Viaje a Egipto. Parte 5.

A la mañana siguiente, bien temprano, tras desayunar en el Amarco, nos dirigimos en vehículo a visitar la Necrópolis de Tebas, en la que visitaríamos El Valle de los Reyes, El Valle de las Reinas, y El Valle de los Artesanos conocido por Deir El Medina, parando en un demasiado corto espacio de tiempo, para visitar el templo funerario de la reina Hatshepsut conocido por Deir El Bahari, el templo funerario de Ramses IIIMadinat Habu- y los Colosos de Mennon.

Al finalizar, volveríamos a la motonave para navegar hacia Esna y cruzar la esclusa.

EL VALLE DE LOS REYES

En las sierras que se extienden al sur de Tebas se abre un   gran número de pequeños valles, siendo el más notable El Valle de los Reyes o Valle de las tumbas de los reyes de Bibán el-Muluk; era un valle perdido, pero hoy tiene vías de fácil acceso, aunque mantiene una misteriosa  fascinación para los visitantes, quizá por su geografía o por lo que trasmite su nombre.

El Valle de los Reyes, antiguamente conocido como Ta Iset Maat, o lugar de la verdad, es un lugar único e impresionante. Se encuentra localizado en la parte oeste del río Nilo a la altura de Luxor, y es considerado como una de las grandes maravillas del mundo antiguo. En este lugar se encuentran muchas tumbas de faraones y nobles del Imperio Nuevo, y de sus familias.

La necrópolis, en conjunto, es reconocida en la actualidad como Patrimonio de La Humanidad por la UNESCO, debido a su importancia histórica y arqueológica.

Se cree que el origen del Valle de los Reyes se remonta al periodo del Imperio Nuevo de Egipto entre los siglos XVI y XI a.C., convirtiéndose en el lugar de entierro de los faraones y nobles del período. Al parecer, la intención era ocultar las tumbas a los saqueadores, y proteger los cuerpos y las riquezas de los fallecidos.

El primer faraón en ser enterrado en el Valle de los Reyes fue Tutmosis I, aunque fue su nieto Tutankamón, el faraón más conocido enterrado en El Valle, gracias al descubrimiento de su tumba inviolada, con todos sus tesoros íntegros en 1922 por el arqueólogo Howard Carter. Desde entonces, el Valle de los Reyes ha sido objeto de numerosas excavaciones y nuevos descubrimientos arqueológicos.

El Valle de los Reyes es uno de los lugares más importantes de Egipto desde el punto de vista cultural y uno de los mayores testimonios de su habilidad en la arquitectura y en la ingeniería. El Valle también ha proporcionado mucha información sobre la vida y la muerte de los faraones y su entorno.

Las tumbas del Valle de los Reyes

El Valle de los Reyes está compuesto por dos áreas: el Valle Este donde se encuentran las tumbas numeradas con el código KV (King’s Valley) y el Valle Oeste, con las tumbas designadas con WV (West Valley). Hasta hoy, se han descubierto 63 tumbas, cada una de ellas con arquitectura única y decoradas con escenas de la vida y de la religión de la época del muerto. Todas las tumbas del Valle de los Reyes están numeradas según el orden en el que fueron descubiertas, siendo cada una única en su diseño y decoración.

El Valle de los Reyes fue el lugar de enterramiento de los reyes de las Dinastías XVII, XVIII, XIX y XX y aquí se enterraron reyes tan famosos como Hatshepsut, Tutankhamon, Seti I o Ramsés II. La necrópolis cayó en desuso cuando la capital se trasladó a Tanis (en el norte del país) durante la Dinastía XXI, dejando en manos de los sacerdotes de Amón el cuidado de las tumbas y la protección de la necrópolis de los saqueadores de tumbas.

Durante la Antigüedad varias tumbas del Valle de los Reyes fueron visitadas por griegos y romanos, y prueba de ello, son alguno de los dibujos que estos visitantes dejaron en algunas. Con la llegada de los musulmanes, el Valle de los Reyes quedó en el olvido hasta su redescubrimiento con la expedición francesa de Napoleón en 1798.

