René Magritte. Exposición en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. Parte 1.

René François Ghislain Magritte nació en Lessines, Bélgica, en 1898 siendo el mayor de los hijos de Léopold Magritte, sastre y comerciante de telas y de Regina Bertinchamps.  Comenzó sus lecciones de dibujo en 1910, perdiendo a  su madre a principios de 1912 por suicidio en el río Sambre.

En 1915 comenzó a hacer sus primeras obras en estilo impresionista y en 1916 se matriculó en la Academia de Bellas Artes de Bruselas, a cuyas clases asistiría irregularmente hasta 1918.

Expuso en 1920 en el Centro de Arte de Bruselas, teniendo que compatibilizar sus pinturas con el trabajo como diseñador en una fábrica de papel.

Entre 1920-1924, su obra mostró influencias del cubismo, orfismo, futurismo y del purismo, como señala en el tratamiento de los temas de la vida moderna, el uso de colores brillantes y las relaciones de la forma tridimensional con la superficie plana del cuadro.

En 1922 contrajo matrimonio con Georgette Berger, una amiga de su juventud, que le sirvió de modelo para alguna de sus obras.

En 1923 expuso en el Círculo Real Artístico, descubriendo ese año una reproducción del cuadro Canto de amor de Giorgio de Chirico, que le impresionó tan profundamente, que hizo que a partir de 1926 se independizara de las influencias anteriores y basara su estilo en el de este artista.

Hacia 1924-1925 conoció al escritor Paul Nougé –poeta belga, instigador y teórico del surrealismo en Bélgica que fue apodado el Breton* belga- que se convertiría en su amigo íntimo y mentor, y una figura central del grupo surrealista belga.

A finales de 1925 pintó sus primeras obras surrealistas bajo la influencia de Giorgio de Chirico y de Max Ernst*.

*André Breton fue un escritor, ensayista, poeta y teórico del surrealismo, reconocido como el fundador y principal exponente de este movimiento.

André Breton.

Giorgio de Chirico. La canción de amor o Cántico de amor. 1914-1915. Óleo sobre lienzo. 79 x 59 cm. Museo de Arte Moderno de Nueva York. expuesto en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

*Max Ernst fue un artista alemán nacionalizado francés, considerado figura fundamental tanto en el movimiento dadaísta -movimiento antiartístico, antiliterario y antipoético que cuestionaba la existencia del arte, la literatura y la poesía-, como en el surrealismo. A lo largo de su variada carrera artística, Ernst se caracterizó por ser un experimentador infatigable, utilizando una extraordinaria diversidad de técnicas, estilos y materiales.

Max Ernst.

En esa época Magritte pintó obras como La túnica de la aventura en la que superponía objetos en una atmósfera silenciosa de forma poco racional, o El asesino amenazado influenciado por De Chirico, pudiéndose pensar que la inspiración de esta obra provino de algún pasaje literario, o de una película, pero no fue así. Fue una composición que creó el artista: un asesino elegante está a punto de ser atrapado, rodeado, lo que no parece importarle, ni tampoco el saber que los que lo van a detener, caracterizados con el clásico sombrero de bombín, están a punto de actuar. Ambas obras son de 1926.

La túnica de la aventura. 1926.

El asesino amenazado. 1926.

En este mismo año se unió a otros músicos, escritores y artistas belgas, en un grupo informal comparable al de los surrealistas de París.

En 1927 se fue a París, participando durante los tres años siguientes en las actividades del grupo surrealista. Aporta al surrealismo parisino un resurgimiento del ilusionismo. Magritte no utilizó su obra para expresar sus obsesiones privadas, haciendo uso preferentemente de la agudeza e ironía.

Desde 1926, el estilo de René Magritte -denominado Realismo mágico- cambió poco. Entre 1928 y 1930 investigó las relaciones entre palabras e imágenes y fue en La traición de las imágenes (1928-1929) cuando retrató con gran meticulosidad una pipa, y debajo, con la misma precisión, escribió Ceci n’est pas une pipe –Esto no es una pipa-, cuestionando la realidad pictórica.

