Navarra: Casas reinantes y sus monarcas mientras fue reino.

El reino de Navarra surgió en un territorio, en el que tras un periodo inicial de expansión, fue decreciendo paulatinamente en extensión y en consecuente grado de influencia, debido a las disputas entre las clases dirigentes y las conquistas realizadas por los reinos vecinos.

El espacio navarro se estructuró tras la invasión musulmana de la península en el siglo VIII, en una parte norte con centro en la ciudad de Pamplona –Iruña, fundada por Pompeyo en un asentamiento vascón existente-, en donde tanto el dominio musulmán como el posterior del Imperio Carolingio, tuvieron una duración breve, y una parte sur, dominada inicialmente por la familia ismaelita Banu Qasi.

PRIMERA DINASTÍA REINANTE EN NAVARRA:  LA ARISTA-ÍÑIGA  

Íñigo Arista de Pamplona.

Disposición de la península ibérica en el año 816 con la Marca Hispánica del reino  carolingio.

La primera dinastía que reinó en el Norte de Navarra fue la ARISTA-IÑIGA con tres reyes –Iñigo Arista, García Iñiguez y Fortún Garcés– que gobernaron desde el 816 hasta el 905, año en que Galindo II Aznárez, conde de Aragón, patrocinó un golpe de estado en Pamplona, a consecuencia del cual resultó sustituida esa dinastía por la JIMENA, más favorable a los intereses aragoneses.

Galindo Aznárez II Conde de Aragón .893-922. Pintura de Eduardo Rosales.1857. Museo del Prado.

Disposición de los territorios año 910.

En la parte sur, un noble hispano godo natural de la región, pactó con los Omeyas, y se convirtió al islam, consiguiendo mantenerse al frente del gobierno de esa zona del valle del Ebro, pudiendo trasmitir su liderazgo político a sus descendientes. La familia Banu Qasi, que durante años mantendría el poder en el sur de lo que hoy es el territorio navarro, se alió cuando hizo falta con los Arista o con el Imperio Carolingio para mantener a raya al poder del EMIRATO cordobés.

Navarra fue uno de los núcleos montañeses de resistencia cristiana frente a la dominación islámica en la península ibérica, ayudados por los francos carolingios, siendo denominados por los cronistas francos, Reino de los Pamploneses y más tarde Reino de Pamplona-Nájera, en referencia a la importancia de la ciudad riojana en el reino pamplonés.

DINASTÍA JIMENA EN NAVARRA

El establecimiento de la dinastía JIMENA, se llevó a cabo con Sancho Garcés I que reinó entre 905 y 925, haciendo valer los derechos de su mujer Toda -nieta de Fortún Garcés, último rey de la dinastía Iñigo Arista- para acceder al trono. Este rey pamplonés ocupó posteriormente el condado de Aragón.

Su hijo, García Sánchez I, que reinó en Pamplona entre 925 y 970, fue prometido en matrimonio a Andregoto Galíndez hija del conde de Aragón Galindo II Aznárez, solucionando de este modo el problema jurídico planteado por la ocupación del condado de Aragón por su padre Sancho Garcés I de Pamplona. El matrimonio fue anulado en 943 aduciendo la existencia de parentesco entre los cónyuges -como era habitual en las monarquías por aquel entonces-, pero el condado ya sería para el hijo nacido del matrimonio, Sancho Garcés II, que además sería rey de Pamplona. Tras separarse de Andregoto Galíndez , se casó en segundas nupcias con la hija del rey de León Ramiro II, Teresa Ramírez.

García Sánchez I tuvo que empeñarse con frecuencia en la lucha contra los Tojibies de Zaragoza para defender el condado de Aragón durante los 45 años que duró su reinado, ayudando también a restaurar a Sancho el Craso en su trono de León, del cual había sido desposeído por el conde Fernán González –conde de Castilla, Burgos, Álava, Lantarón y Cerezo-, al que venció y apresó García Sánchez I en el año 960.

García Sánchez I  tuvo dos hijos varones Sancho y Ramiro -un tercero, Jimeno, murió niño-: el primero le sucedió con el nombre de Sancho Garcés II Abarca que reinó desde 970 a 994, estando en guerra con frecuencia con Ramiro III de León y con el conde García Fernández de Castilla que lo derrotaron en Rueda y penetraron en Aragón, tomando el castillo de Buil y apresando al obispo de Roda, Aymarico.

Retratos de Sancho II Garcés, su esposa Urraca Fernández y su hermano Ramiro Garcés en el Códice Albeldense.

La península ibérica en el año 1000.

El hijo mayor de Sancho Garcés II, García Sánchez II, el Trémulo o el Temblón, reinó en Pamplona desde 994 al 1000 y le dio el gobierno de Aragón a su hermano Gonzalo, con título de rey. El Trémulo casó con Jimena Fernández –hija del magnate leonés y II conde de Cea, Fernando Bermúdez- de quien tuvo a Sancho Garcés III el Mayor (990-1035), rey que heredó el reino de Pamplona y el condado de Aragón, domeñando los territorios circundantes a su reino, haciendo crecer mucho los límites del mismo, apoderándose, por derecho de sucesión o por conquista, de parte de Sobrarbe y Ribagorza, y a la muerte del conde de Castilla, Sancho García de Castilla, ocupó los territorios castellanos por estar casado con Doña Munia -o Muniadona– o Doña Mayor, hija de aquel, ocupando también parte de los territorios del rey de León Bermudo III.

Sancho Garcés III El Mayor.

Posteriormente, tuvo el sueño y deseo de reunir todos los territorios cristianos de la península Ibérica; se intituló Rey de Pamplona, Aragón, Sobrarbe, Ribagorza, Castilla, Álava, León, Asturias y Astorga.  Con él, LOS REINOS DE PAMPLONA Y EL CONDADO DE ARAGÓN ESTUVIERON UNIDOS, aunque por poco tiempo…Llegó a ser designado Rex Ibericus por abades cristianos y Sancio rege Navarriae Hispaniarum por los cronistas galos.

Año 1035 , a la muerte de Sancho  Garcés III el Mayor.

Tuvo cuatro hijos: el primogénito Ramiro, ilegítimo y engendrado de soltero con Sancha de Aibar. Más tarde, y dentro del matrimonio con doña Mayor o Munia otros tres, García, Fernando y Gonzalo. Dividió –blandito– a su muerte en 1035, sus territorios entre sus cuatro hijos: Aragón a Don Ramiro (con Ramiro I, Aragón se convirtió en Reino en 1035), Pamplona con Nájera, Bureba y el país vasco a García Sánchez III el de Nájera, Castilla con parte de León a Don Fernando I de Castilla el Grande (Castilla se convirtió en reino también en 1035), y Sobrarbe y Ribagorza, a Don Gonzalo I rey de estas dos comarcas.

Ramiro I de Aragón.

Así pues, en 1035, comenzaron a existir como reinos independientes, además del de Pamplona, ya existente, los nuevos reinos de Castilla, Aragón y Sobrarbe y Ribagorza. EL REINO DE PAMPLONA Y EL CONDADO DE ARAGÓN –a partir de entonces, reino con Ramiro I- VOLVIERON A SEPARARSE.

Año 1037 con Castilla y Aragón ya reinos.

García Sánchez III, el de Nájera, rey de Pamplona, venció a su hermanastro Ramiro I de Aragón en Tafalla en 1043, fijando una nueva frontera oriental de su reino, aprovechando también la debilidad de los reinos de taifas para aumentar por el sur sus dominios, logrando conquistar Calahorra en el año 1045. Ramiro I añadió los territorios de Sobrarbe y Ribagorza a Aragón, a la muerte de su hermano Gonzalo  en 1045, intitulándose rey de Aragón, Sobrarbe y la Ribagorza.

García Sánchez III en diciembre de 1052 consagró el Monasterio de Santa María la Real de Nájera, iniciando gestiones para llevar reliquias de santos al Monasterio. Tras los permisos eclesiásticos necesarios, se intentó trasladar el cuerpo de san Felices de Bilibio y al llegar a los Riscos de Bilibio con el obispo de Álava para recoger los restos, al abrir la sepultura, sintió el obispo que se le torcía la boca, tras lo que se inició una fuerte tormenta. Pareció una señal del cielo, conservando el obispo la boca torcida hasta su muerte. Un año más tarde, se intentaron trasladar los restos de san Millán también sin conseguirlo, ya que los bueyes que trasladaban las reliquias no quisieron andar, lo que se consideró otra señal divina. En el lugar donde se pararon los bueyes, mandó el rey construir un nuevo monasterio para albergar sus restos tras su muerte, junto a las reliquias de san Millán; este sería el Monasterio de San Millán de Yuso.

Casó García Sánchez III el de Nájera  -rey de Pamplona- con Estefanía, de la Casa de Barcelona, teniendo 8 hijos, el mayor de los cuales fue Sancho Garcés IV de Pamplona el de Peñalén, que reinó entre 1054 y 1076, sucediendo a su padre muerto en la batalla de Atapuerca. García Sánchez III  se alió con su tiastro Ramiro I de Aragón para  presionar a la taifa de Zaragoza e intentar conseguir la sumisión de Al-Muqtadir, artero gobernante, que con una mano pagaba los impuestos de sumisión y con otra enemistaba al  nuevo rey de Aragón Sancho I Ramírez de Aragón  -su padre  había muerto en 1063- con su primastro el rey de Pamplona Sancho Garcés IV el de Peñalén.

Ramiro I rey de Aragón, murió en 1063 a las puertas de Graus, de un lanzazo en la frente de un musulmán disfrazado de cristiano, y 31 años más tarde, su hijo, Sancho I Ramírez rey de Aragón, de un flechazo en el sitio de Huesca en 1094.

Sancho IV Garcés de Pamplona tuvo que soportar varios conflictos por tierras de Castilla, aún en su poder -del reino de Pamplona-, por lo que se vio obligado a mantener permanentemente las fronteras aseguradas para intentar abortar las pretensiones del entonces rey de Castilla Sancho II el Fuerte. El Rey de Aragón Sancho I Ramírez, se alió con el de Castilla Sancho II el Fuerte contra su primastro Sancho Garcés IV de Pamplona, provocando la guerra de LOS TRES SANCHOS, de la que salió victorioso el de Pamplona.

Al mismo tiempo, Sancho IV Garcés continuó la política de presión sobre la taifa de Zaragoza, ya mantenida por su padre y que tan rentable económicamente resultaba:  las parias entregadas por el rey musulmán a cambio de protección en caso de conflicto, eran en 1070, de 12.000 mancusos de oro anuales.

El rey Sancho IV Garcés el de Peñalén, rey de Pamplona, murió en 1076, al ser tirado por un barranco por sus hermanos Ramón el Fratricida y Urraca, en Funes -Peñalén- durante una cacería. Del occiso quedaron pocos ripios.

Tras el asesinato de Sancho Garcés IV de Pamplona -sin hijos- por sus hermanos, y no queriendo los pamploneses que le sucediera ninguno de los fratricidas, fue proclamado rey por el pueblo, su primo Sancho I Ramírez rey de Aragón, reinando en Pamplona desde 1076 a 1094 como Sancho V de Pamplona. EN ESTA FECHA VOLVIERON A UNIRSE LOS REINOS DE PAMPLONA Y ARAGÓN.

