Categoría: La emoción del Arte

LO FRANCÉS ET SON GOÛT. Parte 1.

Dedico esta serie a mis hermanos Luis y Chantal, semillas de la rama francesa de mi muy querida familia.

Durante el siglo XVII España y Francia tuvieron relaciones nada buenas, ya que España iba perdiendo peso desde su posición de máxima potencia continental que había sido, y Francia que iba logrando un lugar hegemónico de influencia en Europa. A pesar de los esfuerzos de ambas casas reales por acercar las diferencias, emparentando matrimonialmente cada una de ellas con la otra, no mejoró la relación de forma sustancial. (Luis XIII de Francia con Ana de Austria -hija de Felipe III de España-, Luis XIV con María Teresa de Austria -hija de Felipe IV-, Felipe IV con Isabel de Borbón -hija de Enrique IV de Francia y hermana de Luis XIII- y Carlos II de España casado con María Luisa de Orleans -hija del hermano de Luis XIV, Felipe I de Orleans-).

Carlos II El Hechizado.

Carlos II El Hechizado -último Austria-, aunque culpable fisiológico -no ante Dios- de no tener descendencia de la Orleans ni de su segunda mujer Mariana de Neoburgo por su incapacidad para engendrar, el pueblo español -y supongo que todos- proclive a echarle siempre la culpa al otro, cantaba injustamente a la francesa:

Parid bella flor de lis

que ante aflicción tan extraña

si parís, parís a España

y si no parís, a Paris.

Durante el siglo XVII, la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) intentó resolver un conflicto entre las potencias europeas prosélitas de la reforma protestante y las aliadas partidarias del catolicismo -España entre ellas-, y que derivó en una guerra franco-española por el control político de Europa, aunque los dos países defendieran los intereses del catolicismo. La Paz de Westfalia -1648- y la de los Pirineos -1659- pusieron fin al conflicto, del que emergió Francia como principal potencia del continente.

En el siglo XVIII, el segundo hijo del Gran Delfín de Francia, Felipe de Anjou -de la casa Borbón-, recibió testamentalmente en el suspiro final de Carlos II la corona española, finalizando así dos siglos de Habsburgos en el trono de las Españas, reinando a partir de entonces en Francia y España, la casa de Borbón.

Para tomar la corona testamentada por Carlos II, Felipe tuvo que librar la Guerra de Sucesión española -1701 a1714-, que enfrentó a Francia y a la parte de España que defendía su designación como monarca  con Austria, partidaria del archiduque Carlos Francisco de Habsburgo y Neoburgo, hijo del emperador Leopoldo I,  junto a Inglaterra, Holanda, Portugal y la parte de España que quería en el trono español a un Austria. El conflicto terminó con la instauración de la monarquía borbónica en España con Felipe V, y con cuantiosas pérdidas territoriales españolas derivadas del Tratado de Utrecht.

Batalla de Almansa.

Felipe V.

Archiduque Carlos, futuro emperador del Imperio austríaco como Carlos VI.

En el navegar más o menos juntos -o de aquella manera- de los Borbones españoles y franceses en los tiempos posteriores, se firmaron durante el siglo XVIII tres Pactos de Familia -1733, 1743 y 1761- comprometiéndose ambas coronas en el campo político-militar, a defender los intereses que tuvieran uno u otro en su política internacional, especialmente contra la hegemonía de Reino de Gran Bretaña -de Gran Bretaña e Irlanda desde 1800- y del Imperio austriaco.

La Revolución francesa en 1789 y la caída de los Borbones en Francia, finalizó con este tipo de pactos familiares que a menudo fueron incumplidos, velando egoístamente -claro- cada país por sus intereses.

