Desde la Revolución de 1789 a la caida del II Imperio francés y la repercusión de las revoluciones en Europa. Parte 6.

La revolución de 1848 no afectó ni a Rusia por la represión zarista, ni a los países meridionales europeos por lo atrasado de su desarrollo político, a excepción de Italia. Los países europeos a los que se extendió de forma inmediata esta revolución fueron a los de la Confederación Germánica -cuya base había sido la Confederación del Rin– e Italia.

Confederación Germánica desde 1816 a 1866.

El primer alzamiento revolucionario en la Confederación Germánica -constituida en 1816 por 39 “Estados”- comenzó en el Estado de Baden en marzo de 1848. Inmediatamente, se produjeron levantamientos revolucionarios en Austria, Prusia y otros países menores. En Prusia se le exigió al rey Federico Guillermo IV libertad de prensa, la creación de una milicia cívica, juicio con jurado y la creación de un parlamento alemán elegido por sufragio universal, extremo éste que añadía un elemento NACIONALISTA a las reivindicaciones. Federico Guillermo prometió una constitución, un parlamento y su apoyo a la unificación alemana de los países de habla germana.

Federico Guillermo IV de Prusia.

En Viena también se desencadenaron los disturbios exigiendo al emperador Fernando I la elaboración de una constitución y la dimisión del primer ministro Metternich, prometiendo el emperador la creación de un gobierno liberal, la organización de una Guardia Nacional y la libertad de prensa.

Emperador Fernando I de Austria  y rey de Hungría y Bohemia.

Primer ministro austríaco Klemens von Metternich.

Inmediatamente después, estalló la revolución en Hungría, que desembocó en guerra civil y el establecimiento de un gobierno autónomo.

La revolución se extendió, consiguiendo que se convocará por sufragio universal una Asamblea Constituyente de la Confederación Germánica en Fráncfort, pero las diferencias entre los diferentes grupos políticos acabaron con la revolución.

Paralelamente a la revolución social, los países que conformaban la Confederación Germánica debatían sobre la conveniencia de ir a la solución de la pequeña Alemania o a la de la gran Alemania, estando los primeros a favor de ofrecer la corona imperial a Prusia y los segundos a hacerlo a Austria. Mientras, los conservadores se movían contra los reformistas, consiguiendo la permanencia de los gobiernos.

Un año más tarde -1849-, Federico Guillermo IV propuso una constitución para Prusia. Este documento concentraba el poder en manos del rey y las clases altas, y llamaba a la formación de una Confederación de Estados Alemanes del Norte, pero tras la intervención de Austria y Rusia que presionaron a Hannover y Sajonia para no unirse, Prusia abandonó momentáneamente el proyecto –humillación de Olmütz-.

Federico Guillermo IV renuncia a la corona imperial (caricatura de Isidor Popper.).

En 1850, Federico Guillermo IV, cuyo régimen seguía en pie, propuso a la Confederación Germánica una constitución relativamente abierta, que aunque tuvo corta vida, fue aprobada en la Asamblea de Fráncfort, junto a una declaración de derechos del pueblo alemán. La Asamblea rechazada por Austria, ofreció el liderazgo de la Confederación a Federico Guillermo, que lo rechazó.

Después de 1848, Prusia experimentó un gran crecimiento económico, adquiriendo cada vez mayor relevancia frente a una Austria estancada en lo económico, en lo político y en lo social; esta supremacía prusiana, fue la que capitalizó el sentimiento nacional alemán hacia la unidad, que se lograría con la creación del Imperio Alemán el 18 de enero de 1871, tras vencer Prusia a Austria en 1866 y a Francia en 1870, con el Kaiser Guillermo I de Alemania con la corona imperial.

Es decir, para la Confederación Germánica, la revolución de 1848 supuso un nuevo avance del liberalismo, el inicio de la cuestión social y de las corrientes nacionalistas, conquistando el derecho del sufragio universal -de momento masculino-, y un régimen de libertades y de reformas sociales que protegerían a las clases trabajadoras que no provocó la caída de los diferentes gobiernos, aunque los modelos políticos se vieron teñidos de tintes democráticos.

A partir de ahí, se marchó hacia la unificación alemana, siendo interesante señalar que, en Alemania, tenía más fuerza el nacionalismo que el liberalismo. En lugar de razones políticas y liberales, fueron más bien razones económicas, militares y culturales las que impulsaron a aquellos pueblos hacia la unificación. No fue el pueblo alemán el protagonista de la unificación, sino la burguesía y el ejército prusiano.

