Calendarios. El calendario gregoriano y otros minoritarios. Parte 4.
CALENDARIO GREGORIANO
El tiempo tenía para el hombre medieval dos referentes: la salida del sol y su movimiento, y las campanas de las iglesias que señalaban las horas canónicas. La jornada se iniciaba con la salida del sol y la actividad acababa con su puesta, siendo las jornadas más largas en verano y más cortas en invierno.
Las horas canónicas dividían las 24 horas del día en períodos de tres. Cada tres horas las campanas de las iglesias anunciaban la correspondiente hora que coincidía con algún rezo monacal: a medianoche Maitines, a las tres, Laudes, a las seis, Prima, a las nueve, Tercia, a mediodía, Sexta, a las 15,00, Nona, a las 18,00, Vísperas; y las 21,00, Completas.
La Iglesia también determinaba el calendario anual a través de sus fiestas, dependiendo de lugares y épocas. Por ejemplo, en la península Ibérica, hasta finales del siglo XIV, se mantuvo la llamada Era hispánica, en la que se establecía en 38 años antes del nacimiento de Cristo, el inicio del conteo calendárico.
*La Era hispánica partió del año 716 ab Urbe condita, es decir, desde el 37 a.C. -equivalente al 38 por no existir aún el 0-. También ha sido conocida como Era de Augusto, Era de César o Era visigótica. Fue instituida en Hispania como cronología oficial del reino visigodo de Toledo, y se utilizó hasta finales de la Edad Media.
La Iglesia católica propugnó y consiguió, que el inicio del año fuera durante mucho tiempo una fiesta religiosa, unas veces Navidad y otras Pascua.
A lo largo de la Baja Edad Media comenzaron a aparecer medidores de tiempo de carácter laico, los relojes. La utilización de sistemas de medición del tiempo en las ciudades, sería fundamental para el desarrollo de todas las actividades, con relojes a menudo imprecisos, de pesas y campanas, que eran instalados en las torres de los ayuntamientos. Los relojes municipales aportaban una mayor dosis de laicismo a la vida, al abandonar la medición a través de las horas canónicas.
Reloj astronómico del Ayuntamiento de Praga del siglo XV.
Para la determinación precisa del TIEMPO, los astrónomos de la Edad Media usaron como referencia el calendario juliano, derivado del egipcio, debido a su regularidad matemática, pero encontraron un pequeño desfase, que hacía que, en el equinoccio de primavera no coincidiera la posición del sol cada año, habiéndose adelantado sustancialmente a lo largo de los siglos, a base de acumulación de minutos cada año.
Tras largas observaciones e investigaciones, se concluyó, que un año duraba “aproximadamente” 365,2425 días solares, es decir 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45,16 segundos, en lugar de los 365,25 días -365 días y 6 horas- del calendario juliano. El equinoccio de primavera se había adelantado considerablemente y ya no era el 21 de marzo.
El año juliano tenía 11 minutos y 14,84 segundos más que el año solar, lo que había provocado que en más de 16 siglos, se hubiera acumulado un error de 10 días.
En el último tercio del siglo XVI, el papa Gregorio XIII, asesorado por el astrónomo jesuita Cristopher Clavius y el filósofo y científico Luis Lilio, artífice principal de esta reforma gregoriana, aunque murió antes de que ésta viera la luz, decidió corregir este desfase, pidiendo que se calculara el desajuste exacto acumulado y una mayor precisión en el cálculo de la duración del año solar, para lo que utilizaron un estudio de 1515 y otro de 1578, de científicos de la universidad de Salamanca.
Gregorio XIII.
Cristopher Clavius .
Luis Lilio.
La Iglesia tomó las riendas de este cambio, por ausencia de organizaciones científicas capaces de hacerlo en las sociedades civiles, y por querer ajustar las fiestas religiosas al calendario solar. La fecha de referencia del cristianismo es el momento astral del domingo de Pascua de Resurrección*, que fue establecida ya desde el I concilio de Nicea -325 d.C.- como el primer domingo tras la primera luna llena, después del equinoccio de primavera.
*La Pascua, también llamada Pascua de Resurrección, Pascua Florida, Domingo de Pascua, Domingo de Resurrección o Domingo de Gloria, es la fiesta en la que se conmemora, de acuerdo con los evangelios canónicos, la resurrección de Jesucristo.
Una vez conocido el desfase de 10 días desde el año 46 a.C., fecha de establecimiento del calendario juliano, Gregorio XIII promulgó el 24 de febrero de 1582 la bula Inter Gravissimas, decretando que el día siguiente al 4 de octubre de 1582, sería 15 de octubre.
