¡DEMOCRATIA DELENDA EST! Parte 2.

Ortega que defendería la importancia de que la política estuviera al servicio de la vida de los ciudadanos y no al revés, encontró en la Agrupación al Servicio de la República -ASR- que fundó en 1931 junto a Gregorio Marañón y Ramón Pérez de Ayala, la posibilidad de materializar sus ideas filosóficas orientadas a la revitalización de España como nación; la ASR se decantó por la europeización de España para que ésta ascendiera en la escala mundial.

El nuevo Estado nacional republicano tendría que encabezar un gran proyecto de organización nacional, es decir, debería organizar la vida social y pública española con vistas a lograr el despertar de nuestro pueblo a una existencia social más desarrollada. Sin embargo, el proyecto de construcción del nuevo Estado nacional republicano fracasó estrepitosamente.

Se produjo entonces un cierto distanciamiento de Ortega de la República; de ahí, su famoso discurso de Rectificación de la República del 6 de diciembre de 1931. Con anterioridad a este mes de diciembre, Ortega ya se había dado cuenta del errado camino que había tomado la República: el tono que se ha dado a la vida republicana, no responde a su origen ni a la realidad profunda de la nación. Los republicanos han hecho una República triste y agria, queriendo los hombres que han gobernado estos dos años la República para ellos; no eran en verdad republicanos, no tenían fe republicana.

Sus propuestas políticas fracasaron, viéndose Ortega obligado al exilio hasta que regresó a España en el año 1945. Cuando volvió, era  Ortega un filósofo maduro, que regresó a España para vivir la última etapa de su vida (1945-1955), época en la que tuvo encuentros y desencuentros con el franquismo, más de lo primero.

Ortega vivió el colaboracionismo, y a veces hasta la sumisión con el régimen franquista, por mucho que intentara maquillar y tergiversar sus posiciones ante sus seguidores.

Cierto es, que estas actitudes colaboracionistas eran contrarrestadas con otros tantos gestos de distanciamiento y crítica más o menos velada -esta última la única posible en aquel momento-, siendo el resultado final de todo ello, la divergencia aparente buscada entre la posición de Ortega y la cultura oficial, divergencia que el filósofo y sus seguidores manejaron con habilidad.

Ortega, temeroso nuevamente de la marejada comunista, o izquierdista en general, condescendió con el franquismo como un mal menor y, si hubiera sido posible, pasajero.

Le fue y le ha sido reprochado su falta de valor personal, su egocentrismo, su vanidad, su candorosa o ilusoria debilidad por el sexo femenino, sus depresiones, sus improvisaciones y contradicciones con meteduras de pata incluidas, o su desprecio hacia los que pretendían ser sus discípulos -Julián Marías Aguilera, por ejemplo-. Ortega no regaló nada importante a España, sino al contrario.

Ortega atravesó de vuelta la frontera hispano-portuguesa en agosto de 1945 en un gran Packard blanco, con grandiosa corbata de colores exuberantes, y le fue permitido percibir hasta su jubilación un sueldo de catedrático sin pisar la universidad, terminando su vida en una intensa decrepitud, incapacidad física e intelectual, deprimido, y solo. No se hubiera atrevido nunca a aplicar a Franco lo que le dijo en su día a los españoles en el tiempo de Alfonso XIII: ¡FRANCO DELENDA EST!

Tanto esfuerzo con su Monarchia Delenda est y su evolución desde lo que sería el neokantismo de mocedad hasta su madurez colaboracionista con el régimen de Franco, para que casi 100 años después tengamos al biznieto del rey huido entonces, Felipe VI, desempeñando su papel magníficamente; España es un país al que gustan los frufrús de los cancanes palaciegos, las coronas y los infantes, nos pongamos como nos pongamos.

Ahora que la filosofía está arrinconada por los géneros fluidos, los queer y todo eso, ¿Quiénes son los intelectuales? ¿Los del cine?, ¿Los cantantes? ¿Los de izquierdas? ¿los de en medio? ¿Qué es ser intelectual? ¿Por qué los que dicen ser intelectuales se equivocan casi siempre en casi todo?

Pero no se me acaba la retahíla con estas preguntas, aunque todos los mencionados anteriores repetirían con entusiasmo -si la conocieran- la copia que hizo Ortega y Gasset de Catón: Monarchia delenda est  para volver a comenzar otro ciclo de errores…¿Quizá la democracia sea un régimen que esté comenzando a estar agotado o ya inútil, debiendo buscar nuevos caminos para la convivencia…?