Con el magnicidio de los monarcas franceses se inició en el país galo el período de la Convención, asamblea electa de carácter constituyente que concentró los poderes ejecutivo -hasta su delegación en el Comité de Salvación Pública– y legislativo del Estado, desde el 19 de septiembre de 1792 al 30 de octubre de 1795, teniendo varias fases, creciendo en cada una de ellas sobre la anterior el terror y la barbarie, hasta el golpe del 9 de termidor -nombre republicano francés del undécimo mes: del 19 o 20 de julio hasta el 17 o 18 de agosto, según el año- contra los radicales, que dio paso a la Convención termidoriana.

En este golpe fue arrestado y guillotinado el 28 de julio de 1794 -10 de termidor- junto a sus más fieles colaboradores -veintiuno-, Maximilien Robespierre, que acabó sucumbiendo a la violencia por él instaurada, debido a la reacción provocada por el miedo que sintieron muchos de sus correvolucionarios, al ver cercana la posibilidad de ser víctimas de la propia espiral de violencia por ellos instaurada. Se buscó un retorno a los principios revolucionarios de 1791, siendo sustituida La Convención por El Directorio en octubre de 1795.

En esos momentos, Francia ya estaba en guerra con los Habsburgos austriacos, con Prusia, y con el reino de Piamonte-Cerdeña. El ejército francés ocupó los Países Bajos austriacos y envalentonado, decretó la anexión de ese territorio -la actual Bélgica-, lo que provocó la ruptura diplomática con el reino de Gran Bretaña. Tras la ejecución de Luis XVI en enero de 1793, Francia había declarado la guerra también a Gran Bretaña, a la República holandesa y un mes más tarde a España.

Manuel Godoy y Álvarez de Faria, secretario de Estado de España, firmó con el reino de Gran Bretaña su adhesión a la Primera Coalición contra Francia por el para  de 1793.

El 7 de marzo de 1793 Francia inició el movimiento de sus ejércitos contra España, planteándose la acción en tres frentes: Cataluña, Aragón y Guipúzcoa/Navarra. La guerra se denominaría de la Convención o de los Pirineos y para algunos autores, la Guerra del Rosellón,

Frente oriental de la  Guerra de los Pirineos.

Frente occidental de la Guerra de los Pirineos.

En principio, los españoles llevaron la iniciativa, pero en 1794 la guerra cambió de signo recuperando los franceses el Rosellón, penetrando en la Cataluña española hasta tomar Figueras y Rosas, volviendo a intentar, esta vez con éxito, la invasión por Navarra y Guipúzcoa en junio. Los franceses encontraron abierto el camino hacia Guipúzcoa y entraron en Fuenterrabía, Hernani, San Sebastián y Tolosa.

La columna que penetró por Roncesvalles fue combatida por los españoles con heroísmo. Los franceses no pudieron seguir por las dificultades en el avance, debido a la resistencia española hasta la llegada del invierno, y posteriormente, por el frío, las lluvias, la falta de abastecimientos y las enfermedades  que les obligaron a replegarse a Francia.

Durante el año 1795, el esfuerzo francés se centró en las provincias vascongadas, en donde tomaron Bilbao y Vitoria, y llegaron hasta Miranda de Ebro.

En Cataluña, se organizó durante el invierno de 1794-1795 un ejército de voluntarios que logró impedir la invasión.

El conjunto de la guerra fue un desastre para España, pues los franceses ocupaban las tres provincias de los vascos y parte de Cataluña, habiéndose ya hecho evidente desde 1794, que la coalición de los países formada contra Francia, entre los que se encontraba España, sería incapaz de forzar la resistencia de la Francia de la Convención, considerando en consecuencia, la mayor parte de los países aliados contra los franceses que lo mejor era poner fin al conflicto armado, firmando España con Francia la Paz de Basilea el 22 de julio de 1795.

El tratado se firmó con el compromiso entre España y Francia de devolverse los territorios ocupados, aunque tuvo consecuencias peores para los navarros, por la concesión que se hizo a los franceses de comprar libremente ganado lanar y caballar en toda España durante seis años, y sobre todo en América, en donde la consecuencia fue que hubo que entregar a los franceses la mitad oriental de la isla de Santo Domingo –LA ESPAÑOLA así bautizada por Colón, hoy Haití.