Sancho  Ramírez, que fue Sancho V de Pamplona y I de Aragón, hijo de Ramiro I  de Aragón -y por tanto nieto de Sancho Garcés III el Mayor de Pamplona- y de Ermesinda de Foix, contrajo matrimonio con Isabel de Urgel, unión de la que nació Pedro I Sánchez el Católico –rey de Pamplona y Aragón desde 1094 a 1104-, monarca que sobrevivió a su hijo varón primogénito, siendo heredadas ambas coronas por su hermanastro Alfonso I el Batalladorrey de Pamplona y Aragón desde 1104 a 1134, hijo de su mismo padre Sancho V  de Pamplona y I de Aragón  y de Felicia de Roucy.

Sancho V de Pamplona y I de Aragón.

El Batallador, destacó en la lucha contra los musulmanes, y llegó a duplicar la extensión de los reinos de Aragón y Pamplona tras la conquista de Zaragoza. Por su matrimonio con Urraca I de León, gobernó también sobre León, Castilla y Toledo, haciéndose llamar Emperador de las Españas, hasta la anulación de su matrimonio por el rechazo al mismo de forma reiterada de la nobleza, que la solicitó a la Iglesia, siendo concedida por ésta. Sus campañas lo llevaron hasta las ciudades de Granada, Valencia y Córdoba, obteniendo grandes victorias sobre los musulmanes en Valtierra, Cutanda, Cullera y Arnisol.

Alfonso I el Batallador.

Mapa de las conquistas de Alfonso I (en naranja conquistas a los musulmanes, en verde  medio, territorios del reino de Pamplona recuperados de Castilla, en beige zonas de frontera repobladas por Alfonso y en morado zonas de frontera iniciales entre la taifa de Zaragoza y el reino de Aragón).

Alfonso I el Batallador de Pamplona y Aragón  casó con Urraca, -hija de Alfonso VI de León-, mujer que en primeras nupcias había contraído matrimonio con Raimundo de Borgoña con el que tuvo dos hijos: Alfonso VII de León el Emperador y su hermana mayor Sancha. Así pues, Alfonso VII de León era hijastro de Alfonso I el Batallador, rey de Pamplona y Aragón.

Urraca I de León.

Alfonso I el Batallador, sin hijos con Urraca, legó sus reinos de Pamplona y Aragón a las Órdenes Militares de los Templarios, a la de San Juan de Dios y a los caballeros del Santo Sepulcro de Jerusalén, pero nadie cumplió su testamento, que indignó a todos, y los nobles aragoneses se reunieron en Jaca, coronando a su hermano Ramiro rey de Aragón, con el nombre de Ramiro II Sánchez el Monje, eligiendo por otro lado los pamploneses a García V Ramírez el Restaurador  –hijo del infante Ramiro Sánchez y biznieto de García Sánchez III el de Nájera-, señor de Monzón y de Logroño, y de Cristina Rodríguez, hija de Rodrigo Díaz de Vivar, “El Cid Campeador”. García V reinó sobre los pamploneses desde 1134 a 1150. LOS REINOS DE PAMPLONA Y ARAGÓN VOLVIERON A ESTAR SEPARADOS tras 58 años de unión.

Le sucedió en Pamplona su hijo Sancho VI el Sabio que reinó en Pamplona/Navarra entre 1150 y 1194 y que en 1162 cambió su titulación de rey de Pamplona por la de  rey de Navarra.

Reinó acosado por el emperador Alfonso VII de León y Castilla -de quien fue vasallo- y por el conde de Barcelona  Ramón Berenguer IV,  que decidieron repartirse el reino de Pamplona, ya que el Papa no lo reconocía como rey, sino como duque –Dux Pampilonensium-, porque según la interpretación del Santo Padre del testamento de Alfonso I el Batallador, el reino debía pertenecer  a las Órdenes militares y religiosas.

Sancho VI el Sabio casó a su hermana Blanca  con el que sería Sancho III de Castilla primogénito de Alfonso VII de León y Castilla el Emperador-. Sancho VI  y Alfonso firmaron entonces la paz en Soria, que se afianzó con la boda de doña Sancha -hija de Alfonso- con el rey pamplonés, aunque posteriormente el rey leonés volvió a firmar con Ramón Berenguer un acuerdo en 1157 para repartirse el reino de Pamplona (la cabra siempre tira al monte). El 21 de agosto de ese año murió Alfonso VII el Emperador, jurando Sancho VI de Pamplona vasallaje al nuevo rey de Castilla, su cuñado Sancho III.

La repentina muerte de Sancho III de Castilla el 31 de agosto de 1158, dejó el trono castellano en manos de su único hijo Alfonso VIII -el de las Navas deTolosa- de tres años. Sancho VI supo aprovechar esta oportunidad para librarse del vasallaje.

En agosto de 1162, murió Ramón Berenguer IV, dejando el trono de Aragón y el condado de Barcelona a su mujer, Petronila, que abdicó en su hijo Alfonso II, cuando cumplió 7 años.

Dos reyes-niños dejaban a Sancho VI la libertad para intentar expandir su reino. Cambió la intitulación de reino de Pamplona por la de reino de Navarra  ese año, pactando una tregua de trece años con los tutores del rey aragonés, para asegurarse la frontera oriental y  poder atacar a Castilla.

Reino de Navarra con Sancho VI el Sabio.

En otoño de ese mismo año -1162- atacó Castilla por todos sus frentes, anexionándose parte de La Rioja. Tras estas conquistas, pactó con Castilla y Aragón el reparto de lo conquistado a los musulmanes.

Del matrimonio de Sancho VI con Sancha de Castilla –hija de Alfonso VII de León el Emperador y de Berenguela de Barcelona-, nacieron 6 hijos, Su sucesor Sancho VII el Fuerte de Navarra se casó con Constanza de Tolosa, pero el hijo que tuvieron -según las Crónicas del Príncipe de Viana- murió a los 15 años, quedando sin descendencia. Sancho VII repudió en 1200 a Constanza, casándose con Clemence, hija de Federico I “Barbarroja”, Emperador del Sacro Imperio de la Casa Hohenstaufen, con la que no tuvo hijos, aunque regó sus reinos con algunos ilegítimos, y su sangre siguió fluyendo por obispados y casas nobles de los reinos de Aragón y Navarra. Sancho VI tuvo también una hija, Blanca, que casó con Teoblado III de Champaña.

Sancho VII el Fuerte, destacó en la cruzada contra los musulmanes, cabalgando con sus tropas en vanguardia de la fuerza cristiana , en la Batalla de las Navas de Tolosa -1212- llegando el primero a la tienda del miramamolín, tomando las cadenas protectoras de la tienda y la esmeralda del sultán, las cuales incorporó al escudo de Navarra, sustituyendo el que hasta entonces había sido su emblema personal, el Arrano beltza –Águila negra-, por uno nuevo  con los símbolos de lo conquistado al musulmán.

Arrano beltza.

Sancho VII el Fuerte de Navarra y Jaime I de Aragón firmaron en 1231 un tratado de prohijamiento -que no se cumplió-, por el que acordó que aquel de los dos que sobreviviese al otro, ocuparía su reino sin obstáculos.

En 1224 Sancho VII enfermó recluyéndose en Tudela de forma permanente, apodándole a partir de entonces “el Encerrado”. No existiendo un heredero directo y legítimo al haber fallecido su hermano Fernando, el heredero aceptado por la nobleza navarra fue Teobaldo de Champaña el Trovador, hijo de la hermana de Sancho VII, Blanca y del conde Teobaldo III de Champaña, que aunque no era del gusto del rey enfermo, fue coronado, lo que supuso la entronización en Navarra de dinastías francesas -primero la de Champaña, después la Capeta y por último la de Évreuxdurante casi dos siglos, que al disponer de territorios más importantes en Francia, se despreocuparon en mayor o menor grado del gobierno del reino navarro.

Sancho VII el Fuerte falleció el 7 de abril de 1234 en Tudela, acabando así la dinastía JIMENA, siendo sucedido por su sobrino Teobaldo I el Trovador de Champaña.

CASA DE CHAMPAÑA EN NAVARRA

Armas de la Casa de Champaña.

Los reyes navarros de la Casa de Champaña proporcionaron al reino reformas políticas, institucionales y económicas importantes, que supusieron un punto de inflexión en el devenir del reino, en su paso de la Alta Edad Media a la Baja Edad Media.

Teobaldo I  el Trovador rey de Navarra y IV conde de Champaña reinó entre 1234 y 1253. Fue coronado con 33 años en la catedral de Pamplona, siendo elevado en la coronación sobre un escudo blocado* como era tradición. De los 19 años de reinado sólo estuvo en Navarra 6, debiendo atender a sus compromisos en Francia. Se encontró inicialmente con la oposición de la nobleza navarra debido a su forma de gobierno personalista, apoyada en su senescal francés, aunque a los 5 años de su reinado, logró llegar a acuerdos con los infanzones, creando una comisión de diez ricoshombres, veinte caballeros, diez eclesiásticos, su consejo personal y el obispo de Pamplona, para poner por escrito unos fueros. De este modo surgió la primera redacción de los fueros navarros, el conocido como Fuero Antiguo, parte fundamental del Fuero General.

*Los escudos blocados usados durante el medievo eran de madera y podían ser fácilmente partidos de un golpe, por lo que solían ser reforzados con una estructura metálica en forma de cruz, de estrella o similar. Es lo que se denomina un escudo blocado.

Una de las reformas administrativas más importantes, fue la creación de merindades -que estarían hasta el siglo XIX- con objeto de aumentar los ingresos, introduciendo los usos contables, para control de la fiscalidad. Las merindades eran territorios que estaban bajo la jurisdicción de un merino, oficial público responsable de la administración económica, financiera y judicial de la merindad.

Merindades.

Teobaldo participó en la VI Cruzada a Tierra Santa, consiguiendo la entrega de Jerusalén a los cristianos en 1240, debiendo ayudar a su regreso, al rey de Francia san Luís IX -del que era vasallo por Champaña y Brie- en la lucha contra Enrique III de Inglaterra -hijo de Juan I sin Tierra, nieto de Leonor de Aquitania y sobrino de Ricardo I Corazón de León-. Teobaldo, al margen de destacar como político, diplomático y militar, tuvo gran afición por la música y la poesía, por lo que recibió el apodo de “el Trovador”.

Teobaldo I rey de Navarra y IV  conde de Champaña se casó en tres ocasiones: en primer lugar con Gertrudis de Dagsburgo, de la que se divorció a su mayoría de edad y no tuvo hijos; en segundas nupcias con Inés de Beaujeau, matrimonio del que nació Blanca de Navarra, y al fallecimiento de Inés, con Margarita de Borbón, con la que tuvo seis hijos, entre ellos los dos siguientes reyes navarros, Teobaldo II  y Enrique I.

Teobaldo II de Navarra el Joven, reinó entre 1253 y 1270, casándose en 1255 con Isabel de Francia, hija de san Luís IX rey de Francia. Subió al trono con 15 años, siendo regentado el reino por su madre, que presionada por los nobles, tuvo que renunciar a la regencia a favor de un consejo de “doce buenos hombres”.

Teobaldo para la ceremonia de coronación -1257- hizo cambiar la fórmula de elevación sobre el escudo blocado, por el rito de la unción y coronación, costumbre sacramental ésta, que era la practicada por los reyes de Francia.

Impulsó el asentamiento del sistema de merindades, eliminando el de las Tenencias*, legislando para que cada rey de Navarra sólo pudiera acuñar un tipo de moneda durante su reinado, ley que juraron los posteriores reyes navarros.

*Las Tenencias eran distritos que, con centro en un lugar fortificado, articulaban el control de los hombres y la tierra en la monarquía pamplonesa, hasta la primera mitad del siglo XIII, siendo regidas por los barones o señores más significados de la nobleza hereditaria, desempeñando por mano del rey, funciones políticas, militares, judiciales y fiscales.