La gente vota con preocupación pero de forma casi inamovible, y soplan vientos de escepticismo, de crisis de valores, unos pensando en que la continuidad de lo que tenemos es caótico, y otros, que es lo óptimo, y qué si llegaran los ángeles caídos de la extrema derecha, vendrían a desmembrarnos y a dejarnos sin sexo femenino con el que poder convivir y dar continuidad a la especie humana, y sin extranjeros, ni autonomías

El concepto crisis de cualquier tipo puede estar integrado por dos ideas; la de angustia inicialmente y la de esperanza después, ya que lo que venga será probablemente mejor de lo que hay, y el espacio entre la primera y la segunda podrá evolucionar en función de las decisiones que se vayan tomando, por lo que se pudiera concluir, que la situación de crisis no es en sí misma la peor, sino la antesala de lo bueno y esperanzador o quizá del caos total si las decisiones son malas.

Sin embargo, lo inmóvil, lo que se da por bueno aunque no lo sea, o si lo es, no impulsa a la búsqueda de mejora, suele conllevar falta de esperanza: “queremos que los ricos paguen más impuestos para que haya menos desigualdad” y  todos seremos pobres digo yo, porque los ricos dejan quitarse lo justito o se van ¿Pero habrá espacio para tanto pobre? o ¿Puestos de conductor de tranvía para todos?, como decía Alfonso Paso…

Todos los políticos nos previenen contra los contrarios, manejando unos el erario público manirrotamente para conseguir votos, llegando los contrarios en otro momento, para quitarnos los caramelos que los anteriores nos dieron sin pagar al proveedor. y que habrá que pagar entre muchas otras deudas y vuelta a empezar.

Unos y otros vamos detrás del palo con la zanahoria, que siempre excelsa las virtudes del que lo lleva, y que siempre nos engaña.

Parecía que a los conductores políticos actuales se les escapaba la gobernanza y la situación de las manos, pero la habilidad de su líder que no repara en repetir con unos y con otros, lo que le hizo Bruto a César -quizá en sentido figurado o no-, nos podría llevar a pensar, que aun con la ausencia total de falta de despensa ideológica común de la mayoría gubernamental, el líder, podría llegar a acuerdos con todos, y continuar dirigiendo este país sin rumbo ético alguno, pero con los latiguillos que constantemente pasan a ministros y socios, que al ser repetidos diariamente los convierten en verdades, incluso las que suelta Belcebú Bolaños – que  no hay quien se las trague- con ese difícil peinado que siempre se hace para encandilarnos.

Esta técnica seguro que la han extraído como se ha comentado, del Manual de Propaganda de la mano derecha de Adolfo Hitler, su ministro para la Ilustración Pública y la Propaganda Joseph Goebbels, con sus Principios: Miente, miente, miente que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá y, Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan.

O sea, como se puede observar, vale todo, y muchos nos creemos lo que nos cuentan, los unos y los otros…

El gasto y la deuda pública llevados a lo sublime, pero no importa ¿Podrá ser auto condonada en el futuro? ¡Ja!. Una espiral inflacionista importante, que notan los que hacen la compra en los mercados y los que tienen hipotecas o créditos de algún tipo. ¿Podría conducirnos a la insumisión inflacionista y fiscal en el futuro?

La disminución de horas de trabajo reales con lo del fijo discontinuo enmascarado, a pesar de aparecer mucha más gente trabajando, la mala proyección de futuro en todos los sectores industriales, las grandes y al parecer erróneas decisiones económicas de los bancos centrales que son las generadoras de la inflación o de la contracción de las economías, el separatismo delirante…nos podrían llevar a dudar quizá del sistema? Y si vinieran los moderados acompañados de esos tan malos que nos van a cortar a trocitos, seguro que tendrían que hacernos sufrir más para corregir lo que se hizo mal.

En clave política nacional, ni los más optimistas en el último Congreso Comunista, podían esperar tanto de las fuerzas a las que encomendaron tácitamente la tarea de romper España con permiso de los gobernantes nacionales.