Sin embargo, la burguesía, era más liberal que nacionalista. Conforme avanzaba el proceso de industrialización, exigía la abolición de las aduanas interiores y la creación de un mercado alemán unificado. Los burgueses también reclamaban la creación de un régimen representativo: querían participar en el gobierno y conseguir el reconocimiento de libertades públicas y derechos individuales. El estado prusiano parecía adecuado para lograr la unidad desde arriba hacia abajo -evitaría las revueltas de 1848-, por su potencial económico y militar.

Guillermo I.

En 1861 accedió al trono prusiano Guillermo I y un año más tarde fue nombrado Otto von Bismarck canciller. Bismarck pensaba en la unificación alemana como condición necesaria para el fortalecimiento de Prusia y en la importancia de un ejército prusiano importante para acometer esta tarea.

Otto von Bismarck.

Los ducados de Schleswig y Holstein, tenían mayoría de población germana, sin embargo, a pesar de los deseos de sus ciudadanos de pertenecer a la Confederación Germánica, pertenecían a Dinamarca. En 1864, Prusia y Austria declararon la guerra a Dinamarca –Guerra de los Ducados-, la vencieron, y se repartieron los ducados.

Ducados de  Schleswig y Holstein.

Unos meses más tarde, y por diferencias en el uso de esos ducados, Prusia buscó declarar la guerra a Austria -provocada por el canciller von Bismarck que se había estado preparando para ello-. La guerra duró poco más de un mes y en la batalla de Sadowa -1866-, los austriacos fueron derrotados.

Confederación Alemana del Norte desde 1866 a 1871.

Bismarck anexionó en 1866 a Prusia Schlewig, Holstein, Hannover y tres pequeños estados alemanes del norte, creando la Confederación Alemana del Norte, en la que, a una Prusia ampliada, se unían 22 estados o ciudades libres, dejando fuera a los del sur del río Main:

REINOS

PRUSIA incluyendo a Lauenburgo.

SAJONIA

GRANDES DUCADOS

HESSE superior: la parte norte del río Meno.

MECKLEMBURGO-SCHWERIN

MECKLEMBURGO-STRELITZ 

OLDEMBURGO

SAJONIA- WEIMAR 

DUCADOS

ANHALT

BRUNSWICK

SAJONIA-ALTENBURGO

SAJONIA-COBURGO-GOTHA

SAJONIA-MEININGEN

PRINCIPADOS

LIPPE

REUSS en su línea mayor 

REUSS en su línea menor

SCHAUMBURG-LIPPE

SCHWARZBURGO-RUDOLSTADT

SCHWARZBURGO-SONDERSHAUSEN

WALDECK-PYRMONT

CIUDADES HANSEÁTICAS LIBRES

BREMEN

HAMBURGO

LÜBECK

Para la nueva Confederación Alemana del Norte, Bismarck desarrolló una constitución. Su estructura seguía siendo federal, pero era más fuerte que la de las Confederaciones Germánica y del Rin. El rey de Prusia sería el jefe hereditario de la recién creada Confederación, que tendría un parlamento con dos cámaras: el Bundesrat o cámara territorial y el Reichstag o cámara baja elegida por sufragio universal.

Bismarck pensó que una guerra entre Prusia y Francia haría que todos los estados alemanes del sur desearan pertenecer a la Confederación de Prusia, ya que temían a Francia. Así, Austria estaría menos apoyada aún.

El detonante para el conflicto fue el ofrecimiento de la corona de España -en 1868, cuando Isabel II fue obligada a abdicar- a un príncipe prusiano, por dos veces, con las correspondientes protestas de Napoleón III. El 19 de julio de 1870, el gobierno de Napoleón declaró la guerra a Prusia. La guerra fue también corta y el triunfo prusiano, siendo Napoleón apresado en la batalla de Sedán.

Rendición de Napoleón III tras Sedán.

El 2 de septiembre, tras la batalla de Sedán, el ejército francés se rindió a los alemanes. A los dos días, una insurrección popular proclamó en París la Tercera República. Las tropas alemanas pusieron sitio a la capital durante 4 meses. En la firma de la paz, Alemania se anexionó Alsacia y Lorena, y pactó una indemnización importante.

Alsacia y Lorena.

Música: AMA El esplendor francés del siglo XVIII Rameau, Campra y Mondonvill.

To be continued in part 7 and last.