El Papa, eliminó 10 días del año 1582 y compensó de este modo el desajuste acumulado. Al inicio del siguiente año, 1 de enero de 1583, se procedería a ajustar la duración del año, para pasar de los 365,25 a los 365,2425 días, de la siguiente manera:
a.-Añadir un día cada cuatro años que sería el bisiesto juliano de 365,25 días.
b.-Restar un día cada 100 años, obteniendo así un año de 365,24.
c.-Añadir un día cada 400 años y así finalmente, quedaría un año de 365,2425 días. Este año se llamaría gregoriano, como el calendario al que dio lugar.
Así, según la regla b, los años 1700, 1800 y 1900 tuvieron tan solo 365 días y sin embargo, y debido a la regla c, sí que fueron bisiestos los años 1600 y 2000.
Es decir, los años bisiestos seguirían siendo cada cuatro años, a excepción de aquellos seculares -divisibles por 100-, siempre y cuando no fueren también divisibles por 400. Por eso, no serán bisiestos los años 2100, 2200 ni 2300. A partir de aquí, el equinoccio de primavera coincidirá con el 21 de marzo.
Con el modelo gregoriano, hoy en vigor, sigue existiendo un error de aproximadamente 3 días cada 10.000 años, debido a la precesión de los equinoccios, por el que el punto Aries retrocede 50,290966 segundos de grado de arco al año, en un ciclo de 25.776 años llamado año platónico.
Como el nuevo modelo de calendario fue instaurado por un papa de la Iglesia católica, en principio, fue aceptado únicamente por los países que profesaban esta religión. En el año de su promulgación fue instaurado en los reinos de España, los diferentes estados de la península itálica y el reino de Portugal -cuyo rey desde el 15 de abril de 1581 era Felipe II de España-. Gradualmente fue siendo aceptado por los anglicanos que no lo utilizaron hasta 1752, y posteriormente por algunos países ortodoxos que no adoptaron el nuevo calendario hasta bien entrado el siglo XX. Por ejemplo, Rusia decidió hacer el cambio el día 31 de enero de 1918. Actualmente es utilizado de manera oficial en casi todo el mundo.
El calendario gregoriano es uno de los legados más importantes de y para la humanidad.
Ha habido algunos intentos de ajustar el calendario gregoriano a ese pequeño desfase, pero parece concluirse que ni la nutación que afecta a la precesión, ni el bamboleo de Chandler, ni otros pequeños factores de atracción son tampoco exactos, por lo que los cambios de momento no prosperan, hasta que haya sustancialidad en los desfases.
Siguen funcionado algunos calendarios en el mundo además del gregoriano:
El budista que comenzó con el nacimiento de Buda, en siglo VI a.C. Desde entonces, se ha usado en los países del sudeste de Asia. Este calendario se basa en la posición respecto tanto a la Luna como al Sol, aunque su falta de sincronía hace que se pierda un día cada 60 años. Su año nuevo es el 3 de febrero.
El hindú que es un compendio de todos los calendarios de la India, que nació 78 años después del gregoriano.
El chino que es de tipo tanto lunar como solar. El año nuevo chino se celebra con la primera luna nueva después de que el Sol pase por la constelación de Acuario, algo que sucede entre el 21 de enero y el 17 de febrero. El 2020 del gregoriano coincidió con el 4718 chino.
El musulmán que es de tipo lunar, por lo que no se basa en el movimiento alrededor del Sol. En este sentido, el año musulmán se divide en 12 meses lunares, formando ciclos de 32 años. Para este calendario, el año 0 fue el año 622 del calendario gregoriano, cuando Mahoma marchó a Yatrib -más tarde Medina-, ante la intransigencia de los caciques coraichitas de La Meca, con sus enseñanzas de la nueva religión. En el calendario musulmán, el año gregoriano de 2020 es el año 1441.
El tailandés que fue adoptado en 1888 en Tailandia -entonces Siam- por el rey Chulalongkorn -Rama V- y es muy similar al gregoriano, aunque se basa en los principios del budista. El año 0 es el del nacimiento de Buda, considerado el 543 a.C., aunque ya se ha constatado que es errónea esa fecha. El año 2020 del gregoriano es para el tailandés. el 2563.
El tibetano que es de tipo solar y lunar, y sus años tienen siempre el nombre de un animal y el de un elemento. Su ordinalidad va 127 años por delante del gregoriano, pues su año 0 fue cuando se coronó al primer rey del Tíbet Nhatri Tsenpo, fundador de la Dinastía Yarlung, en el año 127. El 2020 gregoriano equivale al 2147 tibetano, que es el año del ratón y del hierro.
Música: canto gregoriano de los monjes de santo Domingo de Silos.
Tweet
Gracias, siempre, por tan dedicada e ilustrativa labor investigativa
Gracias a ti. Un saludo