Aunque bien pensado, no se debe hablar del gobierno. porque ahora prácticamente no existe, lo que hay es una tiranía apoyada por vampiros democráticos periféricos separatistas; la Constitución es obviada y no es necesario ni pértiga: ha sido colocada gente de su cuerda en los lugares claves de las instituciones judiciales.

El pueblo inculto, desorientado y a la desbandada, la insolidaridad, el rencor entre españoles, los partidos de fútbol jugados con banderas espúreas e himnos chiflados…crean en fin, un sinvivir…sin norte…

En realidad, un cínico ante esta situación podría decir: las cosas se tienen que poner mucho peor para que se pongan bien. Perfecto, aunque nos podemos preguntar ¿Quién sucumbirá primero cuándo las cosas vayan peor? Como lo de Ortega, Unamuno o tantos otros: yo digo primero una cosa y luego me arrepiento…y lo lamento…no se volverá a repetir…

Antes de concluir, mostrar mi desacuerdo del paso hacia la libertad  que se dio entre los siglos XVIII y XIX, cuando se suspendieron los votos censitarios y restringidos, llegándose a la conclusión de que lo mejor era un hombre y luego una mujer, un voto. A partir de los 18 y sin tener en cuenta si cuando le preguntas a alguien donde está algo, y te contesta señalando con el brazo la dirección contraria de la que dice en su manifestación verbal: allí a la derecha  mientras señala a la izquierda. O sea como en política, que hay gente que no sabe lo que vota , ni conoce la ley electoral; sin ser marino, sería comprensible confundir babor y estribor quizá, pero decir que a Pedro le va la progresía, cuando en lo que navega, es en la psicopatía*, es estar muy confuso…Pedro no miente, lo que ocurre es que no sabe discernir la verdad; cree que la verdad es la suya de cada momento…el problema es el de los que le bailan el agua, que realmente tratan de asumir las verdades de Pedro como suyas y eso es imposible a no ser que seas otro psicópata.

Yo como ciudadano, acuso al sistema de incapacidad política, de falta de autoridad, de caganets por doquier y, por lo tanto, me gustaría poder exigir que, tras la dimisión masiva del gobierno con minúscula, se arbitrara una nueva forma o fórmula para gobernar. No nos vale ya lo de las llamadas libertades democráticas, que son algo que  manejan los de la mamandurria para trastear al pueblo desde la desinformación: La democracia no sirve ya.

Si no, echemos un ojo al país que era el number one, de 300 millones de personas, dirigidos por un hombre que cuando trata de rascarse la nariz tarda 10 minutos en encontrarla, siendo en la ideología contraria el más votado un delincuente, imputado en decenas de causas, que vende camisetas con el dibujo de sus detenciones, recaudando decenas de millones de dólares, partiéndose el culo de la risa que le da el mundo. En el otro lado, podemos visitar a los chinos, norcoreanos o a Putin que cuando alguien les lleva la contraria, se lo cargan y a otra cosa; tampoco nos serviría este tipo de tiranía…

Por tanto, desde aquí pido a los intelectuales de este país: los del cine, los de la música, los de  la progresía, los queer, los fluidos y a la madre que los parió, que inventen otro sistema de convivencia, dejando ya la historia de que la democracia es la menos mala de las fórmulas políticas.

ME VOY QUE  ME HAN ENGAÑADO  TAMBIÉN Y LLEGO TARDE A LA MANIFESTACIÓN DE la calle  Felipe II a las 12 contra la AMNISTÍA golferas.

¡DEMOCRATIA DELENDA EST!

*La psicopatía es un trastorno mental ordinario que se caracteriza por rasgos de la personalidad entre los que se incluyen la reducción de la empatía y el remordimiento, la personalidad rotunda y desafiante y la dificultad de inhibir comportamientos.
Algunos Síntomas de la psicopatía
  • Ignorar qué está bien y qué está mal.
  • Decir mentiras para aprovecharse de los demás.
  • Ser insensible o no respetar a otras personas.
  • Usar el encanto o el ingenio para manipular a otros para beneficio o placer personal.
  • Tener un sentido de superioridad y ser extremadamente obstinado.
  • Todo ello, con la sensación personal de ser un buen y magnífico

Todo ello, con la sensación de ser muy buen y acertado lo que se sea, sin sensación de hacer nada mal y por tanto sin necesidad de sentir arrepentimiento. ¡Este tipo se cree que es lo más que puede tener nuestro país!

Música: Corte de The Best of Chopin.