Fue uno de los promotores de la VIII Cruzada a Tierra Santa, muriendo –sin hijos- durante la misma, en Trapani –Sicilia-, en 1270.

Le sucedió su hermano menor Enrique I de Navarra el Gordo, que reinó solamente 3 años entre 1271 a 1274. En lo doméstico, continuó con las reformas establecidas por su padre y su hermano, y en el plano internacional llevó a cabo una política prudente, buscando la paz con Castilla y con Inglaterra.

Enrique I casó con Blanca de Artois -hija de Roberto de Artois, hermano de san Luís IX de Francia– de la que nacieron dos hijos: Teobaldo, que falleció el año de su nacimiento -1272-, al caer por una ventana del castillo de Estella, desde los brazos de su nodriza y Juana, que subiría al trono con el nombre de Juana I. Enrique el Gordo falleció en Pamplona en 1274.

Juana I nacida en 1273, se convirtió en reina con 1 año, reinando entre 1274 y 1305. Su madre Blanca de Artois, nombró junto a las Cortes Navarras, gobernador a Pedro Sánchez de Monteagudo, señor de Cascante.

Tanto Alfonso X el Sabio de Castilla como Jaime I de Aragón al ver la corta edad de la reina, comenzaron a llevar a cabo acciones militares en el caso del primero y políticas en el del del segundo, para intentar hacerse con el reino navarro por la vía matrimonial. Para darse tiempo y espacio para pensar y decidir, Blanca de Artois envió a la niña-reina a la corte francesa bajo la protección de Felipe III de Francia.

Las Cortes navarras, en las que predominaba el sector afín al rey de Aragón, declararon que sólo reconocerían a Juana I como reina si contraía matrimonio con el infante Alfonso de Aragón, nieto del rey de Jaime I de Aragón.

Pero Felipe III  de Francia por el Tratado de Orleans de 1275, asumió la regencia de Navarra hasta que la joven reina alcanzase la mayoría de edad, permaneciendo hasta entonces Juana en su corte. Esta medida fue rechazada por buena parte de la nobleza navarra, especialmente por la facción liderada por el opositor García Almoravid.

Probablemente, animados por este último, la ciudad de la Navarrería de Pamplona –uno de los tres burgos que conformaban Pamplona- organizó un dispositivo bélico frente a los otros dos burgos pamploneses –Burgo de San Cernin y la Población de San Nicolás-, amparándose en un privilegio otorgado por Enrique I el Gordo. La tensión se acrecentó, teniendo que dar permiso el gobernador Pedro Sánchez de Monteagudo, a los otros dos burgos, para que se fortificasen. La situación se agravó, siendo nombrando un nuevo gobernador de la confianza de Felipe III de Francia, que venció a los de la Navarrería –devastándola- y al obispo de Pamplona que los apoyaba, con un ejército llegado de Francia, acabando también de paso con las reivindicaciones de Alfonso X de Castilla y del rey de Aragón.

Así pues, con Juana I reina de Navarra, hija de  Enrique  I el Gordo  de la Casa de CHAMPAÑA y Blanca de Artois, que fue  enviada de niña para su cuidado a la Corte francesa de Felipe III de la dinastía CAPETA, va a finalizar la casa de Champaña en Navarra.

CASA DE LOS CAPETOS FRANCESES EN NAVARRA

Juana I de Navarra.

La reina Juana I de Navarra  de la Casa de CHAMPAÑA contrajo matrimonio en 1284 con Felipe IV de Francia el Hermoso -hijo de Felipe III, el primero de los reyes malditos, así calificado por la historia, por mandar quemar a Jacques Bernard de Molay, último Gran Maestre de la Orden de los Templarios que maldijo al rey mientras ardía en la hoguera-, subiendo Juana al trono de Francia con su marido, un año después.  A partir de ahí, los reyes de Francia serían REYES DE FRANCIA Y DE NAVARRA.

Felipe IV  el Hermoso y Juana I, reyes de Francia y Navarra.

De este modo, acabó la dinastía de CHAMPAÑA en Navarra, comenzando LA CAPETA, que era la de los reyes franceses de la época, iniciada por Hugo Capeto (938-996), conde de París, rey de los francos y fundador del linaje.

Hugo Capeto.

El poder del reino navarro aumentó, y la administración del reino fue dirigida desde París. Naturalmente, las clases privilegiadas navarras protestaron, pidiendo las juntas de infanzones y la hermandad de buenas villas el respeto a las costumbres del reino, como requisito sine qua non para su obediencia a los reyes.

Juana siempre desde Francia, impulsó la formación de navarros en París, dejando en su testamento dinero para la fundación en aquella ciudad del Colegio de Navarra.

El canciller de Felipe IV el Hermoso de Francia y Navarra, Guillermo de Nogaret, fue el verdadero diseñador de la maniobra de la muerte de Jacques Bernard de Molay -Gran Maestre de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y el Templo de Salomón- para saldar la inmensa deuda que Francia tenía con la Orden del Temple, redactando un escrito en el que culpaba a los templarios de la pérdida de los Santos Lugares, proponiendo una Nueva Cruzada, que podría ser financiada con lo que se confiscara a la Orden.

El Papa Bonifacio VIII se opuso a tal propuesta, siendo raptado por fuerzas de Felipe IV el Hermoso en Agnani, dando lugar a una revuelta popular, que obligó a su liberación; el papa excomulgó al rey francés de forma inmediata.

Al poco, murió Bonifacio VIII -1303-, siendo sucedido por Benedicto XI, cuyo pontificado duró solamente 1 año, falleciendo en 1304 en extrañas circunstancias, el día anterior a que apareciese  publicada la excomunión del primer ministro de Felipe IV,  Guillermo de Nogaret.

La elección de nuevo Pontífice en 1305, fue una imposición de Felipe IV el Hermoso de Francia a los cardenales, para que la elección en el cónclave recayese en el arzobispo de Burdeos, Bertran de Got, que adoptó para su pontificado el nombre de Clemente V, trasladando la residencia papal a AVIÑÓN  en Francia.

Papa Clemente V.

Presionado por el rey francés, Clemente V convocó en 1308, mediante la publicación de la bula Regnans in coelis, el concilio de Vienneque, que dio lugar a la bula VOX IN EXCELSO, por la que se suprimía la Orden del Temple, apoderándose de sus bienes muebles y cediendo los inmuebles a la Orden Hospitalaria de san Juan de Dios, anulando naturalmente las cuantiosas deudas que el reino de Francia tenía con el Temple, derivadas de los sucesivos, piélagos y seculares  préstamos.

Felipe IV el Hermoso de Francia y Navarra, forzó al Papa Clemente V, en 1314, a excomulgar a los que fueron  componentes de la Orden del Temple, haciendo  juzgar y quemar en la hoguera a Jacques de Molay, Gran Maestre de la Orden como se ha dicho, al ser acusados por un tal  Esquino Floriano -pagado por el rey y delincuente habitual-, que decía haber sido confidente de un templario en las mazmorras de Tolosa, y que se proclamaba conocedor de los vicios de los templarios, asegurando que al ingresar en la Orden, sus miembros renegaban de Dios, pisoteando y escupiendo la cruz, que les era permitida y perdonada la sodomía, que adoraban ídolos y que sus sacerdotes omitían intencionadamente en la misa las palabras de la consagración; en resumen fue una forma rápida y eficiente de saldar la inmensa deuda económica que el rey  de Francia había contraido con la Orden.

Al arder en la hoguera el Gran Maestre -18 de marzo de 1314- frente a Notre Dame de París, maldijo al Papa Clemente V, a Felipe IV y a su descendencia, y al canciller del rey y a la suya, señalando en la maldición el plazo de un año, para la muerte de los tres.

El Papa Clemente V falleció al cabo de apenas un mes -20 de abril de 1314- de la muerte de Jacques de Molay, y unos meses más tarde, durante una cacería -29 de noviembre de 1314-, un problema cardiovascular hizo al rey Felipe IV caer del caballo, muriendo a consecuencia del golpe; el confesor real Guillem Imbert -también interviniente en  la trama- falleció en extrañas circunstancias al poco tiempo de la ejecución del Gran Maestre. Guillermo de Nogaret murió con una horrible agonía en 1313, envenenado, por encargo de la condesa Mahaut d´Artois, nieta de Roberto d´Artois, hermano de san Luís IX de Francia.

Le sucedió en las coronas de Francia y Navarra su hijo Luis el Obstinado en 1316, con los nombres de Luís X de Francia y I de Navarra.

Luís X el Obstinado.

Luís, se casó en primeras nupcias con Margarita de Borgoña, que le dio una hija llamada Juana, que debería haber heredado las coronas de Navarra y Francia, pero la acusación de un supuesto adulterio de Margarita, hizo que el rey repudiase a su mujer y a su hija Juana, encerrando a la primera en prisión, hasta su muerte en 1315.

Se casó por segunda vez con Clemencia de Hungría, de la que tuvo póstumamente a Juan I de Francia y I de Navarra, convirtiéndose automáticamente en rey al nacer el 15 de noviembre de 1316, tras morir su padre Luís, el 5 de junio de ese mismo año en extrañas circunstancias –la maldición seguía haciendo efecto-.

Juan I murió con sólo 4 días de vida, con lo que ambas coronas pasaron a su tío, Felipe el Largo -hermano de Luis e hijo de Felipe IV-, que había sido nombrado regente de Francia desde la muerte de su hermano Luís, hasta que el niño llegase a la mayoría de edad, y se fabuló, con que él, fue el principal responsable de la muerte de su sobrino. Subió al trono como Felipe V el Largo de Francia y I de Navarra.

Circuló la leyenda de que el niño Juan I fue cambiado de cuna siendo sustituido por el hijo de su nodriza, por miedo a que lo mataran, criándose el auténtico rey sin conocer su verdadera identidad, hasta que le fue revelada por unos monjes muchos años más tarde; un mercader natural de Siena, Giannino Baglioni, reivindicó en 1356 ser el auténtico Juan I de Francia y de Navarra, e incluso fue reconocido por su supuesto tío, el rey de Hungría, sobrino de su madre Clemencia. Al final, fue encarcelado y murió en Nápoles en 1363. Además de robado, apaleado…en boca cerrada no entran moscas…

Felipe V el Largo.

Felipe V el Largo, durante su regencia, aprovechó para aplicar la Ley Sálica, según la cual, las mujeres no podrían reinar en Francia, aunque jamás tuvo aplicación esta ley en Navarra, en donde las mujeres tuvieron los mismos derechos que los hombres.

La ley a favor de los varones -impedía heredar la corona a las mujeres-, no fue diseñada en Francia en esa época, sino que se debió a una manipulación de la antigua ley de los francos salios del siglo V, siendo rey de los mismos, Clodoveo.

Si Felipe V  de Francia no hubiera puesto en vigencia la Ley Sálica, hubiese sido Juana la hija de Margarita de Borgoña y de su hermano Luís X, la nueva reina de Francia y de Navarra. Sin embargo, por esa Ley, fue despojada de sus derechos, para que Felipe pudiese reinar en Francia durante 5 años -1317 a 1322-. Felipe contrajo matrimonio en 1307 con Juana II de Borgoña, con la que tuvo siete hijos, de los cuales 2 fueron varones: Felipe que murió a los 8 años y Luís Felipe que murió con 1, siendo sucedido debido a la Ley por él reinstaurada, no por sus hijas, sino por su hermano menor Carlos. Murió a los 30 años de disentería, tras seis meses de gran sufrimiento –la maldición continuaba-.