La Paz de Basilea se firmó tras la acordada entre Francia y Prusia en abril de 1795. Como recompensa por el éxito del tratado, a Manuel Godoy le recompensaron los reyes españoles con el título de Príncipe de la Paz, nombramiento que además de inmerecido, era contrario a la tradición de la Monarquía Hispánica, que sólo reconocía el título de Príncipe al heredero al trono.

Tras la Paz de Basilea, España reanudó sus relaciones diplomáticas con Francia. El Directorio fue sustituido mediante golpe de Estado por el Consulado de Napoleón -él y dos cónsules más- (1799-1804), que en seguida se nombró cónsul vitalicio, y en 1804 convirtió Francia en Imperio y a él en emperador.

Gran Bretaña, todavía en guerra con Francia, no estuvo conforme con las condiciones del tratado firmado con España, y presionó a nuestro país para que se aliara con ella, pero el Gobierno español firmó con Francia el tratado de San Ildefonso el 18 de agosto de 1796, declarando la guerra a Inglaterra: el tratado de San Ildefonso fue muy desventajoso para España.

El desastroso enfrentamiento naval de san Vicente, el 14 de febrero de 1797 entre las flotas española e inglesa, tuvo consecuencias para España, que perdió Trinidad, estableciendo en ella los ingleses una base para sus operaciones en el Caribe, que serviría para interrumpir el tráfico comercial entre España y sus colonias. Estos fracasos obligaron al gobierno de Godoy a entablar negociaciones de paz con Inglaterra pese a la oposición de Francia que retiraría su apoyo al ministro español.

La guerra con Inglaterra finalizó el 27 de marzo de 1802 con la Paz de Amiens, en la que los británicos devolvieron nuevamente la Isla de Menorca a España, pero continuaron reteniendo -sine die- el Peñón de Gibraltar y la Isla de Trinidad.

Enseguida, tras la paz de 1802, resurgió la tensión entre la Pérfida Albión y Francia, lo que condujo al estallido de una nueva guerra en mayo de 1803. España intentó permanecer neutral, pero Francia exigió el cumplimiento de lo dispuesto en el tratado de San Ildefonso de 18 de agosto de 1796, respondiendo España que esta era otra guerra y que no estaba en condiciones, por muchos motivos, de participar en otro conflicto bélico. Pero Napoleón Bonaparte presionó para que se modificara lo acordado, sustituyendo la colaboración militar por la ayuda de carácter económico, firmando en octubre de 1803 el Tratado de Subsidios, una modificación del tratado de 1796, debiendo España entregar a Francia 6.000.000 de pesos mensuales, desde que se iniciara el conflicto hasta que terminara. Como contrapartida, Francia reconoció la neutralidad de España, pero Inglaterra no. Los ingleses atacaron por sorpresa en el cabo de Santa María -en la costa del Algarve portugués- sin declaración de guerra previa a un escuadrón español de fragatas que transportaban lingotes de oro y plata a Cádiz La fragata española Nuestra Señora de las Mercedes estalló y las demás fueron capturadas por los británicos.

La guerra contra el Reino de Gran Bretaña e Irlanda -llamado así a partir del Acta de Unión de 1801- estaba servida, constituyendo un desastre de magnitudes superiores al conflicto que se había mantenido con la Francia de la Convención y con los ingleses entre 1796 y 1802, desarrollándose esta guerra entre 1804-1808.

Almirante Nelson.

Los franceses habían planeado la ocupación de Gran Bretaña; la flota española iba a ser parte de la asistencia a esta invasión. En la batalla de Trafalgar, en 1805, una flota combinada franco-española, que acudía para unirse a la flota francesa del norte para la invasión, fue atacada por una flota británica dirigida por el almirante Nelson, que consiguió la victoria, poniendo fin a la amenaza napoleónica de la invasión de Gran Bretaña.

