anamorfosis pueda encontrarse en el corto de los hermanos Stephen y Timothy Quay, Anamorphosis o Artificiali Perspectiva de1991.

En ese corto, los Quay ofrecen una maravillosa introducción a una de las técnicas más misteriosas desarrolladas durante el renacimiento. A través de las pinturas de Erhard Schön*1 y Hans Holbein el Joven*2 entre otros, se juega con la idea del multiperspectivismo en el arte como vehículo para cifrar mensajes ocultos. Bajo una estructura en apariencia inofensiva, estas imágenes anamórficas, pueden revelar al observador desajustado, objetos extraños, figuras atractivas o repulsivas que conviven sin alterar la superficie iluminada.

*1 Erhard Schön (1491-1542) fue un pintor alemán, dibujante y grabador en madera. Sus estudios de perspectiva le llevaron también a ensayar la búsqueda de ilusiones ópticas y la creación de anamorfosis como la Vexierbild que contiene cuatro retratos: de Carlos I, su hermano Fernando I, el papa Clemente VII y Francisco I de Francia.  Aunque planteado como un acertijo gráfico, en el que bajo la impresión de un paisaje, se deben descubrir los cuatro retratos, observando desde determinado punto de vista. El paisaje da también algunas de las claves necesarias para interpretar a los personajes: un episodio militar de Carlos I en el sitio de Viena acompañado de su hermano Fernando I, Dios amenazando al turco con Clemente VII y una caravana con un camello con Francisco I, alusión a sus alianzas con los infieles.

Acertijo gráfico con los retratos de Carlos  I  de España y V de Alemania,  su hermano Fernando I del Sacro Imperio, Clemente VII y Francisco I de Francia. 1531-1534.  Xilografía. Staaliche Museen. Berlín.

Deorsum, resolución del acertijo.

*2 Hans Holbein el Joven (1497-1543). Uno de los primeros pintores alemanes del Renacimiento que dibujó una anamorfosis en el famoso cuadro Los Embajadores, donde aparece un cráneo deformado en medio del lienzo que sólo podemos ver correctamente desde el lado derecho y acercándonos mucho.

Los embajadores Jean de Dinteville y Georges de Selve obra de Hans Holbein el Joven de 1533.

La anamorfosis ha formado parte de la técnica cinematográfica también con el nacimiento del cinemaScope, creado por el astrónomo e inventor Henri Chrétien en 1926 con el nombre de anamorphoscope. Este sistema capta y proyecta las imágenes mediante lentes anamórficas instaladas en la cámara y en el proyector, para aumentar la anchura de la pantalla. Actualmente existen programas informáticos que ya realizan la anamorfosis. Aunque la tecnología que siguió al cinemascope, ha continuado desarrollándose –panavisión y otras-, el formato anamórfico del cinemascope sigue hasta hoy, siendo utilizado por directores y proyeccionistas.

Pero realmente hay pocas mentiras tan grandes como el propio cine -engaños-, aunque pueden hacer vivir momentos sublimes.

EL TRAMPANTOJO EN LA MODA

En un edificio, un trampantojo se utiliza para mostrar cómo tridimensional, lo que está pintado en dos dimensiones.

En la moda, los trampantojos se pueden utilizar en general para afinar la silueta, agrandarla,  cubrir la piel con transparencias que sean la segunda piel, para parecer sin ser…

Una camiseta con un lazo serigrafiado en lugar del lazo real; unos pantalones vaqueros con líneas pintadas para crear la apariencia de la decoloración o arrugas; un jersey cuello cisne con un collar pintado, zapatos que producen altura o bajura sin que se vea por qué…

Las transparencias, en tonos similares a los de la piel, son las mejores estrategias para enseñar la piel. Se utilizan en escotes increíbles para evitar que estos se muevan y de base para dibujos más elaborados. Zuhair Murad ha sido uno de los diseñadores que han apostado más fuerte por esta tendencia, dejándonos vestidos como el que luce Jennifer López en la imagen.

Esta técnica también puede aplicarse a otras prendas como los pantalones creando efectos tan hipnóticos como los del look de Balenciaga que luce la modelo Cara Delevingne.

Los prints son uno de los grandes aliados de esta técnica cubriendo los puntos clave como en este top, de Zuhair Murad, que luce la actriz Nina Dobrev.

En el mundo de la moda, el trampantojo fue utilizado inicialmente por la gran modista Elsa Schiaparelli, contemporánea de los surrealistas y amiga y colaboradora de Cocteau y de Dalí.

También en la pintura moderna surrealista e hiperrealista ha sido empleado el trampantojo. Artistas como Salvador Dalí o Renée Magritte, utilizaron también esta ilusión con mucha frecuencia.

Cisnes reflejando elefantes. Salvador Dalí. 1937.  51 x 77 cm. Óleo al aceite. Fundación Gala-Salvador Dalí. Figueras.

Dalí. Cúpula del Palacio del Viento.1972-1973. 114 x 570 cm. Museo Dalí. Figueras.

René Magritte. L´heureux donateur.1966. Óleo sobre tela.

René Magritte. La clef des champs.1936. Óleo sobre tela.

JARDINES

También se está trabajando mucho en la actualidad en las ilusiones ópticas, para crear lo que parecen jardines. Ilusiones que nos trasladan a praderas, con árboles y plantas, con hojas y flores.

En realidad no hay jardín, ni puerta  ni ventana. Tampoco banco ni macetones.

Con el trampantojo se puede hacer un jardín donde apenas hay espacio, agrandar aparentemente el espacio, abrir puertas y llevar una selva tropical a cualquier parte. El resultado será jardines y paredes cuyos suelos y muros con hierbas y enredaderas crecen sin necesidad de regarlas.

Música: Steve Walsh Dust in the wind Kansas .