Su hermano menor Carlos, tercer hijo varón de Felipe IV el Hermoso, subió al trono con el mismo apodo que su padre y con los ordinales IV en Francia y I en Navarra: Carlos IV de Francia y I de Navarra, el Hermoso, que reinó en los dos reinos entre 1322 y 1328.

En 1307 contrajo matrimonio con Blanca de Borgoña, condenada por adúltera al mismo tiempo que su cuñada Margarita de Borgoña -mujer de Luís X el Obstinado-, siendo anulado el vínculo por el Papa Juan XXII. Casó en 1322 en segundas nupcias con María de Luxemburgo, con la que tuvo una hija, y en 1324, y estando embarazada de varón, su carruaje volcó muriendo madre e hijo. En 1325, contrajo matrimonio nuevamente con Juana de Évreux, con la que tuvo una hija, María, y cuando el rey Carlos murió, la reina estaba embarazada, debiendo esperar el nacimiento de la criatura para conocer su sexo y consecuentemente saber si subiría al trono o no.

Se estableció un periodo de regencia, siendo su primo Felipe de Valois -más tarde Felipe VI– regente. Dos meses después, la viuda dio a luz a otra niña que no tuvo opción al trono, Blanca, que sería casada al cabo de los años con el hijo de Felipe VI de Valois, el duque de Orleans, también Felipe. El regente se convertiría en el rey Felipe VI el Encontrado, de la casa Valois y a partir de ese momento, la Ley Sálica fue reinterpretada para prohibir no sólo la posibilidad de que una mujer subiera al trono, sino también, para eliminar la descendencia femenina de la línea sucesoria -válida la  sucesión por agnación, no la de la linea de cognación-.

Con Carlos  IV el Hermoso  de Francia, muerto en 1328 –fin de la maldición-, se terminó la dinastía CAPETA en su rama principal en Francia, y en Navarra, al no ser de aplicación la Ley Sálica, fue otra historia. Aquí se SEPARARON las casas reinantes de FRANCIA Y NAVARRA, comenzando en Francia la VALOIS rama menor de la Capeta- y en Navarra, la casa de ÉVREUX.

Con Carlos IV el Hermoso de la casa Capeta muerto en 1328 -fin de la maldición-, se terminó esa dinastía en su rama principal en Francia, y en Navarra, al no ser de aplicación la Ley Sálica, fue otra historia. Aquí se SEPARAN las casas reinantes de FRANCIA Y NAVARRA, comenzando en Francia la VALOIS –rama menor de la Capeta- y en Navarra, la casa de ÉVREUX.

La elección para el nuevo rey de Francia fue entre tres aspirantes:

Escudo de Armas de los Valois.

Felipe de Valois, nieto de Felipe III el Audaz de Francia, sobrino de Felipe IV  el Hermoso y primo de Carlos IV, que sería elegido rey de Francia alegando la transmisión de la línea por vía masculina. Este fue uno de los motivos desencadenantes de la Guerra de los Cien Años entre Inglaterra y Francia.

Felipe de Èvreux, yerno de Luis X el Obstinado de Francia y rey de Navarra por su matrimonio con su prima Juana II de Navarra, hija de Luís X y Margarita de Borgoña.

Eduardo III de Inglaterra, hijo de Isabel de Francia -hija de Felipe IV el Hermoso y hermana de Luís, Felipe y Carlos reyes de Francia y Navarra– y de Eduardo II de Inglaterra.

Fue elegido Felipe VI de Valois el Encontrado, que fue rey de Francia entre 1328 y 1350,  hijo del conde Carlos de Valois -hermano de Felipe IV- y de Margarita de Anjou y Maine; fue el primer rey de Francia de la rama Valois de los capetos.

Felipe VI el Encontrado.

A partir de ahí los reyes franceses en esa época fueron:

           & Juana de Borgoña (1ªs nupcias)                    Juan II el Bueno de Francia

Felipe VI el Encontrado 1328-1350.

           & Blanca de Èvreux o Navarra (2ªs nupcias)  Juana Blanca de Aragón

 

             & Bona de Luxemburgo (1ªs nupcias)            Carlos V el Sabio de Francia

Juan II el Bueno    1350-1364             

              & Juana de Auvernia (2ªs nupcias)

 

Carlos V el Sabio  1364-1380   & Juana de Borbón  Carlos VI el Bienamado o el Loco 

Carlos VI el Bienamado  1380-1422  & Isabel de Baviera   Carlos VII el Bienservido

Carlos VII el Bienservido  1422-1461  & María de Anjou     Luís XI el Prudente 

 

                    & Margarita Estuardo (1ªs nupcias)

Luís XI el Prudente    1461-1483           

                     & Carlota de Saboya (2ªs nupcias)                                   Carlos VIII el Afable

 

Carlos VIII el Afable   1483-1498     & Ana de Bretaña:   se les murieron los cuatro hijos habidos y fue sucedido por su primo de la casa Orleans Luís XII, biznieto de Carlos V el Sabio.                              

Luís XII reinó entre 1498 y 1515, siendo sucedido por el marido de su hija Claudia de Francia, FRANCISCO I,  después, ENRIQUE II -suegro de nuestro Felipe II-, FRANCISCO II, CARLOS IX, ENRIQUE III, ENRIQUE IV  -volvería a ser rey de Francia y Navarra , PRIMER BORBÓN FRANCÉS LUÍS XIII, LUÍS XIV

CASA ÈVREUX en NAVARRA

Escudo de Armas de los Èvreux Navarra.

A Juana -hija denostada por ilegítima de Luís X el Obstinado y Margarita de Borgoña– que había sido apartada de la sucesión al trono francés en virtud de la Ley Sálica y de las sospechas de bastardía que recaían sobre ella, le fue reconocido su derecho a la corona de Navarra, puesto que su padre Luís X de Francia y I de Navarra había jurado los fueros navarros. Ella estaba casada con Felipe de Èvreux, uno de los aspirantes al trono francés, que finalmente no consiguió, comenzando a reinar la casa Èvreux en Navarra.

Tumba de Felipe III  de Èvreux  el Noble y Juana II en Saint Denis.

Felipe III el Noble de Navarra, fue rey de Navarra, y conde de Èvreux y Longueville. Era el tercer hijo de Luís de Èvreux  -descendiente de san Luís IX rey de Francia– y Margarita de Artois -.

Felipe y Juana fueron coronados en Pamplona el año 1329 como Juana II y Felipe III, Reyes de Navarra, De acuerdo con las Cortes navarras y con el visto bueno de Felipe VI de Francia. Tanto el francés como los nuevos monarcas navarros, renunciaban a los condados de Champagne y Brie, y los navarros a cualquier derecho sobre la corona francesa, renunciando el francés a cualquier aspiración sobre el reino navarro, entregando además a Juana II y Felipe III, los condados de Angulema y Mortain. Para que Felipe III de Èvreux pudiese subir al trono, los navarros le hicieron aceptar el compromiso de que, si quedaba viudo, cedería el poder a su primogénito en el momento en que éste alcanzase la edad de 21 años, y en el caso de que éste muriese, renunciaría al trono.

Felipe III tuvo que intervenir en la guerra de los 100 años en apoyo de su primo Felipe VI de Francia contra Inglaterra, y en apoyo a los reyes cristianos, en la reconquista peninsular ibérica.

Más interesados en los asuntos y la política francesa, sobre todo en lo relativo a Normandía, los nuevos monarcas no tardaron en abandonar Pamplona, gobernando el reino por intermedio de lugartenientes franceses.

Al año siguiente, los monarcas navarros tuvieron que regresar debido a las disputas bélicas con Castilla, enfrentamientos que terminaron con el Tratado de Cuevas -1336-. El entendimiento conseguido entre ambos reinos, unido a la tregua firmada en 1342 entre Francia e Inglaterra en la Guerra de los Cien Años, hizo que Felipe III de Navarra proyectase una expedición con otros reinos cristianos contra los musulmanes del reino de Granada, enfermando y falleciendo en el sitio de Algeciras -1343-, tras un reinado de 15 años (1328 a 1343).

De la unión de Felipe y Juana nacieron 8 hijos de los que se pueden destacar tres:

María –primogénita-, que casó con Pedro IV de Aragón el Ceremonioso, hijo de Alfonso IV el Benigno, muriendo en 1347 con 17 años.

Carlos, 1332-1387, que fue rey de Navarra y conde de Èvreux.

Blanca de Èvreux, que casó con Felipe VI el Encontrado de Francia.

Tras la muerte de Felipe III, la reina Juana II ejerció la regencia hasta su muerte en 1349. Fue coronado rey su segundo hijo Carlos –María había fallecido-, que fue conocido como Carlos II el Malo.

Juramento de Carlos II el Malo sobre la Eucaristía.

Carlos II el Malo nació en 1332 y sucedió a su madre en 1349, reinando en Navarra hasta 1387 y gobernando en el condado de Èvreux, hasta que le fue incautado por Carlos V el Sabio de Francia.

Posesiones del reino navarro en tiempos de Carlos II.

Contrajo matrimonio con Juana de Valois (1343-1373) hija del rey de Francia Juan II el Bueno –hijo de Felipe VI de Francia y de Juana de Borgoña- y de Bona de Luxemburgo.

Juan II el Bueno.

Tuvieron 7 hijos de los que cabe destacar a su segundogénito Carlos de Èvreux que ceñiría la corona con la denominación de Carlos III y el apodo de el Noble y a Juana de Èvreux que casó en segundas nupcias con Enrique IV de Inglaterra.

A Carlos II el Malo, en 1378 le fue incautado su condado de Èvreux por Carlos V el Sabio de Francia, hermano de su mujer Juana de Valois, debido a que volvió a revindicar sus derechos a la corona de Francia, derechos a los que habían renunciado Juana II y Felipe III, liderando además a la nobleza francesa disidente en el momento en que Juan II de Francia fue apresado por los ingleses en Poitiers, debiendo asumir la regencia su hijo, el futuro Carlos V de Francia.

Carlos III de Navarra el Noble (1361-1425) reinó en Navarra desde 1387 hasta su muerte. Con 17 años fue enviado como embajador por su padre Carlos II el Malo para negociar con Carlos V el Sabio de Francia, siendo apresado y embargadas las posesiones de los Èvreux en Francia a excepción de la inexpugnable Cherburgo. Por otra parte, fueron descubiertas las intenciones de Carlos II el Malo de atacar la villa de Logroño, y siendo alertado Enrique II de Castilla el Fratricida –mató a su hermanastro Pedro I el Cruel- o también denominado el de las Mercedes -por las contraprestaciones que tuvo que dar por la ayuda para vencer a su hermanastro Pedro I-, ordenó la invasión de Navarra, obligando a Carlos II de Navarra a firmar el Tratado de Briones -1380-, por el que fue liberado su buen hijo Carlos III de la corte francesa.

Carlos III el Noble contrajo matrimonio con Leonor Trastámara hija de Enrique II de Castilla en 1375, con lo que se pusieron fin a los conflictos entre Navarra y Castilla.

Tuvo 8 hijos legítimos, entre los que se pueden destacar a la primogénita Juana, que falleció con 30 años en 1413 SIN DESCENDENCIA -12 años antes que su padre- casada con Juan I de Foix , y a Blanca, que sucedió a su padre en el trono de Navarra tras su muerte en 1424/1425. La ausencia de heredero del matrimonio de Juan I de Foix y Juana de Navarra  -primogénita de Carlos III el Noble- evitó por el momento, que Navarra se incorporara a la casa de Foix.

Blanca I de Navarra.