Napoleón puso entonces encima de la mesa invadir Portugal, amiga secular del Reino de Gran Bretaña e Irlanda, para evitar el apoyo a los ingleses y dificultar su comercio. Para llegar hasta Portugal, el ejército francés tenía que cruzar la península ibérica, y Napoleón logró el permiso de España para que sus tropas cruzaran el país, al firmar con Manuel Godoy el Tratado de Fontainebleau en octubre de 1807. En este tratado se acordó la invasión conjunta de Portugal por España y Francia, y el reparto del botín entre ambos países; ese fue el caballo de Troya de Napoleón con España.

To be continued in part 2.

Arte americano en Madrid. Parte 3.

3  Tercera sección, Espacio urbano

Estados Unidos no sería lo que es sin sus ciudades. En esta sección, se reflexiona sobre la cultura moderna norteamericana a través de sus artistas, de las personas que viven y trabajan en las grandes ciudades, del crecimiento y transformación del espacio urbano, escenario de una nueva sociedad y del desarrollo de la modernidad.Read More

Arte americano. en Madrid. Parte 2.

1… Continuación de la PRIMERA sección, Naturaleza

William Louis Sonntag. Pescadores en los Andirondacks. Hacia 1860-1870. Óleo sobre lienzo. 91,4 x 142,2 cm. Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en depósito en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Madrid.

Naturaleza, tierra, territorio o paisaje son términos complejos llenos de matices de contenido político, social e histórico; como espectadores podemos disfrutar exclusivamente de su belleza o adentrarnos en los relatos que laten bajo la superficie de este paisaje de Andirondacks, en las cercanías de Nueva Inglaterra. Estos montes fueron un importante símbolo nacional hasta pasada la guerra civil, y podemos observar que se repite la estructura de los primeros paisajes que hemos visto, aunque con un formato panorámico más horizontal y el punto de vista más alto, lo que nos permite contemplar una naturaleza ideal. Se incorporan a la escena dos pescadores blancos y una cabaña humeante a lo lejos, símbolo por una parte de la naturaleza invadida y por otra, de la grandiosidad de ésta respecto al hombre. Fueron obras de identidad regional.Read More

Arte americano. Parte 1.

Espero que Miguel Ángel Nieto Mangas, magnífico soldado, compañero y amigo, pueda descansar en paz entre parajes tan bellos como estos o más. ¡Va por él!

La exposición arte americano en el Museo Thyssen Bornemisza de Madrid reunió una magnífica colección de arte estadounidense. El museo consiguió exponer en esta muestra una extensa selección de pintura americana a veces desconocida para la vieja Europa, que, en unos siglos y otros, se consideró -con razón-, la cuna del arte, utilizando América solamente para vender las obras de sus artistas, sin admirar lo que en los siglos XIX, XX y XXI se creó artísticamente en el continente americano.Read More

Samuráis y Ninjas.

 

Me preguntaba un amigo sobre la posible relación entre  samuráis y ninjas.

Los ninjas y los samuráis son dos figuras icónicas de la cultura japonesa, pero a pesar de su parecido en términos de indumentaria y habilidades de combate, tienen orígenes y roles históricos distintos.

Los samuráis eran guerreros nobles que pertenecían a la clase social privilegiada de la sociedad feudal japonesa, conocida como la casta samurái. Estos guerreros surgieron en el siglo XII, como una fuerza militar para proteger las tierras de sus señores feudales. Los samuráis eran expertos en artes marciales, y su código de honor, conocido como Bushido, enfatizaba la lealtad, la disciplina, el coraje y la rectitud. Sobre todo la lealtad, algo tan difícil de encontrar en estos tiempos.

Los ninjas, sin embargo, eran agentes secretos y espías que operaban fuera de la estructura social y militar convencional. El origen de los ninjas se remonta a los siglos XIV y XV, cuando los campesinos y artesanos que vivían en las regiones montañosas de Japón, comenzaron a organizarse en grupos de guerrillas para resistir la opresión de los señores feudales. Los ninjas eran expertos en técnicas de infiltración, sabotaje y asesinato, y se les consideraba un arma secreta en tiempos de guerra.