La traición de las imágenes. 1928-1929.

En El falso espejo  expuso a un ojo como un falso espejo, reflejando las nubes blancas y el cielo; el espejo puede confundir al espectador, al no saber si está viendo un reflejo del cielo, o si mira el cielo a través del ojo, o si el ojo del cuadro nos mira a nosotros o al cielo.

El falso espejo. 1928.

En 1928 participó en una exposición surrealista en la galería Goemans de París, regresando a Bruselas en 1930, fijando allí su residencia fija el resto de su vida.

En 1933 expuso individualmente en el Palacio de Bellas Artes de Bruselas, y en 1936 en E.E.U.U., realizando también una muestra individual en Nueva York, estando presente en esa misma ciudad en la exposición  de Arte fantástico, Dadá y Surrealismo en el MOMA. de NY.

En los años cuarenta, su paleta y pincelada adquirieron las características propias de los impresionistas, abandonando la precisión y apariencia realista de sus pinturas. Posteriormente, en 1947 y 1948 giró hacia un estilo fauvista, con pinceladas gruesas y empastadas y colores intensos. Durante esos años expuso regularmente en la galería Dietrich de Bruselas.

No recibió buena crítica de esa nueva manera de pintar y volvió a su antiguo estilo, preciso, y de apariencia realista. Son característicos de los años cincuenta, los cuadros en los que tanto figuras interiores como paisajes y objetos aparecen convertidos en roca.

Después continuó con su loca fantasía durante los años sesenta: escenas urbanas nocturnas con cielo azul y nubes de atardecer flotando; carreras de jockeys en coches por las habitaciones de un edificio, o una amazona paseando por un bosque mientras es segmentada por los árboles, manteniendo siempre al misterioso hombre invisible con bombín y abrigo negro, solo o en grupos, como en Golconda.

Golconda. 1953.

Las dos siguientes décadas hizo numerosas exposiciones en Bruselas, París, Nueva York y Ginebra, realizándose retrospectivas sobre su obra en 1954 en el Palacio de Bellas Artes de Bruselas, y en 1960 en el Museo de Arte Contemporáneo de Dallas y en el Museo de Bellas Artes de Houston.

Viajo por primera vez a Estados Unidos en 1965, con motivo de otra retrospectiva que le dedicó el MOMA de NY, marchando después a Israel.

Falleció en Bruselas en agosto de 1967.

René Magritte fue el surrealista belga que más influyó en la pintura de su país en el siglo XX. Sus imágenes, a diferencia de otros surrealistas, no estaban inspiradas en sueños ni en obsesiones personales, sino que Magritte trataba de sacar la esencia de la realidad, consiguiendo, por un lado imágenes sorprendentes e ingeniosas y por otro, el cuestionamiento mismo de esa realidad.

Magritte fue, por así decirlo, un surrealista conceptual muy interesado en la ambigüedad de las imágenes, de las palabras y en investigar la extraña relación entre lo pintado y lo real. Para ello, explora lo que hay de mágico en ambas.

La Exposición que el Thyssen Bornemisza hace del artista, está divida en siete secciones o grupos, que pasamos a tratar a continuación.

La PRIMERA SECCIÓN de la Exposición es denominada los PODERES DEL MAGO

Los autorretratos de Magritte se salen de lo habitual en el género. El autor no pretende, estudiar la fisonomía, lo que parece interesarle es presentarse como un mago con poderes. El concepto de mago es aquí deliberadamente ambiguo: ¿se trata de un hechicero capaz de auténticos prodigios o de un prestidigitador con un repertorio de trucos? Magritte sugiere en sus autorretratos una actitud irónica hacia el mito del genio creador.

OBRAS DE ESTA SECCIÓN

 

René Magritte. Tentativa de lo imposible.1928. Óleo sobre lienzo. 116 x 81,1 cm. Toyota Municipal Museum of Art. Toyota. Prefectura de Aichi. Japón

En este autorretrato, aunque aún no ha concluido el trabajo, la figura que pinta tiene una presencia tan real como su creador, y lo que brilla por su ausencia es la tela donde la pinta. Magritte da vida a su mujer, y toca su hombro con el pincel como si fuera una varita mágica capaz de darle vida.