Carlos III el Noble instituyó el título de Príncipe de Viana en 1423 para los herederos al trono del reino navarro. El primero en ostentar este título fue su nieto Carlos hijo de Juan II de Aragón y de Blanca de Navarra, más tarde reina consorte de Aragón y reina de Navarra.

Juan II de Aragón.

Carlos, príncipe de Viana.

Carlos III el Noble de Navarra de la casa de Évreux tuvo 8 hijos legítimos, entre los que se pueden destacar a la primogénita Juana, que falleció con 30 años en 1413 SIN DESCENDENCIA -12 años antes que su padre- casada con Juan I de Foix, y a Blanca, que sucedió a su padre en el trono de Navarra tras su muerte en 1424/1425. La ausencia de heredero del matrimonio de Juan I de Foix y Juana de Navarra evitó por el momento que Navarra se incorporara a la casa de Foix.

Carlos III instituyó el título de Príncipe de Viana en 1423 para los herederos al trono del reino navarro. El primero en ostentar este título fue su nieto Carlos, hijo de Juan II de Aragón y de Blanca de Navarra, la que más tarde sería consorte de Juan II de Aragón y reina de Navarra.

Carlos Príncipe de Viana.

El rey Carlos III procuró la mejora de las relaciones de Navarra con Francia e Inglaterra, aplicando políticas adecuadas y acuerdos matrimoniales, y buscó la paz con Aragón mediante el primer matrimonio de su hija la infanta Blanca con Martín el Joven en 1402, ya viudo, por entonces heredero del trono aragonés -era hijo de Martín I el Humano de Aragón– y rey de Sicilia, por su anterior boda con María de Sicilia. Blanca fue Regente de Sicilia a la muerte de su marido en 1409, nombrada por el rey de Aragón.

Martín  I el Humano, rey de Aragón.

Con Castilla –Carlos III estaba casado con Leonor hija de Enrique II de Castilla, el de las Mercedes– colaboró en las guerras contra los musulmanes de Granada, propiciando  un acercamiento más sólido también con Aragón por el matrimonios del infante Juan -más tarde Juan II rey de Aragón y padre de Fernando el Católico-, hijo  menor de Fernando de Antequera,  con su hija, la infanta Blanca, más tarde reina de Navarra como Blanca Ien segundas nupcias de ella-, tras la muerte, como se ha mencionado, de su primer marido Martín  el Joven I de Sicilia, matrimonio entre Juan y Blanca del que nació el que debió haber sido heredero a las coronas de Navarra y Aragón, CARLOS, Príncipe de Viana y de Gerona, y duque de Gandía y de Montblanc.

Tras la conquista del Reino de Navarra por Fernando el Católico en 1512, el título de Príncipe de Viana se transmitió a la Corona de Castilla, y posteriormente a los monarcas españoles, unido al de príncipe de Asturias, Gerona, duque de Montblanc, conde de Cervera y señor de Balaguer, títulos que ostenta la actual heredera a la corona española la infanta Leonor.

Carlos III el Noble destacó como impulsor de las artes, terminando la reconstrucción de la Catedral de Pamplona, construyendo los palacios reales de Olite y Tafalla. Murió en Olite en 1425.

Martín I de Sicilia el Joven, fue rey de Sicilia entre 1390 y 1409. Fue el primogénito de Martín I de Aragón el Humano -hermano de Juan I de Aragón que murió sin descendencia- y de María de Luna -hija y heredera del conde de Luna-, siendo por tanto nieto de Pedro IV de Aragón el Ceremonioso y sobrino de Juan I de Aragón. Casó en primeras nupcias con María de Sicilia -hija de Federico III de Sicilia y de Constanza de Aragón y Navarra– en 1390, ayudando a su mujer a recuperar el reino siciliano que le había sido arrebatado por un grupo de barones rebeldes.

María I, reina de Sicilia.

De este primer matrimonio de Martín y María de Sicilia, nació Pedro de Sicilia (1394-1400) que murió a los seis años.

En 1398, Martín el Joven fue nombrado sucesor de la corona de Aragón, Valencia y del condado de Barcelona por las Cortes aragonesas, tras jurar el estatuto de unión de esos reinos y condados y la aceptación de sus fueros.

A la muerte de su mujer María en 1401, Martín el Joven se casó en segundas nupcias con Blanca de Navarra, heredera de la familia Èvreux y futura reina de Navarra. De este matrimonio nació otro hijo, el infante Martín de Aragón que murió a los cuatro años.

Como ninguno de los dos hijos legítimos nacidos de sus dos matrimonios sobrevivió a Martín I el Joven, el único descendiente que dejó fue un hijo ilegítimo, Fadrique de Luna. Martín I de Aragón el Humano intentó nombrar a su nieto ilegítimo sucesor a la Corona de Aragón, sin éxito, siendo rechazada definitivamente su propuesta en el Compromiso de Caspe, en el que se aceptó la candidatura de Fernando de Antequera, que subiría al trono aragonés como Fernando I de Aragón de la casa Trastámara el Justo o el Honesto, padre de Juan II el sin Fe  y abuelo de Fernando II de Aragón el Católico.

Fernando I de Aragón, el de Antequera.

Antes de casar con el aún infante Juan de Aragón, a Blanca le firmaron formales desposorios con Luís de Baviera-Ingolstadt y con Eduardo de Bar, y tentativos con un descendiente de Federico III de Sicilia y un hijo del rey de Portugal, no llegando ninguno a buen fin.

La elección de Fernando de Antequera como nuevo rey de Aragón supuso el fin de la independencia del reino de Sicilia, pues el nuevo monarca aragonés se adjudicó, con el placet del papa Benedicto XIII, la investidura del reino insular.

Cuando murió en 1413 Juana de Foixhermana mayor de Blanca de Navarra– sin hijos, dejó a esta última como la siguiente en la línea sucesoria al trono de Navarra. Este hecho obligó a su padre a pedirle reiteradamente que retornara a Navarra desde Sicilia, habiendo sido nombrada por Fernando de Antequera, ya rey de Aragón, su lugarteniente y Vicaria –Regente– de Sicilia, cargo que desempeñó hasta 1415, año en que fue enviado a Sicilia como relevo el infante Juan, con cargo de Gobernador. Blanca, abandonó en ese momento el reino de Sicilia en donde había vivido y gobernado durante más de 12 años, volviendo a Navarra, en donde solicitó con insistencia a su padre Carlos III el Noble la convocatoria de las Cortes para su proclamación como heredera. El rey Carlos, convocó a las Cortes navarras en Olite en octubre de 1416, en donde su hija Blanca fue jurada heredera del reino de Navarra.

Palacio-Castillo de Olite.

En 1416 murió Fernando I de Aragón, el de Antequera, sucediéndole su primogénito Alfonso. que subió al trono como Alfonso V de Aragón el Magnánimo, que en 1418 negoció con el rey de Navarra Carlos III el Noble la boda de la heredera de este último, Blanca, con su hermano menor el infante Juan de Aragón y Alburquerque, momentáneamente Gobernador de Sicilia, en donde dos años antes, había conocido a Blanca en el relevo de la Regencia.

Blanca I de Navarra.

En diciembre de ese año, llegó la dispensa papal para que el matrimonio pudiera celebrarse, firmándose los capítulos matrimoniales en noviembre de 1419 en Olite, en donde se estipuló que los derechos a la corona navarra de doña Blanca pasarían a su muerte a su hijo aunque fuera menor, si lo hubiere, y que, si ella fallecía antes que su esposo, sin sucesión, don Juan debería abandonar cualquier pretensión sobre Navarra. Sin embargo, nada se estipuló sobre qué papel tendría el futuro rey Juan, en el caso de la muerte de su esposa con hijos mayores de edad, lo que sería fuente de graves conflictos, que siempre fueron perjudiciales para el primogénito de ambos, Carlos de Viana, debió de ser nombrado también heredero por primogenitura del reino de Aragón, corona que a la muerte de su padre heredó su hermanastro Fernando II el Católico  -hijo de Juana Enríquez y Fernández de Córdoba- en 1479, y aunque Carlos de Viana murió con anterioridad en 1461, nunca fue nombrado heredero, se supone que por la gestión de su madrastra Juana Enríquez.

Juana Enríquez y Fernández de Córdoba.

Blanca I de Navarra murió en 1441, siendo su marido Juan, rey iure uxoris junto a ella, desde su matrimonio en 1425 hasta esa fecha.

De la unión de Juan II de Aragón  con Blanca I  nacieron cuatro hijos. El primogénito Carlos, Príncipe de Viana (1421-1461), quién, según las capitulaciones matrimoniales, debíó heredar el reino de Navarra a la muerte de su madre, y ser heredero del reino de Aragón, Juana, que murió a los 2 años de edad, Blanca (1424-1464) casada con Enrique IV de Castilla -hermanastro de Isabel, la que sería la Católica-, y Leonor  (1425-1479) -casada con Gastón de Foix-, reina de Navarra como Leonor I durante 15 días (del 28 de enero al 12 de febrero de 1479).

Leonor I de Navarra.

Al morir la reina Blanca I, su viudo, el rey de Aragón, usurpó el trono navarro, alegando entre otras razones el testamento de la reina, en el que recomendaba a su hijo Carlos Príncipe de Viana que no se hiciese coronar rey de Navarra sin el consentimiento de su padre, buscando con esta cláusula testamentaria que no se enfrentaran padre e hijo, pero con la que consiguió lo contrario.

Al morir la reina Blanca I, su viudo, el rey de Aragón Juan II, usurpó el trono navarro, alegando entre otras razones el testamento de la reina, en el que recomendaba a su hijo Carlos Príncipe de Viana que no se hiciese coronar rey de Navarra sin el consentimiento de su padre, buscando con esta cláusula testamentaria que no se enfrentaran padre e hijo, pero consiguiendo lo contrario.

Carlos, Príncipe de Viana, aunque había heredado el carácter pacífico y sosegado de su madre y de su abuelo materno Carlos III el Noble, y su interés por mantener Navarra apartada de las garras aragonesas y francesas, coronas con ambición secular sobre ese reino, se vio forzado como consecuencia de esta usurpación a iniciar hostilidades contra su padre, lo que supuso una guerra civil. Carlos, contó con el apoyo de Luís de Beaumont y sus beaumonteses, y del condestable castellano Álvaro de Luna, y Juan II, con la lealtad del bando nobiliario de Agramont y sus agramonteses, siendo apoyados ambos respectivamente por los oñacinos y los gamboinos, ya que tanto los agramonteses como los beaumonteses tenían alianzas con esos bandos de las tierras vascas occidentales, que hasta comienzos del siglo XIII pertenecieron al reino de Navarra: los beaumonteses con los oñacinos* y los agramonteses con los gamboinos*.

*Los gamboínos eran partidarios del linaje guipuzcoano de Gamboa, rama de la casa alavesa de Guevara.

*Los oñacinos eran los partidarios del linaje guipuzcoano de Oñaz.

Estos dos linajes estuvieron enfrentados en la Edad Media en las llamadas Guerras de bandos.

La pacificación de los bandos en el banco de Vizcaya de la Plaza de España de Sevilla. Carlos I de España.

Buscando apoyos militares para resolver el conflicto a su favor, Juan II se casó en segundas nupcias con Juana Enríquez Fernández de Córdoba, hija del almirante de Castilla, matrimonio del que nació el futuro Fernando el Católico, 31 años después del nacimiento de su hermanastro Carlos de Viana.