En cuanto a la vestimenta y armamento, los samuráis llevaban una armadura de hierro llamada yoroi y un casco –kabuto-, mientras que los ninjas llevaban ropa ajustada y oscura para camuflarse en la noche. Los samuráis solían portar espadas o alfanjes japonesas largas y curvas –katanas: kun yomi-, mientras que los ninjas preferían armas más sutiles como el shuriken – especie de estrella arrojadiza- y el kunai -cuchillo con buena estructura para lanzar a distancias medias-.

En resumen, aunque los samuráis y los ninjas comparten algunos elementos comunes en términos de habilidades de combate y vestimenta, su origen y función históricos son diferentes. Los samuráis eran guerreros nobles que formaban parte de la casta militar feudal japonesa, mientras que los ninjas eran agentes secretos y guerrilleros que operaban fuera de la estructura social convencional.

GIORGIO MORANDI. MUESTRA DE LA FUNDACIÓN MAPFRE EN MADRID. Parte 3.

QUINTA SECCIÓN. EL TIMBRE AUTÓNOMO DEL GRABADO.

Para Morandi el grabado no fue un complemento a su obra pictórica sino una forma más de expresión con entidad propia. Entre 1930 y 1956 impartió clases de esta disciplina en la cátedra de Grabado de la Academia de Bellas Artes de Bolonia, y a lo largo de su trayectoria realizó todos sus grabados utilizando exclusivamente el negro. Tardó más de diez años en aprender a transcribir las sensaciones de los colores a las gradaciones de los blancos y negros de la estampa, convirtiendo el aguafuerte en una técnica con la que alcanzar tonalidades, no limitando su uso para defi­nir solamente las formas de los objetos. Al igual que en su pintura, los volúmenes y la luz le llevarían a crear un ambiente que parece envolver los motivos.Read More

GIORGIO MORANDI. MUESTRA DE LA FUNDACIÓN MAPFRE EN MADRID. Parte 2.

SEGUNDA SECCIÓN. ENCANTAMIENTOS METAFÍSICOS.

Durante la Primera Guerra Mundial, en 1915, Giorgio Morandi fue llamado a ­filas, y tras una grave enfermedad fue licenciado. Tras su recuperación, destruyó buena parte de su obra entrando en un período de crisis creativa. Entre 1918 y 1919 estuvo trabajando junto a Giorgio de Chirico y Carlo Carrà que habían fundado en Ferrara la tendencia conocida como pintura metafísica, caracterizada por composiciones a partir de elementos de la realidad que en su conjunto y presentados en atmósferas estáticas generaran un cierto extrañamiento, como si lo representado fuera más allá de lo real.Read More

GIORGIO MORANDI. Parte 1

Giorgio Morandi nació en Bolonia en 1890 en una familia de ocho hermanos. Con 17 años, y tras un breve periodo laboral en la empresa en la que trabajaba su padre, se inscribió en la Academia de Bellas Artes de Bolonia en donde estuvo formándose hasta 1913, desarrollando su inclinación por el impresionismo y el postimpresionismo así como por el cubismo, movimiento al que dieron vida Georges Braque y Pablo Picasso, descubriendo al mismo tiempo a los primeros renacentistas italianos –Ucello, Giotto, Masaccio– y a su otro ídolo pictórico, Cézanne, que hicieron que el arte de Morandi fuera inconfundible.Read More

EL ARTE DEL TRAMPANTOJO.

Para que el arte consiga engañar a la vista, el artista debe tratar con sutileza la perspectiva. El trampantojo nos tiende una trampa para que veamos lo que no es.

Si el concepto habitual de pintura es el de la figuración o representación en una superficie -dos dimensiones- intentando crear la realidad con las normas de la óptica y de la perspectiva, el trampantojo excede esa intención, ya que busca confundir al observador que en un momento dado, toma por real lo que es bidimensional. El propósito del pintor es el de engañar al espectador deliberadamente.Read More