A partir de ese momento se empezaron a identificar algunas tumbas, y las excavaciones arqueológicas se multiplicaron a lo largo de los siglos XIX y XX. Belzoni, Champollion o Maspero son algunos de los arqueólogos que trabajaron en la zona y que descubrieron algunas de las tumbas más importantes del Valle, como la de Seti I o Horemheb. Sin embargo, el descubrimiento de mayor impacto mediático tuvo lugar en 1922 cuando Howard Carter descubrió la tumba intacta de Tutankhamon, como se ha comentado con anterioridad.

Para proteger el estado de las tumbas del Valle, muchas están cerradas al público, y en otras, se ha limitado el número de visitantes diarios. 

Hay una diferencia notable entre las primeras y las últimas tumbas que se construyeron en el Valle de los Reyes. Las tumbas de principios de la Dinastía XVII, como la KV 38 o la KV 20, están situadas al pie de acantilado o en zonas escondidas, con entradas pequeñas para no ser localizadas, y con plantas acodadas, o sea que, en un punto determinado de la tumba, el eje gira 90 grados.

Sin embargo, las tumbas ramésidas son completamente distintas. Son perfectamente visibles, tienen una entrada monumental e incluso, en algunos casos, pudieron tener pilono de entrada, del que ya no hay vestigios. Además, son tumbas de un solo eje.

Sin embargo, en el interior, casi todas siguen un mismo patrón, con algún corredor o sala de más o de menos, pudiéndose distinguir las siguientes partes de manera general:

  • La entrada (espacio A)
  • Tres corredores consecutivos (corredores B, C y D)
  • La sala del pozo (sala E), aunque no todas las tumbas tienen pozos.
  • La sala del carro (sala F) que se reconoce fácil porque es una sala con pilares del que parten unas escaleras o rampa.
  • Otro corredor (corredor G)
  • La antecámara (sala H)
  • Otro corredor (corredor I)
  • La cámara sepulcral (sala J)
  • Varias Cámaras menores con dos o tres letras, evolucionando la segunda y tercera letras en el sentido de giro de las agujas del reloj.

nivel simbólico, hay dos partes bien diferenciadas:

El Espacio diurno: va de la entrada (espacio A) hasta la sala del carro (sala F) y es la parte de la tumba donde se enfatiza a Ra y a las divinidades femeninas. Simboliza el este, el aspecto diurno.

El Espacio nocturno: va desde el corredor G hasta la cámara sepulcral (sala J). Se enfatiza a Osiris y a las divinidades masculinas. Estamos en una zona donde se simboliza el oeste, una zona más oscura.

En las tumbas reales aparecen textos religiosos en mayor número e importancia que en otras de menor rango,  por ejemplo:

Libro de los Muertos: es un conjunto de consejos, conjuros y fórmulas mágicas destinados a ayudar a los difuntos a superar el juicio de Osiris, asistirlos en su viaje a través de la Duat y viajar al Aaru, el Más Allá egipcio.

Letanía de Ra, que expone las 76 formas del dios Ra.

Libro de las Puertas: en el que se narra el viaje del difunto por la Duat durante las horas nocturnas, relacionado con el viaje del dios solar Ra. En este viaje se deben pasar una serie de “puertas” en diferentes etapas.

Libro del Imiduat: se narra el recorrido del dios solar Ra por la Duat o inframundo durante las 12 horas de la noche, venciendo los peligros y renaciendo al amanecer.

Libro de las Cavernas: se narra el viaje del difunto por la Duat, pero aquí el difunto atraviesa una serie de cuevas y se relatan los premios o castigos que puede recibir o padecer. Tiene la mejor descripción del infierno egipcio.

Libro de la Noche: se centra en el viaje del dios del solar durante la noche por la Duat. El dios del sol aparece con cabeza de carnero del tiempo nocturno.

Libro del Día: se centra en el viaje del dios del solar Ra durante el día, y el dios del sol aparece con cabeza de halcón.

De las 63 tumbas del Valle de los Reyes solo se abren 8 al público –regulares- y no siempre son las mismas, ya que van rotando y entran en el precio de la visita. A estas 8 tumbas, hay que añadir las 3 tumbas especiales, que hay que pagar adicionalmente si se desean visitar, que son:

La KV 9: Tumba de Ramsés V y Ramsés VI.

La KV 62: Tumba de Tutankhamon.

La KV 17: Tumba de Seti I.

Música: Antiguo Egipto.

To be continued in part 6.