Padre e hijo iniciaron la Guerra Civil de Navarra que comenzó en 1451 y terminó -momentáneamente- el 22 de noviembre de 1464 con la Concordia de Tarragona, firmada entre Juan II y los líderes beaumonteses, por la que fue reconocido rey de Navarra tres años después de morir Carlos y ya también fallecida su hermana Blanca -la siguiente en el derecho a la sucesión- en prisión, dos años después de Carlos.

Carlos y su padre se enfrentaron por primera vez el 23 de octubre de 1451 en la batalla de Aibar, donde el Príncipe de Viana fue derrotado, desheredado y desterrado, quedando Navarra en manos de Juan de Beaumont. Carlos de Viana se lanzó a la búsqueda de aliados por Europa, aunque sólo obtuvo vagas promesas. Volvió a Aragón pensando que al haber heredado ya su padre la corona de Aragón, a la muerte de su hermano Alfonso V el Magnánimo, podría reconciliarse con él y ser nombrado heredero de Aragón y rey de Navarra.

Carlos, Príncipe de Viana.

En 1455, Juan II desheredó a su hijo Carlos, heredero legal al trono de Navarra, e hizo lo propio con su segunda hija Blanca. Forzó a que su hija menor Leonor, con 31 años, y su marido Gastón de Foix  fueran proclamados herederos al trono de Navarra.

Enrique IV de Castilla ofreció al príncipe de Viana la mano de su hermanastra Isabel -más tarde la Católica-, ofrecimiento que  Carlos no aceptó, marchando a Barcelona en marzo de 1460, en donde fue recibido en olor de multitudes. Su padre Juan II de Aragón, marchó hacia Barcelona también, con su otro hijo, el infante Fernando y con su esposa Juana Enríquez, para poner de manifiesto quién era el auténtico soberano. Juan II ordenó el arresto de su hijo Carlos y de sus principales colaboradores y su posterior encierro en Lérida. La prisión de Carlos provocó que la mayor parte de los señores catalanes y la Diputación del General salieran en defensa del príncipe navarro y que la insurrección se extendiera por toda Cataluña.

Tomás Muñoz Lucena. La prisión del Príncipe de Viana. 1888. Óleo sobre lienzo. 98 x  145,5 cm. Museo de Bellas Artes de Córdoba.

Las voces en favor de nombrar heredero a Carlos también resonaban en Mallorca, Valencia, Sicilia y Cerdeña, e incluso, se vivieron varias incursiones de rebeldes catalanes en Aragón. Procurando atajar la rebelión, Juan II accedió a liberar a su hijo en marzo de 1461 y a concederle la lugartenencia general de Cataluña, así como a reconocerle heredero  de ese territorio.

Tras entrar triunfante nuevamente en Barcelona, Carlos de Viana se reunió con la Diputación del General para escuchar las exigencias que esta institución quería hacer llegar a Juan II, exigencias que adquirían la categoría de insolencia en el caso de la principal: quedaba prohibida la entrada del Rey en el principado sin el permiso de las autoridades. Para el pueblo catalán, el príncipe era un mito, en quien se aunaban las virtudes del santo y las del caballero, y por el cual, era alegre y liviana cosa el ofrendar la vida.

Cuando padre e hijo se disponían a reanudar las hostilidades, se produjo la sorprendente muerte de Carlos de Viana, a los 40 años, el 23 de septiembre de 1461; su madrastra, Juana Enríquez fue acusada de haberle envenenado, y su padre de haberle mandado asesinar, aunque realmente la salud del príncipe nunca había sido buena, padeciendo tuberculosis, que se agravó desde su encarcelamiento en una celda húmeda, sin ropa adecuada y mal alimentado.

La desaparición de Carlos reforzó la autoridad de su padre en Cataluña y allanó el ascenso al trono de su hermanastro Fernando,

En abril de 1462 -un año después de morir Carlos de Viana- Juan II firmó con su hija menor Leonor  y su yerno Gastón de Foix  -casados en 1441- el Tratado de Olite, por el que se reconocía rey de Navarra a Juan II, al que sucedería Leonor, siendo conveniente y necesaria la desaparición previa de la “legítima” heredera, tras la muerte de Carlos el año anterior, su hermana Blanca, que fue entregada a Leonor y Gastón y encerrada en la torre Moncada, donde falleció dos años después, en 1464, ejerciendo Leonor la lugartenencia del reino.

Leonor I.

Al año siguiente, Leonor firmó una tregua con los beaumonteses, pasando a intentar pugnar por el trono navarro, apoyándose en los mismos, utilizando su padre a los agramonteses.

En 1468 Juan II mandó asesinar al obispo de Pamplona, Nicolás de Chávarri, primer consejero de su hija Leonor, destituyendo a la misma del cargo de lugarteniente, nombrando heredero de la corona navarra a su nieto  Gastón V de Foix -hijo de Leonor y Gastón  IV de Foix-. El marido de Leonor muríó  en 1472 y  su hijo Gastón V, ya nombrado heredero, falleció también en un torneo celebrado en Libourne en1470, debiendo designar de nuevo para el cargo a Leonor en 1471, y ya sine die.

Tormeo de Libourne en 1470.

Gastón IV de Foix, colaborador fiel de Juan II, para ayudar a su suegro en Barcelona durante los desencuentros entre Carlos Príncipe de Viana y su padre, retó a los caballeros de Barcelona que quisieran, a celebrar una justa con él, con la única condición de que previamente deberían coger una manzana de oro, de las que había mandado colocar en un pino  en el paseo del Borne. Fueron 7 y con todos combatió y a todos venció. Desde entonces, se hizo llamar el caballero de las manzanas de oro.

Muerto Gastón IV de Foix, y viendo Leonor -que no era aún titular de la corona-, que Francia, Castilla y naturalmente Aragón, acosaban el reino de Navarra,  buscó apoyo en los agramonteses, ya que Fernando de Aragón se había atraído a los beaumonteses. En enero de 1479 murió Juan II, siendo jurada reina Leonor I el 28 del mismo mes en Tudela, en donde murió quince días más tarde.

La guerra civil prosiguió tras la muerte de Carlos y los desencuentros entre unos y otros continuaron aun después de la muerte de su padre Juan II, que murió en 1479, sobreviviéndole por parte de la descendencia habida con Blanca I de Navarra, sólo su hija menor Leonor.

En su testamento, Leonor, reivindicó todos los títulos de su hermano Carlos, según lo dispuesto por su madre Blanca I. Dispuso asimismo que el heredero fuera su nieto Francisco I de Foix, Febo -su hijo Gastón, casado con Madeleine de Valois había muerto-, recomendándole que se sometiera a la protección del rey de Francia, Luís XI el Prudente -hermano de Madeleine-.

Francisco I de Foix, FEBO.

TERMINÓ ASÍ LA CASA ÈVRAUX en NAVARRA, COMENZANDO LA CASA DE FOIX.

El nieto de Juan II de Aragón, Gastón V de Foix, hijo primogénito de Leonor de Navarra y Gastón IV de Foix, casado con Madeleine de Francia había muerto en 1472, heredando la corona de Navarra el hijo de ambos Francisco I de Foix, FEBO.

Madeleine de Valois.

Durante el reinado de Francisco I de Foix, Febo (1479-1483) ejerció la regencia su madre Madeleine de Francia, hermana del rey francés Luís XI el Prudente. Madeleine consiguió al inicio de su regencia, que los agramonteses y los beaumonteses firmaran la paz de Aoiz, pero sólo fue un espejismo, aunque quedó para la eternidad el escudo de Aoiz, con las dos banderías unidas, simbolizadas por espadas que quedan debajo de la corona real.

Escudo de Aoiz.

La muerte de Francisco I Febo en1483, convirtió a su hermana Catalina I de Foix en reina de Navarra, continuando su abuela Madeleine con la regencia los primeros años. Hubo fuertes presiones del rey Fernando II de Aragón el Católico para acordar la boda de Catalina I con Juan, príncipe de Asturias, hijo de los Reyes Católicos, recién nacido.

Catalina I de Foix.

Al fin, Catalina se casó en 1484 con Juan III de Albret (1469-1516) -con el beneplácito del rey de Francia-, hijo de Catalina de Rohan -biznieta de Carlos II el Malo de Navarra– y de Alano de Albret, siendo Juan III, el último rey consorte de Navarra.

Acta de coronación de  Catalina I y Juan de Albret.

En 1504 murió Isabel la Católica reina propietaria de Castilla y en 1506, Felipe I el Hermoso de Borgoña, marido de Juana I de Castilla la Loca, no siendo decretada la mayoría de edad de Carlos I hasta 1515, disponiendo así Fernando II de Aragón el Católico  de una década para manejar Castilla a su antojo aun sin ser rey, aumentando el acoso secular de Castilla -venía de su sangre aragonesa ese deseo- sobre Navarra. La guerra civil de Navarra continuaba, sin que apenas nadie ya recordara el porqué de su comienzo, que había sido el enfrentamiento dinástico entre el Rey Juan II de Aragón y su hijo Carlos Príncipe de Viana.

Fernando el Católico.

Los beaumonteses, liderados por Luís de Beaumont, condestable de Navarra y conde de Lerín fueron seducidos por Fernando II de Aragón para apoyar a Castilla, siendo los agramonteses  fieles a los reyes de Navarra, apoyados por el rey de Francia.

La guerra civil asolaba el reino, enfrentándose directamente el rey Juan III de Albret con el de Beaumont, conde de Lerín, al que embargó todas sus posesiones, marchando éste, exiliado a Castilla, donde el rey Fernando le recompensó con el marquesado de Huéscar y la Puebla de Don Fadrique. El de Lerín continuó acosando a pueblos y ciudades navarras, en uno de cuyos sitios -Viana- murió César Borgia, que había sido acogido en Navarra por su cuñado Juan III de Albret, al ser perseguido por el sucesor de su padre Alejandro VI Borgia, Pio III –Francesco Nanni Todeschini Piccolominie-.

Los beaumonteses, liderados por Luís de Beaumont, condestable de Navarra y conde de Lerín fueron seducidos por Fernando II de Aragón para apoyar a Castilla, siendo los agramonteses  fieles a los reyes de Navarra, apoyados por el rey de Francia.

La guerra civil asolaba el reino, enfrentándose directamente el rey Juan III de Albret con el de Beaumont, conde de Lerín, al que embargó todas sus posesiones, marchando a Castilla, donde el rey Fernando le recompensó con el marquesado de Huéscar y la Puebla de Don Fadrique.

Fernando el Católico, argumentando que los reyes de Navarra habían firmado el Tratado de Blois con el rey de Francia, y consecuentemente eran amigos de sus enemigos, habían convertido a Navarra en un estado no neutral en la Liga Santa de 1511 organizada por el papa Julio II, que enfrentaban a Castilla e Inglaterra contra Francia, y sintiéndose apoyado por los beaumonteses, ordenó en 1512 la invasión del reino de Navarra a Fadrique Álvarez de Toledo y Enríquez -segundo duque de Alba-, entrando desde Álava con tropas castellanas y vascas. Pamplona, dominada por los beaumonteses, se rindió en tres días, determinando el control del reino por el Católico. Los reyes navarros Juan III de Albret y Catalina I de Foix se refugiaron en sus dominios del Bearn francés.

Fadrique Álvarez de Toledo y Enríquez, segundo duque de Alba.

Fernando el Católico consiguió que el papa Julio II de la Rovere excomulgara a los reyes de Navarra -prístina costumbre papal para castigar a los que le llevaban la contraria-, quedando desposeídos de su reino, mediante las bulas ETSI II Qui Christiani, Pastor Ill e Caelestis y Exigit Contumacium, por su apoyo a los monarcas franceses, que habían sido declarados al fin cismáticos en el mes de agosto de 1512 durante el V Concilio de Letrán -1512 a 1517-, por sus ayudas al protestantismo que se estaba extendiendo por el sur de Francia.