 

René Magritte. La lámpara filosófica. 1936. Óleo sobre lienzo. 50 x 60 cm. Colección privada. Bélgica.

De este cuadro, su autor dijo: “Las meditaciones de un filósofo distraído pueden hacer pensar en un mundo mental cerrado sobre sí mismo, como aquí el fumador es prisionero de su propia pipa”.

 

René Magritte. El mago.1952. Óleo sobre lienzo. 34 x 45 cm. Esther Grether Family Colletion. Basilea. Suiza.

Cualquier persona loca por el movimiento o su opuesto no disfrutará esta imagen dijo Magritte. La pintura es estática, aunque tener cuatro brazos y hacer algo con ellos simultáneamente genera de manera inevitable sensación de movimiento.

La SEGUNDA SECCIÓN de la Exposición es denominada IMAGEN Y PALABRA

Durante los 3 años que el pintor vivió en París entre 1927 y 1930, en los que vivió en contacto con el grupo surrealista francés, introdujo en sus cuadros palabras escritas con caligrafía escolar, palabras que se combinan con imágenes figurativas, o a veces las sustituyen. Magritte acompaña a cada imagen de un objeto con un nombre que en contadas ocasiones corresponde a la imagen o incluso la niega. La incongruencia entre imágenes y palabras permite poner en cuestión la realidad misma a la que unas y otras se refieren.

En los cuadros más radicales, las palabras aparecen sin imágenes, sustituyéndolas. Los títulos de Magritte están puestos para desorientar: “El arte de pintar, tal como yo lo concibo, representa los objetos de tal manera, que resisten a las interpretaciones habituales”.

OBRAS DE ESTA SECCIÓN

 

René Magritte. La traición de las imágenes. Esto sigue sin ser una pipa. 1952. Tinta china sobre papel. 19 x 27 cm. Colección privada. Bélgica.

 

 

René Magritte. La mesa el océano y la fruta. 1927. Óleo sobre lienzo. 50 x 65,2 cm. The Pearl Collection.

  

René Magritte. El demonio de la perversidad. 1929. Óleo sobre cartón. 27 x 35 cm. Colección privada. Cortesía de la Vedovi Gallery. Bruselas.

René Magritte. El durmiente imprudente. 1928. Óleo sobre lienzo. 116 x 81 cm. Museo Tate. Londres. 

La figura del durmiente, combinada con los objetos de aspecto simbólico, parece sugerir una referencia a la interpretación de los sueños de Freud, pero hay que recordar que Magritte rechazó siempre el psicoanálisis.

La muestra de escritura pictográfica del artista pone de relieve su interés por la relación entre los signos textuales y los signos figurativos, y la capacidad de las imágenes para sustituir a las palabras.

 

René Magritte. El museo de una noche. 1927. Óleo sobre lienzo. 19 x 25 cm. Colección privada.

René Magritte. El sentido propio IV. 1929. Óleo sobre lienzo. 73 x 54 cm. Colección privada. Cortesía de las Di Donna Galleries de Nueva York.

René Magritte. La prueba misteriosa. 1927. Óleo sobre lienzo. 52 x 64 cm. Colección privada. Cortesía de la Fundación Magritte.

 

René Magritte. El sentido propio. 1929. Óleo sobre lienzo. 43 x 62 cm. Colección Sisters “L”.

René Magritte. El Dúo. 1928. Óleo sobre lienzo. 54 x 73 cm. Collezione Fondazione Francesco Federico Cerruti per l´Arte.

 

René Magritte. El cuerpo azul. 1928. Óleo sobre lienzo. 73 x 54 cm. Colección privada. Suiza.

René Magritte. El árbol de la ciencia. 1929. Óleo sobre lienzo. 73 x 54 cm. AG Insurance nv. En depósito en el Museo de Bellas Artes de Bélgica. Bruselas.

Música: The Vintage Sound of 1930s & 1940s Big Band Swing Music.

To be continued in second part.