La ocupación castellana fue total, tanto de la Navarra ContinentalBaja Navarra, al norte- como de la Peninsular -Alta Navarra, al sur, costando mucho más controlar militarmente la Baja Navarra, ya que continuaban las acciones militares encargadas por Catalina I de Foix y Juan III Albret  en primer lugar, y su hijo Enrique II,   después, que llevaron a cabo hasta tres intentos militares de recobrar el reino, aunque desde su residencia en la corte francesa, desde luego.

En 1513, las Cortes navarras, con sólo representantes beaumonteses, se reunieron para nombrar a Fernando el Católico rey de Navarra. Tras jurar los fueros, los procuradores le juraron obediencia y lealtad como rey de Navarra. En 1515, las Cortes de Castilla reunidas en Burgos sin representantes navarros, anexionaron el Reino de Navarra al de Castilla, aceptando el testamento de Fernando II el Católico, en ese momento rey regente de Castilla por la demencia de su hija la reina Juana, que señaló, que a su muerte se incorporase el Reino de Navarra a los reinos del rey de Castilla y no a los del de Aragón.

Fernando II el Católico.

AQUÍ TERMINA MOMENTANEAMENTE DE REINAR LA CASA DE FOIX EN EL REINO ENTERO DE NAVARRA, COMENZANDO A REINAR LA CASA TRASTÁMARA.

La guerra para controlar el reino de Navarra se prolongaría hasta 1524, reinando Carlos I y su madre Juana I, debido a las dificultades para controlar la Baja Navarra –Continental o ULTRAPUERTOS-.

En 1517 murió Catalina I de Foix/Albret, encargándose su hijo y heredero ENRIQUE de reclamar a Carlos I de Castilla la restitución del Reino de Navarra, sin éxito alguno. En 1521 y apoyado por Francisco I de Francia  que accedió al trono francés por su matrimonio con Claudia de Francia, hija de Luís XII, sin descendencia masculina, decidió intentarlo por la fuerza. Tropas navarro-gasconas enviadas por el rey navarro, entraron en Navarra, pero en vez de consolidar el territorio logrado, y prevaleciendo los intereses del rey francés sobre los del navarro, deseoso aquel de desgastar a Carlos I, se dirigieron a Logroño, siendo derrotados por los castellanos con un ejército de 30.000 hombres en la batalla de Noaín, terminando esta invasión, pero continuando otras acciones bélicas de los leales a los Foix hasta 1524.

Monumento a la batalla de Noaín,  la obra más emblemática del escultor de Peralta Joxe Ulibarrena. Al fondo el campo donde se celebró la batalla.

El 23 de agosto de 1523, los Estados de la Baja Navarra reunidos en Saint Palais juraron lealtad a Enrique II  de Albret, quien poco después renovó su alianza con Francisco I. En la Alta Navarra, las Cortes, ante los continuos contrafueros dictados por Carlos I, se rebelaron contra los intentos del emperador de reforzar su poder. En octubre, Carlos llegó a Pamplona para iniciar la invasión de Francia, y exigió a Enrique II paso libre por sus dominios. Tras la negativa del navarro, en noviembre de 1523, un ejército español ocupó  la Baja Navarra y atacó Bearne, tierra de los Foix en Francia.

Los dominios reales   franceses durante el reinado de Francisco I.

El conflicto navarro dio un nuevo giro en febrero de 1525, tras ser capturado en la batalla de Pavía el rey de Francia y el de Navarra. Francisco I fue encerrado en Madrid en la Casa y Torre de los Lujanes en la Plaza de la Villa. La posición de Carlos I fue extremadamente exigente, y Francisco I firmó en 1526 la renuncia al Milanesado, Nápoles, Flandes, Artois y Borgoña., quedando obligado además a abandonar la causa navarra. En el tratado también se decía que Francisco debía  enviar a dos de sus hijos a España como garantía.

Al volver a Francia Francisco I, el tratado fue declarado nulo por los franceses, declaración sustentada en la circunstancia de que Francisco había firmado coaccionado por su situación de preso, por lo que las guerras entre ambos bandos continuaron durante los años siguientes, convirtiéndose la rivalidad entre Carlos y Francisco en una de las mayores de la historia.

Enrique II  de Navarra  en 1527 consiguió huir de su apresamiento, regresando a París, en donde con la fama por sus proezas, obtuvo la mano de la hermana del Rey de Francia, Margarita de Angulema, confirmando de este modo la alianza franco-navarra.

Francisco I de Francia.

Batalla de Pavía. Los ejércitos de Carlos V venciendo a los de Francisco I de Francia. Tapiz de Bernard van Orley. Museo de Capodimonte.

En octubre de 1527, el Rey de Navarra expulsó momentáneamete a las tropas españolas de la Baja Navarra e instauró una estructura política similar a la de la Alta Navarra, que en adelante la denominaría Royaume de Navarre; La Paz de las Damas dos años después, terminó con el enfrentamiento militar, aunque la “cuestión navarra” continuó.

Dada la dificultad de mantener la posición de la Baja Navarra -Ultrapuertos- bajo control, el rey Carlos I de España renunció definitivamente a ella, retirándose en 1530, recuperando su corona el rey de Navarra Enrique II -que fungió bien su oficio de rey- manteniéndose bajo la influencia del Reino de Francia.

Así, fueron reyes de la COMPLETA  Navarra por la casa de TRASTÁMARA, Fernando II de Aragón, Juana I de Castilla y el emperador Carlos I, permaneciendo a partir de 1530 y con carácter de REINO, la ALTA NAVARRA unida a la corona de España: Casas de Austria con Carlos IV de Navarra -que fue Carlos I de España-, Felipe IV -Felipe II-, Felipe V –Felipe III-, Felipe VI -Felipe IV- y Carlos V de Navarra -Carlos II de España-, Casa de Borbón con Felipe VII de Navarra -Felipe V de España-, Luís II -Luís I de España-, Felipe VII de nuevo a la muerte de Luís, Fernando II -Fernando VI de España-, Carlos VI -Carlos III-, Carlos VII -Carlos IV-, Fernando III de Navarra -Fernando VII el Felón de España-, Casa  Bonaparte con José I, Casa de Borbón nuevamente con Fernando III  de Navarra -Fernando VII-, e Isabel I de Navarra -Isabel II de España-.

Con el fallecimiento de Fernando VII de España -primero el Deseado, luego el Felón y más tarde -cosa del narrador- el Entrópico, por incierto y desordenado, y debido a su Pragmática Sanción de 1830 que vino a publicar y promulgar la Pragmática de 1789 de su padre Carlos IV, que, aunque aprobada por las Cortes no llegó a entrar en vigor, y que anulaba la acordada por Felipe V en 1713, que, excepto en casos muy extremos, imposibilitaba a las mujeres a acceder al Trono, comenzaron las guerras carlistas por la sucesión al trono de España y de la Alta Navarra.

Vicente López Portaña. Fernando VII. 1814. Óleo sobre lienzo. 102 x 76 cm. Museo del Prado.

Esta Pragmática Sanción de 1789, restablecía el sistema de sucesión tradicional impuesto por Alfonso X el Sabio en las Siete Partidas, según el cual las mujeres podían reinar si no tenían hermanos varones.

Los partidarios del hermano de Fernando VII, Carlos María Isidro -carlistas- no admitían que la recién nacida Isabel fuera la futura reina, e intentaron aprovechar la enfermedad del rey Fernando -sucesos de la Granja de 1832- para que la reina María Cristina firmara la anulación de la Pragmática. Fernando VII se recuperó y anuló el decreto derogatorio de su mujer, siendo de nuevo su hija  Isabel, la heredera al trono.

Ante la negativa de Carlos María Isidro de prestar juramento de fidelidad a su sobrina Isabel como princesa de Asturias y heredera, Fernando VII lo desterró junto a su familia a Portugal. El 29 de septiembre de 1833, el rey Fernando VII moría, iniciándose una guerra civil por la sucesión a la Corona entre los isabelinos o cristinos y los carlistas.

En la Alta Navarra -nuestra Navarra española-, el virrey Antonio de Solá declaró el estado de guerra y la Diputación reconoció a Isabel  legítima heredera, procediendo a su proclamación como reina de Navarra el 2 de marzo de 1834. Los carlistas de Navarra se organizaron en la Junta Gubernativa, creada en noviembre de 1833, reconociendo a don Carlos como rey.

José Romá. Isabel II.  1841. Óleo sobre lienzo, 188 x 132 cm. Expuesto en el Palacio de Cervelló (Valencia). Colección pictórica del Ayuntamiento de Valencia.

La promulgación del Estatuto Real de 10 de abril de 1834 a modo de Carta Otorgada, con la creación de Cortes con 2 Cámaras en España, tutelada por la Reina Madre María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, supuso el declive progresivo de las instituciones del reino. Como consecuencia del motín de la Granja de agosto de 1836, se restauró la Constitución de 1812.

La Junta Gubernativa de los carlistas navarros fue sustituida por una Diputación provisional del reino, el 15 de mayo de 1838. El 31 de agosto de 1839 se firmó el Convenio de Vergara, por el que se daba por terminada la guerra de sucesión y don Carlos María Isidro  partió hacia Francia el 14 de septiembre.

La Ley de 25 de octubre de 1839, estableció la modificación de los fueros navarros, para hacerlos compatibles con la Constitución de 1812. ​

Con la Ley Paccionada -consecuencia del acuerdo de PAZ, tras el abrazo de Vergara que puso fin a la primera guerra carlista- o Ley de Modificación y Confirmación de Fueros de la Provincia de Navarra, norma aprobada por las Cortes Generales de España el 16 de agosto de 1841, durante la regencia del general Baldomero Espartero, por la que se abolían los elementos que restaban del Régimen anterior en Navarra, se instauró un sistema de autonomía económico-administrativa para la provincia, ejercido por la Diputación Foral de Navarra, quedando así abolido el Reino de Navarra en España, convirtiéndose en una provincia más,  aunque el título de Rey de Navarra permanece entre los que ostentan el titular de la corona española.

La última reina de Navarra -Alta Navarra- fue Isabel I de Borbón y Borbón-Dos SiciliasIsabel II de España-.

La Ley Paccionada ha sido el sustento del régimen económico-administrativo especial del que ha venido disfrutando Navarra desde 1841, permaneciendo en la actualidad formalmente vigente, siendo un derecho histórico reconocido por el Amejoramiento del Fuero.

CASA DE ALBRET EN LA BAJA NAVARRA

La BAJA NAVARRA -Ultrapuertos o continental- pasó en 1530 a la casa de Albret con Enrique II de Albret, tras la desestimación de Carlos I de España de mantener ocupados unos territorios tan complicados orográficamente y con población adversa.

Catalina de Foix  y Juan de Albret, fueron reyes de Navarra nominalmente hasta la muerte de Juan en junio de 1516, falleciendo Catalina en febrero de 1517.

Tuvieron 12 hijos, heredando los títulos el séptimo, Enrique, que se hizo cargo de la herencia a la muerte de su madre asumiendo el título de Rey de Navarra como Enrique II, copríncipe de Andorra, conde de Foix, de Bigorra, de Périgod, señor de Albret y vizconde de Bearn, Limoges, Tartas, Tursan y Gabardan.

Como se ha comentado, vivió en la corte francesa, participando junto a Francisco I en las guerras contra el emperador Carlos  Habsburgo en Europa y en la recuperación de Navarra. Allí conoció a Margarita de Angulema, viuda del príncipe de Alençon y hermana del rey de Francia, con la que contrajo matrimonio en 1527.

En 1530, cuando Carlos I desistió en mantener entre sus territorios la Baja Navarra, debido a las dificultades para controlar ese territorio, pasó a ser regida de forma efectiva por Enrique II rey de la Baja Navarra, aunque tanto los de la Baja como los de la Alta Navarra, se intitularan Reyes de Navarra.

Enrique II y Margarita de Angulema tuvieron solamente una hija, que subió al trono a la muerte de su padre en 1555 (su madre había muerto en 1549) con el nombre de Juana III de Navarra, que casó en primeras nupcias con Guillermo de Jülich-Cléveris-Berg -Guillermo de Cleves-, matrimonio que fue anulado antes de su consumación por exigencias políticas, y en segundas con el jefe de la Casa Borbón de Francia, Antonio, duque de Borbón y de Vêndome que reinó iure uxoris junto a Juana hasta su muerte en 1562, como Antonio I.

Juana III  Albret y Antonio I de Borbón.

COMIENZA A REINAR EN LA BAJA NAVARRA ANTONIO I de la CASA DE BORBÓN.

El matrimonio tuvo cinco hijos, heredando la corona el segundo, Enrique, a la muerte de su madre en 1572, subiendo al trono de la Baja Navarra -Navarra para los franceses- como Enrique III Rey de Navarra. Ese mismo año, casó con la séptima hija de los reyes de Francia, Enrique II de Francia y Catalina de Medici, Margarita de Valois,  hermana de Isabel de Valois, tercera mujer de Felipe II de España.

Enrique II de Francia y Catalina de Medici tuvieron 11 hijos, de los que caben destacar para esta parte de la historia:

Enrique II de Francia y Catalina de Medici.

-La segunda, Isabel de Valois, que casó con Felipe II de España -en terceras nupcias para éste- y que en consecuencia fue Reina de España. En un torneo en París celebrando la boda de su hija, fue muerto de un lanzazo su padre  Enrique II de Francia, siendo sucedido por su primogénito Francisco II.

-La séptima, Margarita de Valois, que casó con Enrique III de Navarra  -hijo de Juana III Albret y Antonio de Borbón- y que con su marido serían a partir de 1589, Reyes de Francia y Navarra. (Enrique III de Borbón era rey de Navarra desde 1572).

Margarita de Valois y Enrique III de Navarra, que mas tarde sería IV de Francia.

El primero, Francisco, hombre débil y enfermizo que reinó en Francia entre 1559 y 1560 como Francisco II de Francia, sin descendencia.

Francisco II de Francia rey iure uxoris de Escocia, por estar casado con María  I Estuardo reina de Escocia.

El quinto, Carlos, que a la muerte de su hermano heredó el trono francés como Carlos IX de Francia, reinando desde 1561 a 1574, sin descendencia.

Carlos IX.

El sexto, hermano de los anteriores, que subió al trono francés en 1574, ostentando la corona gala hasta 1589 como Enrique III de Francia, sin descendencia.

Enrique III de Francia.

Ninguno de los tres hermanos -hijos de Enrique II y Catalina de Medici- reyes de Francia tuvo descendencia, así que cuando subió al trono el tercero Enrique III, fue nombrado Delfín de Francia su hermano menor, también Francisco, duque de Anjou y de Alençon, pero murió en 1584, extinguiéndose de este modo la casa reinante de Valois en Francia.

Volvemos a Enrique III de Navarra el Grande -HUGONOTE-, hijo de Antonio I de Borbón, casado con la hija de los reyes de Francia, Margarita de Valois “Margot” en 1572, el mismo año que heredó Navarra a la muerte de su madre Juana III.

El año 1569 fue asesinado el líder de los hugonotes franceses, el príncipe de Condé, y a partir de esta fecha, Enrique de Navarra -aún príncipe heredero- fue declarado jefe del movimiento hugonote de Francia y Navarra, con 15 años.

El 8 de agosto de 1570, en un intento poner fin a la tercera guerra de religión en Francia, protestantes y católicos firmaron la paz de Saint Germain. Esta paz favorecía el matrimonio de Enrique -aún heredero de Navarra- con Margarita de Valois,  hermana del entonces monarca Carlos IX de Francia.

Una semana después de su boda en París en 1572, y dado que un gran número de hugonotes había viajado a París para asistir o presenciar las ceremonias nupciales, entre ellos los jefes hugonotes y una parte importante de los nobles protestantes, se produjo la masacre de la noche de San Bartolomé -23 al 24 de agosto de 1572-. Fueron asesinados alrededor de 3.000 hugonotes por extremistas católicos, conducidos por el duque de Guisa y el duque de Anjou. El rey Enrique III   de Navarra fue apresado y tuvo que abjurar de su fe para poder salvar su vida, siendo retenido en la corte francesa. Consiguió escapar en febrero de 1576, y se refugió en sus posesiones navarro-bearnesas. Los acontecimientos de San Bartolomé comenzaron en la noche del 23 al 24 de agosto,  pero la matanza se prolongó durante  varios meses y por todo el país.

Representación de la matanza de San Bartolomé  por François Dubois. Museo Cantonal de Bellas Artes de  Lausana.  

Enrique III de Navarra volvió a acogerse a la fe protestante, reanudando y liderando la lucha contra los católicos. Esta guerra, la quinta guerra de religión en Francia, finalizó con la firma del rey francés Enrique III del edicto de Beaulieu, edicto que promulgaba la libertad de culto para los hugonotes.

Parte de los católicos se sintieron defraudados por la actuación del monarca y se agruparon para formar la Liga Católica. enfrentándose en la sexta guerra de religión a los protestantes. El conflicto finalizó el año 1577 con la paz de Bergerac, que restringía las condiciones del culto protestante que habían sido concedidas por el Edicto de Beaulieu.

El rey francés Enrique III no tenía herederos directos. Su sucesor al trono, su hermano menor, también llamado Francisco como el mayor, murió en 1584, y el aspirante con más derechos al trono de Francia era Enrique III de Navarra. Enrique III de Navarra, dejó como regente de la Baja Navarra y de sus posesiones, a su hermana Catalina de Borbón, esposa de Enrique de Lorena, duque de Bar, y partió para París.

Al ver que el sucesor legítimo a la Corona era un hugonote, volvieron a estallar los enfrentamientos armados. A los movimientos católicos franceses, se unieron otros monarcas europeos como Felipe II de España. Estos enfrentamientos entre hugonotes y católicos derivaron en la octava guerra de religión francesa, conocida como la Guerra de los Tres Enriques“, ya que en esta contienda se enfrentaron Enrique de Guisa, jefe de la Liga Católica y aliado del rey Felipe II de España, Enrique III de Francia y Enrique III de Navarra.

También el Papa Sixto V, siguiendo la voluntad de Felipe II -que buscaba la corona francesa vía su mujer Isabel de Valois-, firmó una bula que anulaba los derechos del monarca navarro Enrique III a la corona francesa, ación que sirvió de nada.

El conflicto tuvo su desenlace entre los años 1588 y 1589: en 1588 Enrique III de Francia mandó asesinar a Enrique de Guisa, y en 1589 falleció el monarca francés también asesinado. Antes de morir, Enrique III de Francia reconoció a Enrique III de Navarra como su sucesor. AQUÍ COMENZARÁ A REINAR LA CASA DE BORBÓN EN FRANCIA.

La oposición sin embargo, de los católicos franceses, de Felipe II -que quería la Corona francesa para su hija Isabel Clara Eugenia (hija de Isabel de Valois)- y de la Iglesia a la ocupación de Enrique III de Navarra del trono francés fue tan dura, que éste terminó por renunciar a la fe calvinista, convirtiéndose al catolicismo, abjurando públicamente el 25 de julio de 1593 en la catedral de Saint Denis, ante el obispo de Bourges, con la famosa frase dicha sotto voce “París bien vale una misa”.

Catedral de Saint Denis.

SE UNIERON EN ESTE MOMENTO LAS CORONAS DE FRANCIA Y LA BAJA NAVARRA, SIENDO INTITULADOS LOS REYES COMO REYES DE FRANCIA Y NAVARRA.

Enrique de Borbón y Albret el Grande o el Bearnés, fue Rey de Navarra desde 1572 a 1610 como Enrique III, y de Francia de 1589 a 1610 como Enrique IV.

Con su primera mujer Margarita de Valois no tuvo hijos, separándose en 1599, casándose de nuevo en 1600 con María de Médici con la que tuvo 6 hijos.  Enrique IV de Francia fue asesinado en las calles de París en 1610 por el fanático católico, François Ravaillac, heredando su primogénito las coronas de Francia y Navarra como Luís XIII de Francia y II de Navarra.

Luís II de NavarraXIII de Francia– contrajo matrimonio con Ana de Austria -hija de Felipe III de España– publicando el 20 de octubre de 1610, el Edicto de Unión, por el que el reino de Navarra se incorporaba a la corona francesa conservando sus instituciones. Reinó en ambos reinos entre 1610 y 1654. De este matrimonio nació el Rey Sol, Luís XIV de Francia y III de Navarra que reinó entre 1643 y 1715.

Luís XIV de Francia y III de Navarra, el rey Sol.

Luís III de NavarraLuís XIV de Francia– contrajo matrimonio con María Teresa de Austria -hija de Felipe IV de España y su hijo, Luís, El Gran Delfín o Monseigneur, casado con  María Ana Cristina de Baviera no llegó a reinar, al ser sobrevivido -murió en 1711- por su padre Luís XIV, que también dejó sin corona, por ser más longevo que él, a su nieto Luís de Francia, duque de Borgoña -hijo del Gran Delfín que falleció en 1712- casado con María Adelaida de Saboya. También falleció antes que su bisabuelo Luís XIV, el hijo mayor y heredero de su nieto primogénito el duque de Borgoña, heredando las dos coronas el biznieto de Luís XIV -tercer hijo del duque de Borgoña-, que reinaría con los nombres de Luís XV de Francia y Luís IV de Navarra desde 1715 a 1774.

Luís XV de Francia y IV de Navarra.

El nieto de Luís XV de Francia y IV de Navarra -hijo de su cuarto hijo Luís Fernando de Francia- Luis-Augusto, duque de Berry, se convirtió en el nuevo Delfín, ascendiendo al trono como Luis XVI de Francia y V de Navarra, reinando en Navarra desde 1774 hasta 1789, aunque en Francia lo siguiera haciendo hasta 1792, tras los primeros años de la Revolución Francesa, año en que fue decapitado.

Luis XVI de Francia y V de Navarra.

Luis XVI de Francia yV de Navarra fue el último rey de la Baja Navarra, ya que en 1790 la Asamblea Nacional francesa decretó la creación del departamento de Bajos Pirineos -en la actualidad Pirineos Atlánticos- junto a Bearn, la Baja Navarra y otros territorios cercanos.

Pervivió por tanto el Reino de Navarra como tal en la Baja Navarra hasta el año 1610, en que se unieron dinásticamente los Reinos de Navarra y Francia, aunque manteniendo su identidad hasta 1790. Su capital estuvo en Saint Palais -en vasco Donapaleu-, localidad de la región de Nueva Aquitania, formando parte del territorio histórico vascofrancés.

En la antigua Baja Navarra -hoy departamento de Bajos Pirineos- se encuentra San Juan Pie de Puerto, en euskera Donibane Garazi,  localidad francesa, que es donde comienza el Camino  Francés de Santiago.

Música:  John Dunstable .Veni Creator Spiritus.